En la actualidad se sabe de la existencia de varios tipos celulares de
linfocitos que desempeñan diversas funciones en los procesos
inmunológicos del organismo. En la sangre periférica circulante
encontramos dos tipos de linfocitos pequeños, unos denominados
linfocitos T, provenientes del timo y de vida prolongada, en el hombre estos
linfocitos llegan a tener una duración de años. Los otros linfocitos pequeños
son los linfocitos B, denominados así porque se encontraron por primera
vez en la bursa de Fabricio, que es una estructura saculiforme del epitelio
intestinal de las aves. Estos linfocitos, a diferencia de los T, tienen
generalmente una vida breve.
Según algunos investigadores, en el humano, aunque no se sabe con
certeza, se piensa que los linfocitos B provienen de la médula ósea; otros
son de la opinión que estos pueden derivar de las placas de Peyer del
intestino. Los linfocitos de la sangre circulantes constituyen una población
mixta de células en diversos estadios de actividad inmunológica.
De los linfocitos que se encuentran en la sangre periférica, del 65-75%
corresponden al tipo T, los cuales se encuentran recirculando en ella.
En los cortes de tejidos y en los frotis sanguíneos es imposible identificar los
dos tipos de linfocitos (T y B) con las técnicas hematológicas corrientes; sin
embargo, los dos tipos pueden reconocerse utilizando técnicas especiales.
La membrana plasmática de los linfocitos B posee una gran densidad de
moléculas de anticuerpos, del mismo tipo de los que fabrican cuando son
estimulados. Por este motivo, los anticuerpos de superficie pueden
reconocerse combinándolos con trazadores fluorescentes que se hacen
posteriormente visibles mediante la microscopia de fluorescencia, los cuales
aparecen como anillos fluorescentes alrededor de cada linfocito B. Los
linfocitos T, poseen pocos anticuerpos en su superficie, de manera que
aparecen sin fluorescencia cuando se utiliza esta técnica.
Los linfocitos B y T pueden también reconocerse mediante el uso del
microscopio electrónico de barrido. Los linfocitos B presentan gran cantidad
de proyecciones pequeñas en su superficie, mientras que la superficie de
los linfocitos T es relativamente lisa (figura 6.9). Esta diferencia morfológica
en la actualidad, se considera que responde a la técnica empleada.
Para distinguir estos dos linfocitos se utilizan también métodos
histoquímicos. Con este fin se emplea la técnica del alfa naftil acetato
esterasa ácida, la cual marca los linfocitos T maduros y los monocitos
(figura 6.10).
Con respecto a la función de los linfocitos, estos pueden subdividirse en
diferentes subpoblaciones, cada una de las cuales posee una función
diferente en los mecanismos inmunológicos. Los linfocitos que maduran en
el timo, linfocitos T o timodependientes, recirculan desde la sangre y la linfa