
-PSICOPATOLOGIA-
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anomalía es interpretada en cuanto a sus efectos, en relación con la actividad del
individuo y por lo tanto con la representación que este se forja de su valor y de su
destino, la anomalía es flojedad.
Una anomalía hereditaria no es patológica por el hecho de que sea una anomalía, es
decir, una desviación a partir de un tipo especifico, definido por un agrupamiento de
los caracteres más frecuentes en su dimensión promedio.
No existe un hecho normal o patológico en sí, expresan otras posibles normas de
vida, si esas normas son inferiores se las denominara patológicas.
ÉTICA, PSICOPATOLOGÍA Y PSICOANÁLISIS (ROBERTO
MAZZUCA)
El término psicopatología se formó como una abreviatura de psicología patológica,
como se llamó inicialmente a esta disciplina en el momento en el que surgió el campo
de la psiquiatría. La cuestión de lo normal y lo patológico, la salud y la enfermedad,
conservan un componente ético de carácter irreductible. La ética de la ciencia actual,
surgida junto con los ideales de la modernidad, es muy distinta del ideal griego de la
contemplación (el bien supremo en la ética aristotélica). Un poco más tarde en la
época del positivismo, la armonía entre ciencia y ética constituía un supuesto
indiscutible, no se dudaba que el progreso de la ciencia solo podía acarrear un bien
para la humanidad.
Para nosotros, hoy, las cosas son muy distintas. Son frecuentes las ocasiones en que
el avance científico plantea nuevos problemas éticos. La psicopatología no es ajena
a esta problemática ética. Sin embargo, en ella su incidencia es más determinante
todavía en la medida en que la definición misma de su campo se establece por
criterios inescindibles de una apreciación moral.
Tomemos como ejemplo la homosexualidad, considerada en los inicios de la
psicopatología como una enfermedad en cambio en la actualidad se dirige cada vez
más decididamente hacia la exclusión del campo de la psicopatología al ser abordada
como una forma de orientación sexual.
Estos diversos modos de abordaje, que se distinguen tan nítidamente en el caso de
la homosexualidad, son aplicables en realidad a todas las categorías psicopatológicas,
ya que, por lo menos desde la perspectiva del psicoanálisis, las neurosis y las psicosis
son también elecciones subjetivas, porque el sujeto es más bien un resultado de esa
elección y no tanto su agente. Un psicoanálisis consiste precisamente en hacerse
responsable del inconsciente, es la posición ética necesaria para comenzar y sostener
la experiencia psicoanalítica.
El modo de goce es un componente esencial en la definición de todas las categorías
psicopatológicas. Como la ética y el derecho apuntan a regular los modos de gozar,
la posición subjetiva en relación con el goce, lo que se estimula y se desalienta, lo
que está permitido y lo que está prohibido. La histeria y las neurosis obsesivas, por
ejemplo, son abordadas por Freud como formas de neurosis, lo que en su concepción
implica que se define esencialmente por la modalidad específica de sus síntomas y
de los mismos mecanismos de formación de síntoma en cada caso. La perspectiva de
Freud, difiere de la concepción psiquiátrica que las consideraba directamente como
enfermedades de origen orgánico.
La concepción de Lacan, en contraposición a la de Freud, es paradigmática en este
punto. Las diferentes categorías clínicas son abordadas como estructuras subjetivas,
es decir, modos de constitución del sujeto que se caracterizan por sus posiciones