ATLAS DE ACCESO ABIERTO DE TÉCNICAS
QUIRÚRGICAS EN OTORRINOLARINGOLOGÍA Y
CIRUGÍA DE CABEZA Y CUELLO
TÉCNICA QUIRÚRGICA DE LA ETMOIDECTOMÍA ENDOSCÓPICA (CEFS)
Pedro Monteiro, Darlene Lubbe
La etmoidectomía endoscópica consiste en
la eliminación de las celdillas etmoidales
anteriores +/- posteriores.
El etmoides está muy próximo a la órbita y
su contenido, al nervio óptico, al seno esfe-
noidal, a la placa cribiforme con las menin-
ges superiormente, a las arterias etmoidales
y a los filetes olfatorios. Como todas las
cirugías endoscópicas, la anatomía y la téc-
nica quirúrgica se aprenden mejor en cada-
ver, seguido de cirugía bajo la supervisión
directa de un cirujano con experiencia en
cirugía endoscópica. La etmoidectomía
realizada por un cirujano no familiarizado
con la anatomía detallada de la nariz y senos
paranasales, sobre todo en ausencia de TC o
cuando no es capaz de interpretarla adecua-
damente, o por un cirujano no entrenado en
cirugía endoscópica sinusal, conlleva un
riesgo importante.
Este capítulo explica la anatomía corre-
spondiente, las indicaciones de la cirugía, el
preoperatorio, la instrumentación quirúrgi-
ca, la anestesia, la técnica quirúrgica, los
cuidados postoperatorios y las dificultades
de la etmoidectomía endoscópica.
Anatomía Relevante
Hueso Etmoides
El etmoides tiene 3 partes: placa cribi-
forme; lámina perpendicular; y masas
laterales/laberinto etmoidal (Figuras 1, 2).
Placa cribiforme
La placa cribiforme es un hueso fino como
el papel que forma el techo de la cavidad
nasal y el techo medial del etmoides
(Figuras 2, 3). Se articula con la escotadura
etmoidal del hueso frontal anteriormente
(Figura 2). La crista galli se proyecta
superiormente a partir de la placa cribi-
forme en la línea media y está en contacto
con la hoz del cerebro a lo largo de su borde
posterior (Figura 4). Dos proyecciones
alares (Figuras 2, 5) ayudan a completar el
foramen ciego que contiene la vena emisa-
ria que drena en el seno sagital superior
(Figura 4).
Figura 1: Vista anterior del hueso etmoidal
mostrando la placa cribiforme, crista galli,
lámina perpendicular, y el laberinto etmoi-
dal
Figura 2: Vista superior del hueso
etmoidal
2
Figura 3: TC en corte coronal a través del
etmoides anterior mostrando la lámina
cribiforme (CG = crista galli, CP = placa
cribiforme, UP = proceso unciforme, ION
= nervio orbitario inferior(V2))
Figura 4: La hoz del cerebro se adhiere a
crista galli, y el foramen ciego contiene la
vena emisaria
Figura 5: Hueso etmoidal, vista lateral
La placa cribiforme es estrecha y dotada de
perforaciones múltiples a ambos lados de la
crista galli, donde está contenido el bulbo
olfatorio (Figuras 3, 6), del cual salen las
fibras olfatorias que pasan a través de estas
perforaciones en la placa cribiforme al
cornete superior, zona superior del septum
nasal y cornete medio.
Figura 6: RM corte coronal mostrando los
bulbos olfatorios (flechas) a ambos lados
de la crista galli
Anterior a la placa cribiforme hay una fisura
a cada lado de la crista galli que contiene el
pliegue de la duramadre. Lateral a esta
fisura, hay un foramen por dónde discurre
el nervio nasociliar y la arteria etmoidal
anterior (Figura 7).
Figura 7: TC corte coronal mostrando la
fisura a ambos lados de crista galli (CG) y
el foramen por dónde discurre el nervio
nasociliar y la arteria etmoidal anterior
(AEA)
El techo del etmoides es una zona quirúr-
gica de alto riesgo debido a la proximidad
con la duramadre y el cerebro, al riesgo de
3
causar una fístula de LCR y meningitis, y a
su relación con la arteria etmoidal anterior.
Lateralmente está formado por un segmento
horizontal más grueso (fóvea etmoidal), y
medialmente por un segmento vertical más
fino (lamela lateral de la placa cribiforme)
(Figura 8). La inserción superior/vertical de
la lamela vertical del cornete medio divide
la base de cráneo anterior en la lamela
lateral de la placa cribiforme medialmente y
la fóvea etmoidal lateralmente.
Figura 8: TC corte coronal mostrando la
fóvea etmoidal (FE), lamela lateral de la
placa cribiforme (LL) y el cornete medio
(MT)
La lamela lateral de la placa cribiforme
tiene un espesor de 0.05 - 0.2 mm y es una
zona de alto riesgo de lesión durante la
cirugía. La clasificación de Keros describe
la profundidad de la fosa olfatoria (Figuras
9a, b). Mide la altura de la lamela lateral en
su punto más elevado y se realiza desde la
fóvea etmoidal a la placa cribiforme. Esta
altura es asimétrica en más de un 15% de
los pacientes. Un mayor valor se asocia a un
mayor riesgo de daño de la placa cribifor-
me, fístula de LCR y daño a la arteria
etmoidal anterior.
Lámina perpendicular del etmoides
La lámina perpendicular del etmoides es
una proyección vertical inferior por debajo
de la placa cribiforme y la crista galli que
forma la parte superior del septum óseo
posterior (Figuras 1,5).
Figura 9a: Clasificación de Keros: Tipo I =
1-3 mm (15%)
Figura 9b: Clasificación de Keros: Tipo II
= 4-7mm (70%), Tipo III = 8-16mm (15%).
Tenga en cuenta que la clasificación de
Keros puede ser diferente en cada lado.
Anterosuperiormente se articula con la espi-
na del hueso frontal y nasal; posteriormente
se articula con la cresta esfenoidal y el -
mer; y anteroinferiormente con el cartílago
cuadrangular del septum nasal (Figura 5).
Masas laterales/Laberinto etmoidal
Figura 10: Vista lateral de la lámina
papirácea derecha que constituye la pared
lateral de los senos etmoidales
4
El laberinto etmoidal (masas laterales)
contiene las celdillas etmoidales que son
eliminadas durante la etmoidectomía.
Consiste en numerosas cavidades con pare-
des finas conocidas como celdillas etmoida-
les o senos etmoidales y se encuentran entre
dos placas óseas verticales, la lámina
orbitaria (lámina papirácea) lateralmente y
la lamela basal o vertical del cornete medio
medialmente (Figuras 10, 11, 12, 13).
Figura 11: Vista medial del hueso etmoidal
y senos etmoidales
Figura 12: TC corte coronal de los senos
etmoidales mostrando la lámina papirácea
y la lamela vertical del cornete medio (LL
= lamela lateral de la placa cribiforme, LP
= lámina papirácea, EB = bulla etmoidal,
UP = Apófisis unciforme)
Figura 13: TC corte axial mostrando la
apófisis unciforme (UP), etmoides anterior
(AE), lamela basal del cornete medio (MT),
etmoides posterior (PE) y seno esfenoidal
(SS)
Es crucial estudiar cuidadosamente en el
preoperatorio la TC para detectar anoma-
lías de la anatomía de los senos y evitar
perderse durante el transcurso de la cirugía;
de ahí la necesidad de entender las variacio-
nes de la anatomía del etmoides.
Tipo de celdillas etmoidales conocidas:
Celdillas etmoidales anteriores
o Agger nasi
o Celdas de Haller
o Celdas frontales/frontoetmoidales
o Celdas suprabullares
Celda bullar frontal
Celda etmoidal supraorbitaria
Celdillas etmoidales posteriores
o Celda de Onodi
Las celdillas etmoidales anteriores están
separadas de las celdillas etmoidales
posteriores por la lamela basal, la cual es la
extensión lateral del cornete medio en su
borde posterior (Figura 14). Las celdillas
etmoidales anteriores drenan en el meato
medio.
Las celdillas etmoidales posteriores están
situadas posterior a la lamela basal del
cornete medio. Drenan en el meato superior.
UP
5
Figura 14: Vista sagital a través del
etmoides para mostrar el seno frontal (FS),
agger nasi (AN), etmoides anterior (AE),
lamela basal (flecha amarilla), etmoides
posterior (PE) y seno esfenoidal (SS)
La bulla etmoidal es una referencia con-
stante en la cirugía del etmoides y es la cel-
dilla anterior más grande. Contacta poste-
riormente con la apófisis unciforme (Figura
15).
Figura 15: Vista endoscópica de la bulla
etmoidal izquierda (EB) en el meato medio,
detrás de la apófisis unciforme en forma de
hoz (Un). La flecha apunta a la “axila”
El agger nasi es la celdilla etmoidal más
anterior (Figuras 14, 16). Está localizado en
el hueso lagrimal anterior y superior a la
axila, que es la zona dónde se inserte el
cornete medio a la la pared nasal lateral
(Figura 15). El agger nasi está presente en
el 90% de las TC, y es la celdilla etmoidal
que se neumatiza. Se observa justo encima
del saco lagrimal en el TC coronal (Figura
16). La pared posterior del agger nasi es el
límite anterior del receso frontal (Figure
14), y su pared medial está en estrecho
contacto con la lamela vertical del cornete
medio (Figura 16). La parte superior de la
apófisis unciforme forma parte de la pared
medial del agger nasi. Lateralmente limita
con la lámina papirácea (Figura 16).
Figura 16: TC coronal muestra la celda
agger nasi (AN), cornete inferior (IT) y
medial (MT), y el seno maxilar (MS)
Celdas de Haller son celdillas etmoidales
anteriores que se encuentran dentro del seno
maxilar (Figura 17). Pueden obstruir el
tracto de salida del seno maxilar y deben ser
eliminadas cuando el seno maxilar esté
afectado. En el preoperatorio es importante
identificar estas celdas en la TC si se va a
realizar la cirugía del seno maxilar.
Celdas frontales, también llamadas celdas
frontoetmoidales, son celdillas etmoidales
anteriores que neumatizan el receso/seno
frontal por encima del agger nasi. Bent &
Kuhn clasificaron estas celdas frontales en
4 tipos:
Tipo I: Celda solitaria encima del agger
nasi que no se extiende dentro del seno
frontal (25%)
Tipo II: Grupo de celdas (>2) encima
del agger nasi pero debajo del techo
orbitario (5%)
6
Tipo III: Celda solitaria que se extiende
desde el agger nasi al seno frontal (3%)
(Figura 18)
Tipo IV: Celda aislada dentro del seno
frontal, no contiguo al agger nasi (<1%)
(Figura 19)
La excesiva neumatización de estas celdas
(especialmente tipo III y IV) pueden
obstruir el receso frontal y predisponer a la
afectación del seno frontal.
Figuras 17a, b: TC sagital (arriba) y coro-
nal (abajo) mostrando la celda de Haller
(HC) dentro del seno maxilar *
Figuras 18a, b: TC coronal y sagital. Mues-
tran las celdas de Kuhn tipo III: exten-
diéndose dentro del receso frontal (FE III),
agger nasi (AN), bulla etmoidal (EB),
celdilla etmoidal anterior (AE), celdilla
etmoidal posterior (PE), seno esfenoidal
(SS), cornete inferior (IT) y el cornete
medio (MT) con su lamela basal (línea roja
punteada)
Celdas suprabullares son celdillas etmoid-
ales anteriores que se encuentran por enci-
ma de la bulla etmoidal y se extienden hacia
el receso frontal, pero no dentro del seno
frontal.
La celda frontobullar es una celda supra-
bullar que se neumatiza desde el receso
frontal posterior y lo hace a lo largo de la
base de cráneo en el seno frontal (Figura
19).
*
a
*
b
a
b
7
Figura 19: TC sagital se observa una celda
de Kuhn tipo IV (FE IV) (celda aislada
dentro del seno frontal) y una celda fronto-
bullar (neumatiza a lo largo de la base del
cráneo dentro del seno frontal)
La celda etmoidal supraorbitaria es una
celdilla etmoidal suprabullar que surge
detrás del receso frontal y se extiende sobre
la órbita neumatizando la placa orbitaria del
hueso frontal (Figuras 20a, b). Cuando es
grande, puede confundirse con el seno
frontal y puede obstruir el receso frontal.
La celda de Onodi es una celdilla etmoidal
(esfenoetmoidal) posterior que se extiende
superior y con frecuencia lateral al seno
esfenoidal (Figuras 21, 22).
Figura 20a: TC coronal mostrando una
celdilla etmoidal supraorbitaria (SOC).
Puede distinguirse del seno frontal por la
neumatización posterior a la arteria
etmoidal anterior (AEA)
Figura 20b: TC sagital mostrando la celda
etmoidal supraorbitaria (SOC) con neuma-
tización posterior a la arteria etmoidal
anterior
Figura 21: TC coronal mostrando la
proximidad de la Celda de Onodi (ON) al
nervio óptico (CN II)
Figura 22: TC sagital mostrando celda de
Onodi (On), glándula pituitaria (PG) y el
seno esfenoidal (SS)
a
b
8
Los tabiques horizontales dentro del seno
esfenoidal vistos en la TC representan una
celda de Onodi, siendo la celda de Onodi la
celda posterolateral con respecto al tabique
horizontal (Figuras 21, 22). Se encuentra en
hasta el 25% de los pacientes, y es
importante identificarlo en la TC preopera-
toria porque si no hay seno esfenoidal detrás
(porque el seno esfenoidal está debajo de la
celda de Onodi), entonces la fosa craneal
medial está inmediatamente detrás de la
celda de Onodi. A menudo está estrecha-
mente relacionada con el nervio óptico y,
por lo tanto, el nervio tiene un gran riesgo
de ser dañado durante la cirugía del
etmoides posterior. Hay un mayor riesgo de
lesión del nervio óptico (15% dehiscente en
la celda de Onodi), lesión de la arteria
carotídea (20% dehiscente en la celda de
Onodi) o de lesión cerebral.
Anatomía de los cornetes, apófisis unci-
forme, lámina papirácea y pared lateral
nasal
Messerklinger describ 5 lamelas (estruc-
turas óseas) que atraviesan el etmoides y se
extienden desde la lámina papirácea
lateralmente a la placa cribiforme superior-
mente y está entre la fóvea etmoidal y el
hueso frontal (Figura 23).
1
ª
Lamela: Apófisis unciforme (lamela
desarrollada de forma incompleta)
2
º
Lamela: Lamela de la bulla (la neumati-
zación de esta lamela forma la bulla etmoid-
al)
3
º
Lamela: Lamela basal del cornete medio
(lamela más constante y completamente
desarrollada)
4
º
Lamela: Cornete superior
5
º
Lamela: Cornete supremo (presente de
forma ocasional)
Figura 23: Las 5 lamelas de Messerklinger
Cornete medio
Es la principal referencia anatómica
durante la cirugía sinusal, por lo que el
cornete medio debe preservarse siempre.
El cornete medio es parte del hueso
etmoides. Está vascularizado, contiene
tejido glandular eréctil en el hueso esponjo-
so y está recubierto por epitelio respiratorio
ciliado columnar pseudoestratificado. Ante-
riormente se fusiona con el agger nasi para
formar la axila (Figura 24).
Figura 24: Vista endoscópica de (L) la
bulla etmoidal (EB) en el meato medio,
detrás de la apófisis unciforme (Un) y la
axila (*)
Superiormente se une a la lamela lateral de
la placa cribiforme en el plano sagital.
*
9
Posteriormente gira para recostarse en el
plano coronal (lamela basal) y se une a la
lámina papirácea, por lo tanto, separa las
celdillas etmoidales anteriores de las
posteriores. (Figura 25). Posterior al fora-
men esfenopalatino se une con la lámina
perpendicular del hueso palatino en el plano
horizontal.
Figura 25: TC axial del seno etmoidal
mostrando la lámina papirácea (LP), la
lamela basal del cornete medio (MT), bulla
etmoidal (EB), receso retrobullar (RBR),
cornete superior (ST), septum intersinusal
del esfenoides (ISS), y su relación con la
carótida interna (CA)
La lamela basal es la extensión lateral del
cornete medio que se une a la lámina
papirácea. Es una importante referencia
anatómica para identificar durante la ciru-
gía, ya que separa las celdillas etmoidales
anteriores de las posteriores (Figuras 25,
26, 27).
Figura 26a: Anatomía del cornete medio:
Corte coronal a través del etmoides
anterior mostrando la placa cribiforme fina
como el papel, la fóvea etmoidal más
gruesa, y el punto dónde la arteria etmoidal
anterior atraviesa la lamela lateral de la
placa cribiforme.
Figura 26b: Anatomía del cornete medio:
Vista coronal que ilustra la lamela basal
con su recorrido horizontal y uniéndose a
la lámina papirácea para separar las
celdillas etmoidales anteriores de las
posteriores
Placa cribiforme
Arteria etmoidal anterior
Lamela lateral de la placa cribiforme
Fóvea etmoidal
Cornete medio
Seno esfenoidal
Órbita
Cornete superior
Lamela basal uniéndose a
la lámina papirácea
Cornete medio
10
Figura 26c: Anatomía del cornete medio:
Vista axial que muestra la lamela basal
separando el etmoides anterior del
posterior
Anterior Posterior
Posterior Anterior
Figura 27: Forma de (L) cornete medio
La concha bullosa es un cornete medio
neumatizado y está presente en hasta el 50%
de la población (Figura 28).
Figura 28: Concha bullosa (CB)
Aunque puede obstruir el complejo osteo-
meatal y predisponer a la rinosinusitis
aguda o crónica, la mayoría de las personas
con concha bullosa son asintomáticas. Una
concha puede impedir el acceso al meato
medio y debe reducirse antes de la uncinec-
tomía o etmoidectomía
El cornete medio debe manejarse con
mucho cuidado por las siguientes razones:
Se une a la placa cribiforme arriba: la
excesiva manipulación del cornete
puede fracturar la placa cribiforme y
causar una fístula de LCR (Figura 29)
La placa cribiforme es muy fina en la
zona medial al cornete: por lo tanto, los
cirujanos deben evitar esta área durante
la cirugía (Figura 29)
El área olfatoria de la nariz se encuentra
entre el cornete y el tabique; por lo tan-
to, la cirugía y, en consecuencia, las
adherencias que se producen medial-
mente al cornete pueden causar anosmia
La extensión lateral del cornete medio
llamada lamela basal, divide las celdil-
las etmoidales anteriores de las poste-
riores y debe identificarse en la cirugía
como un punto de referencia anatómico
Lamela basal
Lamela basal
Seno esfenoidal
Cornete superior
Etmoides posterior
Lámina papirácea
Lamela basal del cornete medio
Etmoides anterior
Cornete medio
Apófisis unciforme
Saco lagrimal
Agger nasi
11
Figura 29: Cornete medio (MT) se une a la
placa cribiforme arriba, la cual es muy fina
medialmente. Fíjese en la lámina papirácea
(LP)
El borde libre del cornete medio
generalmente está orientado
medialmente hacia el meato medio,
pero también puede orientarse
paradójicamente lateralmente (Figura
30)
Figura 30: Cornete medio con curvatura
paradójica alejada del meato medio
Apófisis unciforme
La apófisis unciforme es una proyección
delgada, en forma de hoz del hueso
etmoides que se encuentra anteriormente en
la pared nasal lateral (Figuras 10, 11, 12,
13, 23, 24, 30 y 31). Al retirar la apófisis se
permite el acceso al hiato semilunar y a la
bulla etmoidal. Tiene un borde posterior
libre que se encuentra anterior a la bulla
etmoidal (Figura 23). La apófisis se une al
borde posterior del hueso lagrimal anterior-
mente y al borde superior del cornete infe-
rior por debajo, y tiene un borde libre
cubierto posteriormente por mucosa. Supe-
riormente se puede insertar a la lámina
papicea, fóvea etmoidal o cornete medio.
Esta inserción superior influye en la vía de
drenaje del seno frontal (ya sea medial a la
apófisis o directamente en el infundíbulo
etmoidal superior). Tenga en cuenta su
proximidad a la pared orbitaria (Figura 31),
que puede lesionarse si el cirujano utiliza
una técnica quirúrgica deficiente. La
apófisis unciforme puede estar neumatizada
y causar obstrucción del infundíbulo o tener
más de una fijación superior.
Figura 31: TC coronal que muestra la
apófisis unciforme (UP), bulla etmoidal
(EB), cornete medio (MT), cornete inferior
(IT). Fijarse en la proximidad de la apófisis
unciforme a la pared orbitaria
LP
12
Lámina papirácea (Figuras 26, 32)
La pared lateral del laberinto está formada
por la placa orbitaria del etmoides (lámina
papirácea). Se articula con la placa orbita-
ria del hueso frontal superiormente, con el
proceso maxilar y orbitario del palatino
inferiormente, con el hueso lagrimal ante-
riormente y con el esfenoides posterior-
mente (Figura 29).
Figura 32: Vista lateral de la lámina
papirácea derecha que constituye la pared
lateral del seno etmoidal
Ostium seno maxilar (Figura 33)
El ostium del seno maxilar está localizado
en el área superomedial del seno maxilar. Se
abre en el infundíbulo etmoidal. El ostium
natural tiene típicamente forma ovalada y
una orientación oblicua. El ostium natural
no se observa bajo visualización endoscópi-
ca excepto que se haya eliminado la apófisis
unciforme.
Fontanelas anterior y posterior y ostium
accesorio (Figura 33)
Las fontanelas anterior y posterior son
defectos óseos en la pared medial del seno
maxilar por encima del cornete inferior.
Las fontanelas están recubiertas por mucosa
y tejido conectivo. Los defectos en las
fontanelas se llaman ostium accesorios
(Figura 33). Se localizan normalmente
posteriores y son esféricas con su eje largo
en el plano horizontal.
Figura 33: Ostium natural del seno maxilar
izquierdo (NO) y ostium accesorio (AO)
Anatomía del complejo osteomeatal,
meatos y recesos
Complejo osteomeatal (Figure 34)
Es una unidad funcional la cual sirve como
vía de drenaje común del seno frontal,
maxilar y esfenoidal. Incluye el infundíbulo
etmoidal, cornete medio, bulla etmoidal,
apófisis unciforme, hiato semilunar y rece-
so frontal.
Figura 34: TC coronal que muestra el
complejo osteomeatal (sombreado rojo) y
mo un cornete medio neumatizado (con-
cha bullosa) puede impedir el acceso al
13
meato medio. Receso frontal (FR), bulla
etmoidal (EB), concha bullosa (CB), apófi-
sis unciforme (UP), ostium maxilar natural
(MO), nervio orbitario inferior (ION)
Meato medio (Figura 35)
Figura 35: Flechas amarillas apuntan al
meato medio entre el cornete medio y la
pared lateral nasal, y la apófisis unciforme
(flecha blanca)
El meato medio es un canal curvo antero-
posterior por encima del cornete inferior,
entre el cornete medio y la pared nasal
lateral.
Hiato semilunar (Figuras 36, 37)
El hiato semilunar es la “entrada” al
infundíbulo etmoidal. Es una apertura
bidimensional entre el borde libre posterior
de la apófisis unciforme y la cara anterior de
la bulla etmoidal.
Infundíbulo etmoidal (Figuras 36, 37)
Es un espacio tridimensional delimitado por
la apófisis unciforme medialmente, ostium
del seno maxilar inferiormente, lámina
papirácea y el proceso frontal del maxilar
(+/- hueso lagrimal) lateralmente y la bulla
etmoidal posteriormente. Anteriormente
finaliza en forma ciega en un ángulo agudo
dónde la apófisis unciforme se inserta a la
pared nasal lateral y tiene una configuración
superior variable dependiendo de la unión
de la apófisis unciforme (ya sea si termina
ciegamente en el receso terminal si la unión
es a la lámina papirácea, o dentro del receso
frontal si está unido a la base del cráneo o al
cornete medio).
Receso retrobullar (Figuras 36, 37)
El receso retrobullar es un espacio que
puede estar presente entre la superficie
posterior de la bulla etmoidal y la lamela
basal.
Figura 36: Vista axial superior del hiato
semilunar, infundíbulo etmoidal, hiato
semilunar superior, receso retrobullar,
bulla etmoidal, conducto nasolagrimal,
apófisis unciforme, lámina papirácea;
lamela basal y el cornete medio
Punta nasal
Conducto nasolagrimal
Septum nasal
Cornete medio
Apófisis unciforme
Infundíbulo etmoidal
Hiato semilunar
Bulla etmoidal
Lámina papirácea
Hiato semilunar
superior
Receso retrobullar
Lamela basal
14
Figura 37: TC axial que muestra las rela-
ciones de varias estructuras, hendiduras y
espacios. Hiato semilunar (línea roja), apó-
fisis unciforme (UP), cornete medio (MT),
bulla etmoidal (EB), cornete superior (ST),
seno esfenoidal (SS), infundíbulo etmoidal
(In), receso retrobullar (RBR), receso
esfenoetmoidal (SER)
Receso suprabullar
El receso suprabullar puede estar presente
entre la bulla y la fóvea etmoidal.
Receso esfenoetmoidal (Figuras 37, 38)
El receso esfenoetmoidal se encuentra
anterior a la cara esfenoidal (pared anterior
del esfenoides) y medial al cornete superior.
El ostium esfenoidal está localizado medial
al cornete superior (85%) a nivel horizontal
del borde superior del ostium maxilar natu-
ral.
Figura 38: Vista del ostium del seno
esfenoidal (SO) en el receso esfenoet-
moidal; este ostium está a 3 medidas de
punta de aspirador encima de la coana
posterior (PC))
Anatomía de las arterias
Arteria etmoidal anterior
La arteria etmoidal anterior es una rama de
la arteria oftálmica, que es una rama de la
arteria carótida interna (Figura 39).
Figura 39: Arteria oftálmica da lugar a las
arterias etmoidales anterior y posterior
En la órbita discurre entre el recto medial y
el músculo oblicuo superior para salir por el
15
foramen etmoidal anterior donde forma una
“pico” a medida que atraviesa la lámina
papirácea (Figuras 40, 41). Atraviesa el
techo etmoidal oblicuamente desde postero-
lateral a anteromedial (Figura 42).
Figura 40: TC coronal de la arteria
etmoidal anterior (AEA) que sale de la
órbita por el foramen etmoidal anterior
(entre los músculos oblicuo superior (SO) y
el recto medial (MR))
Figura 41: TC axial que muestra la arteria
etmoidal anterior (AEA), la arteria etmoi-
dal posterior (PEA), recto medial (MR) y la
órbita (O)
Figura 42: Posición de la arteria etmoidal
anterior (AEA) con la lámina papirácea
extirpada y su relación con el receso frontal
(FR) indicado con una flecha azul. Cornete
medio (MT), bulla etmoidal abierta (EB),
antrostomía meatal media (MMA)
Su relación con la base del cráneo es
importante ya que puede estar cubierta por
hueso o estar suspendida en un mesenterio
hasta 5 mm por debajo de la base del cráneo,
lo que aumenta el riesgo de lesiones durante
la operación, especialmente durante la
etmoidectomía anterior o durante la cirugía
en el receso frontal. Es importante tener en
cuenta que su posición puede variar en cada
lado. La lesión de la arteria puede hacer que
se retraiga hacia la órbita, formando
rápidamente un hematoma orbitario. Esto
puede causar tracción en el nervio óptico y
ceguera. Por lo tanto, es importante saber
cómo realizar una cantotomía lateral y
descompresión (medial y / o lateral) en caso
de lesión de la arteria para prevenir la
discapacidad visual.
La arteria etmoidal anterior ingresa en la
fosa craneal anterior a través de la lamela
lateral de la placa cribiforme después de
atravesar el etmoides anterior y luego gira
anteriormente en el sulcus etmoidal anterior
antes de volver a entrar a la fosa nasal para
vascularizar el septum anterior y el cornete
medio (Figuras 39, 43). El sulcus etmoidal
anterior es la zona más fina de la base de
cráneo y es un sitio común de fístula de

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Técnica de quirurgica de la etmoidectomía endoscópica _CEFS_.pdf
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