
b. Fibrosis tubulointersticial, se manifiesta por el daño tubular y la inflamación intersticial. A saber, el correlato entre la reducción de la función renal y la
extensión del taño tubulointersticial es mucho mayor que la intensidad de la lesión glomerular. Son varios los factores involucrados en la lesión
tubulointersticial: isquemia, inflamación aguda/crónica, proteinuria (citocinas, C’, Hb, IgG, estructuras lipídicas, proteínas plasmáticas oxidadas).
El cuadro clínico de la enfermedad glomerular se agrupa en 5 síndromes glomerulares mayores que pueden ser causadas por glomerulopatías primarias o secundarias.
SÍNDROME NEFRÍTICO. El paciente nefrítico se presenta normalmente con hematuria, cilindros hemáticos en orina, azoemia, oliguria e hipertensión leve/moderada. La
proteinuria y edema son frecuentes pero no son tan significativos como en el sme nefrótico. Se puede presentar en enfermedades multisistémicas (LES, polivasculitis
microscópica), pero la alteración más característica de este cuadro es la glomerulonefritis aguda proliferativa y la GNRP.
• Glomerulonefritis aguda proliferativa. Abarca un grupo de enfermedades que se caracterizan histológicamente por la proliferación difusa de las células del
glomérulo, asociada a la entrada de leucocitos (exudado). El patrón prototípico de la enfermedad inducida por antígenos exógenos es la glomerulonefritis post
infecciosa, donde las infecciones más frecuentes son por estreptococos.
Glomerulonefritis post estreptocócica. Se presenta 1-4 semanas después de una infección estreptocócica de faringe o en la piel (impétigo); es más frecuente en
niños de 6-10 años de edad, pero podría afectar a cualquier grupo etario.
- Etiología y patogenia. Es causada por IC que contienen antígenos estreptocócicos y anticuerpos específicos, formados in situ. Se trata de la exotoxina
piógena estreptocócica B (SpeB) que es secretada por las cepas nefritógenas de estreptococos, y que se implantan en la cara subendotelial de la MBG, lo
que lleva a la formación in situ de inmunocomplejos→rta inflamatoria. Posteriormente, a través de mecanismos no del todo dilucidados, los complejos se
disocian, migran a través de la MBG, y se reconstituyen en el lado subepitelial de la MBG.
- Morfología. MICRO: glomérulos hipercelulares aumentados de tamaño (por la infiltración leucocitaria, proliferación de células mesangiales y formación de
semilunas en los casos graves). La proliferación y el infiltrado leucocitario suelen ser globales y difusos (afectan a todos los lóbulos y todos los glomérulos).
Puede haber edema e inflamación en el intersitico y los túbulos contienen a menudo cilindros hemáticos. IF: hay depósitos granulares de IgG, C3 y avecez
IgM en el mesangio y a lo largo de la MBG; aunque se reconocen de forma casi universal depósitos de IC, a menudo son focales y están dispersos. MET: hay
depósitos definidos, amorfos y electrodensos en la vertiende epitelial de la membrana, a menudo con aspecto de “jorobas”. En el comienzo de la
enfermedad es posible encontrar depósitos subendoteliales.
- Evolución clínica. El caso típico es dl de un niño pequelo que desarrolla de manera brusca malestar, fiebre, náuseas, oliguria y hematuria, 1 o 2 semanas tras
haberse recuperado de un catarro. En orina se encuentran ertitrocitos dismórficos o cilindros hemáticos, proteinuria leve, edema periorbitario e
hipertensión leve/moderada. En adultos el inicio puede ser atípico, con aparición brusca de HTA o edema y elevación de BUN. En ambos casos, el
laboratorio arroja valores de altos del título de Ac anti estreptocócicos, y descenso de la mayoría de los componentes del C’. Más del 95% de los niños
afectados podrán recuperar su función renal normal con el tratamiento conservador, en el caso de los adultos, el curso de la enfermedad puede no ser tan
benigna, dado que en el 40% las lesiones no resuelven con rapidez, que se ve reflejado en la persistencia de la proteinuria, hematuria e hipertensión.
Glomerulonefritis aguda no estreptocócica. Se presenta en relación a otras infecciones bacterianas (endocarditis estafilocócicaa, neumonía neumocócica y
meningococcemia), víricas (VHB, VHC, parotiditis, varicela y mononucleosis infecciosa), y parasitarias (paludismo, toxoplasmosis). En estos casos se aprecian
depósitos granulares inmunofluorescentes y jorobas subepiteliales. Se distinguen de las post estreptocócicas ya que a veces se producen depósitos inmunitarios
que contienn IgA en vez de IgG.