funciones, o metáfora de ambas cosas?; ni qué decir sobre “humana”, “bienestar” y “persona”. Así, el
conocimiento que produce la Psicología contemporánea quizás pueda responder, de alguna manera, a las
demandas de la sociedad pero está limitado por contradicciones en su andamiaje conceptual. Es un saber
operatorio que se expresa en innumerables aplicaciones pero simbólicamente desarticulado. Muchos autores
intentan salvar estos hechos postulando la conveniencia de referir a “Psicologías”, lo cual significa un nuevo modo
de acordar, bajo el plural del nombre, la convivencia de cosas muy diferentes.
En consonancia con lo dicho, podría leerse lo establecido en la resolución 343/09 (BO 07/10/09), mediante la cual
el Ministerio de Educación de la Nación fija, entre otras cosas, los contenidos curriculares básicos que se deben
contemplar en la formación del psicólogo / a. En lo atinente a nuestra materia, en el apartado “Contenidos
curriculares básicos”, punto A.2, se caracterizan los “procesos psicológicos” como el “conjunto de aspectos que
integran las dimensiones conscientes e inconscientes del psiquismo, según diferentes modelos teóricos”. Estos
“aspectos” se relacionan con: a) las condiciones de posibilidad y construcción del conocimiento; b) la dimensión
dinámica del psiquismo y c) lo evolutivo a lo largo del ciclo vital. También, en el punto A.3, se incluyen : “procesos
de subjetivación, individuación, personalización y socialización”; asentamos como indicación que, en todos estos
“procesos” el sujeto es una unidad indivisa sostenida en la centralidad de las funciones y operaciones cognitivas, es
decir, el tradicional sujeto cognoscente de la filosofía occidental.
Sin pretender adherirnos a paradigmas hegemónicos, ni a pseudo síntesis superadoras, ni a variantes generalistas,
pensamos que frente a tal amplitud, es muy importante, para organizar un programa de estudios dirigido a los
estudiantes del primer año de Psicología, proponer un marco de referencia definido y coherente que nos
posibilite orientarnos en la heterogeneidad conceptual de la disciplina.
Tal marco referencial deviene de postular lo planteado más arriba: el descubrimiento del inconsciente determina
todo el campo de la conducta y del “funcionamiento mental” del ser humano. En este sentido, es fundamental
cómo es conceptualizado el sujeto que está en juego. El sujeto que viene determinado por la existencia del
inconciente corresponde a una función que se realiza en el decir –o habla o discurso- y que presupone
necesariamente al otro y a la estructura del lenguaje. El sujeto será entendido como separado de la centralidad en
que lo ubica la conciencia racional. Este es el núcleo conceptual de nuestro programa; ha sido indagado por el
equipo de la cátedra en el curso de un proyecto de investigación acreditado en el Programa de Incentivos, titulado:
“Conceptos psicoanalíticos en los fundamentos de la psicología” (2009/12). Y en el actualmente vigente: “Los
conceptos “deseo” y “falo” en la conceptualización contemporánea de sujeto”.
El primer movimiento de nuestro programa será el reflexionar sobre la paradoja histórico-epistemológica de la
disciplina, consistente en que los esfuerzos de la ciencia positivista no han podido desprenderse de los significados
que durante siglos de reflexión filosófica se estratificaron en términos tales como mente, cuerpo, alma, espíritu,
psiquis. El aceptado y difundido paradigma de las ciencias cognitivas, cuyos progresos en el estudio del cerebro son
innegables, no ha podido desprenderse de conceptos metafísicos como mente.
Esta introducción posibilitará abordar la subjetividad como una construcción histórica, social y cultural; relativa y
cambiante, hasta llegar a la idea de que la subjetividad no es la relación con “sí mismo”, sino que es la “intimidad”
construida en la relación primaria con el otro. El sujeto se define, descentrado de la conciencia, en la dimensión de
alteridad que articula el inconciente como estructura primordial del psiquismo; vale decir, como sujeto escindido o
dividido. Señalemos que el inconciente freudiano definido como sistema primero y como lo psíquico real, es el nivel
de otredad conformado por huellas, marcas, significantes, no ligados a significados, previo al sujeto y mediado
siempre por el otro como semejante. La relación con el otro, como semejante y como estructura previa al sujeto, es
constitutiva; por eso la importancia que adquiere el lenguaje y el deseo en la subjetividad. El sujeto, así entendido,
será puntuado siguiendo la diacronía de sus etapas evolutivas y las fases lógicas de su constitución: alienación /
separación; ser / tener.
Los comúnmente llamados procesos psicológicos, básicos y superiores, serán significados a partir de considerar la
conciencia y el inconciente como instancias de procesamiento de la representación del sujeto para sí y en el
mundo; tomará este sentido el estudio de: memoria, percepción, deseo, afecto, sentimiento, pensamiento,
personalidad, carácter. Se destacará que la conducta humana, a diferencia de otro tipo de reacción, es un acto
cuyas condiciones y consecuencias son inseparables de la pregunta por la verdad y de la valoración ética.
Finalmente, las notas históricas y las consideraciones actuales sobre el ejercicio y las áreas de aplicación de la