En 1974, Lalonde, ministro de Salud de Canadá, publica un informe en el cual se enfatiza
que una importante proporción de las muertes prematuras, y de las incapacidades que
sufrían los canadienses eran prevenibles a través de medidas que trascendían la acción de
los servicios médicos. Debido a esto se propone, para valorar el grado de salud de las
poblaciones, el modelo de campo de salud compuesto por 4 componentes:
1) Biología humana: incluye todos los hechos relacionados con la salud, tanto física
como mental.
2) Medio ambiente: se define como todos aquellos factores que son externos al
cuerpo humano y sobre los cuales la persona tiene poco o ningún control, por
ejemplo: la contaminación ambiental o la inocuidad y pureza de los alimentos o del
agua, así como también los factores sociales como el desempleo o la pobreza.
3) Estilo de vida: históricamente implicaba al conjunto de decisiones que adoptaba el
individuo con respecto a su salud y sobre las cuales ejercia cierto grado de control.
Más adelante ciertos autores destacaron que es inapropiado trasladar la
responsabilidad de la salud a la persona en forma exclusiva. Los patrones de
conducta estan relacionados con factores cognitivos y emocionales, los cuales se
generan y manifiestan en contextos que recogen experiencias pasadas, situaciones
culturales, políticas, económicas y del ambiente de una sociedad en particular.
4) Organización de la atención de salud: consiste en la cantidad, calidad, orden,
índole y relaciones entre las personas y los recursos en la prestación de la atención
de salud. Incluye la práctica de la medicina, la enfermería, psicología y odontología,
la atención dispensada en los hospitales, hogares de ancianos, centros de atención
primaria de la salud, proveedores de fármacos, y más.
Los esfuerzos encaminados a mejorar la salud, y la mayor parte de los gastos directos en
materia de atención, se habían concentrado, a lo largo de las épocas, en la organización de
la atención sanitaria. Sin embargo, cuando se identifican las causas principales de
enfermedad y muerte actuales, se llega a la conclusión de que los determinantes más
relevantes se hallan comprendidos en los otros 3 componentes del concepto, es decir, la
biología humana, el medio ambiente y el estilo de vida. Por consiguiente, resultaba evidente
que se gastaban grandes sumas de dinero en tratar enfermedades que, desde un principio,
podrían haberse evitado.
Las intensas discusiones y propuestas que desató el documento de Lalonde consolidaron
un movimiento que se denomina “La nueva Salud Pública” que -en contraste con la salud
pública tradicional, que actuaba sobre los aspectos biológicos del individuo y del medio
ambiente-, se ocupa de la promoción de la salud y de la prevención de enfermedades.
A finales de la década de los 70, la Atención Primaria de la Salud comienza a ser adoptada
como la principal estrategia para lograr la equidad y la reducción de las desigualdades en
cuanto al acceso a la salud de las poblaciones.
En la década de los 90 se manifiesta, en forma aguda, una crisis en los sistemas de salud y
en el campo de la seguridad social que no ha dejado de profundizarse aun más en los
últimos años. Al ser cada vez mayores las brechas distributivas entre los sectores más
acomodados y aquellos que captan menores recursos, el acceso equitativo a la salud para
todos se obstaculiza, colocando permanentemente sobre el tapete la discusión acerca del
rol del Estado como su principal garante.