
Para el pensamiento dialectico, el dominio de lo que “es” siempre debe ser criticado y puesto en tela de juicio para
revelar sus posibilidades. Este enfoque, se opone al del positivismo, que considera a los hechos como verdaderos
en la forma en que se dan inmediatamente. Marx, por otro lado, elaboró su propia teoría de la relación entre la
existencia y la conciencia, llamada concepción materialista de la historia, en oposición directa a la concepción
idealista que había mantenido Hegel. Marx invierte la relación propuesta por el pensamiento hegeliano, pero
valora positivamente el aporte de Hegel y sostiene que la dialéctica concibe toda forma social desarrollada
históricamente como en movimiento fluido, y por ende, toma en consideración tanto su naturaleza transitoria
como en su existencia momentánea. Es decir, para Marx el mundo no se compone de un conjunto de objetos
terminados y acabados, sino que representa en si un conjunto de procesos en el que las cosas que parecen
inmutables, al igual que los conceptos, pero se hallan en un constante cambio
Para el idealismo alemán, las ideas eran el principal condicionante de todos los aspectos de la sociedad, mientras
que marx creía lo opuesto. Él sostenía que la forma en la que se organiza el trabajo y la manera en que los
individuos participan en la producción de bienes materiales es lo que determina sus pensamientos. El individuo se
encuentra material y socialmente determinado por la forma en la que se organiza el trabajo en cada sociedad.
Relación entre estructura y superestructura:
Marx denomina base a la estructura económica de la sociedad, la cual está compuesta por las fuerzas productivas
y las relaciones sociales de producción (todo lo que hace al trabajo), y superestructura a la estructura jurídico-
política e ideológica, como el estado, el gobierno, las leyes (lo simbólico, ideológico)
La sociedad puede pensarse desde la metáfora de un edificio: en la base tenemos la estructura económica (todo lo
de carácter material) y sobre ella se edifica una superestructura, que es de carácter ideológico, de carácter
simbólico (no es tangible, pero tiene injerencia en nuestra vida).
Para Marx, la relación entre ambas es mecánica y de determinación, en donde la estructura determina a la
superestructura. El marxismo dice que en la estructura económica hay explotación y dominación, y lo que hace la
superestructura es legitimar esa explotación.
Marx cree que para estudiar la sociedad no se debe partir de lo que las personas dicen o piensan, sino de la forma
en la que producen los bienes materiales necesarios para la vida. Es en la relación directa entre los propietarios de
las condiciones de trabajo y los productores directos (mano de obra) donde encontraremos el fundamento oculto
de toda estructura social, y, por consiguiente, la forma política que presenta la relación de soberanía y
dependencia.
Para Marx, la relación entre estructura y superestructura es una articulación compleja y dialéctica. La ideología,
que trae consigo algo de la ideología de la época anterior, transforma la conciencia, las actitudes y las conductas
de los individuos para adecuarlas a determinadas condiciones de existencia, y actúa asegurando la dominación de
una clase sobre las otras. Esta hace que la clase dominada acepte sus condiciones de dominación como algo que
ocurre por voluntad divina, por las leyes de la naturaleza, o por el deber moral, y actúa sobre el sector dominante
para permitirle ejercer esa dominación con naturalidad.
Concepción materialista de la historia:
Marx y Engels centran las primeras de sus criticas en los hegelianos por entender al mundo a partir de la
conciencia o las ideas y por solo proponer alcanzar una conciencia crítica para cambiar al mundo. Estos dos
autores afirmaban que el modo de producción de la vida material es lo que determina el proceso de la vida social,
política y espiritual en general. No es la conciencia el hombre lo que determina su ser, sino por el contrario es el
ser social lo que determina su conciencia. Cuando cambia la base económica, se revoluciona en menor o mayor
medida la estructura que estaba sobre esta
Marx le otorga una gran importancia a los factores económicos en la interpretación de la historia, pero también
era consciente del importante papel que tenían los diversos factores de la superestructura al influir en las luchas
históricas. Esta visión se complementa con lo que expone en el Manifiesto comunista acerca de que la historia de
todas las sociedades hasta llegar a la nuestra es la historia de las luchas de clases. Opresores y oprimidos