Esto puede observarse a partir de la semejanza de la inteligencia de los antropoides en el
uso de herramientas al igual que el hombre como también un lenguaje similar en sus
aspectos fonéticos y funciones de descarga y sociales.
En cierto momento estas líneas que han seguido diferentes caminos se cruzan. El lenguaje
se intelectualiza, se une al pensamiento, y el pensamiento se verbaliza, se une al lenguaje.
A los dos años el vocabulario infantil aumenta a saltos, se amplía activamente, le sucede la
fase de las preguntas ¿qué es? ¿Cómo se llama?
El niño anteriormente asimila la conexión externa entre la palabra y el objeto y no la
relación interna entre signo y significado. Es decir, a cada objeto le corresponde su propia
palabra y domina la estructura que puede unificar la palabra y el objeto, de forma que la
palabra que identifica al objeto venga a ser propiedad del propio objeto.
Solo conoce las palabras que los otros le suministraban pero, a partir de la interiorización
del lenguaje, trata activamente de aprender los signos vinculados a los objetos,
comprendiendo la lógica interna.
Interiorización del lenguaje (Pensamiento y lenguaje).
El lenguaje interiorizado se desarrolla a través de lentas acumulaciones de cambios
funcionales y estructurales, se separa del habla externa del niño, simultáneamente con la
diferenciación de las funciones sociales y egocéntricas del lenguaje, y finalmente se
convierten en las estructuras básicas del pensamiento. El desarrollo del pensamiento esta
determinado por el lenguaje, es decir, por las herramientas lingüísticas del pensamiento y la
experiencia sociocultural del niño. El desarrollo del lenguaje interiorizado depende de
factores externos y el crecimiento intelectual del niño depende del lenguaje.
El lenguaje se desarrolla en tres etapas: lenguaje externo, lenguaje egocéntrico y lenguaje
interiorizado.
1. Fase primitiva o natural: corresponde al lenguaje preintelectual y al pensamiento
preverbal.
2. Fase de la psicología simple: el niño experimenta con las propiedades físicas de su
cuerpo y de los objetos y experimenta el uso de herramientas. En relación al
lenguaje utiliza de forma correcta las estructuras gramaticales antes de que haya
entendido las operaciones lógicas en las cuales se apoyan.
3. Tercera etapa: el niño utiliza signos externos como ayuda en la solución de
problemas internos. Ej: contar con los dedos. En el desarrollo del lenguaje
corresponde a la fase egocéntrica
4. Fase de crecimiento interno: la operación externa se convierte en interna. El niño
comienza a contar en su cabeza, a operar con relaciones inherentes y signos
interiorizados. En el desarrollo del habla ésta es la etapa final del lenguaje
interiorizado, sin sonido.
Juego para Vigotsky: papel del juego para el desarrollo del niño.
En la edad preescolar aparecen deseos que no pueden ser inmediatamente gratificados por
lo que la conducta del pequeño sufre un cambio: entra en un mundo imaginario e ilusorio.
Estos deseos encuentran cabida en el juego.
La situación imaginaria es imposible para un niño de menos de tres años porque en la
primera infancia hay una fusión entre la percepción y la reacción motora, resulta imposible
separar el campo del significado del campo visual. En el juego el niño actúa prescindiendo
de lo que ve. Durante el juego el niño opera con significados separados de sus objetos y
acciones acostumbradas, sin embargo surge una contradicción en la que funde las acciones
reales y los objetos reales. Eso caracteriza la naturaleza transicional del juego en tanto es un
estadio entre las limitaciones puramente situacionales de la temprana infancia y el
pensamiento adulto totalmente libre de situaciones reales. La contradicción radica en que el
campo de significado aparece pero la acción que en el se desarrolla exactamente igual que
en la realidad. Ej.un niño que da patadas al suelo e imagina que está montando a caballo.
El juego crea una zona de desarrollo próximo en tanto contribuye a su desarrollo. El juego
contiene todas las tendencias evolutivas: acción en la esfera imaginativa, creación de
propósitos voluntarios, y formación de planes de vida reales e impulsos volitivos.