
posibilitaría el progreso, y este a la economía, por lo que el orden excluiría a todos
aquellos elementos que pudieran obstaculizar el progreso, fueran indios o montoneras.
Penetración estatal
Así como la coerción era una condición necesaria para el monopolio de la violencia y
el control territorial, la creación de bases consensuales de dominación era una
condición necesaria para la estatidad. El consenso además de una alianza política
estable requería una presencia material e ideológica que afianzara los vínculos de
nacionalidad. (coerción = control y dominio / consenso = estatidad).
La penetración estatal comprende [1] una modalidad represiva [coercitiva] (fuerza
territorial unificada y distribuida territorialmente para mantener el orden), [2] una
cooptativa (la captación recíproca de prestaciones y apoyos de los sectores
dominantes a través de alianzas y coaliciones), [3] una material (la distribución de
obras, servicios y regulaciones indispensables para el progreso económico interno), y
[4] una ideológica (la difusión de valores y símbolos nacionales patrios para legitimar
el sistema establecido). De todas estas modalidades, la represiva era la principal
forma de penetración. Las demás modalidades se diferencian de la coerción por
poseer contraprestaciones (beneficios) consolidando intereses en común (sobre todo
en el interés material); siendo que la modalidad cooptativa se relaciona al poder, la
material al interés y la ideológica a la convicción, contribuyendo en conjunto al
consenso.
La penetración material constituyó una modalidad de control social basada en
diferentes factores de la producción y regulando sus relaciones. La penetración
cooptativa hizo que el estado ganara aliados entre fracciones burguesas del interior a
través de promesas o concesiones de beneficios de incorporarlos a la coalición
dominante (designación de subsidios o cargos públicos fueron algunos mecanismos
empleados) [La represión federal en las provincias era un mecanismo represivo antes
que cooptativo para ganar adhesiones]. La penetración ideológica se basó en la
acción del estado en instituir pautas educacionales congruentes con el nuevo
esquema de organización social, como sacralizar a la justicia y el imperio de la ley,
revistiendo la represión o los intereses individuales como legítimos, junto a la
dominación hegemónica de un poder central. Esta modalidad también incluía
desarrollar un discurso político que justificara el funcionamiento de una democracia
restrictiva, contradictoria con el liberalismo impuesto en las relaciones de producción, y
todas las creencias, valores y normas de conducta coherentes con un nuevo patrón de
relaciones sociales y un nuevo esquema de dominación.
Cada una de estas formas de penetración se expresaron a través de instituciones
(normas y organizaciones burocráticas que regularían y ejecutarían las actividades
contempladas en los distintos ámbitos operativos).
Resistencias
El estado se encontraba con una “autonomía relativa”, ya que los sectores dominantes
del interior eran indiferentes u hostiles a la organización de un estado nacional; la