Buscamos, entonces, clarificar los fundamentos del conocimiento en la vida
cotidiana, las objetivaciones de los procesos subjetivos por medio de los cuales se
construye el mundo intersubjetivo del sentido común. El método más conveniente es
el análisis fenomenológico, que es descriptivo y empírico, el sentido común encierra
interpretaciones pre científicas y cuasi-científicas sobre la realidad cotidiana que da
por establecida.
La conciencia es siempre intencional, dirigida a “algo”. La conciencia se mueve por
las diferentes esferas de la realidad de la vida cotidiana, es decir, tenemos
conciencia de que el mundo consiste en realidades múltiples y cuando se pasa de
una realidad a otra experimentamos un impacto, causado por el desplazamiento de
la atención que implica dicha transición.
Entre las múltiples realidades se encuentra una que se destaca por excelencia, la
realidad de la vida cotidiana. Esta es suprema debido a su posición privilegiada.
Se impone sobre la conciencia de manera masiva, urgente e intensa, es imposible
de ignorar. Es la única realidad a la que vamos a dirigir nuestra conducta, nos
vemos obligados a prestarle atención total y experimentar la vida cotidiana en
estado de vigilia. Es esto para nosotros algo normal y evidente, constituye nuestra
actitud normal. La realidad de la vida cotidiana es una realidad por excelencia.
Es una realidad ordenada, coherente, sus fenómenos están dispuestos de
antemano, en pautas independientes de nuestra aprehensión, se nos imponen. Es
una realidad que se presenta ya objetivada y está organizada en 3 ejes:
- Lenguaje : nos proporciona las objetivaciones indispensables y dispone orden
dentro del cual éstas adquieren sentido y dentro del cual la vida cotidiana
tiene sentido para nosotros. Marca las coordenadas de mi vida en la sociedad
y llena esta vida de objetos significativos.
- Tiempo y espacio : la vida cotidiana se organiza alrededor del “aquí” de mi
cuerpo y el “ahora” de mi presente; son el foco de la atención que prestó a la
realidad de la vida cotidiana, es lo realissimum de mi conciencia.También
abarca fenómenos que no están presentes “aquí” y “ahora”. Experimentamos
la realidad en grados diferentes de proximidad y alejamiento, tanto espacial
como temporal. Lo más próximo a nosotros es cuando dominamos nuestra
conciencia, podemos controlar corporalmente nuestra vida cotidiana y
nuestra atención está determinada por lo que hacemos, lo que ya hicimos o
lo que pensamos hacer. Es nuestro mundo por excelencia.
La realidad de la vida cotidiana se me presenta como un mundo intersubjetivo,
que establece una señalada diferencia entre la vida cotidiana y otras realidades de
las que tengo conciencia. No puedo existir en la vida cotidiana sin interactuar y
comunicarme continuamente con otros.
Hay una correspondencia continua entre mis significados y sus significados. Sé que
mi mv a la actitud natural de los otros, sé que organizan este mundo con un “aquí y
ahora” y que su perspectiva no es idéntica a la mía, mi “aquí” es su “allí” y mi
“ahora” no se superpone del todo con el suyo. El conocimiento del sentido común