Mientas prominencias maxilares crecen medialmente al encuentro de los relieves nasales
mediales, en la porción profunda, forman tabiques horizontales: las crestas palatinas, que
crecen medialmente, una al encuentro de la otra. Cuando las crestas contactan en la línea media,
forman un cordón epitelial ectodérmico medial. Mientras estas crestas creces, del techo del
estomodeo crece un tabique vertical medial, que cuando contacta con la zona de unión de las
crestas o relieves palatinos (el cordón epitelial medial), las tres estructuras se unen a lo largo de
dicho cordón, el cual sufre luego apoptosis y T e-m, generándose una discontinuidad epitelial a
través de la cual se fusiona el mesénquima de los tres tabiques. Los dos relieves palatinos,
fusionados en la línea media, forman un tabique completo, el paladar secundario, que separa la
región profunda del estomodeo en una cavidad inferior o bucal, y una superior o nasal. A su vez,
el tabique nasal divide la cavidad superior o nasal en una fosa nasal derecha y una izquierda. Desde
la 7SD se expande la base del cráneo y las crestas palatinas se horizontalizan y se unen entre sí
y con el tabique nasal.
Fusión de crestas palatinas con el segmento intermaxilar y formación del paladar definitivo
Los paladares primario y secundario se generan a la misma altura. Así, el borde libre posterior
del paladar primario coincide con el borde libre anterior del secundario. Cuando ambos crecen,
los epitelios que recubren los bordes mencionados de ambos paladares contactan, se fusionan,
sufren apoptosis y T e-m asociados a la perdida de la polaridad apicobasal e integración de las
células al mesénquima circundante; posteriormente, los mesénquimas de ambos paladares se
fusionan y en la línea de fusión se consolida una estructura conectivo-epitelial estabilizada. Se
constituye así el paladar definitivo, el cual separa completamente la cavidad bucal de las fosas
nasales ya que se extiende desde la superficie, las narinas hasta las coanas (continuación de las
fosas nasales con la nasofaringe). El punto medial de la línea de fusión es el agujero incisivo.
La porción anterior del paladar blando deriva del segmento intermaxilar, contiene los alvéolos
dentarios de los cuatro incisivos superiores, y está recubierto por ectodermo general, el cual
sufre un proceso de osificación de tipo membranoso y origina el paladar óseo o duro. La porción
posterior está cubierto por endodermo faríngeo, no se osifica y origina el paladar blando y la
úvula.
Formación de la nariz, cavidades nasales y aparato olfatorio
En la 4SD aparecen las placodas nasales. El crecimiento de los relieves nasales mediales y
laterales hacen que las placodas queden en depresiones (las fosas olfatorias). En la 6SD, las fosas
nasales se profundizan, en el mesénquima, hacia la cavidad bucal, y queda separadas de ella por
la membrana buconasal. Cuando estas membranas se disgregan, se forman dos cavidades, las
coanas primitivas, que comunican las fosas nasales con la porción profunda del estomodeo.
Cuando se forma el paladar secundario y el tabique nasal profundo, las cavidades nasales se
extienden en profundidad y se comunican con la faringe a través de las coanas definitivas. En el
tercer mes, a partir de las paredes lateral, se originan los cornetes nasales que aumentan la
superficie interna de la mucosa nasal. El epitelio de la región dorsal de las fosas olfatorias se
diferencia en el epitelio olfatorio. Los axones de las neuronas sensoriales olfatorias forman el
primer par de nervios craneales que crecen hacia el bulbo olfatorio que se desarrolla en la
cavidad intracraneal. Los axones atraviesan la lámina de mesénquima de la base del cráneo que
formará luego la lámina cribosa del hueso etmoides. Los órganos vomeronasales aparecen
como un par de invaginaciones epiteliales excavadas en cada lado del tabique nasal, cerca de la
unión con el paladar. Están relacionados con la percepción de feromonas. hasta la 20SD se
desarrollan pero luego involucionan.
Los senos paranasales se desarrollan como divertículos resultantes de invaginaciones de las
paredes laterales de la nariz que se extienden a los huesos maxilar, etmoides, frontal y
esfenoides. Su desarrollo en el período posnatal contribuye a la forma definitiva de la cara.