PSICOLOGÍA SOCIAL 1er parcial
PROFECÍAS QUE SE AUTOCUMPLEN – PAUL WATZLAWICK
Una profecía que se autocumple es una suposición o predicción que, por la sola razón de
haberse hecho, convierte en realidad el suceso supuesto y de esta manera confirma su propia
“exactitud”.
La presunta reacción (el efecto) es efectivamente pues una acción (la causa); la “solu-
ción” crea el problema; la profecía de un suceso hace que se cumpla el suceso profetizado.
Esta peculiar inversión de causa y efecto es particularmente visible en los conflictos in-
terpersonales. Se trata del fenómeno de la llamada puntuación de la secuencia de he-
chos.
En virtud de puntuación opuesta, ambos crean dos realidades contradictorias y engendran
dos profecías que se autocumplen (ejemplo de pareja que se pelea).
Solo cuando se cree una profecía, es decir, solo cuando se la ve como un hecho que ya
ha entrado, por así decir, en el futuro, puede la profecía influir en el presente y así
cumplirse.
Tmb. aquí tenemos la inversión de causa y efecto, el psicoanálisis se atiene a una teoría de
la conducta humana que postula una causalidad líneas según la cual el pasado deter. el pre-
sente (Popper la refuta con su efecto Edipo).
El experimento de Rosenhalt es solo un ejemplo, aunque particularmente claro, de los pro-
fundos y determinantes efectos de nuestras expectativas, prejuicios, supersticiones y deseos
(es decir, construcciones mentales a menudo desprovistas de todo destello de efectividad) so-
bre nuestros semejantes, y tmb. es un ejemplo de las dudas que estos descubrimientos pue-
den suscitar sobre la cómoda suposición del sobresaliente papel que desempeñan las predis-
posiciones heredadas e innatas. Somos responsables no solo de nuestros sueños sino tmb.
responsables de la realidad que engendran nuestros pensamientos y esperanzas.
Todos nos ponemos a la defensiva cuando vemos amenazada nuestra imagen del mundo.
El hecho de que seamos responsables del mundo en su totalidad, y en medida mucho mayor
de lo que admite nuestra sabiduría escolar, es por el momento casi inconcebible.
La espantosa posibilidad de que por lo menos ciertas llamadas perturbaciones mentales
sean puras construcciones y que los establecimientos psiquiátricos en que deben ser tratadas
aquellas contribuyan a construir tales realidades. Para def. la salud mental sólo disponemos
de conceptos muy grales. y vagos, en tanto que para diagnosticar modos de conducta dispo-
nemos de un elaborado catálogo lleno de refinados detalles. Notemos aquí tan solo que una
parte esencial del efecto autocumplir de los diagnósticos psiquiátricos descansa en nuestra
firme convicción de que todo lo que tiene un nombre debe por eso mismo existir real-
mente.
Viktor Frankl nos cuenta un fenómeno que corresponde al de la muerte vudú: quien ya no
cree en un futuro, quien ya no cree más en su futuro está perdido en el campo de concentra-
ción. Cuando pierde la creencia en el futuro, pierde el sostén espiritual y entonces se de-
rrumba interiormente y sufre una decadencia tanto corporal como psíquica.
Para el oncólogo norteamericano Simonton, vinculado con la consideración de factores psí-
quicos en el tratamiento del cáncer, hay aquí tres cosas de suma importancia: las expectativas
y creencias del paciente, las de la familia del paciente y, en tercer lugar, las del médico que
trata el mal.
Las profecías que se autocumplen son fenómenos que sacuden las bases de nuestra con-
cepción personal de la realidad, y hasta pueden poner en tela de juicio la imagen del