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Bolilla 8: El Estado burocrático Autoritario y el regreso del peronismo (1966-1976).
8.1. El Estado Burocrático Autoritario y “Revolución Argentina”.
La primera fase del gobierno, se caracterizó por un “shock autoritario”. Se proclamo el comienzo de una
etapa revolucionaria, y a la Constitución se le adoso un Estatuto de la Revolución Argentina, por el cual
Juan Carlos de Ongania asume al poder. Se disolvió el Parlamento y los partidos políticos, cuyos bienes
fueron confiscados y vendidos, para confirmar lo irreversible de la clausura de la vida política.
La represión al comunismo se extendió a todas aquellas expresiones del pensamiento crítico de
disidencia o hasta de diferencia, el blanco principal fueron las Universidades, lugar típico de la
infiltración, la cuna del comunismo. Las universidades fueron intervenidas y se acabó con su autonomía
académica. El 29 de julio de 1966, en la noche de los bastones largos”, la policía irrumpió en algunas
facultades de la Universidad de Buenos Aires y apaleo a alumnos y profesores. A este acontecimiento se
siguió con un movimiento importante de renuncias docentes, muchos de ellos continuaron con sus
trabajos en el exterior y otros procuraron trabajosamente reconstruir, subterráneamente las redes
intelectuales y académicas.
La censura por parte del gobierno se extendió a las manifestaciones más diversas como ser, el uso de
minifaldas o pelo largo, expresión de males que, según la Iglesia eran antesala del comunismo: el amor
libre, pornografía, divorcio.
Antes de que se hubiera definido una política económica, procedió a reducir drásticamente el personal
de la administración pública y en algunas empresas del Estado, como los ferrocarriles y se realizo una
sustancial modificación de las condiciones de trabajo en los puertos para reducir costos. Otra medida
espectacular fue el cierre de la mayoría de los ingenieros azucareros de la provincia de Tucumán. En
todos los casos la protesta sindical, fue intensa y que resulto acallada con violencia y se sancionó la ley
de Arbitraje Obligatorio, que condicionaba la posibilidad de iniciar huelgas. En 1967 se lanzo el Plan de
Acción, con una respuesta muy fuere: despidos masivos, retiros de la personería sindical, intervenciones
a los sindicatos, y el uso de todos los resortes que la ley le otorgaba al Estado para controlar al
gremialismo.
El gobierno con la clausura de la escena política y la corporativa había puesto fin ala puja sectorial.
En mayo de 1969 estallo un breve pero poderoso movimiento de protesta, el Cordobazo”, que vino
precedido de una ola de protestas estudiantiles en diversas universidades de provincias y de una fuerte
agitación sindical en Córdoba, centro industrial donde se encontraban las principales fábricas de
automotores. La CGT local realizo una huelga general y grupos estudiantiles y obreros ganaron el centro
de la ciudad, donde se mucho mucha otra gente. La fuertísima represión policial genero un violento
enfrentamiento.
La multitud que concentro varias horas el casco central de la ciudad, no tenia consignas ni organización,
pero se comporta con rara eficacia, dispersándose y reagrupándose. Finalmente intervino el ejército,
con llamativa demora y se recupero el control. Lentamente el 31 de mayo se restableció el orden.
Habían muerto entre veinte y treinta personas, unas quincenas fueron heridos y otras trescientas
detenidas, el consejo de guerra condenaron a los principales dirigentes sindicales, en quienes se hizo
caer la responsabilidad.
El Cordobazo fue el episodio fundador para una ola de movilizaciones sociales que se prolongo hasta
1975.
La ola de movilización se expreso de maneras diversas, una de ellas fue un nuevo activismo sindical,
donde se destacaban plantas de las grandes empresas, especialmente las automotrices. Con obreros
estables, especializados y relativamente bien pagos, los conflictos no se limitaron a lo salarias y se
extendieron a condiciones de trabajo, los ritmos, los sistemas de incentivos, las clasificaciones y
categorías. Las granes empresas (como las automotrices), habían logrado autorización del gobierno para
negociar particularmente sus convenios de trabajo e incluso para crear sindicatos por planta, esto
inicialmente debilito a la organizaciones sindicales.
La misma agitación se advertía en zonas rurales, sobre todo las no pampeanas, como el Chaco, Misiones
o Formosa, donde arrendatarios y colonos, presionados por los desalojos o los bajos precios del algodón
y la yerba, se organizaron en Ligas Agrarias. Las explosiones urbanas se prolongaron en manifestaciones
callejeras, a las que se sumaban estudiantes universitarios. Estas formas originales de protestas eran
desencadenadas por un episodio ocasional: un impuesto, un aumento de tarifas, un funcionario
desafortunado, pero expresaban un descontento profundo.
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Se trataba de un coro múltiple, heterogéneo pero unitario, regido por una lógica de la agregación, al que
se sumaban voces de otros intereses heridos, como los grandes productores rurales o sectores
nacionales del empresariado. Unos y otros de legitimaban recíprocamente y conformaron un imaginario
social sorprendente, una verdadera “primavera de los pueblos”, que fue creciendo y cobrando confianza
a medida que descubría la debilidad de su adversario. Todos los males de la sociedad se concentraban
en un punto: el poder autoritario y los grupos minoritarios que lo apoyaban.
Surgieron las primeras organizaciones guerrilleras, al principio de los años 60, su verdadero cultivo fue la
experiencia autoritaria y la convicción de que no había alternativas más allá de la acción armada. Desde
1967, fueron surgiendo distintos grupos: las Fuerzas Armadas Peronistas, Descamisados, las Fuerzas
Armadas Revolucionarias (FAR), las Fuerzas Armadas a la Liberación, y hacia 1970, dos que tuvieron mas
trascendencia: la organización de los Montoneros (integración del católico y nacionalista y devenida
peronista) y el Ejercito Revolucionario del Pueblo (ERP), vinculado con grupos trotskista del partido
revolucionario de los trabajadores. Su acta oficial de nacimiento a la vida publica fue le secuestro y
asesinato del general Aramburu, en mayo de 1970, por obra de los Montoneros. Desde entonces y hasta
el 73, los actos de violencia fueron creciendo. A veces su sentido de acción no era claro, tenían que ver
con el equipamiento de las organizaciones: armas, dinero, material medico. Otros comportamientos
eran demostraciones de poder.
La política económica de Krieger Vasena
Fue lanzado en marzo de 1967, que apuntaba en primer término a superar la crisis cíclica y a lograr una
estabilización prolongada que eliminara una de las causas de la puja sectorial, más a largo plazo se
proponía racionalizar el funcionamiento de la economía y facilitar así el desempeño de las empresas
más eficientes. Contaba para ello con las poderosas herramientas de un Estado perfeccionado en su
orientación intervencionista. En el caso de la inflación se recurrió a la autoridad estatal para regular las
grandes variables, asegurar un periodo prolongado de estabilidad y desalentar las expectativas
inflacionarias.
Medidas
1. Para los sindicatos, se congelaron los salarios por dos años, luego de un pequeño aumento y se
suspendieron las negociaciones colectivas.
2. También se congelaron tarifas de servicios blicos y combustibles, y se estableció un acuerdo de
precios con las empresas líderes.
3. Se estableció una fuerte devaluación del 40% (sobredevaluacion compensada)
Consecuencias
1. Reducción del déficit fiscal, gracias a la devaluación y a las retenciones.
2. Se logro arreglar las cuentas del Estado (se equilibraron así también la de balanza de pagos), evitar
el alza de los alimentos.
3. Prestamos de FMI y una corriente de inversiones a corto plazo, aseguro un periodo de estabilidad
económica.
4. Para 1969 la inflación se había reducido drásticamente
Otras medidas
1. Mantener el nivel de la actividad económica y estimular a sectores más eficientes.
2. Las exportaciones no tradicionales fueron beneficiadas con reintegro de impuestos a insumos
importados.
3. Se estimulo la eficiencia general de la economía mediante una reducción, ciertamente selectiva, de
los aranceles y la eliminación de subsidios a economías regionales.
4. No hubo restricción monetaria ni crediticia.
5. Inversión del estado considerable, particularmente en obras publicas como ser, el puente Gral.
Belgrano, la hidroeléctrica de El Chocón.
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Nuevas consecuencias
1. Creció el PBI.
2. Desocupación relativamente baja.
3. Los salarios no cayeron notablemente.
4. Inversión en general alta, concentrados en obras públicas.
5. El sector extranjero fue el mas beneficiado y los perjudicados: sector rural a pesar de su
estimulación a la modernización y tecnificación, fueron perjudicados por las retenciones a las
exportaciones. Los sectores empresarios nacionales por la falta de protección y por la
desnacionalización. Economías provinciales recibieron fuertes mazazos al suprimirse protecciones
tradicionales.
6. Compras de empresas nacionales por parte de extranjeras (desnacionalización).
En conclusión, la política modificaba profundamente lo equilibrios y volcaba la balanza en favor de los
grandes empresarios, la transferencia de ingresos operaba de un modo nuevo: en lugar de alimentar a
este por la vía del mayor consumo de los trabajadores y la expansión del mercado interno, lo hacia por
la expansión de la demanda autónoma: inversiones, exportaciones no tradicionales, y un avance en la
sustitución de importaciones.
8.2 El tercer Peronismo
La vuelta de Perón
El regreso de perón tras 17 años de exilio (noviembre de 1972), desarmo los proyectos de Lanusse. El
viejo líder retorno y concreto tres hechos: primero, reunió a los representantes de todas las
agrupaciones políticas, asentando las bases de una convivencia partidaria, logrando unánime adhesión a
una democratización sin restricciones y garantizando el apoyo de políticas nacionales y populares; luego
formalizo el FREJULI, con la candidatura presidencial del frente, correspondió a Campora y como vice a
Solano Lima.
En marzo de 1973 se llevaron a cabo las elecciones, en las cuales el FREJULI obtuvo el 49.5% de los votos
en la primera vuelta y la formula de la UCR reunió 21.2%, quienes dada la gran diferencia de votos,
rehusaron competir por una segunda vuelta.
Con la asunción de Campora se agudizaron los conflictos internos del peronismo. Los sectores
revolucionario, protagonistas de la campaña electoral, intentaron dirimir su controversia con las
desplazada burocracia sindical mediante violentos enfrentamientos.
En su mandato Campora decreta la ley de amnistía para todos los presos políticos, incluidos miembros
de organizaciones armadas. Las demostraciones de la fuerza de la izquierda peronista terminaron
provocando una crisis de autoridad.
El retorno definitivo de perón fue el 20 de junio de 1973, la fiesta que se presumía a la presencia del
viejo caudillo se transformó en la “masacre de Ezeiza”, se produjo un sangriento enfrentamiento entre
los sectores revolucionarios del peronismo y los mas ortodoxos, vinculados a la extrema derecha, el
mismo termino con un saldo indeterminado de muertos y la huida en masas de miles de personas
aterrorizadas.
Luego de un intento postrero por frenar la movilización popular, Campora y Solano Lima presentaron
sus respectivas renuncias al Congreso, que en el mes de julio Lastiri fue designado presidente
provisional. En este marco se volvieron a realizar nuevas elecciones quien se postulo las formula de
Perón y su mujer, quienes ganaron con un 62%. Perón asumió el gobierno el 12 de octubre de 1973. Se
proyecto de poder exigía el fortalecimiento del poder estatal frente a los actores sociales y económicos,
como recurso clave para disciplinar a las FF.AA, para ello se proponía una democracia integrada que
encauzara los conflictos sociales, controlara las relaciones entre trabajadores y capitalistas y garantizara
la estabilidad política del régimen.
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Políticas económicas
La cartera de economía quedo a cargo de Jose Ver Gelbard, bajo cuyo mando se intentaba restablecer la
alianza social que diera origen al peronismo, es decir, la conjugación entre la pequeña y mediana
empresa de capital nacional y “mercado internista” y el movimiento obrero, nucleado en la CGT. El
Estado debía volver a jugar un rol decisivo a través del financiamiento de la producción nacional y de
estímulos que fortalecieran a los sectores locales sobre el capital extranjero.
La política estaba cimentada en el Pacto Social que permitiría establecer las condiciones necesarias para
el crecimiento económico, la redistribución del ingreso a favor de los asalariados, el fortalecimiento del
mercado interno, las restricciones a la operatoria de capital extranjero, y la industrialización.
En estos momentos, el capital extranjero asumía una gran importancia en diversas ramas industriales,
en especial en las más dinámicas, insertándose en ramas hasta entonces inexistentes en el país, pero
también avanzando sobre sectores que antes había controlado el capital nacional y desplazando a
muchas empresas locales.
El sector agrario se encontraba en una etapa de estancamiento, no se podía como en los años 40,
realizar transferencias del excedente agrícola y ganadero hacia la industria y el empleo urbano. Por eso
se estimo necesario avanzar en un conjunto de medidas que incrementaran la producción y la
productividad de la tierra tales como el impuesto sobre productividad “normal” estimada de la tierra o
proyecto nunca aprobado en el Parlamento de una ley agraria que autorizara la expropiación de las
tierras improductivas.
El nuevo gobierno debió afrontar un marco estructural claramente distinto del que existía dieciocho
años antes, por lo que tuvieron que formular un acuerdo político que permitiera generar una
redistribución del ingreso a favor de los asalariados, la industria y las pequeñas y medianas empresas,
todo ello en un marco político conflictivo, caracterizado por una exacerbada violencia y una feroz
interna en el seno del mismo partido que había llegado al poder.
El Plan Trienal para la reconstrucción y la liberación Nacional: (entre el Estado-Sindicatos-
Empresarios)
El sustento de la política económica de Gelbard partió en la formulación de un acuerdo político, que fue
firmado el 8 de junio de 1973.
Objetivos
1. Estabilizar el nivel de precios hasta reducir sustancialmente los elevados índices inflacionarios
heredados.
2. Aumentar de 40 a 50% la participación de los asalariados en el ingreso nacional, en un lapso de 4
años.
El pacto establecía un compromiso que incluía: el congelamiento de precios y un alza general de los
sueldos en doscientos pesos mensuales, y se suspendían las negociaciones colectivas salariales por un
lapso de dos años.
El gobierno impuso controles sobre el tipo de cambio de las divisas, trato de incentivar las exportaciones
para evitar que el crecimiento esperado, con la intención de centralizar el comercio para lograr cierto
poder en los mercados internacionales. Se firmaron acuerdos comerciales con países socialistas para
tratar de ampliar un mercado potencialmente importante.
Con respecto al sector agropecuario, el gobierno hizo hincapié en la necesidad de incrementar la
productividad y las exportaciones, para lo cual instrumento un acuerdo firmado en agosto de 1973 por
todas las entidades en el que se comprometió a aumentar los precios mínimos de los productos
agropecuarios, otorgar incentivos fiscales y formular una política crediticia favorable al sector.
Simultáneamente las entidades agrarias se comprometían a duplicar la producción en un lapso de poco
más de 6 años.
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La marcha del plan
La marcha del plan económico del nuevo gobierno peronista paso por 2 etapas:
1. La primera tuvo como punto de partida la firma del PACTO SOCIAL y se extendió hasta julio de 1974,
durante esta fase predomino la estabilidad de precios, al tiempo que mejoraron notoriamente las
cuentas externas y se produjo un significativo crecimiento económico.
2. La segunda sufrió permanentemente marchas y contra marchas, concluyo en marzo de 1976 con la
llegada de una nueva dictadura militar. En este periodo hicieron eclosión todas las contradicciones
del PACTO SOCIAL y se caracterizo por la inestabilidad y una acelerada inflación.
El inicio de la gestión de Gelbard estuvo marcados por buenos augurios en el sector externo, durante
1973 las exportaciones agropecuarias crecieron un 86%, incentivadas por un alza en los precios de la
carne y de los cereales en el mercado mundial y una cosecha record de granos. Las reservas
prácticamente se triplicaron.
Los primeros éxitos del plan quedaron evidenciados también en la contención del proceso inflacionario:
el nivel del precio aumento solamente un 17% durante el primer año del pacto social, que tuvo la virtud
de haberse conjugado con un incremento de los salarios reales del 13,3% durante el segundo semestre
del 1973. La estabilidad de precios se articulaba también con un incremento de la tasa de crecimiento
del producto.
Problemas
La demanda no solo se había elevado por la redistribución del ingreso y las exportaciones: el estado
también contribuyo a fortalecer esa tendencia por medio de una expansión de sus gastos, el gasto
publico aumento de manera acelerada, incrementó la dotación del personal para contribuir a la
reducción del desempleo y un creciente desembolso de subsidios a sectores empresarios. Se
instrumentaron nuevos impuestos como el IVA. El financiamiento de los nuevos gastos resultaba
insuficiente lo que produjo un ascendente déficit fiscal cubierto por emisión monetaria. La política
económica aplicada a partir de 1973 alentó la inversión pública que inducía luego al sector privada a
actuar en la misma dirección, la inversión conjunta de estas en este último periodo fue notable.
Un primer llamado de atención provino del sector externo con el alza internacional de los precios del
petróleo, originada en la crisis global desatada el mismo o de la asunción del nuevo gobierno. Ello
implico que las importaciones petroleras pasaran de representar el 3,1% del total de antes de la crisis a
cerca del 15%, solo por el efecto generado por el incremento de los precios y la insuficiente producción
local de materia prima. Esto implicaba a la vez un mayor desembolso de divisas y un aumento de los
costos internos, que los empresarios no podían descargar sobre los precios que se encontraban
congelados. Por ende, comenzaron las violaciones a los controles de precios debido a la necesidad
empresaria de trasladar el costo incrementado de los insumos importados.
La secretaria de comercio impuso un subsidio cambiario, el banco central fijo un tipo de cambio especial
revaluando la moneda para la importación de 300 productos a fin de compensar el mayor costo de las
importaciones de materias primas e insumos, cuya contrapartida fue la aceleración de las perdidas de
las reservas internacionales.
Debido a la inflación los sindicatos no peronistas presionaban por nuevos acuerdos salariales, y esta
situación también se extendió a sindicatos peronistas. Perón otorgo un complemente significativo a los
aguinaldos, a pesar de ello el gobierno ratifico la vigencia del PACTO y su intención por no reconocer
nuevos acuerdos salariales hasta junio de 1975.
Los cimientos del acuerdo comenzaron, a socavarse, mientras crecía el desabastecimiento de los
productos esenciales, no era que estos no se encontraban no disponibles en el mercado, sino que el
progresivo incremento de los costos alentaba comerciarlos en un mercado negro en el que el control de
precios no ejercía influencia.
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El Rodrigazo
Los conflictos recrudecieron entre mayo y junio de 1975, cuando se debía abrir una nueva instancia de
negociación salarial. Como medida preparatoria, Isabel Perón autorizo el inicio del dialogo con los
sindicatos a principio del reactivo año, las negociaciones entre el Gobierno y los sindicatos se iniciaron
en un clima áspero.
El 2 de julio, mez Morales fue desplazado del Ministerio de Economía, ocupando su lugar Celestino
Rodrigo.
Medidas
1. El nuevo ministro comenzó por una devaluación del 160% para el tipo de cambio comercial y del
100% del financiero.
2. Se intento reducir el déficit fiscal con un reajusto tarifario, que alcanzo el 181% en el caso de la
nafta. El precio de los transportes urbanos se incremento en un 75%.
3. También se reajustaron las tasas de interés de los préstamos de los Bancos oficiales.
Objetivos
El Rodrigazo trataba de combatir la aceleración inflacionaria, pero no se proponía avanzar sobre una
transformación de las estructuras productivas, de allí a que se atacara a la inflación como un fenómeno
puramente monetario y fiscal. Pero los aspectos productivos y monetarios se entrelazaban
estrechamente, por ende los resultados del Rodrigazo no podían se exitosos.
Resultados
1. La inflación se disparo con violencia, mientras los salarios reales se contraían y provocaban un
recrudecimiento de la puja distributiva.
2. Debido a la pérdida de valor del dinero, los argentinos, comenzaron a refugiarse en monedas
extranjeras.
3. La contracción de la demanda de moneda local aceleraba la inflación y alentaba la especulación en
el mercado negro de divisas, el cual disminuía las reservas del Gobierno y agravaba la precaria
situación.
4. La presidenta resolvió anular los convenios laborales que habían sido acordados en los meses
precedentes, reducía los aumentos salariales del 100% al 50%, por esta ruptura los sindicatos
provocaron el alejamiento de López Rega, y la renuncia de Rodrigo.
El Rodrigazo presento un cambio de modelo económico porque fue un ajusto significativo y un
verdadero shock económico. Afecto notablemente a los asalariados. Además como resultado del shock
a partir de febrero de 1976 se desato finalmente un proceso hiperinflacionario, que iba a ser uno de los
pretextos principales para la aplicación de los planes económicos de la dictadura militar. Sin embargo en
lo económico el Rodrigazo no llego a constituir el inicio de la aplicación de reformas neoliberales ni en lo
político dio lugar a la destrucción de las organizaciones gremiales y populares, cambiaria radicalmente el
modo de acumulación, se desindustrializaría el país, se incrementaría notablemente el endeudamiento
externo.
El gobierno de Isabel Perón intento sobrevivir a las presiones militares, los conflictos sociales y la
violencia terrorista con la aplicación de un plan de estabilización a medida de los diseñados por el FMI, a
partir del cual se obtendría un préstamo que permitiría la dura situación económica. Este programa
contemplaba una nueva devaluación pero la situación política de la presidenta le era profundamente
adversa.
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8.3 La evolución de los sectores económicos.
Transformaciones en la Industria
La crisis política, la indefinición en materia política económica por parte del nuevo gobierno de facto y
las propias tensiones del sector se conjugaron para provocar la tasa mas baja de crecimiento del periodo
1964-1974, aunque sin llegar a una contracción de la producción.
Luego del lanzamiento del programa económico piloteado por Krieger Vasena, la industria retomo el
sendero de expansión sostenida, que se prolongo por siete años a tasas que superaban el 6%, mientras
su participación en la estructura del PBI se incrementaba de manera significativa.
En el campo industrial de la política el objetivo se concentraba en la búsqueda de una mayo eficiencia y
de una modernización del aparato productivo. Para ello el capital extranjero cumplía un papel de
importancia, las medidas adoptadas fortalecían los estímulos para el ingreso de empresas, que se
superponían a las condiciones ventajosas de las que estás ya gozaban, entre las cuales se destacaban:
capacidad de financiación autónoma provista por la casa matriz, acceso a fuentes crediticias
internacionales a tasas muy inferiores a las locales y disponibilidad de los desarrollos tecnológicos.
La política complementaba las ventajas de diversas maneras:
1. La devaluación posibilitaba un mayor poder de compra con las divisas a ingresar, mientras que no
afectaba demasiado a empresas que utilizaban insumos importados (aumentaba sus costos de
producción). Las ventas de productos argentinos en el exterior podían lograr una mejor inserción,
ya que la devaluación elevaba su competitividad.
2. Se estableció un régimen que otorgaba mayores facilidades para la importación de bienes de
capital.
3. Se firmaron acuerdos con otros países para evitar la doble tributación de impuestos.
4. El restablecimiento de un mercado libre de cambios y los acuerdos con el FMI resultaron un
complemento lógico, que trataba de reforzar la estabilidad de precios.
De este modo el flujo de capitales externos volvió a reanudarse, estimulados por los lineamientos de
política instrumentados por el gobierno y por los fluidos vínculos del ministro con centros financieros
internacionales.
Las inversiones extranjeras
1. Entre 1967 y 70 se registro un ingreso de capitales privados por un valor muy próximo a 740
millones de dólares (el 72% constituía capitales de corto plazo), a los que se les agregaba otros 252
millones obtenidos por el gobierno, que contribuían a fortalecer las reservas de divisas, lo que
permitía generar en los inversores privados confianza.
2. La mayoría de las inversiones se orientaba hacia el sector financiero, alentando las operaciones
especulativas de las actividades productivas. Los recursos de financiación disponibles continuaban
siendo escasos y con tasas de interés muy elevadas.
3. Se acrecentaba la volatilidad, y con ella, la inestabilidad de las cuentas externas.
4. No todo el flujo de capitales se destino al sector financiero, una parte reducida se invirtió en la
industria. La radicación se canalizó en dos sentidos. En primer lugar, se dirigieron hacia empresas
multinacionales ya establecidas, que aprovechaban las nuevas condiciones para ampliar su
capacidad instalada e incorporar nuevas actividades. El segundo foco de inversiones se concentro
en la absorción o adquisición de numerosas empresas de origen nacional, en muchos casos
pequeñas y medianas empresas (la devaluación, el incremento de los costos financieros y las
modificaciones de la estructura tributaria llevo a la quiebra de muchas empresas nacionales y otras
tantas al borde del cierre). Se llego a realizar buenas negociaciones para así conquistar nuevas
posiciones en el mercado local o eliminando parte de la competencia.
Este último tipo de inversiones distaba de efectos beneficiosos significativos sobre las estructuras
económicas internas y magnificaba sus facetas negativas. La dimensión de esas empresas tienden a
generar mercados oligopólicos en los que se acentúa su dominio sobre los competidores y tienen un
poder de control en la fijación de los precios y cantidades producidas. Además, tanto una parte de las
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ganancias como de su capacidad de tributación se remiten al extranjero, provocando un drenaje de
recursos.
También lleva a “desnacionalización”, en las que las inversiones del exterior apuntaban a un
desplazamiento del capital y no complementación en el marco de una política de desarrollo.
En general, los sectores que lograron mejorar su posición dentro de la estructura industrial eran
aquellos en los que predominaba el capital extranjero y que tenían un alto grado de oligopolización, en
la que se destacaba la industria automotriz, acompañadas por las industrias químicas y metalúrgica y
como contracara, fue poco el avance en los sectores en los cuales la sustitución de importaciones
todavía se encontraba retrasada. La estructura industrial continuaba altamente vulnerable a la
evolución de las cuentas externas. Hacia finales de la década de l 1960, se empezó a observar un
progresivo incremento de las exportaciones de productos industriales.
La reinstauración del control e cambios y las minidevaluaciones contribuyeron a controlar la tendencia a
la reevaluación del peso, mientras se instauraban mayores estímulos para la exportación, y un punto
sobre saliente fue la sanción de la Ley “Compre Nacional que obligaba al Estado a privilegiar en sus
compras a las empresas nativas, era muy relevante por el peso que tenia en la estructura de consumo.
Con la llegada del peronismo en 1973 se siguió por incrementar aun más las posibilidades de mejoras
del empresario nacional. Cuyas algunas medidas fueron: en ningún caso se podía otorgar un tratamiento
más favorable a inversores extranjeros que a los nacionales; se detallo áreas de inversiones prohibidas
(como las relacionadas al área de seguridad nacional, la explotación de servicios públicos, bancos,
seguros, etc.); se prohibía la adquisición de acciones de empresas de capital nacional,; la aprobación de
los contratos de radicación debía ser efectuadas por el Congreso en el caso de empresas extranjeras; se
reglamentaba y limitaba la transferencia de utilidades al exterior; se prohibía el acceso al crédito interno
a mas de un año de plazo y se establecían condiciones muy especificas para el endeudamiento externo y
se estableció un régimen general de control basado en la creación del Registro de Inversiones.
El rol del BANADE
Para lograr un mayor control de las empresas extranjeras y una mayor participación del Estado en la
orientación del proceso de desarrollo a través de la propia inversión estatal y del apoyo al empresario
local, la economía argentina debía profundizar su integración en áreas como siderúrgica, petroquímica,
celulosa y papel, etc. Con ahorro nacional y que esto se lograría a través de la creación de grandes
empresas locales con fuerte apoyo local.
Aldo Ferrer consideraba que una adecuada canalización del ahorro interno era clave para impulsar el
desarrollo económico. En la enumeración de las medidas concretas definidas por el Plan Nacional de
Desarrollo y Seguridad figurara en primer lugar la creación de un Banco Nacional de Desarrollo
(BANADE). Este fue creado sobre la bases del ambiguo Banco Industrial, la idea consistía en lograr una
vigorosa concentración de los recursos provenientes del ahorro nacional con el fin de mantener en el
país la capacidad de decisión en sectores dinámicos de la economía nacional y resolver el problema de
financiación a mediano y largo plazo de las empresas industriales.
Pero los ambiciosos objetivos fundacionales, la reorganización administrativa y las previsiones crediticias
chocaron tempranamente con las dificultades en la obtención de los fondos necesarios, problema que
se hizo sentir en mayor gravedad cuando la coyuntura inflacionaria implico una gran cantidad de
empresas viera resentida du liquidez y demandara mayores apoyos a esta institución. Para cubrir la
acrecentada demanda se establecieron normas que posibilitaron operaciones de corto plazo. Todos los
sectores manufactureros se vieron afectados por la incidencia negativa del alza de los costos de
reposición de insumos, de la mano de obra, etc., circunstancia que fue atenuada mediante la
distribución crediticia del BANADE con aportes del BCRA.
El apoyo crediticio no solo se dirigió a las empresas privadas nacionales si no también en mayor medida
que en años anteriores a aquellas estatales o creadas con la participación del Estado. La distribución
sectorial y espacial de los prestamos prácticamente no se alteró a la gestión anterior del Banco
Industrial, solo tuvo mayor relevancia la financiación dirigida a las empresas constructoras.
Las flexibles líneas crediticias para atender las necesidades se combinaron con los apoyos de
“excepción”, la atención “necesidades urgentes” y otros similares, la “cuestión social”. Un ejemplo claro
constituye el denominado régimen de rehabilitación”, esta norma legal estaba destinada a solucionar
los problemas financieros de empresas que se encontraban en virtual cesación de pagos, condonando
sus deudas fiscales y provisionales entre otros beneficios.
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El aporte del BANADE solo se reducía a mantener la empresa en “marcha” y no era suficiente para
resolver plenamente su situación financiera y mucho menos para realizar las inversiones necesarias
tendientes a revitalizar su capacidad productiva.
La acción crediticia del BANADE reflejo las tensiones derivadas de las particulares condiciones de la
economía y la sociedad argentina de la época, donde el poder de las empresas asignado por un rol
dentro de la estructura productiva y social era determinante.
A partir de 1973, la asignación crediticia por sectores o ramas y a nivel regional, quedaron relegadas por
la “lógica crediticias que buscaban a amanera de compensación sostener el mínimo de rentabilidad
empresarial a través de la atención constante de los gastos de evolución.
El BANADE cumplió en este periodo un rol ambiguo, por un lado adquirió un perfil importante en la
promoción e implementación de grandes empresas de capital local, actuando como instrumento
financiero de decisiones tomadas en las altas esferas del poder estatal y por otro lado, coadyuvó al
sostenimiento de empresas ya instaladas asegurando sus condiciones operativas.
El sector agropecuario
Desde 1962-1963 comenzó un ciclo ascendente en el desarrollo agrario pampeano, coronado por la
campaña 1964-1965, con rendimiento particularmente favorables. Los siguientes años se caracterizaron
por fuertes oscilaciones, los principales cultivos registraron altibajos que pusieron en tela de juicio la
hipótesis de un nuevo despegue del sector.
La evidente disminución de las tasas de crecimiento tuvo diversas interpretaciones:
1. La influencia perturbadora de la política económica durante el gobierno de Ongania.
2. García Vázquez, sostiene que el retraso cambiario que se produjo por la inflación y el tipo de
cambio, sumado las retenciones establecidas sobre las exportaciones agropecuarias, incidió
desfavorablemente sobre la producción agrícola.
3. Ferrucci, señala que el sector primario se paralizo durante ese periodo porque el énfasis de la
política económica estaba puesto en el sector secundario.
La correlación entre la política económica y el sector agrícola no fue tan negativa como señalan los
autores citados. En primer lugar las retenciones instauradas en 1967 tenían como objeto evitar que el
sector agrícola se beneficiara de la fuerte devaluación, se lo privaba de una ganancia adicional pero sin
afectar el ingreso que hasta allí obtenían. Los precios relativos del sector no solo disminuyeron, sino que
se incrementaron ligeramente, a partir de 1970, el precio de los productos agropecuario sufrió una
fuerte suba.
Sector Agrario
En 1976 se sanciono un nuevo régimen de arrendamientos y aparcerías rurales, a partir de este
momento fue adquiriendo progresivamente mayor incidencia en la región pampeana la presencia
de contratistas. Esta nueva ley abría el camino para incrementar la productividad, la misma
establecía el derecho a los terratenientes a la expulsión de los arrendatarios y el control sobre los
contratos.
En 1969 se estableció el impuesto de emergencia de las tierras para la explotación agropecuaria,
que establecía un impuesto del 5% sobre la propiedad de la tierra con el propósito de forzar la
intensificación de las explotaciones a cargo de los terratenientes pampeanos.
Trasformación en la región pampeana, tanto en la superficie sembrada como los rendimientos
superaron entre 1966 y 1980.
Proceso de sustitución de cultivos, se observo una tendencia dinámica en la producción de frutas,
hortalizas y legumbres, que posteriormente se extenderían a algunos cultivos industriales, mientras
se perdía las posiciones de los cereales y lino.
También se desarrollo el cultivo de la soja, a partir de 1971-1972, la producción de esta oleaginosa
comenzó un avance acelerado, que le convertiría en pocos años una de las principales fuentes de
ingreso de divisas para la argentina, dada su creciente incidencia en las exportaciones.
10
Sector Ganadero
1. Los establecimientos frigoríficos más grandes de origen extranjero, basados en el negocio de la
exportación, fueron perdiendo posiciones con respecto a frigoríficos medianos y matadero, dedicando
casi exclusivamente al faneamiento para el consumo interno de carnes.
2. Proceso inflacionario interno de los precios de productos cárnicos.
El gobierno peronista consideraba vital acelerar las tasas de exportación del sector agropecuario, a
pesar del avance de las exportaciones no tradicionales, el agro continuaba siendo el principal proveedor
de divisas que luego demandaba la industria para la importación de insumos y maquinarias, por lo tanto,
la expansión de la producción industrial debía sustentarse en un sector agropecuario mas dinámico.
La política agrícola del peronismo se basaba en la combinación de sancionar a aquellos que no
explotaban plenamente el potencial que poseían y beneficios especiales que servían como estímulos.
Para ello se propuso una serie de proyectos, como ser el proyecto de la Ley agraria, que no fue
sancionada, que contemplaba la expropiación de aquellas tierras que no hubieran estado en producción
en los últimos 10 años; y el impuesto a la renta normas potencial de la tierra, la misma trataba de penar
a aquellos que, sin tener sus tierras improductivas, no extraían de ellas todos el fruto posible.
El estado se apropiaba de una proporción mayor del ingreso agropecuario, el ahorro del sector comenzó
a disminuir hacia 1974, pero la política peronista l aparecer no afecto la dinámica de la producción
agrícola, al menos en el corto plazo.
Solo en 1975 se genero un deterioro de manifiesto en las condiciones de las exportaciones agrícolas,
pero en ese momento comenzaba a manifestarse problemas adicionales, como el deterioro de los
precios relativos, la presencia de factores climáticos adversos, y finalmente, el Rodrigazo y el descontrol
económico.
Tema 8 - El Estado Burocratico Autoritario.doc
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