con abundantes mitocondrias, necesarias para los sistemas activos de transporte de iones
(bombas iónicas presentes en la membrana plasmática) que intervienen en dicha secreción.
Clasificación de las glándulas exocrinas de acuerdo con la forma de
secreción:
Merocrinas: La secreción del producto se vierte hacia la luz por exocitosis, manteniéndose la
integridad de las células (p. ej., glándulas sudoríparas y salivales).
Apocrinas: La secreción comprende el material secretorio con una pequeña porción del citoplasma
y las membranas de la porción apical de las células (p. ej., alvéolos mamarios).
Holocrina: La secreción comprende a la totalidad de la célula, que incluye células muertas (p. ej.,
glándula sebácea). La célula destruida es la secreción.
Citocrinas: La formación de gametas puede considerarse como un tipo de secreción citocrina en la
que se produce la «secreción de células vivas» (espermatozoides, ovocito), aunque en rigor de la
verdad es una liberación de células producida por un epitelio.
Clasificación de las glándulas exocrinas de acuerdo con el número de células
que las componen:
Se clasifican en unicelulares o multicelulares:
Glándulas exocrinas unicelulares: El ejemplo típico de glándula exocrina unicelular es la célula
caliciforme, que se encuentra intercalada entre las células del epitelio intestinal y el respiratorio.
Deben su nombre a su forma de cáliz, que adoptan cuando están llenas de gránulos de mucígeno
(fácilmente evidenciables con PAS).
Glándulas exocrinas multicelulares: Las glándulas exocrinas multicelulares se clasifican, a su vez,
por la morfología del conducto excretor (porción que excreta el producto) y del adenómero
(porción que sintetiza y secreta el producto). Si el conducto excretor no es ramificado se denomina
simple, y si es ramificado se denomina compuesto.
El adenómero se puede clasificar de acuerdo con su número y su forma. Por su número, es no
ramificado si está formado por un único adenómero, o ramificado si posee dos o más que
descargan su producto en el conducto excretor.
Por la forma, el adenómero puede ser de tipo tubular (forma de tubo), acinar, alveolar (forma de
matraz o uva) o tuboloalveolar (si tiene forma de un saco dilatado).
Una glándula tubular puede formar a su vez:
a) glándulas tubulares simples o rectas, que semejan «tubos de ensayo», como se observan en las
glándulas fúndicas.
b) glándulas tubulares glomerulares o enrolladas, que son glándulas tubulares que se enrollan
sobre sí mismas «como madejas de lana», y son ejemplo de éstas las glándulas sudoríparas que se
observan en la dermis de la piel.