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Apuntes sobre la Entrevista Semidirigida. A
spectos técnicos y dinámicos
LA ENTREVISTA
S
EMIDIRI
G
ID
A
La entrevista en su cualidad inicial:
En tanto entrevista psicológica, entiéndase por ella a un intercam bio de
índole fundamentalmente verbal,
que se lleva a cabo entre un psicólogo (rol técnico-profesional) y un consultante (a q uien
pretendemos
comprender en su singularidad) con el fin de dar respuesta a una demanda. La misma puede haberse
producido espontáneamente por el entrevistado (consulta por problemas de pareja,
dificultades de aprendizaje
en un niño, estar atravesa ndo
la
muerte de u n ser querido, pérdida de tra bajo, etc.) También puede ser
realizada por un tercero (por ejemplo, un empleador que quiere saber qué aspectos de la personalidad de un
postulante serán beneficiosos para un
tipo de desempeño laboral).
En tanto inicial, debe comprenderse que generalmente se trata del
primer encuentro cara a cara del psicólogo
con el entrevistado, aunque el contacto previo (telefónico frecuentemente) ya tiene efectos sobre el acontecer
propiamente d icho. Tampoco existe una regla respecto a la cantid ad de entrevistas i n iciales, el criterio del
profesional determinará cuantas llevará a cabo. En tanto proyectiva, responde a ciertos fundamentos comunes a
toda técnica que se caracterice como tal.
La entrevista en su cualidad pro yectiva:
Las técnicas proyectivas son instrumentos construidos con el objeto de promover distintos tipos de conductas
(verbal, lúdica, gráfica, perceptual). El supuesto básico es que la conducta es funcional, es decir tiene la función de
exteriorizar la estructura y dinámica de la personalidad.
Otro basamento epistemológico, remite a la noción de proyección, en su articulación con el determinismo
psíq uico y la apercepción. “Toda actividad de un individuo dado lleva en si el sello de su individualidad. De
este modo, si se la interpreta correctamente, cualquier conducta deberá servir como índice de la
individualidad y de sus características. Se considera en ella que proyección es toda manera de organizar el
mundo privado del sujeto. Todo segmento del comportamiento muestra la impronta de
la organización de la
personalidad respectiva, y permite, la reconstrucción de los principios organizativos específicos de la
personalidad. Las respuestas revelarán la estructura, la dinámica y la economía del aparato psíquico del sujeto. "
En la entrevista semidirigida no se trabaja con preguntas previamente establecidas.
J ustamente la
com plejidad de esta técnica radica en que no es posi ble estanda riza rla com o tam poco prever cuáles van a
ser las i nterven ciones
adecuadas, si no es en fu nci ón del despl i egue de
l
a situaci ón. Lo que defi ne a
l
a
entrev
i
sta sem
i
d
i
r
i
gida es una estructura establecida en relación a los fundamentos enunciados, y
una actitud
por parte del entrevistador.
Como la mayoría de las técnicas proyectivas inicia con un estímulo lo
suficientemente ambiguo pero
estructurado a su vez. El aspecto difuso de la consigna inicial permite al sujeto adentrarse en el proceso
psicodiagnóstico, desde el lugar que su psiquismo "le imponga":
"hábleme de usted", "¿qué lo trae por
aqu í?", "¿qué le sucede?", "¿en qué puedo ayudarlo ...?". Podrían ser algunas de las múltiples
alternativas de
inicio que permitan ver la esencia de la entrevista proyectiva. Asimismo, siempre se le proporcionará al sujeto
u n marco
en el cual apoyarse: en este caso la defin ición de la situación (objetivos, roles, espac10, tiempo,
y otros que se detallarán posteriormente) conformará un continente imaginario que favorecerá el
proceso. Por
su parte, la tarea de d iagnóstico es una labor investigativa. De este modo, una vez estim ulada la proyección,
toda técnica establece, en mayor o menor medida, un momento en el cual dis1ninuye
la ambigüedad,
"sacrificando" algo del carácter proyectivo, para adentrarse en un momento de focalización (dirigido).
A continuación de esta pauta inicial amplia (momento libre), se procede a una tarea exploratoria específica en
la cual se realiza una indagación orientada a obtener datos más precisos sobre lo relatado. El
objetivo es
profundizar las hipótesis que ha construido el entrevistador en el momento libre, recabando información que
no ha sido brindada
espontáneamente por el entrevistado, y que es necesaria a los fines
diagnósticos. Sin
embargo, el carácter proyectivo no deja de estar presente en toda instancia, aunque realicemos algunas
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preguntas
aclaratorias, de las cuales esperamos una respuesta específica (¿en qué
año ocurrió el
accidente? ¿Cuándo comenzó a sentir esta di ficultad?
¿Usted tiene 2 o 3 hermanos?).
Los interrogantes se real izan de manera tal que el sujeto pueda, a pesar
de haberse acotado el campo
temático, continuar exteri orizando su peculiar manera de ser.
En rel aci ón a
l
a fi nal idad de
l
a entrev i sta sem
i
d
i
ri gida, se han hecho va ri as especi ficaci ones. E ntre el l as,
nos gusta ría rescatar la importancia que estos contactos iniciales tienen para generar un ámbito de confianza y
bienestar que potencien la colaboración del
sujeto y favorezcan la continuidad del proceso. A su vez, serán
esenciales los datos obtenidos para planificar una batería de técnicas adecuada a la dema nda y que tenga en
cuenta las hipótesis presuntivas establecidas en el/ los primer/os encuentro/s con el consultante.
Entrevistas mediatizadas por otras técnicas pro yectivas:
Respecto al uso de los test, si bien los mismos están estandarizados, es necesario recordar que estos
instrumentos se administran siempre en el
marco de una entrevista, con todas las implicancias metodológicas
y
dinámicas que se desarrollarán a continuación. La estructura subyacente se sostiene: un pasaje gradual de
lo más ambiguo a lo más
focalizado, manteniendo siempre, en mayor o menor medida, la
cualidad proyectiva.
Así, por ejemplo, cuando se ha decidido admi nistrar el Test del Dibujo Libre, siempre se ubica en primer lugar
de la secuencia de gráficos, en razón de que, justamente, supone una
consigna más ambigua y amplia, que el
Test de las Dos Personas o el H.T.P.
En el Test de Rorschach, se realiza un interrogatorio sistemático (retest) respecto a las características de la
respuesta. Sin embargo, esto sólo se hace luego de que el sujeto ha visto todas y cada una de las m i nas
y ha podido responder, sin intervención alguna, "qué podría ser eso" para él.
La entrevista de devolución:
La entrevista devolución es el encuentro final. Tiene por objetivo trabajar con el consultante sobre algunas
hipótesis presuntivas q ue se han establ ecido. Esta entrevista no está por fuera del proceso, sino q ue
es
un espacio más de construcción, ratificación y rectificación de
hipótesis. El entrevistador mantiene la
misma actitud, procurando no
obturar un despliegue subjetivo que consiste en que el sujeto siga
bri ndando d atos y establezca asociaciones que le permitan apropiarse m ejor de los resultados que el
entrevistador le ofrece. El profesional
pondrá a consi deración del consu ltante sus inferencias lo cual
contri buye enormemente a la validez del diagnóstico. Tengamos en
cuenta que, muchas veces, la propia
cual idad final de este encuentro, introduce variables n uevas en la situación que pueden ser estímul o
sobre aspectos del sujeto que antes no habían aparecido. En esta
i nstancia, el profesional dice, si bien
grad ual mente y con mucho
cuidado, aquello que ha podido inferir de la producción del sujeto, lo
cual
lo u bica en una faceta diferente a la que había sostenido en las
otras entrevistas. Esto i ntrod uce
variantes que pueden hacer emerger expresiones del consultante, que no se habían puesto de
manifiesto en
la prod ucción previa.
SEÑALAMIENTOS TEÓRICO -
METODOLÓGICOS PARA EL ABORDAJE DE LA
ENTREVISTA SEMIDIRIGIDA
EL CAMPO PSICOLÓGICO
"Armbiente psicológico" (todo lo que rodea al individ uo) y ''Espacio
vital" (totalidad de hechos que pueden
promover y condiciona r la conducta). Entre los hechos existentes en un momento dado, el espacio vital es
parte del mismo e incl uye a "la persona y su medio psicológico" siempre compartido por otros.
Podemos entender la idea de campo como el emergente complejo del
vínculo Entrevistador (Edor.)
-
Entrevistado/s (Edo/s) que se lleva a
cabo en un espacio, en un tiempo particular (situación), en un
contexto y en cual quiera de los ám bito de tra bajo psicológico, a través de una
particular relación que
se funda entre ambos, con propósitos definidos.
entre los participantes se estructu ra una relación de la que
depende todo lo que en ella
acontezca.
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[se debe proc urar] que el campo se configure especial mente y en
su mayor grado por las variables
que dependen del entrevistado.
la relación entre ambos del imita y determi na el campo ele la
entrevista y todo lo que en ella
acontece.
el campo de la entrevista es dinámico, está sujeto a un
permanente cam bio y la observación se
debe extender del campo específico existente en cada momento a la conti nuidad y sentido de
esos cambios.
cada situación humana es siempre original y ú nica, por lo tanto la entrevista tam bién lo es. Para
obtener el campo particular de
l
a
ent revi sta debemos contar con u n encuadre fijo.
Y agregamos para u na mejor comprensión de las funciones de cada uno de los actores:
El entrevistador controla y dirige la entrevista, favoreciendo que el campo sea configurado
predominantemente por las variables del entrevistado.
EL
ENCUADRE
El concepto de encuadre consiste en determinadas reglas, indicaciones y acciones previ stas y planificadas por
el entrevistador. Las mismas responden a criteri os racionales y estrategias metodológicas inherentes a toda
actividad científica, como también refiere a criterios técnicos que les serán con claridad explicitados al
examinado.
Es un ma rco fijo que delimita, contiene y estabiliza la situación del
campo de la entrevista y su dinámica.
Por fijo no debiera entenderse que se trata de una actitud rígida e inamovi ble. De ser necesario se
establecen ajustes en las estrategias técnicas, conforme al criterio del
experto que tomará en cuenta, por
ejemplo, las características del consultante (adulto, niño, adolescente, familia, nivel educacional, cultural) la
especificación en la demanda (de profundizar la
investigación sobre el sistema cognitivo, facultad mental o
emocional, eludas de quien solicita el estud io) o el ámbito de dónde proviene solicitud (institución educativa,
judicial, hospitalaria estatal o privada, de salud, empresarial, etc.).
Otras variaciones tend rán que ver con el marco teórico-conceptual q ue
adopte el psicólogo. Será
determi nante no sólo u na información sólida
sobre la técnica, sino haber incorporado una formación
eficiente, responsable y ética que denominamos actitud profesional.
También tend sus efectos la modal
idad personal e i diosi ncrática del profesional, su hi stori a de vida, su entrenam iento en
l
a práctica y el
contexto i nstitucional en el que despl iega su trabajo. Sumamos, como
i m portante "valor agregado", el conoci
m iento de m ismo que tenga el
Entrevistador, si ha transitado la experiencia analítica o terapéuti ca.
El encuadre facilita la observación de los fenómenos
psicológicos relacionados con la manera que el
entrevistado perci be
este marco, se adapta, le mol esta, i ntenta modificarlo, etc. Todas
con d uctas que
darán cuenta de su estilo relacional, esta bi
l
idad o constancia, coherencia, contrad icci ones, formas de
i
ntractua r y relacionarse con otras personas. Características cognitivas
,
emocionales y afectivas, también se
expresarán en las diversas
manifestaciones registradas en relación al mismo.
"El encuadre funciona como una especie de estandarización de la
situación estímulo que ofrecemos al
entrevistado, y con ello no pretendemos que deje de actuar como estimulo para él, sino que deje de oscilar
como variable p a r a el entrevistador... Debemos asegurarnos que lo que surja sea material del
paciente,[entrevistado} o sea variables introducidas por él y no de nuestra subjetividad. "
El respeto por la estandarización, permite comparar los aspectos que en
común tienen las personas, lo
esperable, conforme a criterios de edad, género, ubicación socio-económica, nivel educacional, cult ural,
ocupacional y, esencialmente, descubrir en qué se diferencia, para
identificar lo de "único e irrepetible" de
cada sujeto: LA
PERSONALIDAD.
Un encuad re siempre está
presente, n para aquellos entrevi stadores que manifiestan trabaja r
"sin
encuadre". Podríamos decir que éste es "su encuad re": no sostener
fijas ciertas varia bles.
4
Las variables a mantener constantes por el entrevi stador, para el
sostenimiento del encuadre han sido
descriptas como: roles definidos,
tiem po, lugar y hon orarios, entre otras.
A continuación detallamos algunas de las va ria bles que se deben controla r durante todo el proceso
psicodiagnóstico:
Modalidad del entrevistador (implícito en el encuadre aunq ue no
siempre se explica)
Defin ición de roles
,
funciones de quienes intervendrán en
el proceso.
Explicitación de
la tarea a
desarrollar. Momentos, etapas secuenciales. Contrato.
Proced imientos técn icos (Técnicas proyectivas y psicométricas).
Tiempo estimado para cumplimentar el proceso.
Lugar.
Cantidad estimada de encuentros, fechas y horarios.
Objetivos del psicodiagnóstico.
Expresión textual de las consignas, pautas formales, de contenido e i nterpretación de los instrumentos
de diagnóstico.
Entrevista/s de devol ución oral al consultante/s, con especificidad al
ámbito (Clínico, Forense, Laboral,
Educacional).
Informe escrito con adecuación a quien lo solicita (profesional o institución) y a la especificidad de
cada ámbito.
Honorarios. (según sea institución pública, privada, convenios de servicios con obras sociales)
EL PSICÓLOGO, VARIABLE INTERVINIENTE
Es esencial reconocer la presencia el psicólogo como va ria ble interviniente, en su condición de observador
participante y, su incidencia durante todo el
proceso psicodiagnóstico.
"Sabemos que el entrevistador
constituye el estímulo más importante, ya que él es el estímulo,
propiamente dicho ..."
Si el psicólogo es consciente del rol que protagoniza, usará cada vez
con mayor habi l i dad los artificios
técnicos para cont rola r-se como
variabl e en el proceso.
DISOCIACIÓN INSTRUMENTAL
Cuando el relato del entrevistado moviliza aspectos de la h istoria
personal del entrevistador, genera lo
que Phillipson definió como
"encaje": se establece una identificación proyectiva masiva. Las consecuencias
son:
1.
la anulación del rol actitudi nal del psicólogo, deseq ui li brio en el manejo de la disociación
instrumental
2.
la
imposibilidad de sostener el encuadre
3.
no puede interpretar los
fenómenos transferenciales
4.
la contratransferencia, da lugar a la
actuación (acti ng)
5.
desaparece la asimetría, se homologa el
víncul o, pierde el entrevistador la direcci ón de la técnica y
del proceso
en su conjunto.
La disociación instrumental es entonces un a rtificio técnico, un
procedimiento actitudinal planificado y
deliberadamente
implementado. Por tratarse de un procedimiento metodológico-técnico
y actitudinal, tiene
carácter instru mental. La función i m plíci ta consiste en estim ular el discurso del entrevistado,
graduando el
i mpacto emocional y niveles de desorganización que pudieran
producirse,
contribuyendo a que el campo psicológico sea propicio
para generar un encuentro e1npático para el logro
de los objetivos.
La disociación, explicada como procedimiento instru mental del psicólogo, se diferencia del mecanismo
primitivo- pre-represivo, porque funciona de manera consciente e intencional para poner en
práctica, de
manera eficiente, la capacidad del entrevistador en la conducción de la técnica.
TRANSFERENCIA-CONTRATRANSFERENCIA
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La especifica relación de entrevista, con su acontecer y trama
vincular, diri gid a por el entrevistador
(pautada, controlada), y
configu rada por el entrevista do con su relato espontáneamente
"selecc i on ado" y
mod o pec u
l i
ar de h istori za r su v
i d
a, se diferencia de
cu alqu ier otra forrn a de relació n por trata rse
de u n vinculo asim étrico, (algu
i
en que proced e con formaci ón, ex peri enci a y
actitudes
profesionales, y otro que espera conocerse, resolver
situaciones, o modificar aspectos que le son
pe1judiciales etc.) Entre
ambos se instalará la tra nsferencia y la contratransferencia y, de la
lectura
interpretativa instrumentalizada que realice el entrevistador, se
in construyendo datos sobre el peculiar
esti lo de relación del entrevistado con otros.
La asimetría marca diferencia,
no niveles. No se trata de que alguno de los participantes del proceso
tenga mayor o menor valor, saber o importancia, sino que ambos
participantes son esenciales para que
se constituya el campo, aunq ue
cumpliendo d istintas funciones.
Contin uando, se afirma que el fenómeno transferencial tiende, en
muchos casos, a dirigir la conducta
del entrevistador a la acción.
Prever y evitar el riesgo de la actuación conduce a pensar sobre la
actitud
que corresponde asumir. A esto se refiere Freud mismo cuando
propone la "regl a de abstinencia". La
misma implica no sólo la
interdicción de cualquier i ntercambio que exceda lo verbal sino, a la
vez, la
puesta en juego por parte del entrevistador, de cierta suspensión
de sus convicciones, preconceptos y
prejuicios para poder dar cuenta
con la reflexión (flexión de la conciencia sobre mismo), de la
singulari dad del sujeto al que intenta comprender, a partir del
acontecer de la entrevista, evitando
actuar la contratransferencia
Nada más difícil para quienes se inician en la ta rea del
psicodiagnósti co:
1. perci bi r de qué trata lo transferi do, q
sensaciones y sentim i entos suscitó el entrevistado en el
entrevistador
2. prod ucir un "pasaje" transformando
l
o senti do y
vivenciado, al sistem a cogni tivo pa ra converti r el
efecto de la
contratransferencia en una herramienta más de conocimiento, evitando
la actuación
3. inferir el "patrón" de conducta o "comportamiento
típico."
ANSIEDADES
Distintos autores describen el surgimiento de la ansiedad en las
entrevistas de psicodiagnóstico. La
ansiedad puede estar presente en
situaciones en las cuales un sujeto reedite la conflictiva edípica
(situaciones de competencia, rivali dad, exclusión etc.), así co1no
también la angustia puede coexisti r
con el miedo o la tri steza.
Desde el abordaje psicoanalítico, la angustia es un afecto (prod ucto o herramienta del yo) y
l
a ansiedad es
una respuesta del yo
. A pesar de las diferencias que establecen distintos autores en los
conceptos y su
significación, (objeto divalente, ambivalente, posición esquizoparanoide o depresiva, ansiedades básicas, áreas
de la
conducta) todos coinciden en afirmar la coexistencia y alternancia de las ansiedades y la oscilación en
su predominio.
En la teoría de Las Relaciones Objetales (M. Klein) y en estudios posteriores (W. R. Bion) se indica la existencia,
en los principios de
la vida, de dos tipos de ansiedad: la que se origina en la posición
esquizoparanoide,
ansiedad paranoide (que se presenta ante el temor
a la disolución de la divalencia objetal, que mantiene
disociados afectos contradictorios). En ella es el miedo el afecto predominante.
En la segunda posición, llamada depresiva, se instala el conflicto ambivalente, (aquí sucede otro peligro: la
amenaza de pérdida del
objeto amado por el od io o rechazo que se le tiene, al mismo tiempo).
La
derivación es la ansiedad depresiva, siendo el afecto concomitante, la tristeza.
Am bas ansiedades están presentes, con dominancia o supresión de
alguna de ellas, de igual manera que
ocurre con la d ivalencia objetal
(relación con objetos parciales) y la ambivalencia (la integración del
objeto total).
Por su parte B ion, infiere la existencia de la ansiedad conf usional que,
ju nto con la paranoide y la
depresiva consti tuyen las denomi nadas:
a nsiedades básicas.
Este autor expresa que la ansiedad
6
confusional no tiene una ubicación
precisa en el tiempo, a d iferencia de las otras dos, ligadas a las
posiciones. Ind ica que puede presentarse al principio de la vida (alta probabil idad, q ue así sea, por el estado
de simbiosis in icial, y total ausencia de discriminación objetal), a ntes de i nstalarse la posición
esqu
izoparanoide, entre ambas posiciones y tam bién, después de la depresiva. Fu ndamenta que las tres
ansiedades
pe rman ecen a ctivas du rante tod a la exi stencia de l a persona, y será la intensida d y frecuencia
lo que determine el mayor o menor grado de
salud o de enfermedad del funcionamiento psíquico.
En lo que al Proceso Psicodiagnóstico respecta, los autores consideran el surgimiento de distintas ansiedades
en una secuencia "esperable"
aunque no única. De esta manera suele observarse en el
inicio del proceso,
y
particularmente en la entrevista inicial, el
surgimiento de la ansiedad paranoide, considerando que la misma
se asocia a la amenaza que sufre el yo frente a lo desconocido. Puede así
tornarse la situación y el
entrevistador, foco de ansiedad. Sin embargo, una vez establecido el vínculo, disminuyen las fantasías
suscitadas en
el primer momento, pudiendo dar paso a la ansiedad depresiva, cuya cualidad es el cuidado del
objeto y el temor al daño o a la pérdida del
mismo. El cierre de la entrevista, y/o culminación del Proceso
Psicodiagnóstico pueden producir, tanto fantasías de pérdida como la
reaparición de temor y desconcierto
acerca del destino de lo
acontecido. Se pueden ver así las oscilaciones en la secuencia de la
ansiedad
predomi nante (reaparición de la ansiedad paranoide o
incremento de la ansiedad depresiva). El surgimiento
de la ansiedad confusional, por estar asociada a la simbiosis objetal, al origen al
funcionamiento psíquico e
indiferenciación sujeto y objeto, correspondería a un funcionamiento, expresado en conductas, menos
evolucionado en el entrevistado.
Si bien se plantea una secuencia esperable en relación a las ansiedades, el predominio de una sobre otras
que se infiera en el proceso, dependerá de las características estructurales y dinámicas del sujeto. Es tarea
del
psicólogo, apel ando a su mejor criterio y decisión de experto, distinguir cual de las ansiedades, vínculo
divalente o ambivalente, y posiciones tiene mayor correspondencia con l as características idiosincráticas
LA ENTREVISTA SEMIDIRIGIDA EN LA
PRÁCTICA DEL ESTUDIANTE:
La cátedra de Instrumentos II propone como consigna pertinente para dar comienzo al momento libre de la
entrevista: "Habla me de vos/ Hábleme de Ud. Posteriormente se inicia una segunda etapa, en el
cual se
propone aclarar: "A pa rtir de este momento voy a realizarte/
realizarle u na preguntas" e indagar entonces
sobre ciertas temáticas obviadas o no expresadas con suficiente claridad o profundidad de manera espontánea
por el entrevistado. La modalidad de esta segunda instancia tiene c01no pre1nisa la idea de que el entrevistado
debe seguir, en la medida de
lo
posible, configurando su campo. Así, el
entrevistador debe ser claro en
aquello que quiere preguntar, pero
evitando inducir o dirigir la línea de la respuesta, en función de
sus
presupuestos. Concretamente es recomendable:
1.
Respetar las consi gnas y los momentos de la entrevista. Para
asegurarnos que el campo sea
configurado en su mayor parte por
el entrevistado, es de gran importancia el control de las
variables:
Una de ellas refiere a las consignas. Tanto enunciarlas de manera
adecuada, como los
tiempos para incorporarlas a la entrevista son
aspectos imprescindibles para el buen desem peño
técnico. Esto
no implica una absol uta rigidez, pero deben tenerse en cuenta los
moti vos y
fundamentos de cada paso y estím ulo.
2. Igual importancia tiene la expl icitación de la segunda consigna en la que le indicamos el paso al
momento dirigido a
través de: "A partir de este momento voy a hacerle algunas preguntas". Si no
brindamos la consigna correctamente o
directamente la eludimos, y comenzamos a interrogar el
entrevistado, el mismo puede interpretar que solicitamos simplemente una aclaración, pero que debe
seguir explayándose "sobre lo que quiera de él". Se i nvalida n uevamente la técnica bien porque
interrumpimos el momento libre, o bien porque se
reabrió el momento dirigido. Si hemos intervenido
correctamente en cambio, y el sujeto responde rápidamente nuestra pregunta, prosiguiendo
libremente por otras temáticas, estamos en presencia de aspectos propios de su personalidad que nos
aportan nuevamente datos sobre el sujeto.
3. Errores frecuentes que contaminan sustancialmente la técnica son muletillas o expresiones que suelen
estar fuera del control de
los sujetos, pero como entrevistadores debernos neutralizarlas. "Bien",
"Lógico", "Seguro" son afirmaciones que en l a cotidianidad utilizamos sin mayores problemas, pero
que pueden
generar situaciones inesperadas dentro de un proceso psicodiagnóstico.
7
4. Es necesario tener siempre presente los objetivos del psicodiagnóstico. Es fundamental que el
psicólogo realice la
i nvestigación diagnóstica en función de las preguntas que debe
responderse al
finalizar el proceso
5.
Interrogar en su justa medida: Este es uno de los puntos más
difíciles de aprender y de
transmitir. En su justa medida impl ica
no dejar de interrogar pero poder visl um brar cuándo el
sujeto ha
llegado a su mite de lo que "quiere" o "puede" decirnos respecto
a una temática.
Debemos tener en cuenta q ue, en ciertas
ocasiones, lo no dicho respecto a algún aspecto de su
vida, es un
dato que se constituye justamente por ese vacío en el discurso. Existen ciertas áreas
a las que los entrevistad os no remiten
espontáneamente y esto tam bién nos aporta en la
compresión del
sujeto tanto si finalmente se explaya cuando real izamos una
pregunta al respecto
como si, aún frente a ellas, persiste sin
abordarlas.
6. Retomar textual mente los d ichos del entrevi stado al
in terrogar. Si el sujeto ha expresado que
ti ene "Ciertos
problemi tas para estud i ar" no podremos
i
n terven
i
r pregu n tando por su s
"ciertas d ifi cu ltades". Debem os respeta r
l
a m an era de expresarse del sujeto y no asumir sinóni mos
que para él tal vez no
lo sean.
7. No teñir los dichos del entrevistado con nuestros propis
sentidos. Por ejemplo: si el sujeto nos habla
de que tiene "problemas con su novia ... los mismos que tiene todo el mundo" debemos interrogar
cuáles son aquellos problemas que para él
tiene todo el mu ndo, y no dar por sentado sentidos
propios que
pu ed en no tener que ver con lo que qu iere transmi ti r el
entrevistado. Frases tales
como: "con mi mamá hablo de todo", "él es re-gamba en todo", "tuve un parto normal", "con mi
familia me llevo re-bien", etc., provocan en el entrevistador una
determinada imagen que
probablemente no sea coincidente con lo
que el entrevistado está queriendo decir. Aceptar, callar y no
indagar sobre este tipo de frases hace que la entrevista tome otro curso, siendo meramente una
"charla de conocidos". ¿Por qué? Porque nos estamos guiando por nuestro propio m undo
imaginario, con nuestras terminologías y códigos, con nuestros valores y nuestras consideraciones; y no
con las que verdaderamente presenta el entrevistado. Cuántas veces uno se
encuentra "rellenando" las
frases incompletas que el otro deja con suma intencionalidad, observando luego, al proceder de esta
forma, que no era exactamente -y por suerte- lo que el sujeto quería decir
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