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Universidad Nacional del Litoral, Facultad de Humanidades y Ciencias
Introducción a la Sociología
Material de cátedra elaborado por Ricardo Sidicaro
La teoría social de Karl Marx
Abordar aspectos de las obras de Carlos Marx (1818-1883) y de Federico Engels
(1820- 1895) a los efectos de establecer su relación con el desarrollo de la sociología
es una tarea que supone evitar todo tipo de simplificación. En esta introducción a sus
teorías sociales no se obviará la complejidad de los aportes de los autores analizados
dado que tal prácticalo sirve para confundir y desvirtuar las ideas que se quiere
exponer. Distribuidos en miles de páginas y retomados en repetidas oportunidades, es
obvia la dificultad de precisar algunas definiciones de los conceptos marxistas cuya
fluidez se capta mejor presentando sus relaciones recíprocas. Por tratarse de autores
cuya labor apun a hacer comprensible sus teorías sociales con la intención de
intervenir sobre la marcha de los procesos políticos de su época y orientar grandes
proyectos de cambio de sus sociedades, fueron frecuentes las reiteraciones didácticas
de sus ideas centrales dirigidas a audiencias heterogéneas. Desde las proclamas
internacionales hasta los textos no publicados y descubiertos muchos os después de
su redacción, los aportes de los fundadores del marxismo presentan las continuidades
y modificaciones propias de los avances del conocimiento científico y de las
deliberaciones políticas de las que participaban. Las lecturas de sus críticos y las
aprobaciones de sus adherentes, incorporaron buena parte de los sesgos interpretativos
que fueron materia de debates acamicos y/o militantes que en algunos casos abrieron
corrientes interpretativas enfrentadas.
Henri Lefebvre sostuvo que: Marx no es un sociólogo, pero en el marxismo hay una
socioloa. ¿Cómo entender estas proposiciones, que parecen escasamente
compatibles? Teniendo en cuenta los dos grupos de nociones y argumentos siguientes:
a) El pensamiento marxista mantiene la unidad de la realidad y del conocimiento, de la
naturaleza y del hombre, de las ciencias de la materia y de las ciencias sociales. Explora
una totalidad en el futuro y en la actualidad; una totalidad que incluye niveles y aspectos
tan pronto complementarios como distintos o contradictorios. Por consiguiente, en sí
mismo no es historia, sociología, psicología, etc., pero comprende en esos puntos de
vista, esos aspectos, esos niveles. Ahí reside su originalidad, su novedad y su duradero
interés”
1
.
1
Lefevre, Henri: Sociología de Marx, Montevideo, Eureka, 1970, p. 21.
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Por cierto, Marx difícilmente hubiese imaginado que entraa en la historia de la
socioloa, compartiendo con Emilio Durkheim y Max Weber el papel de padre fundador.
Esa triple paternidad de nuestra nueva ciencia social no deja de reconocer como
antecedentes las ideas del socialismo utópico cuyo autor más reconocido en Francia
fue Henri de Saint Simon (1760-1825) con quien se formó Augusto Comte (1798-1857).
Comte entró en la historia como padre oficial de la sociología, denominación que acuñó.
De hecho, del socialismo upico, se bifur el comtismo y el marxismo. Inspirados en
perspectivas filosóficas distintas que, más allá de sus diferencias, fueron las fuentes de
la incipiente sociología que coincidieron en proponer cambios igualitaristas de la
sociedad industrial.
Marx dedicó su obra a indagar sobre la evolución de las sociedades e incursionar en
los más diversos dominios del conocimiento. En ella, se pueden encontrar conceptos de
carácter sociológico en textos sobre la economía, la historia, la filosofía e, incluso, en
escritos políticos doctrinarios y en arculos preparados para la prensa comercial. La
preocupación por la política y el interés por incidir sobre la marcha de los
acontecimientos de sus sociedades es un aspecto que no diferencia a Marx con
respecto a Weber y a Durkheim. En esa comparación entre los tres autores clásicos hay,
en principio, dos cuestiones que deben destacarse: Marx fue el que tuvo un compromiso
con la vida política más intenso y, además, no participó de los sistemas académicos
oficiales y eso mar su estilo expositivo. Ninguno de los tres dede dar juicios y
presagios sobre el futuro de las sociedades capitalistas y a los efectos del estudio de
sus teorías no cabe duda que fue Marx el que exploró prospectivas más arriesgadas y,
por lo tanto, más discutibles. Por otra parte, en tanto que dets de las ideas de Marx se
alinearon grandes partidos y movimientos sociales que expresaron con las
simplificaciones y estilos discursivos propios de la propaganda política no pocos
conceptos por él producidos. Pero si la comparación se establece sobre las relaciones
de Marx con los requisitos del método científico, las diferencias con los otros dos
sociólogos clásicos no son demasiado notorias y, en todo caso, reflejan los cambios
sobre la idea de ciencia que se registraron entre los momentos en que desenvolvieron
sus prácticas intelectuales.
Si se consideran distintos textos en los que Marx y Engels expusieron sus
concepciones sobre las desigualdades sociales, el cambio social, la ideología, el poder
político, los elementos condicionantes de la acción individual y colectiva; se tiene una
teoría relativamente consistente internamente que, como cualquier otra teoría social, se
encontró limitada por el nivel del desarrollo de los conocimientos de la época. Si bien
los abundantes textos disponibles permiten elaborar definiciones un tanto distintas a las
aq presentadas, la selección realizada refleja el interés por establecer los nexos del
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marxismo fundador con la sociología clásica. Además, en la medida que como todo
productor de conocimientos científicos y políticos, Marx y Engels modificaron sus ideas
a lo largo de más de cuarenta años, introduciendo diferencias de sentidos y de énfasis
que llevaron a no pocas discusiones de los especialistas sobre su obra, en este escrito
se tratará de citar textualmente las fuentes de las hipótesis, conjeturas o
generalizaciones presentados en esta asignatura. En fin, captar las dimensiones
sociológicas del pensamiento de Marx y Engels supone, probablemente, perder
aspectos de las totalidades dialécticas en las que se fundaron sus teorías y
proyecciones como parte de una filosofía de la praxis.
En un sentido general puede afirmarse que Marx y Engels propusieron una
explicación de carácter sociológico cuando analizaron los conflictos y las alianzas
sociales y políticas establecidas por diferentes actores sociales a los efectos de
acrecentar su poder o influencia sobre los aparatos estatales y avalaron sus hipótesis,
conjeturas o consideraciones conceptuales con datos u observables empíricos.
2
Con los
esquemas modernos de clasificación de la disciplina, se lo puede considerar como un
pionero de la sociología del conflicto, casillero clasificatorio que compartiría con muchos
otros autores.
El sistema teórico de Marx partió de una premisa sobre la esencia humana o, si se
prefiere, de la pregunta qué es el hombre, respondida sucinta y claramente en rminos
sociológicos en la Tesis 6 sobre Feuerbach: La esencia humana no es algo abstracto
e inmanente a cada individuo. Es, en su realidad, el conjunto de las relaciones sociales.
3
Los nexos entre esa definición del ser humano y sus nculos con la actividad en el
mundo del trabajo se amplían en La ideología alemana, donde se acuerda prioridad a
las relaciones sociales que los individuos establecen en los procesos de producción:
tanto lo q producen como con el modo cómo lo producen. Lo que los individuos son
depende, por tanto, de las condiciones materiales de su producción.
4
En la idea del
hombre como conjunto de sus relaciones sociales y, más específicamente, relaciones
que se transforman en la medida que evolucionan las condiciones materiales en las que
producen, Marx y Engels plantearon la clave fundamental de sus explicaciones
sociológicas tanto para entender grandes transformaciones históricas acomo cambios
y acontecimientos de menor duración o de carácter puntual.
5
2
Marx Carlos y Federico Engels: La ideología alemana, España, Planeta, p. 156
3
Marx Carlos: Tesis sobre Feuerbach, múltiples ediciones
4
Marx Carlos y Federico Engels: La ideología ..., op. cit., p. 150.
5
Sobre los Manuscritos sobre Hegel, ver Rubel, Maximilián: Karl Marx. Ensayos de
biografía intelectual, Buenos Aires, Paidós, cap., 2
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Coherente con su definición del ser del hombre, en el plano estructural, Marx propuso
el análisis del desenvolvimiento de las distintas esferas de prácticas sociales
adjudicando prioridad explicativa, sin que esto suponga una determinación exclusiva, a
las de carácter económico. En los enunciados de su modelo teórico presentado en sus
aspectos generales, en el Prefacio a la primera edición de El Capital, Marx expuso una
síntesis sobre la relación entre el individuo y las condiciones de desarrollo de su acción
en el que indicó los límites de la misma: “Mi punto de vista, sen el cual el desarrollo
de la formación ecomica de la sociedad es asimilable a la marcha de la naturaleza y
a su historia, puede menos que ningún otro hacer al individuo responsable de relaciones
de las que el es el producto, más allá de lo que él pueda hacer para salir de ellas.
6
La
asimilación del desarrollo de las sociedades con la marcha de la naturaleza excluiría, si
se toma esa idea en sentido estricto, la acción individual o colectiva sobre la dinámica
de los acontecimientos históricamente significativos ya que esas iniciativas no podrían
torcer los cursos naturales o saltar etapas cuyo orden sería igualmente natural. Sin
embargo, las orientaciones teóricas de Marx con respecto al tema de las relaciones
entre las acciones de los individuos y los límites impuestos por las condiciones
estructurales estuvieron destinadas a dar lugar a muchas discusiones, pues sus
abordajes sobre ese gran tema, más allá de lo entico de algunos enunciados, no
dejaron de explorar respuestas susceptibles de comprensiones controvertidas. Por
cierto, la síntesis de Marx propuesta en El dieciocho Brumario de Luis Bonaparte: "Los
hombres hacen su propia historia, pero no la hacen arbitrariamente bajo circunstancias
elegidas por ellos, sino bajo circunstancias directamente dadas y heredadas del pasado.
La tradición de todas las generaciones muertas oprime como una pesadilla, el cerebro
de los vivos",
7
es un enunciado en el que las condiciones estructurales tienen una
primacía que no excluye el reconocimiento de los componentes de la acción social.
Dicho texto resume las articulaciones de los diferentes elementos teóricos que Marx
tuvo en cuenta cuando realizó indagaciones empíricas sobre sucesos históricos. Marx y
Engels, en el libro La sagrada familia, sostuvieron, equivocadamente, la capacidad de
la acción social de transformar la sociedad e hicieron la apología de la plena libertad de
las personas para construir lo social: ¡La historia no hace nada, no posee una riqueza
inmensa, no libra combates! Ante todo es el hombre, el hombre real y vivo quien hace
todo eso y realiza combates, estemos seguros que no es la historia la que se sirve del
hombre como de un medio para realizar -como si ella fuera un personaje particular- sus
6
Marx, Carlos: Prefacio a la Primera edición del Capital. varias ediciones
7
Marx: Carlos: El dieciocho brumario de Luis Bonaparte, varias ediciones
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propios fines; no es más que la actividad del hombre que persigue sus objetivos.
8
Parece interesante destacar que Marx y Engels en La Ideología Alemana, sostuvieron
que el hecho de poder pensar la revolución anticapitalista científicamente a mediados
del siglo XIX indicaba la maduración de las condiciones para alcanzar tal mutación
social. Esas explicaciones, entre muchas otras, colocaron a Marx entre los precursores
de la sociología del conocimiento y concuerdan perfectamente con interpretaciones de
corrientes de las ciencias sociales. Tampoco el azar que fuera de sus consideraciones
sobre los cambios sociales. Marx escribió una carta a Kugelmann durante los sucesos
de la Comuna de1871, planteando que la historia universal sería muy fácil de hacer si
las luchas sólo se aceptasen cuando presentan perspectivas infaliblemente favorables;
y por otra parte, la historia sería de naturaleza muy mística si el azar no desempeñase
ningún papel
9
.
Marx y Engels redactaron en 1847 el Manifiesto Comunista con el propósito de
alentar y hacer inteligible las revoluciones que estimaban cercanas, pero los sucesos
que entraron en la historia como las derrotas de 1848, los llevaron a profundizar sus
análisis de realidades sociales y políticas particulares que mostraban no corresponder
a sus teorías generales. Así, en documentos partidarios, artículos periosticos o en
cartas, Marx y Engels desarrollaron análisis que hoy se solapan sea como historia social
o historia inmediata, que en sentido estricto proponen sin mayores especificaciones
conceptuales conjeturas de neto carácter sociológico. Con un rigor no carente de ironía,
Marx abordó temas que entraron en la sociología política y mantienen actualidad: la
estatalidad bonapartista, las burguesías europeas incompletas, los campesinos
parcelarios franceses que eran clases y no eran clases y confundían al tío con el sobrino,
las coaliciones de actores de identidades inciertas, el funambulesco mundo de los
lúmpenes de todas las clases sociales y, especialmente, al lumpemproletariado que
aclamaba a Napoleón el Pequo y vivaba el salchichón al ajo.
A las clases sociales, actores centrales de su sociología, Marx y Engels las definieron
situándolas en los contextos socio-históricos de su desenvolvimiento: como se
conformaban objetiva y subjetivamente a partir de las relaciones sociales de las que
participaban en el marco, fundamental, pero no exclusivo, de la producción económica.
El énfasis colocado en la esfera económica, favoreció las lecturas simplificadas que
reducían los alisis de los procesos sociales y políticos a las disputas por la apropiación
de ingresos. La prioridad analítica asignada a las posiciones ocupadas en las relaciones
de producción fue propuesta por Marx en algunas síntesis del modelo teórico de las
8
Marx Carlos-Federico Engels: La sagrada familia, Madrid, Akal, 1981, p. 109.
9
Marx-Engels: Correspondencia, Buenos Aires, Editorial Problemas, 1947, p..328.
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clases sociales del capitalismo de su época: los obreros asalariados, los capitalistas y
los terratenientes; sin dejar de aclarar, sin embargo, que ni aún en Inglaterra, el país
más moderno, se presenta en toda su pureza esta división de la sociedad en clases.
10
Con respecto a la clase obrera, nuestro autor subra un doble aspecto. Por un lado,
al igual que las demás clases, sus miembros los consideró moldeados como en una
especie de predestinación, que les asigna su posición en la vida y, con ello, la
trayectoria de su desarrollo personal.
11
Además, como clase crecientemente
homonea entendía que aumentaba su poder de actor de la transformación inexorable
de la sociedad capitalista y de la total emancipación de sus miembros.
El predominio de la esfera económica sobre las demás esferas de la vida social fue
para Marx una premisa clave para pensar la superación de la sociedad de clases. La
propiedad común de los medios de producción, entrañaría el fin de la explotación de la
clase obrera y con la creación de una sociedad de hombres libres se extinguiría el
Estado, cuyas funciones de dominación política se convertirían en innecesarias. En los
distintos elementos que forman parte del desenlace natural de los procesos de
transformaciones históricas que se encontraron en el centro del pensamiento de Marx,
cabe considerar que en su programa de investigación la cuestión de las relaciones entre
acción y estructura o condiciones donde la misma se desenvuelve fueron inseparables
del carácter de categorías históricas que acordó a todos sus conceptos. Las leyes
naturales cobran, en ese sentido, rasgos más relativos en la conocida fórmula que
asignó a la lucha de clases el carácter de motor de la historia, enunciado breve, y
confuso en más de un aspecto, que dejaba abierta la incertidumbre sobre el
desemboque de la(s) lucha(s) de clases lucha que terminó siempre con la
transformación revolucionaria de toda la sociedad o el hundimiento de las clases
beligerantes
12
.
Es probable que Marx hubiese dicho yo no soy sociólogo, luego de leer a Augusto
Comte y comentarle a Engels en 1866, estoy estudiando a Comte, como asunto
colateral, debido a que los ingleses y franceses hacen tanto barullo con ese tipo. Lo que
les gusta es el toque enciclopédico, la síntesis. Pero esto es miserable comparado con
Hegel y, si bien, Comte como matemático y sico profesional, fue superior a él, digo
superior en cuestiones de detalle, aún así, Hegel es superior en conjunto. ¡Y esta
carroña positivista apareció en 1832!.
13
Cinco os más tarde, Marx volvió a ocuparse
10
Marx, Carlos: El Capital, Tomo III, México, Fondo de Cultura Económica, 1987, Cap.
LII, p. 817.
11
Ibidem. p.61.
12
Marx, Carlos - Federico Engels: El manifiesto comunista, múltiples ediciones.
13
Marx, C. y Engels, F: Correspondencia,op. cit. p.228.
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de Comte, esta vez a prosito del rol de sus seguidores políticos en los sucesos de la
Comuna de París:Comte es conocido por los obreros de París como el profeta de la
política del gimen imperial, de la dictadura personal, de la dominación capitalista en la
economía, de las jerarquías en todas las esferas de la actividad humana, incluso en la
esfera de la ciencia, y como autor de un nuevo catecismo con un flamante papa y nuevos
santos en reemplazo de los viejos.”
14
Las perspectivas teóricas de Marx y Engels no siempre fueron debidamente
interpretadas por quienes se consideraban seguidores de sus ideas pero las aplicaron
como simples reducciones economicistas para interpretar los más diversos procesos
sociales y políticos. Ante tal tergiversación de su obra Marx reacciono diciendo: todo lo
que yo , es que yo no soy marxista”; frase recordada por Engels en una carta dirigida
a Conrad Schmit, en 1890, en la que agregaba que la palabra materialista le sera a
muchos jóvenes escritores alemanes como simple frase para rotular toda clase de cosas
y concluía: ...nuestra concepcn de la historia es, por sobre todo, una guía para el
estudio, y no una palanca para construir a la manera de los hegelianos”.
15
Los otros dos padres fundadores de la sociología fueron también críticos de diferentes
aspectos del marxismo sin dejar de valorar positivamente algunos de sus aportes.
Weber, que en varias oportunidades subrala importancia que en sus estudios había
tenido la obra de Marx, sostuvo específicamente que El Manifiesto comunista “por su
índole, y a pesar de que no estamos de acuerdo con varias de sus tesis fundamentales,
este documento representa un logro científico de primera magnitud (…) que ha
reportado muy fructíferas repercusiones en el ámbito científico”
16
. Dicho reconocimiento
no le impidió, en otra oportunidad, objetar el economicismo de la llamada ‘concepción
materialista de la historia’ en su viejo sentido, genialmente primitivo, del Manifiesto
Comunista, por ejemplo, que sólo sigue prevaleciendo hoy en las cabezas de legos y
diletantes (...) La reducción a las solas causas económicas en ningún sentido es
exhaustiva en ningún campo de la vida cultural, ni siquiera en el de los procesos
ecomicos”
17
Émile Durkheim resum sus críticas a Marx en un curso universitario sobre el
socialismo en 1895-96, diciendo que no puede haber, propiamente hablando, un
socialismo científico. Y es que, para que tal socialismo fuera posible, serían necesarias
14
Marx, Carlos Borradores de La Guerra Civil en Francia”, escritos en abril-mayo de
1871, incluidos como anexo en Carlos Marx: La Guerra Civil en Francia, Pekín,
Ediciones lenguas extranjeras, 1978, p.200.
15
Marx, C, y Federico Engels, Correspondencia, op. cit. 484.
16
Weber, M: Escritos políticos, Madrid, Alianza, 1991. p. 327.
17
Weber, MLa ‘objetividad’ cognoscitiva de la ciencia social y de la política social en
Max Weber, Ensayos sobre metodoloa sociológica. Buenos Aires: Amorrortu., p. 58.
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unas ciencias que no esn hechas y que no pueden improvisarse (...) Véase la obra
más inteligente, más sistemática, más rica en ideas que ha producida la Escuela: El
Capital, de Marx. ¡Cuántos datos estasticos, cuántas comparaciones históricas,
cuántos estudios serían indispensables para zanjar cualquiera de las innumerables
cuestiones tratadas por él! (…) Las investigaciones que éstos han hecho se han
emprendido para establecer la doctrina cuya idea haan tenido previamente; la doctrina
esta lejos de ser el resultado de la investigación (...) el socialismo no es una ciencia, una
socioloa en miniatura: es un grito de dolor y, a veces, de lera lanzado por los
hombres que sienten más vivamente nuestro malestar colectivo
18
. También Durkheim,
en 1897, en una reseña del libro de Antonio Labriola La concepción materialista de la
historia, estimó el esfuerzo realizado por el autor para divulgar las doctrinas del
socialismo marxista y resumió su objeción principal en la centralidad acordada a los
vínculos ecomicos omitiendo la importancia de los demás sistemas de relaciones
sociales.
Sobre la teoría de Marx
Bajo muchos aspectos se justifica que el siguiente texto se haya convertido en la
presentación más difundida de las ideas de Marx
Prólogo a la Contribución a la crítica de la economía política
El resultado general a que llegué, y que, una vez obtenido, sirvió de hilo conductor a
mis estudios, puede resumirse así: en la producción social de su vida, los hombres
contraen determinadas relaciones necesarias e independientes de su voluntad,
relaciones de producción que corresponden a una determinada fase de desarrollo de
sus fuerzas productivas materiales. El conjunto de estas relaciones de producción forma
la estructura económica de la sociedad, la base real sobre la que se levanta la
superestructura jurídica y política y a la que corresponden determinadas formas de
conciencia social. El modo de producción de la vida material condiciona el proceso de
la vida social, política y espiritual en general. No es la conciencia del hombre la que
determina su ser, sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia.
Al llegar a una determinada fase de desarrollo, las fuerzas productivas materiales de la
sociedad chocan con las relaciones de producción existentes, o, lo que no es más que
la expresión jurídica de esto, con las relaciones de propiedad dentro de las cuales se
han desenvuelto hasta allí.
De formas de desarrollo de las fuerzas productivas, estas relaciones se convierten en
trabas suyas. Se abre auna época de revolución social. Al cambiar la base económica
se revoluciona, más o menos rápidamente, toda la inmensa superestructura erigida
18
Durkheim, Emilio: El socialismo Madrid, Editorial Akal, 1987, p, 14
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sobre ella. Cuando se estudian esas revoluciones, hay que distinguir siempre entre los
cambios materiales ocurridos en las condiciones ecomicas de producción y que
pueden apreciarse con la exactitud propia de las ciencias naturales, y las formas
jurídicas, políticas, religiosas, artísticas o filosóficas, en una palabra, las formas
ideológicas en que los hombres adquieren conciencia de este conflicto y luchan por
resolverlo. Y del mismo modo que no podemos juzgar a un individuo por lo que él piensa
de sí, no podemos juzgar tampoco a estas épocas de revolución por su conciencia, sino
que, por el contrario, hay que explicarse esta conciencia por las contradicciones de la
vida material, por el conflicto existente entre las fuerzas productivas sociales y las
relaciones de producción. Ninguna formación social desaparece antes de que se
desarrollen todas las fuerzas productivas que caben dentro de ella, y jamás aparecen
nuevas y más altas relaciones de producción antes de que las condiciones materiales
para su existencia hayan madurado en el seno de la propia sociedad antigua. Por eso,
la humanidad se propone siempre únicamente los objetivos que puede alcanzar, pues,
bien miradas las cosas, vemos siempre que estos objetivos sólo brotan cuando ya se
dan, o, por lo menos, se están gestando, las condiciones materiales para su realización.
A grandes rasgos, podemos designar como otras tantas épocas de progreso, en la
formación ecomica de la sociedad, el modo de producción asiático, el antiguo, el
feudal, y el moderno burgués.
Las relaciones burguesas de producción son la última forma antagónica del proceso
social de producción; antagónica no en el sentido de un antagonismo individual, sino de
un antagonismo que proviene de las condiciones sociales de vida de los individuos. Pero
las fuerzas productivas que se desarrollan en el seno de la sociedad burguesa brindan,
al mismo tiempo, las condiciones materiales para la solución de este antagonismo. Con
esta formación social se cierra, por tanto, la prehistoria de la sociedad humana.
19
Los conceptos presentes en este Prólogo están distribuidos en el conjunto de los
escritos de ambos autores sobre economía, historia y filosofía; en arculos publicados
en la prensa comercial y en correspondencias personales. Dotar de bases cienficas a
la explicación sobre el carácter inevitable de las revoluciones obreras que pondría fin a
los regímenes capitalistas, es obvio que era un tema de complejidad intelectual superior
a la mayoría de los problemas estudiados por las ciencias sociales. Discutir la filosofía
de Hegel, rebatir la economía liberal, hacer historia inmediata de regímenes políticos
efímeros, celebrar revueltas o revoluciones que trataban de tomar el cielo por asalto,
determinar las estructuras de clase de sociedades heterogéneas, diferenciar fracciones
19
Prólogo de la “Contribución a la crítica de la economía política en Marx K y Engels,
F. Obras Escogidas, Buenos Aires, Editorial Cartago,1957.
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burguesas, distinguir conceptualmente a los lúmpenes de todas las clases sociales,
caracterizar como no-clase al campesinado, etc., supuso pensar en totalidades
sociológicas incomprensibles para quienes se especializan en las denominadas teorías
de alcance medio que fragmentan sus objetos de estudio y describen efectos sectoriales
ignorando sus interrelaciones dialécticas. Marx y Engels, en La ideología alemana,
resumieron sus posiciones contra el idealismo en boga a mediados del siglo XIX,
aseverando que allí donde termina la especulación, en la vida real, comienza también
la ciencia real y positiva, la exposición de la acción práctica, del proceso práctico de
desarrollo de los hombres”.
20
Sobre el concepto de clases sociales
Las dificultades para el empleo del concepto de clases sociales surge, por lo general,
del hecho que su existencia remite a análisis diferentes: 1) al modo de producción
capitalista que es un objeto teórico y 2) las formaciones sociales son aquellas en las que
las relaciones de producción capitalistas predominan coexistiendo según los casos con
otras configuraciones sociales integradas por agentes colectivos con los que libran
conflictos y/ o establecen alianzas. Las definiciones conceptuales de los modos de
producción permiten ordenar las sucesivas etapas de los desarrollos históricos. El
concepto de clase en las indagaciones sobre formaciones sociales remite a
complejidades socio-históricas en las que en principio cabe preguntarse si
efectivamente existen agentes colectivos clasificables como una clase capitalista cuya
acción ideológica influye sobre el conjunto de la sociedad.
Clases obreras y burguesías
Sobre los obreros que se encuentran obligados a vender su fuerza de trabajo a los
burgueses, para recibir el salario que le asegura sus medios de subsistencia, Engels
propuso un conjunto de concisas y claras referencias: ¿En qué condiciones se realiza
esta venta del trabajo de los proletarios a los burgueses? El trabajo es una mercancía
como otra cualquiera, y su precio depende, por consiguiente, de las mismas leyes que
el de cualquier otra mercancía. Pero, el precio de una mercancía, bajo el dominio de la
gran industria o de la libre competencia, que es lo mismo, es, por término medio, siempre
igual a los gastos de producción de dicha mercancía. Por tanto, el precio del trabajo es
también igual al costo de producción del trabajo. Ahora bien, el costo de producción del
trabajo consta precisamente de la cantidad de medios de subsistencia indispensables
para que el obrero esté en condiciones de mantener su capacidad de trabajo y para que
la clase obrera no se extinga. El obrero no percibirá por su trabajo más que lo
indispensable para ese fin; el precio del trabajo o el salario será, por consiguiente, el
20
Marx, Carlos y Engels, Federico: La ideología Alemana, op. cit. p.27.
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más bajo, constituirá el mínimo de lo indispensable para mantener la vida. Pero, por
cuanto en los negocios existen períodos mejores y peores, el obrero percibirá algunas
veces más, otras menos, exactamente de la misma manera que el fabricante cobra unas
veces más, otras menos, por sus mercancías. Y, al igual que el fabricante, que, por
término medio, contando los tiempos buenos y los malos, no percibe por sus mercancías
ni más ni menos que su costo de producción, el obrero percibirá, por rmino medio, ni
más ni menos que ese mínimo. Esta ley ecomica del salario se aplicará más
rigurosamente en la medida en que la gran industria vaya penetrando en todas las ramas
de la producción.
21
En Miseria de la filosofía, Marx planteó que la dominación del capital que haa creado
la masa de obreros que se encontraban en una situación en común, y que era una clase
con respecto al capital, pero aún no es una clase para (…) si esta masa se une, se
constituye como clase para si. Los intereses que defiende se convierten en intereses de
clase. Pero la lucha de clase contra clase es una lucha política”
22
. Consideró además,
que la mejora de las condiciones de vida de los obreros bajo el capitalismo, en virtud del
desarrollo de las fuerzas productivas, era algo carente de sentido, ya que en un sistema
capitalista los trabajadores directos del sistema industrial recibirían ingresos cada vez
menores en comparación con el excedente o plusvalía apropiado por los empresarios.
Además, que los obreros eran quienes recibían las mayores consecuencias negativas
de las crisis de las economías nacionales e internacionales. Marx incluyó los factores
de abaratamiento de la alimentación de las familias obreras por la a del libre comercio
internacional, cuestión resistida por los terratenientes ingleses pero impulsado por la
burguesía industrial.
Sobre la burguesía alemana y los acontecimientos revolucionarios de 1848, Marx
consideró que se había desarrollado de un modo tan inerte, tan lento y tan cobarde que
en el momento en que se enfrentaba amenazadora al feudalismo y al absolutismo, veía
alzarse amenazadoramente ante al proletariado y a todos los sectores de las ciudades
por sus intereses y por sus ideas. Y no veía tras ella ni una sola clase, sino que tenía
enfrente, hostilmente, a toda Europa. La burguesía prusiana no era, como la francesa
de 1789, la clase que representaba a toda la sociedad moderna frente a la monarquía y
la nobleza. Había descendido al nivel de un estamento tan hostil a la Corona como al
pueblo, animado de espíritu de oposición en contra de ambos”.
23
La burguesía prusiana,
21
Engels, Federico: "Principios del comunismo", proyecto de programa de la Liga de los
Comunistas escrito por Federico Engels por encargo del Comité Comarcal de la Liga.
(29 de noviembre8 de diciembre de 1847). Varias ediciones.
22
Marx, Carlos: Miseria de la filosofía, Edad, España, 2004, p. 295.
23
Marx Carlos y Engels Federico: Las revoluciones de 1848, México, FCE, 1989, p. 378
- 12 -
decía Marx, “gruñendo contra los de arriba y temblando ante los de abajo; egoísta para
unos y otros, consciente de su egoísmo; revolucionaria ante los conservadores y
conservadora para con los revolucionarios; recelosa de sus propios picos, que eran
frases en vez de ideas; asustada ante la tempestad mundial pero explotándola en
beneficio propio; sin energía en ninguna dirección y plagiaria en todas; vulgar por falta
de originalidad y original en su vulgaridad; regateando con sus propios deseos; sin
iniciativa, sin fe en misma y sin fe en el pueblo, sin misión alguna en el plano de la
historia universal”
24
En las observaciones sociológicas de Engels entraron igualmente las características
de la clase obrera británica cuando responda la pregunta de Marx sobre el escaso
apoyo de los trabajadores ingleses a sus ideas dado que era el ps más industrializado
de la época, a lo que respondió: “…el proletariado inglés se está aburguesando cada
vez más, la más burguesa de las naciones, aparentemente tiende a poseer una
aristocracia burguesa y un proletariado burgués, además de una burguesía
25
Q no
se trataba de una cuestión coyuntural lo atestig, treinta años desps, la carta de
Engels a Sorge, donde le decía que: lo más repulsivo de aquí es la “respetabilidad
burguesa, que se ha adentrado profundamente en los huesos de los obreros. La división
de la sociedad en una escala de innumerables gradaciones, cada cual reconocida sin
discusión, cada cual con su propio orgullo pero también con su respeto innato por sus
mejores” y superiores”, es tan antigua y está tan firmemente establecida que al
burgués le sigue siendo facilísimo que le acepten su carnada
26
Sobre las posiciones de
los obreros ingleses con respecto a la política colonial, Engels, en 1882, en una carta
dirigida a Carlos Kautsky, le contestó: “lo mismo que de la política en general; lo mismo
que piensan los burgueses. Aquí no hay partido obrero, no hay más que el partido
conservador y el partido liberal-radical, y los obreros se benefician tranquilamente con
ellos del monopolio colonial de Inglaterra y del monopolio de ésta en el mercado
mundial”.
27
En el último capítulo del tomo III de El Capital, titulado Las clases, Marx resumsus
conclusiones sociológicas sobre la estructura social de Inglaterra, el país donde más
desarrollada se halla y en forma más clásica la sociedad moderna en su estructuración
ecomica. Sin embargo, ni aquí se presenta en toda su pureza esta división de la
sociedad en clases. También en la sociedad inglesa existen fases intermedias y de
transición que oscurecen en todas partes (aunque en el campo incomparablemente
24
Furet, François Marx y la Revolución francesa, México 1992, p. 205,
25
MarxEngels: Correspondance, Editions du Progres, Moscu, op. cit. p.106
26
Engels, F Correspondencia op. cit. carta a Sorge diciembre 1889
27
Marx-Engels. Correspondance, Editions du Progres, Moscu, 1971, p. 360.
- 13 -
menos que en las ciudades) las líneas divisorias (…) hemos visto que es tendencia
constante y ley de desarrollo del régimen capitalista de producción el establecer un
divorcio cada vez más profundo entre los medios de producción y el trabajo y el ir
concentrando los medios de producción desperdigados en grupos cada vez mayores;
es decir, convertir el trabajo en trabajo asalariado y los medios de producción en capital.
Y a esta tendencia corresponde, de otra parte, el divorcio de la propiedad territorial para
formar una potencia aparte frente al capital y el trabajo”
28
Sobre los comportamientos de la burguesía italiana, Engels sostuvo que si bien había
alcanzado el poder mediante el movimiento de independencia nacional, sin embargo ni
quería ni poa completar su victoria. Ni destrulos remanentes feudales, ni transformó
la producción nacional conforme al módulo capitalista moderno (…) como si no fuese
suficiente, perdieron los últimos restos de respeto y confianza al enredarse en los más
sucios escándalos bancarios”.
29
Las lecturas simplificadas del rrafo inicial de El Manifiesto encuentran
aclaraciones importantes en el prólogo de Engels a la tercera edición alemana de El
Dieciocho Brumario: Marx descubrla gran ley que rige la marcha de la historia, la
ley sen la cual todas las luchas históricas, ya se desarrollen en el terreno político,
religioso, filosófico, ya en otro terreno ideológico cualquiera, no son en realidad más que
la expresión más o menos clara de luchas entre clases sociales, y que la existencia y
por tanto también los choques de esas clases, están condicionadas, a su vez, por el
grado de desarrollo de su situación económica, por el modo de su producción y de su
intercambio, condicionado por ésta”
30
El hecho de que la lucha de clases se libre en
tantos dominios de prácticas sociales y que quienes en ellas participan crean que se
trata de espacios en los que sólo se discuten opiniones individuales es, por cierto, un
buen observable empírico del poder de las ideas de la clase dominante y de su
capacidad para imponer visiones de la sociedad acordes con sus intereses.
Cabe agregar que el economicismo de muchas divulgaciones de la obras de Marx y
de Engels produjo, entre sus muchos efectos, las luchas por los incrementos salariales
y el fortalecimiento de los sindicatos lo que hizo más difícil que los obreros percibieran
la dominación ideológica implementada por el Estado que decía actuar en defensa del
interés general.
A propósito de la denominada pequeño burguesía, Marx y Engels formularon
hipótesis, conjeturas sociológicas y referencias psico-sociales que captaban sus
28
Marx, Carlos: El Capital Tomo III, México, FCE, 1990, p. 817.
29
Carta de Federico Engels a F Turatti, Londres, 26 de enero de 1894, Correspondencia
op.cit. 289
30
Marx, Carlos, El Dieciochoop. cit. p. 7
- 14 -
ambivalencias, ilusiones y temores derivadas de su no participación en los conflictos
centrales de la explotación capitalista. En 1849, Marx describió a la pequeño burguesía
diciendo que desde 1830 en todos los movimientos políticos "tanto en Alemania como
en Francia e Inglaterra, nos muestra invariablemente a esta clase hablando fuerte,
formulando ruidosas protestas y n a veces empleando frases extremas, tan largas
cuanto puedan hacerlas sin riesgos; nerviosos, cautos y conciliatorios tan pronto como
se acerca el menor peligro; asombrados, ansiosos, vacilantes, tan pronto como el
movimiento que ellos mismos excitaron es tomado por otras clases, y tomado en serio;
traicionando a todo el movimiento en aras de su existencia pequeño burguesa, tan
pronto como llega a la toma de las armas y a la lucha; y finalmente, gracias a su
indecisión, siempre bien defraudados y maltratados una vez que ha triunfado el partido
reaccionario...
31
Esas observaciones se completaban diciendo que la gran masa de la
nación que no pertenecía ni a la nobleza ni a la burguesía, estaba constituida por
pequos comerciantes, pequos artesanos, tenderos y aldeanos y su posición
intermedia entre la clase de los grandes capitalistas, comerciantes y fabricantes e
industriales, burguesía propiamente dicha y el proletariado o clase industrial, determina
su carácter.
32
Los campesinos parcelarios franceses, fueron objeto de agudas observaciones de
Marx: eran individuos que si bien vivían en situaciones idénticas no mantenían mayores
relaciones sociales y que sus formas de trabajar los aislaban en sus parcelas sin
participar en procesos de división del trabajo: ase forma la gran masa de la nación
francesa, por la simple suma de unidades del mismo nombre, al modo como, por
ejemplo, las patatas de un saco forman un saco de patatas (…) En la medida en que
millones de familias viven bajo condiciones económicas de existencia que las distinguen
por su modo de vivir, por sus intereses y por su cultura de otras clases y las oponen a
éstas de un modo hostil, los campesinos parcelarios forman una clase. Pero, por cuanto
existe entre los campesinos parcelarios una articulación puramente local y la identidad
de sus intereses no engendra entre ellos ninguna comunidad, ninguna unión nacional y
ninguna organización política, no forman una clase
33
.
El Estado
Al igual que en todos los conceptos propuestos por Marx y Engels el de Estado refleja
las variaciones propias de una institución necesariamente marcada por sus respectivas
historias nacionales. A como la explotación del trabajo puede definirse por
características compartidas en muchas sociedades participantes del modo de
31
Correspondencia, op. cit. p. 38
32
Marx, Carlos Revolución y contrarrevolución Grijalbo, México, 1967, p 22
33
Marx, Carlos: El dieciocho Brumario… op. cit p. 129
- 15 -
producción capitalista, para el concepto de Estado se hace necesario introducir
dimensiones analíticas que surgen de experiencias históricas nacionales donde la
dominación política de clases y sus conflictos configura formas específicas.
El Estado frans
Según Marx: La primera Revolución francesa, cuya tarea era fundar la unidad nacional
(crear una nación), debió suprimir cualquier autonomía local, territorial, urbana y
provincial. Estuvo, por lo tanto, obligada a desarrollar la obra comenzada por la
monarquía absoluta, es decir, la centralización y organización del poder del Estado; la
extensión de su poder y atributos, la multiplicación de sus instrumentos, el aumento de
su independencia y de dominio sobrenatural sobre la sociedad real: esta potencia ocupó,
de hecho, el lugar del cielo sobrenatural de la Edad Media, con sus santos. Todo interés
individual surgido de las relaciones entre los grupos sociales fue separado de la
sociedad misma; independiente de la sociedad, se opuso a ella bajo la forma del interés
estatal, cuya defensa se confió a los sacerdotes de Estado que pasaron a cumplir
funciones jerárquicas muy determinadas”
34
.
Específicamente sobre el Estado bonapartista, en El Dieciocho Brumario de Luis
Bonaparte, Marx propuso una caracterización de los roles del Estado a partir de un caso
histórico particular, pero que a partir de su análisis pasó a ser un concepto sociológico
ampliamente discutido y empleado para explicar aquellas formas de poder político en
las que las burguesías dejaban de ocupar las posiciones estatales centrales y blicas
y quienes asumían el manejo de las mismas se situaban aparentemente como por
encima de las clases sociales y de los conflictos propios de la sociedad capitalista.
Sobre ese formato de dominación, en el que el Estado cobraba autonomía frente a la
sociedad y se presentaba como representante del conjunto de los intereses sociales,
Marx resumsu atractivo social diciendo: Si los que están en las cimas del Estado
tocan el violín, ¿qué cosa más natural sino que los que están abajo bailen? Por tanto,
cuando la burguesía excomulga como socialista lo que antes ensalzaba como liberal,
confiesa que su propio interés le ordena esquivar el peligro de su Gobierno propio, que
para poder imponer la tranquilidad en el país tiene que imporsela ante todo a su
parlamento burgués, que para mantener intacto su poder social tiene que quebrantar su
poder político; que los individuos burgueses sólo pueden seguir explotando a otras
clases y disfrutando apaciblemente de la propiedad, la familia, la religión y el orden bajo
la condición de que su clase sea condenada con las otras clases a la misma nulidad
política; que para salvar la bolsa, hay que renunciar a la corona, y que la espada que
34
Marx, Karl: La comuna (borrador), 1871. en Rubel M. Páginas escogidas de Marx
para una ética socialista, Amorrortu, Buenos Aires, 1974, Vol 1

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