
focalizarse en el pensamiento, la consciencia, ni ningún proceso mental que no tenga
consecuencias observables.
Eso no dice que los conductistas nieguen la existencia de los procesos mentales, sino
que su naturaleza impide que se trabaje científicamente sobre ello. Por eso se ha
llamado caja negra a lo que sucede entre el estimulo y la respuesta. Sobre esto se
estableció la psicología académica norteamericana en la primera mitad del siglo XX.
El conductismo y el modelo de la caja negra: El conductismo y las primeras teorías del
aprendizaje ponían el acento en lo directamente observable para explicar el
comportamiento, esto es la relación estímulo-respuesta. La sugerencia básica es que
científicamente se debía desestimar los procesos que ocurren entre uno y otro evento,
todo aquello que no fuera un hecho comprobable. Si la psicología quería ser ciencia
debía atenerse a los hechos empíricos y no a teorizar sobre procesos inobservables que
ocurrían en la mente; la caja negra. John Watson postuló un modelo básico de
estímulo-respuesta sin introducir el concepto de caja negra, intentando acercar a la
psicología al paradigma metodológico de las ciencias naturales. La idea era renunciar
al estudio de lo no observable (la mente y sus propiedades). La incorporación de una
instancia intermedia al modelo agrega el eslabón del organismo (estímulo-organismo-
respuesta), para luego definirlo como caja negra.
El conductismo tuvo un gran éxito y se propagó rápidamente por Norteamérica. En
primer lugar, debido a que su método y principios acercaban la psicología a una ciencia
natural y, en segundo lugar, porque presentó avances rápidos en el establecimiento de
algunos principios que rigen el comportamiento humano. Una consecuencia negativa
de este paradigma fue el abandono del estudio de los procesos mentales.
La psicología cognitiva en Europa durante la primera mitad del siglo XX
La existencia de una mayor comunidad científica interesada en los procesos mentales,
unida a la incipiente expansión del psicoanálisis en el área clínica, fue una barrera para
la propagación de las ideas conductistas.
En Alemania, el trabajo inicial de los psicofísicos fue continuado de forma intermitente,
siendo el principal exponente Ebbinghaus con sus estudios sobre la memoria y el
olvido. También en Alemania, la escuela de la Gestalt que realizaron criticas al
conductismo, por ejemplo, en la visión bidimensional y tridimensional.
En el área francófona un fuerte interés por el concepto de inteligencia llevo a estudiar
el desarrollo cognitivo durante la infancia. Una figura de mucha influencia fue Alfred
Binet, el padre de los test de inteligencia que mas tarde fueron llevados a EE. UU. y
perfeccionados por Terman y Weschler. El interés de los psicólogos francófonos de la
primera mitad del siglo XX por los procesos cognitivos generó fuertes debates, pero
también intensas colaboraciones. Se destaca la colaboración de Piaget en el desarrollo
infantil de los procesos cognitivos, Fraisse en el área de atención, del tiempo y de la
percepción. Wallon en el desarrollo de la inteligencia del niño y como esta es
influenciada por el medio. Guillaume sobre la inteligencia de los chimpancés.