
de Comte, esta vez a propósito del rol de sus seguidores políticos en los sucesos de la
Comuna de París: “Comte es conocido por los obreros de París como el profeta de la
política del régimen imperial, de la dictadura personal, de la dominación capitalista en la
economía, de las jerarquías en todas las esferas de la actividad humana, incluso en la
esfera de la ciencia, y como autor de un nuevo catecismo con un flamante papa y nuevos
santos en reemplazo de los viejos.”
14
Las perspectivas teóricas de Marx y Engels no siempre fueron debidamente
interpretadas por quienes se consideraban seguidores de sus ideas pero las aplicaron
como simples reducciones economicistas para interpretar los más diversos procesos
sociales y políticos. Ante tal tergiversación de su obra Marx reacciono diciendo: “todo lo
que yo sé, es que yo no soy marxista”; frase recordada por Engels en una carta dirigida
a Conrad Schmit, en 1890, en la que agregaba que la palabra materialista le servía a
muchos jóvenes escritores alemanes como simple frase para rotular toda clase de cosas
y concluía: “...nuestra concepción de la historia es, por sobre todo, una guía para el
estudio, y no una palanca para construir a la manera de los hegelianos”.
15
Los otros dos padres fundadores de la sociología fueron también críticos de diferentes
aspectos del marxismo sin dejar de valorar positivamente algunos de sus aportes.
Weber, que en varias oportunidades subrayó la importancia que en sus estudios había
tenido la obra de Marx, sostuvo específicamente que El Manifiesto comunista “por su
índole, y a pesar de que no estamos de acuerdo con varias de sus tesis fundamentales,
este documento representa un logro científico de primera magnitud (…) que ha
reportado muy fructíferas repercusiones en el ámbito científico”
16
. Dicho reconocimiento
no le impidió, en otra oportunidad, objetar el economicismo de “la llamada ‘concepción
materialista de la historia’ en su viejo sentido, genialmente primitivo, del Manifiesto
Comunista, por ejemplo, que sólo sigue prevaleciendo hoy en las cabezas de legos y
diletantes (...) La reducción a las solas causas económicas en ningún sentido es
exhaustiva en ningún campo de la vida cultural, ni siquiera en el de los procesos
económicos”
17
Émile Durkheim resumió sus críticas a Marx en un curso universitario sobre el
socialismo en 1895-96, diciendo que “no puede haber, propiamente hablando, un
socialismo científico. Y es que, para que tal socialismo fuera posible, serían necesarias
14
Marx, Carlos “Borradores de La Guerra Civil en Francia”, escritos en abril-mayo de
1871, incluidos como anexo en Carlos Marx: La Guerra Civil en Francia, Pekín,
Ediciones lenguas extranjeras, 1978, p.200.
15
Marx, C, y Federico Engels, Correspondencia, op. cit. 484.
16
Weber, M: Escritos políticos, Madrid, Alianza, 1991. p. 327.
17
Weber, M “La ‘objetividad’ cognoscitiva de la ciencia social y de la política social” en
Max Weber, Ensayos sobre metodología sociológica. Buenos Aires: Amorrortu., p. 58.