→Violencias en la escuela: En Argentina, se creó en 2004 el Observatorio Argentino de Violencia en las
Escuelas, como iniciativa conjunta entre el Ministerio de Educación de la Nación y la Universidad de San
Martín.
Dentro de la investigación académica, la línea Psicoeducativa, en sus inicios, se focalizó en los procesos
personales e interpersonales implicados en el fenómeno de la agresividad y la victimización, entre los que se
destaca el análisis del fenómeno del acoso escolar, conocido como “bullying”, traducido al castellano como
maltrato entre iguales, o acoso entre pares. Las líneas precursoras llaman bullying a la situación de una
persona o grupo que se dedica al asedio de uno o más estudiantes en forma sistemática. A partir de tales
desarrollos fue dándose en Europa, EEUU y Latinoamérica, con enfoques diversos, un creciente interés por el
estudio de las prácticas de convivencia escolar, el bullying y la exploración de formas específicas como el
ciberbullying.
La definición más citada es la de Olweus “un alumno está siendo maltratado o victimizado cuando está
expuesto repetidamente y a lo largo del tiempo a acciones negativas de otro o un grupo de estudiantes”. Las
características que definen al bullying son tres: intencionalidad, persistencia en el tiempo y abuso de poder,
siendo un tipo de violencia específico. Ortega, junto a otrxs autorxs, propone dos leyes que mantienen el
maltrato entre escolares: la “ley del dominio–sumisión” y la “ley del silencio”, dando cuenta de las asimetrías
de poder entre víctimas y victimarios, y de los fenómenos de complicidad entre lxs testigos, que dificultan el
abordaje por parte de las personas adultas. Las investigaciones que derivan en estudios sobre victimización,
enfatizan en el proceso psicológico que vive la víctima de violencia, mientras que los estudios de intimidación
enfatizan en lx agresor y el concepto de agresividad. Se observa que hay niñxs que, al tiempo de ser
victimizadxs, intimidan a otrxs niñxs.
● El acoso entre pares es sólo una de las formas de violencia interpersonal en los centros educativos.
Por eso, para analizar los episodios y determinar su naturaleza, es preciso tener en cuenta la relación
de poder entre los implicados y la persistencia de los episodios.
Muchos trabajos en esta línea se pusieron al servicio de la intervención psicoeducativa, insertando en
programas para la convivencia escolar, mediación y asesoramiento entre alumnxs. Consiste en festionar la
convivencia entre la comunidad educativa, destacando la importancia de la implicación del profesorado ya
que incide en la disminución de situaciones de violencia.
En los 90’, la investigación psicoeducativa sobre la violencia en las escuelas, en Latinoamérica, fue virando
desde una perspectiva individual, centrada en factores psicológicos, hacia un enfoque que incluye aspectos
socioculturales. La investigación comenzó a incluir conceptos propios de la línea socioeducativa,
vinculandose con los factores y determinaciones socioculturales. En ésta última línea se trabajaron
centralmente los conceptos de clima escolar, micro–violencias e incivilidades. Sin embargo, la identificación
de factores sociales en la generación de problemas de violencia en las escuelas ha sido disímil.
Según Debarbieux y Montoya, apartir de los 80 comienza a percibirse la violencia escolar como elementos
importando de las poblaciones pobres y marginadas, acentuando las variables externas de la escuela. La
incapacidad del sistema social, y en particular del sistema escolar, para responder a las necesidades
educativas de los niños y jóvenes, abocaría a la manifestación de conductas violentas.
→El concepto de clima escolar refiere a la calidad general del centro que emerge de las relaciones
interpersonales percibidas y experimentadas por lxs miembros de la comunidad educativa. La calidad del
clima incide de forma directa en los fenómenos de violencia que se viven en las escuelas, siendo ésta un área
de trabajo interdisciplinar.
→Violencias de la escuela: en Francia las investigaciones se focalizaron históricamente en la indisciplina del
alumnado, pero luego surgió una línea centrada en la violencia institucional. Ésta puso de relieve que es el
propio sistema escolar, reproductor de desigualdades sociales, el responsable en gran medida de la violencia
que se vive en las escuelas. Aparecen así nociones ligadas al concepto “de violencia simbólica”, tales como el