
Sociología – Apunte de Cátedra de la Unidad 2
Immanuel Wallerstein, Zygmunt Bauman y Sara Lifszyc que están presentes en esta
unidad. En ellos encontraremos una reflexión sistemática sobre cuestiones centrales del
pensamiento de Marx, de Durkheim y de Weber.
Para adentrarnos ya en la forma en que estos autores clásicos de la sociología conciben lo
social, debemos indicar un factor teórico común en todos ellos, tal vez el único que permite
establecer una equivalencia entre las tres teorías que plantean. Tanto en Marx, en Durkheim
como también en Weber, la sociedad es pensada como una entidad con su propia lógica
constitutiva, que no encuentra la causa de su existencia en la sumatoria de las voluntades
individuales, sino que por el contrario, es ella misma la que ejerce, desde esa lógica que le es
propia, una dirección sobre el accionar de los individuos. En otras palabras, lo social no se
subsume ni se explica por la agregación de los individuos que forman parte de la sociedad,
sino que existe como entidad que hace posible el vínculo entre los individuos, logrando así que
éstos no sólo convivan colectivamente, sino que también vivan biológicamente y puedan existir
como individuos, tal como lo estudiamos en la introducción de la Unidad 1 y en el texto de
Heller a través de los conceptos de lo particular y lo específico. Esa entidad que es la
sociedad, Marx la objetivará para estudiarla en el concepto de relaciones sociales de
producción, Weber en el de acción social y en de relación social, y Durkheim lo hará en el de
hecho social, concepto que para este último autor representa la causa de la existencia de lazos
sociales entre individuos.
Esta forma de concebir la sociedad se aparta de aquella impuesta por el liberalismo económico
del siglo XVIII, que tanta pregnancia tiene todavía en nuestro sentido común contemporáneo,
y que supone que lo social es el resultado de las voluntades individuales que actúan en el
mundo para maximizar sus beneficios y producen, involuntariamente a partir de esas acciones,
la conformación de una asociación que podríamos definir comúnmente como sociedad. Es
justamente contra esta concepción que los Padres Fundadores construyen su teoría de lo
social, al indicar que el punto de partida para comprender el funcionamiento de una sociedad
no puede ser el individuo, sino los propios vínculos que éstos mantienen entre sí y que
conforman una realidad con una lógica que le es propia y que no puede reducirse a ningún otro
factor explicativo. Como dirá Durkheim, en su clásico trabajo Las reglas del método
sociológico, “lo social se explica por lo social”.
Una vez que hemos comprendido el punto en común que presentan los tres autores en sus
concepciones sobre lo social, resulta necesario comenzar a plantear en qué se diferencian. Y,
como ya indicamos, estas diferencias son sustantivas y constituyen rasgos teóricos que hacen
imposible reducir una teoría en otra. Si lo social es un plano específico de la realidad, cada
uno de los Padres Fundadores pensará ese plano de forma diferente. Para Marx lo social se
encuentra en las relaciones materiales de cooperación que los hombres establecen en el
proceso productivo. Estas relaciones materiales que se establecen en el mundo del trabajo,
donde los hombres organizados colectivamente transforman la naturaleza para satisfacer sus
necesidades vitales, conforman lo que Marx denomina relaciones sociales de producción.
Este concepto expresa el plano específico de lo social y representa el vínculo primordial del
cual se derivan el resto de los vínculos sociales, sean estos afectivos, culturales, políticos o de
cualquier otra índole. Como primera conclusión en esta introducción al pensamiento
sociológico de Marx, podemos decir que la sociedad es el resultado de estas relaciones sociales
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