ANATOA Y FISIOLOGÍA DEL SISTEMA NERVIOSO
El sistema nervioso (SN constituye el sistema de control más importante del
organismo y , junto con el sistema endocrino, desempeña la mayoría de las
funciones de regulación. En general, el SN controla las actividades rápidas del
cuerpo, como las contracciones musculares, los fenómenos viscerales que
evolucionan rápidamente, e incluso las secreciones de algunas glándulas
endocrinas. En cambio, el sistema endocrino, regula principalmente las funciones
metabólicas del organismo.
Anatomía del sistema nervioso
El sistema nervioso central está formado por el cerebro y la médula espinal. En él
residen todas las funciones superiores del ser humano, tanto las cognitivas como las
emocionales. Sus partes más importantes son:
Anatomía del encéfalo
o Cerebro
o Cerebelo
o Tronco del encéfalo
Médula espinal
Sistema nervioso periférico
Constituye el tejido nervioso que se encuentra fuera del sistema nervioso central,
representado fundamentalmente por los nervios periféricos que inervan los músculos
y los órganos
Sistema nervioso autónomo o vegetativo
El sistema nervioso autónomo regula las funciones internas del organismo con
objeto de mantener el equilibrio fisiológico. Controla la mayor parte de la actividad
involuntaria de los órganos y gndulas, tales como el ritmo cardíaco, la digestión o
la secreción de hormonas. Se clasifica en:
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Sistema nervioso simpático
Sistema nervioso parasimpatico
SISTEMA NERVIOSO CENTRAL (SNC)
El sistema nervioso central (*) es una estructura extraordinariamente compleja que
recoge millones de estímulos por segundo que procesa y memoriza continuamente,
adaptando las respuestas del cuerpo a las condiciones internas o externas. Está
constituído por siete partes principales (*)
Encéfalo anterior que se subdivide en dos partes:
o Hemisferios cerebrales
o Diencéfalo (tálamo e hipotálamo)
Tronco encefálico
o Mesencéfalo
o Protuberancia
o Bulbo raquídeo
Cerebelo
Médula espinal
A menudo, el encéfalo se divide en tres grandes regiones: el prosencéfalo
(diencéfalo y hemisferios cerebrales), el meséncefalo y el rombencéfalo (bulbo
raquídeo, protuberancia y cerebelo).
Todo el neuroeje está protegido por estructuras óseas (cráneo y columna vertebral) y
por tres membranas denominadas meninges (*). Las meninges envuelven por
completo el neuroeje, interponiéndose entre este y las paredes óseas y se dividen
en encefálicas y espinales. De afuera hacia adentro, las meninges se denominan
duramadre, aracnoides y piamadre.
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Duramadre
La más externa, la duramadre, es dura, fibrosa y brillante. Envuelve completamente
el neuroeje desde la bóveda del cráneo hasta el conducto sacro. Se distinguen dos
partes:
Duramadre craneal: está adherida a los huesos del cráneo emitiendo
prolongaciones que mantienen en su lugar a las distintas partes del encéfalo y
contiene los senos venosos, donde se recoge la sangre venosa del cerebro. Los
tabiques que envía hacia la cavidad craneana dividen esta en diferentes celdas:
Tentorio o tienda del cerebelo: un tabique transversal tendido en la parte posterior de
la cavidad craneal que separa la fosa cerebral de la fosa cerebelosa. En el centro y
por delante delimita el foramen oval de Pacchioni, una amplia abertura a través de la
cual pasa el mesencéfalo (*) Por detrás, a lo largo de su inserción craneal corren las
porciones horizontales de los senos laterales (*).
La hoz del cerebro, un tabique vertical y medio que divide la fosa cerebral en dos
mitades (*). Presenta una curvatura mayor en cuyo espesor corre el seno sagital
superior y una porción rectilína que se une a la tienda del cerebelo a lo largo de su
línea medio por la que corre el seno recto.
Tienda de la hipófisis que separa la celda hipofisiaria (un estrecho espacio situado
sobre la silla turca del esfenoides y ocupada por la hipófisis) de la celda cerebral
La hoz del cerebelo, que separa los dos hemisferios cerebelosos.
Duramadre espinal: encierra por completo la médula espinal. Por arriba, se adhiere
al agujero occipital y por abajo termina a nivel de las vertebras sacras formando un
embudo, el cono dural. Está separada de las paredes del conducto vertebral por el
espacio epidural, que está lleno de grasa y recorrido por arteriolas y plexos venosos
Aracnoides
La intermedia, la aracnoides, es una membrana transparente que cubre el encéfalo
laxamente y no se introduce en las circunvoluciones cerebrales. Está separada de la
duramadre por un espacio virtual (o sea inexistente) llamado espacio subdural.
Piamadre
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Membrana delgada, adherida al neuroeje, que contiene gran cantidad de pequeños
vasos sanguíneos y linfáticos y está unida íntimamente a la superficie cerebral.
En su porción espinal forma tabiques dentados dispuestos en festón, llamados
ligamentos dentados (*) . Entre la aracnoides y la piamadre se encuentra el espacio
subaracnoideo que contiene el líquido cefalorraquídeo y que aparece atravesado por
un gran número de finas trabéculas.
Anatomía del encéfalo
Desde el exterior, el encéfalo aparece dividido en tres partes distintas pero
conectadas:
Cerebro: la mayor parte del encéfalo (*)
Cerebelo (*)
Tronco del encéfalo (*)
El término tronco, o tallo del encéfalo, se refiere a todas las estructuras que hay
entre el cerebro y la médula espinal, esto es, el mesencéfalo o cerebro medio, el
puente o protuberancia y el bulbo raquídeo o médula oblongada
El encéfalo está protegido por el cráneo y, además, cubierto por las meninges.
Cerebro
Constituye la masa principal del encéfalo y es lugar donde llegan las señales
procedentes de los órganos de los sentidos, de las terminaciones nerviosas
nociceptivas y propioceptivas. Se desarrolla a partir del telencéfalo. El cerebro
procesa toda la información procedente del exterior y del interior del cuerpo y las
almacena como recuerdos. Aunque el cerebro sólo supone un 2% del peso del
cuerpo, su actividad metabólica es tan elevada que consume el 20% del oxígeno. Se
divide en dos hemisferios (*) cerebrales, separados por una profunda fisura, pero
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unidos por su parte inferior por un haz de fibras nerviosas de unos 10 cm llamado
cuerpo calloso (*), que permite la comunicación entre ambos. Los hemisferios
suponen cerca del 85% del peso cerebral y su gran superficie y su complejo
desarrollo justifican el nivel superior de inteligencia del hombre si se compara con el
de otros animales.
Los ventrículos son dos espacios bien definidos y llenos de líquido que se
encuentran en cada uno de los dos hemisferios (*). Los ventrículos laterales se
conectan con un tercer ventrículo localizado entre ambos hemisferios, a través de
pequeños orificios que constituyen los agujeros de Monro o forámenes
interventriculares. El tercer ventrículo desemboca en el cuarto ventrículo, a través de
un canal fino llamado acueducto de Silvio. El líquido cefalorraquídeo que circula en
el interior de estos ventrículos y además rodea al sistema nervioso central sirve para
proteger la parte interna del cerebro de cambios bruscos de presión y para
transportar sustancias químicas.
Este líquido cefalorraquídeo se forma en los ventrículos laterales, en unos
entramados vasculares que constituyen los plexos coroideos (*)
En cada hemisferio se distinguen:
La corteza cerebral o sustancia gris, de unos 2 ó 3 mm de espesor, formada por
capas de células amielínicas (sin vaina de mielina que las recubra). Debido a los
numeroso pliegues que presenta, la superficie cerebral es unas 30 veces mayor que
la superficie del cráneo. Estos pliegues forman las circunvoluciones cerebrales,
surcos y fisuras y delimitan áreas con funciones determinadas, divididas en cinco
lóbulos (*). Cuatro de los lóbulos se denominan frontal, parietal, temporal y occipital.
El quinto lóbulo, la ínsula, no es visible desde fuera del cerebro y está localizado en
el fondo de la cisura de Silvio. Los lóbulos frontal y parietal están situados delante y
detrás, respectivamente, de la cisura de Rolando. La cisura parieto-occipital separa
el lóbulo parietal del occipital y el lóbulo temporal se encuentra por debajo de la
cisura de Silvio.
La sustancia blanca, mas interna constituída sobre todo por fibras nerviosas
amielínicas que llegan a la corteza
Desde del cuerpo calloso, miles de fibras se ramifican por dentro de la sustancia
blanca. Si se interrumpen los hemisferios se vuelven funcionalmente independientes
El diencéfalo origina el tálamo y el hipotálamo:
Tálamo:
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Esta parte del diencéfalo consiste en dos masas esféricas de tejido gris,
situadas dentro de la zona media del cerebro, entre los dos hemisferios
cerebrales. Es un centro de integración de gran importancia que recibe las
señales sensoriales y donde las señales motoras de salida pasan hacia y
desde la corteza cerebral. Todas las entradas sensoriales al cerebro, excepto
las olfativas, se asocian con núcleos individuales (grupos de células
nerviosas) del tálamo.
Hipotálamo:
El hipotálamo está situado debajo del tálamo en la línea media en la base del
cerebro (*) . Está formado por distintas regiones y núcleos hipotalámicos
encargados de la regulación de los impulsos fundamentales y de las
condiciones del estado interno de organismo (homeostasis, nivel de
nutrientes, temperatura) (*). El hipotálamo también está implicado en la
elaboración de las emociones y en las sensaciones de dolor y placer. En la
mujer, controla el ciclo menstrual.
El hipotálamo actúa también como enlace entre el sistema nervioso central y
el sistema endocrino. En efecto, tanto el núcleo supraóptico como el núcleo
paraventricular y la eminencia mediana están constituídas por células
neurosecretoras que producen hormonas que son transportadas hasta la
neurohipófisis a lo largo de los axones del tracto hipotálamo-hipofisiario. Allí
se acumulan para ser excretadas en la sangre o para estimular células
endocrinas de la hipófisis.
Arquitectura interna del cerebro
La parte interna del cerebro está formada por los núcleos grises centrales rodeados
de sustancia blanca, las formaciones comisurales que conectan ambos hemisferios y
las cavidades ventrículares.
Núcleos grises del cerebro
Los núcleos grises del cerebro son formaciones de sustancia gris situadas en la
proximidad de la base del cerebro; representan relevos en el curso de las vías que
van a la corteza cerebral y de las que, desde la corteza, descienden a otros
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segmentos del neuroeje (sobre todo, a los núcleos del mesencéfalo). Para cada
hemisferio, los núcleos se dividen en: tálamo óptico, núcleo caudado, putamen,
pallidum (Ios dos últimos constituyen juntos el núcleo lenticular) y antemuro o
claustrum. Entre estos núcleos se encuentran interpuestas dos láminas de sustancia
blanca, llamadas cápsula interna y cápsula externa; una tercera lámina, la cápsula
extrema, está interpuesta entre el antemuro y la corteza cerebral del lóbulo de la
ínsula (*)
El tálamo óptico
Es un grueso núcleo de sustancia gris con forma ovoide, situado al lado del III
ventrículo (*). Su polo anterior tiene, por encima, la cabeza del núcleo caudado, y
está en relación con el pilar anterior del trígono; delimita, con este último, el agujero
de Monro, que pone en comunicación el III ventrículo con el ventrículo lateral. El polo
posterior, más voluminoso, corresponde a la encrucijada del ventriculo lateral. La
cara interna constituye la parte lateral del III ventrículo. La cara externa está rodeada
por la cápsula interna. La cara superior forma, por su mitad anterior, el suelo del
ventriculo lateral, mientras que la mitad posterior está en relación con el trigono. La
cara inferior descansa sobre el hipotálamo. En la zona en que la cara inferior se
continúa con la posterior, existen dos salientes, llamados cuerpos geniculados,
externo e interno. Estos salientes están unidos a los tubérculos cuadrigéminos del
mismo lado mediante dos cordones, llamados brazos conjuntivales o cuadrigéminos.
El tálamo está formado por varios núcleos secundarios, que pueden dividirse en
cuatro grupos : anterior, posterior, ventral y dorsal; además de los cuerpos
geniculados. Estos núcleos, en relación con sus conexiones, pueden agruparse en
tres sistemas fundamentales :
el sistema de los núcleos de proyección específica, al que llegan los haces
nerviosos que transportan la sensibilidad general (es decir, la sensibilidad
táctil, térmica, dolorosa y profunda) y las sensibilidades especificas (o sea, la
sensibilidad olfatoria, visual, etc.); de estos núcleos parten fibras que se
irradian a las correspondientes zonas corticales, formando la radiación
talamocortical;
el sistema de los núcleos de proyección inespecífica, que no reciben fibras de
la periferia, sino que las envían alas zonas asociativas de los lóbulos frontal y
parietal;
el sistema de los núcleos de asociación directa subcortical, que envían fibras
a los núcleos hipotalámicos, pero no a la corteza.
El núcleo candado
Tiene forma de una coma dirigida de delante a atrás (*). El extremo anterior o
cabeza, se apoya en el polo anterior del tálamo óptico y sobresale en el asta frontal
del ventriculo lateral; lateralmente está conectado con el putamen, por la presencia
de un puente de sustancia gris. La parte media o cuerpo, se apoya en el tálamo,
sobresaliendo por arriba en la cavidad del ventriculo lateral. La extremidad posterior,
afilada, o cola, rodea al polo posterior del tálamo y termina desviándose hacia fuera
y entrando en relación con el putamen.
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El núcleo lenticular
El putamen y el pallidum constiuyen juntos, el núcleo lenticular. En las secciones
frontales éste presenta la forma de una cuña, con el vértice dirigido hacia dentro y
hacia abajo; la porción externa corresponde al putamen y la interna al pallidum. Por
dentro y arriba, el núcleo lenticular está separado del tálamo y del núcleo caudado
por la interposición de la cápsula interna; por fuera, está limitado por la cápsula
externa; por abajo, se apoya en una capa de sustancia blanca (porción sublenticular
de la cápsula interna), que lo separa del núcleo amigdalino, de la cola del núcleo
caudado y de la sustancia innominada de Reichert. El núcleo lenticular está en
conexión, principalmente, con el área motora y premotora de la corteza y con los
núcleos talámicos, hipotalámicos y mesencefálicos.
El antemuro.
Es una delgada lámina gris, situada entre la cápsula externa y la cápsula extrema,
conectada, principalmente, mediante fibras de paso, con la corteza de la ínsula.
LA SUSTANCIA BLANCA DE LOS HEMISFERIOS
La sustancia blanca está representada por sistemas de fibras que conectan entre sí
diversos puntos de la corteza cerebral o la corteza con los distintos núcleos del
neuroeje. Se espesa en determnadas zonas del cerebro: se extiende uniformemente
bajo la corteza cerebral entre ésta y los núcleos centrales, formando el centro oval
de Vieussens; además, se distribuye en láminas, aproximadamente verticales, que
se interponen entre los núcleos centrales y entre éstos y la corteza, formando la
cápsula interna, la cápsula externa y la cápsula extrema.
La cápsula interna es una espesa lámina de sustancia blanca, situada por fuera del
tálamo óptico; está compuesta por fibras que se irradian desde el tálamo a la corteza
cerebral y por otras que, desde la misma corteza, descienden a los núcleos grises
del cerebro y de otras partes del neuroeje. Está formada de varios segmentos: el
brazo anterior, la rodilla, el brazo posterior y la porción retrolenticular,
La cápsula externa es una amplia lámina vertical, situada entre el núcleo lenticular y
el antemuro. La cápsula extrema está comprendida entre el antemuro y la corteza de
la ínsula.
LAS FORMACIONES COMISURALES
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Son sistemas de fibras mielínicas que conectan un hemisferio con el contralateral, es
decir, el del lado opuesto. Están representadas por el cuerpo calloso, el fórnix o
trígono, la comisura blanca anterior y el septum lucidum.
El cuerpo calloso (*) se compone de una parte media, o tronco del cuerpo calloso, y
dos extremos: el anterior se dobla hacia abajo, formando la rodilla del cuerpo calloso
y termina adelgazándo, recibiendo el nombre de pico del cuerpo calloso; el extremo
posterior, redondeado, se llama esplenio o rodete del cuerpo calloso.
Por debajo del cuerpo calloso se encuentra otra formación comisural, llamada
trígono o fórnix. El trígono aparece constituído por una porción central, llamada
cuerpo del trígono que, en su parte posterior, está íntimamente unida al cuerpo
calloso suprayacente. De la extremidad anterior del cuerpo del trígono parten dos
prolongaciones acintadas, llamadas columnas o pilares anteriores del trígono, que
se repliegan hacia abajo, rodeando el polo anterior del tálamo óptico (con el que
delimitan el agujero interventricular de Monro), y llegan hasta la superficie inferior del
hipotálamo.
Por delante de las columnas del trígono, a nivel de la pared anterior del III ventrículo,
se encuentra una lámina de sustancia blanca que une los centros olfatorios de los
dos hemisferios, denominada comisura blanca anterior.
De los ángulos posteriores del cuerpo del trígono parten otras dos prolongaciones,
los pilares posteriores que, separándose hacia abajo y hacia fuera, rodean el polo
posterior del tálamo óptico y terminan, inferiormente, en la zona de la circunvolución
del hipocampo.
En su parte anterior, el cuerpo calloso y el trígono están separados, formando un
ángulo abierto hacia delante, ocupado por dos delgadas láminas de sustancia
nerviosa, dispuestas sagitalmente a lo largo de la línea media. Estas dos láminas
emparejadas; constituyen el septum lucidum, y separan las dos partes frontales de
los ventrículos laterales.
Cerebelo
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El cerebelo (metencéfalo) es un órgano presente en todos los vertebrados, pero con
diferentes grados de desarrollo: muy reducido en los peces, reptiles y pájaros,
alcanza su máximo desarrollo en los primates y en el hombre.
Ocupa las fosas occipitales inferiores y, por arriba, está cubierto por una lámina
fibrosa, dependiente de la duramadre, llamada tienda del cerebelo, que lo separa de
los lóbulos occipitales del cerebro (*). Por delante, se halla conectado al tronco del
encéfalo mediante tres pares de cordones blancos, los pedúnculos cerebelosos
superiores, medios e inferiores que, alejándose del hilio del cerebelo, llegan
respectivamente al mesencéfalo, a la protuberancia y al bulbo. Tiene forma de
elipsoide aplanado en sentido vertical, con un diámetro transversal de unos 9 cm.,
anteroposterior de unos 6 cm., y vertical de unos 5 cm. Está formado esencialmente
por tres partes: una central, llamada lóbulo medio, y dos laterales, que constituyen
los lóbulos laterales o hemisferios cerebelosos (*). En la superficie inferior del
cerebelo, el vermis cerebeloso presenta anteriormente una eminencia redondeada,
llamada úvula. Para poder observar por completo la superficie inferior del vermis
cerebeloso, hay que separar los dos lóbulos de los hemisferios cerebelosos,
llamados amígdalas que, al estar adosados al vermis, lo esconden en parte. Por
delante de las amígdalas se encuentran dos lobulillos llamados flóculos. La
superficie externa del cerebelo no es lisa, sino que está interrumpida por numerosos
surcos que dividen a cada lóbulo en muchos lobulillos (lóbulo de la amígdala, del
flóculo, lóbulo cuadrado, etc.)(*); otros más numerosos y menos profundos, son las
láminas del cerebelo que dan a la superficie un característico aspecto estriado
Como las demás partes del neuroeje, el cerebelo está formado por la sustancia
blanca y la sustancia gris.
La sustancia blanca, formada por haces de fibras mielínicas (la fibra mielínica
es el cilindroeje de una célula nerviosa, revestido de una vaina de mielina),
está dispuesta en el centro del órgano, donde constituye el cuerpo o centro
medular irradiando hacia la periferia por medio de innumerables
prolongaciones que constituyen el eje de cada lobulillo y de las láminas. Esta
disposición de la sustancia blanca se conoce como arbol de la vida (*) .
La sustancia gris, constituida fundamentalmente por las células nerviosas y
sus prolongaciones carentes de capa de mielina, está dispuesta
principalmente en la periferia, donde forma la corteza cerebelosa, y se
encuentra también, en menor proporción, en el seno del centro medular,
donde forma los llamados núcleos centrales; éstos, en número de cuatro por
cada lado, se denominan: núcleo dentado, núcleo emboliforme, núcleo
globuloso y núcleo tegmental. De estos núcleos se originan principalmente los
tractos que salen del cerebelo a través de sus pedúnculos, dirigiéndose a
otras partes del sistema nervioso
La corteza cerebelosa (*) tiene un espesor de 1 mm. Se distinguen dos capas bien
diferenciadas: una externa, de color gris claro, llamada capa molecular, y otra
interna, de color amarillo rojizo, denominada capa granulosa; entre éstas se
interpone una delgada capa constituida por gruesas células nerviosas, de aspecto
bastante característico: las células de Purkinje (*)
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La capa molecular está formada por numerosas fibras, entre las cuales se
encuentran las células en cesta, así llamadas porque su cilindroeje, que tiene
un curso horizontal, emite ramas colaterales que descienden hacia las celulas
de Purkinje y se ramifican a su alrededor, formando una especie de nido o
cesta. A la capa molecular llegan numerosas fibras trepadoras, procedentes, a
través de la sustancia blanca, de otras partes del neuroeje, y que terminan
adhiriéndose íntimamente a las dendritas de las células de Purkinje (*).
La capa media, o de las células de Purkinje, se caracteriza por sus notables
dimensiones y por el aspecto de sus celulas. Éstas tienen forma de pera, con
el polo más grueso vuelto hacia dentro y el delgado dirigido hacia fuera. Del
polo externo parten dos o tres gruesas dendritas que se ramifican
repetidamente, dando origen a una. rica arborización, cuyas ramas están
dispuestas en el mismo plano; del polo interno parte un cilindroeje que se
reviste con una vaina de mielina y desciende a la sustancia blanca, llegando
hasta los núcleos centrales del cerebelo.
La capa granulosa está formada, sobre todo, por pequeños elementos,
llamados gránulos, muy densificados, provistos de cuatro o cinco cortas
dendritas y de un cilindroeje que asciende hacia la capa externa, donde se
divide en T: sus ramas de división se relacionan con las arborizaciones
dendríticas de numerosas células de Purkinje. Procedentes de otras partes
del neuroeje, desde la sustancia blanca, llegan hasta la capa granulosa unas
fibras, llamadas musgosas, porque terminan con unas características
expansiones en forma de plumero.
El cerebelo resulta esencial para coordinar los movimientos del cuerpo. Es un centro
reflejo que actúa en la coordinación y el mantenimiento del equilibrio. El tono del
músculo voluntario, como el relacionado con la postura y con el equilibrio, también
es controlado por esta parte del encéfalo. Así, toda actividad motora, desde jugar al
fútbol hasta tocar el violín, depende del cerebelo.
Tronco del encéfalo
El tronco del encéfalo está dividido anatómicamente en: mesencéfalo o cerebro
medio, la protuberancia y el bulbo raquídeo (*) El mesencéfalo se compone de tres
partes.
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- La primera consiste en los pedúnculos cerebrales, sistemas de fibras que
conducen los impulsos hacia, y desde, la corteza cerebral.
- La segunda la forman los tubérculos cuadrigéminos, cuatro cuerpos a los que llega
información visual y auditiva.
- La tercera parte es el canal central, denominado acueducto de Silvio, alrededor del
cual se localiza la sustancia gris. La sustancia negra también aparece en el
mesencéfalo, aunque no es exclusiva de éste. Contiene células que secretan
dopamina. Los núcleos de los pares de nervios craneales tercero y cuarto (III y IV)
también se sitúan en el mesencéfalo
Protuberancia o puente
Situada entre el bulbo raquídeo y el mesencéfalo, está localizada enfrente del
cerebelo. Consiste en fibras nerviosas blancas transversales y longitudinales
entrelazadas, que forman una red compleja unida al cerebelo por los pedúnculos
cerebelosos medios. Este sistema intrincado de fibras conecta el bulbo raquídeo con
los hemisferios cerebrales. En la protuberancia se localizan los núcleos para el
quinto, sexto, séptimo y octavo (V, VI, VII y VIII) pares de nervios craneales.
Bulbo raquídeo o médula oblongada
Situado entre la médula espinal y la protuberancia, el bulbo raquídeo (mielencéfalo)
constituye en realidad una extensión, en forma de pirámide, de la médula espinal. El
origen de la formación reticular, importante red de células nerviosas, es parte
primordial de esta estructura. El núcleo del noveno, décimo, undécimo y duodécimo
(IX, X, XI y XII) pares de nervios craneales se encuentra también en el bulbo
raquídeo. Los impulsos entre la médula espinal y el cerebro se conducen a través
del bulbo raquídeo por vías principales de fibras nerviosas tanto ascendentes como
descendentes (*) . También se localizan los centros de control de las funciones
cardiacas, vasoconstrictoras y respiratorias, así como otras actividades reflejas,
incluido el vómito. Las lesiones de estas estructuras ocasionan la muerte inmediata.
Sistema límbico
Formado por partes del tálamo, hipotálamo, hipocampo, amígdala, cuerpo calloso,
septum y mesencéfalo, constituye una unidad funcional del encéfalo (*). Antes se
pensaba que estaba estrechamente ligado a la percepción olfativa, por lo que
también se le denomina rinencéfalo. El sistema límbico mantiene estrechas
interacciones bioquímicas y nerviosas con la corteza cerebral, considerándosele
como el elemento encefálico encargado de la memoria, las emociones, la atención y
el aprendizaje (*).
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La amígdala está vinculada al comportamiento agresivo, el hipocampo a la memoria,
y el septum pelucidum al placer. El giro cingulado y la comisura anterior cumplen una
función de comunicación entre las distintas partes. Los cuerpos mamilares también
cumplen una función de comunicación e intervienen de forma decisiva en los
mecanismos de la memoria.
Pares craneales
Hay doce pares de nervios craneales, simétricos entre sí, que salen de la base del
encéfalo (*). Se distribuyen a lo largo de las diferentes estructuras de la cabeza y
cuello y se numeran, de adelante hacia atrás, en el mismo orden en el que se
originan. Las fibras motoras controlan movimientos musculares y las sensitivas
recogen información del exterior o del interior del organismo.
Los nervios cervicales, en número de 8 pares, proceden todos ellos de la médula
espinal. Todos ellos posee cuatro tipos de fibras: motoras somáticas, efectivas
viscerales, sensitivas somáticas y sensitivas viscerales.
Vascularización
El oxígeno y la glucosa llegan a las células nerviosas por dos pares de arterias
craneales. Justo debajo del cuello, cada una de las dos arterias carótidas comunes
se divide en una rama externa, la carótida externa que lleva sangre a la parte
externa craneal, y una rama interna, la carótida interna, que lleva sangre a la porción
anterior del cerebro. Las dos arterias vertebrales se unen formando la arteria basilar,
que irriga la parte posterior del cerebro. A nivel de la base del cerebro existe un
sistema denominado círculo de Willis que une ambos sistemas y sirve como
compensación si se obstruye alguna de las arterias (*). El 25% del gasto cardiaco
llega a los tejidos cerebrales a partir de una enorme red de arterias cerebrales y
cerebelosas.
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Los vasos cerebrales (arterias y arteriolas) son de tipo elástico, es decir, contienen
poco músculo liso y, por lo tanto, tienen una contractilidad limitada. Los procesos
astrocíticos se extienden a los capilares y los envuelven con un lámina u hoja
perivascular formada por glía (*). La pared capilar consiste en células endoteliales
que se solapan en sus bordes como las tejas y se unen unas a otras mediante unas
uniones muy ajustadas (llamadas zónulas ocluyentes). Todo el capilar está rodeado
por una lámina basal y por la cubierta astrocítica. La cubierta glial que rodea los
capilares explica porqué es dificil el paso de materiales desde la sangre al cerebro
formando la barrera hematoencefálica (conjuntamente con el endotelio capilar de los
vasos cerebrales que no son fenestrados, a diferencia del endotelio de otros muchos
órganos que tiene poros o fenestraciones)
Médula espinal
Es la parte del sistema nervioso contenida dentro del canal vertebral. En el ser
humano adulto, se extiende desde la base del cráneo hasta la segunda vértebra
lumbar. Por debajo de esta zona se empieza a reducir hasta formar una especie de
cordón llamado filum terminal, delgado y fibroso y que contiene poca materia
nerviosa (*)
Por encima del foramen magnum, en la base del cráneo, se continúa con el bulbo
raquídeo. Igual que el encéfalo, la médula está encerrada en una funda triple de
membranas, las meninges: la duramadre espinal o membrana meníngea espinal
(paquimeninge), la membrana aracnoides espinal y la piamadre espinal. Estas dos
últimas constituyen la leptomeninge (*)
La médula espìnal está dividida de forma parcial en dos mitades laterales por un
surco medio hacia la parte dorsal y por una hendidura ventral hacia la parte anterior;
de cada lado de la médula surgen 31 pares de nervios espinales, cada uno de los
cuales tiene una raíz anterior y otra posterior (*)
Los nervios espinales se dividen en:
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nervios cervicales: existen 8 pares denominados C1 a C8
nervios torácicos: existen 12 pares denominados T1 a T2
nervios lumbares: existen 5 pares llamados L1 a L5
nervios sacros: existen 5 pares, denominados S1 a S5
nervios coccígeos: existe un par
Los últimos pares de nervios espinales forman la llamada cola de caballo al
descender por el último tramo de la columna vertebral (*).
La médula espinal es de color blanco, más o menos cilíndrica y tiene una longitud de
unos 45 cm (*). Tiene una cierta flexibilidad, pudiendo estirarse cuando se flexiona la
columna vertebral. Esta constituída por sustancia gris que, a diferencia del cerebro
se dispone internamente, y de sustancia blanca constituìda por haces de fibras
mielínicas de recorrido fundamentalmente longitudinal (*)
La médula espinal transmite los impulsos ascendentes hacia el cerebro y los
impulsos descendentes desde el cerebro hacia el resto del cuerpo. Transmite la
información que le llega desde los nervios periféricos procedentes de distintas
regiones corporales, hasta los centros superiores. El propio cerebro actúa sobre la
médula enviando impulsos. La médula espinal también transmite impulsos a los
músculos, los vasos sanguíneos y las glándulas a través de los nervios que salen de
ella, bien en respuesta a un estímulo recibido, o bien en respuesta a señales
procedentes de centros superiores del sistema nervioso central.
Sistema nervioso periférico (SNP)
Definición
El sistema nervioso periférico está constituido por el conjunto de nervios y ganglios
nerviosos. Se llaman nervios los haces de fibras nerviosas que se encuentran fuera
del neuroeje; ganglios, unas agrupaciones de celulas nerviosas intercaladas a lo
largo del recorrido de los nervios o en sus raíces (*). Aunque también es periférico, el
sistema nervioso simpático (tambn denominado vegetativo o autónomo), se
considera como una entidad nerviosa diferente que transmite sólo impulsos
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