
Maite
Alvarado
Paratexto
palabras
casi
imposible
de
descifrar;
es
decir,
no
serla
texto.
Pero
no
todos
los
signos
que
se
relevan
en
este
barrido"
inicial,
previo
a
a
lectura,
pertenecen
al
texto
del
mismo
modo
que
Ia
puntuaciOn.
Las
variaciones
tipograficas
y
de
diagramaciOn
o
dsposiciOn
de
texto
y
grafica
cuadros,
graficos,
Hustraciones,
etc.
en
Ia
pagina,
son
cuestiones
morfolOgicas,
que
hacen
a
Ia
forma
en
que
el
texto
se
presenta
a
Ia
vista.
Un
mismo
texto
puede
asumir
"formas"
diseæos
distintos,
sin
que
el
contenido
del
mismo
se
modifique
sustaricialmente.
Estos
aspectos
morfologicos
cons
tituyen
un
"plus"
que
se
agrega
al
texto
para
facilitar
Ia
lectura
o
para
favorecer
un
tipo
de
lectura
que
interesa
al
autor
propiciar.
Se
trata,
entonces,
de
elementos
paratextuales,
auxiliares
para
Ia
compren
siOn
del
texto.
2.
Un
aparato
de
recepciOn
Del
mismo
modo,
son
paratextuales
los
textos
subsidiaries,
como
notas,
referencias
bibliograficas,
indices,
epigrafes...
"Antes
de
ser
un
texto,
el
libro
es,
para
el
lector,
una
cubierta,
un
titulo,
una
puesta
en
pÆgina,
una
division
en
pÆrrafos
y
en
cap
ftulos,
una
sucesiOn
de
sub
tItulos
eventualmentejerarquizados,
una
tab/a
de
materias,
un
Indice,
etc.,
y,
desde
luego,
un
conjunto
de
letras
separadas
por
blancos.
En
sIn
tesis,
un
libro
es
ante
todo
un
proceso
multiforme
de
espacializaciOn
del
mensaje
que
se
propone
a
Ia
actividad
de
sus
lectores.
"HØbrard,
1983:70
Si
bien
el
paratexto
no
es
privativo
del
material
impreso,
es
allI
donde
se
manifiesta
en
todo
su
esplendor.
For
una
parte,
porque
a
mayor
tecnologIa
se
multiplican
!os
recursos
destinados
a
facilitar
a
lectura.
For
otra,
porque
os
textos
impresos,
por
lo
general,
van
destinados
a
un
receptor
plural
-a
un
publico
lector-
y
a
un
mercado.
La
mayoria
de
los
textos
impresos
-no
todos,
desde
luego-
son,
ademØs,
mercancias,
y,
para
competir
en
el
mercado
especifico,
requieren
de
un
aparato
paratextual
cada
vez
mÆs
sofisticado.
Proliferan,
entonces,
en
el
caso
de
los
libros,
fundas,
bandas,
tapas
de
colores
Ilamativos,
destinadas
a
captar
Ia
atenciOn
del
lector
con
un
mensaje
corto
y
directo,
que
se
aæade
al
mÆs
clÆsico
de
solapas
y
contratapas.
Los
medios
de
prensa,
por
su
parte,
compiten
en
el
diseæo
de
sus
tapas
y
en
Ia
ingeniosidad
de
sus
titulares
y
copetes
que
anticipan
el
contenido
de
las
notas.
Rito
de
iniciaciOn
del
texto
que
ingresa
a
Ia
vida
publica,
el
paratexto
se
define
como
un
aparato
montado
en
funciOn
de
Ia
recepciOn
Genette,
1987.
Umbral
del
texto,
primer
contacto
del
Iector
con
el
material
impreso,
el
paratexto
es
un
instructivo,
una
gufa
de
lectura.
En
este
sentido,
los
gØneros
escritos1
cuentan
entre
sus
marcas
aspectos
paratextuales
que
permiten
anticipar,
en
cierta
medida,
el
carÆcter
de
Ia
informacin
y
Ia
modalidad
que
esta
asumirÆ
en
el
texto.
Esto
es
particularmente
evidente
en
et
caso
de
Ia
prensa,
donde
Ia
sola
presencia
de
un
recuadro
rodeando
un
texto
firmado
indica
que
se
trata
de
una
opinion
sobre
los
sucesos
referidos
en
Ia
pagina;
pero
tambiØn
los
generos
literarios,
cientifi
cos
o
de
divulgaciOn
ofrecen
al
lector,
desde
su
formato,
elementos
de
reconocimiento
y
Ia
oportunidad
de
formular
primeras
hipOtesis
sobre
el
contenido
del
texto,
que
Ia
lectura,
a
posteriori,
confirmarÆ
o
refutarÆ.
Una
ojeada
rÆpida
a
una
mesa
de
librerfa,
sin
ir
mÆs
Iejos,
permite
discriminar,
a
partir
del
diseæo
de
tapa,
literatura,
ciencia,
ensayo,
libros
tØcnicos,
de
auto-ayuda,
etc.
3.
Los
margenes
del
texto
Gerard
Genette
define
el
paratexto
come
Io
que
hace
que
el
texto
se
transforme
en
Iibroy
se
proponga
como
tal
a
sus
lectores
y
al
pUblico
en
general
Genette,
1987.
AdemÆs
de
los
elementos
verbales
prefacios,
epfgrafes,
notas,
etc.,
Genette
incluye
mani
festaciones
icOnicas
ilustraciones,
materiales
tipografia,
diseæo
y
puramente
factuales
hechos
que
pesan
sobre
Ia
recepciOn,
informaciOn
que
circula
per
distintos
medios
acerca
de
un
autor,
per
18
1.
Los
generos
discursrvos,
para
Mijall
Bajtin,
son
bpos
relativarnente
estables
de
enunciados
que
comparten
caracteuisticas
temÆticas,
estilisticas
y
de
esuctura.
Las
distintas
esferas
de
Ia
activ;dad
Se
organizan
alrededor
de
generos
discursivos
mÆs
o
menos
especificos.
Ver
Mijail
Bajtin,
E1
problema
de
los
generos
discursivos",
en:
Baltin,
M.,
EstØtica
de
Is
creacion
verbal
MØxloo,
Siglo
XXI,
1982.
19