PALABRAS DE BIENVENIDA
Estimados jóvenes que hoy ingresan a la Facultad de Matemática, Astronomía, Física y Computación y a
la Universidad Nacional de Córdoba (FAMAF-UNC); es para mí, y para el conjunto de la comunidad que
conforma esta institución, un honor y un placer darles la bienvenida a esta nueva etapa de la vida que tran-
sitaremos juntos. La elección de una carrera universitaria suele ser mucho más que la mera opción por una
actividad que realizarán durante cierto tiempo. Esta elección contribuirá a congurar lo que en un futuro serán
de una manera muy profunda y personal.
El curso de ingreso que ahora emprenden es la primera de muchas etapas que deberán sortear para llegar a
la meta. Las llamadas “ciencias duras”, aquéllas vinculadas especialmente a la matemática, la física, la compu-
tación, etc. tienen fama de ser “aburridas” y “difíciles”. Tal vez las propias experiencias con las que llegan a este
momento han abonado este mito...
Es cierto que el estudio de las asignaturas y la adquisición del conocimiento que comienza con este curso
requerirá concentración en las clases, dedicación al estudio en casa, horas de trabajo en los laboratorios entre
otras actividades; pero aún más cierto es que todo este esfuerzo será el contexto en el cual vivirán una de las
etapas más bellas y apasionantes de vuestras vidas.
Conocerán y establecerán amistad con compañeros y compañeras de diversas edades y lugares de origen,
serán acompañados por docentes que les entregarán lo mejor de sí, contarán con la asistencia del cuerpo no
docente de la Facultad y tendrán al alcance de sus manos, corazones y mentes, el universo lleno de posibilida-
des de la vida universitaria. Entre tanto, vuestros espíritus comenzarán a sumergirse en algunos de los logros
más notables de la humanidad, la dilucidación de los secretos de la naturaleza. Una aventura cuyos antece-
dentes se remontan a tiempos más antiguos que cualquier nación del continente que hoy habitamos, y cuya
proyección hacia el futuro llega más allá de lo que cualquier hombre o mujer pueda imaginar.
En el siglo XVII, el gran astrónomo, físico, matemático y lósofo italiano Galileo Galilei dijo que “las matemá-
ticas son el alfabeto con el que Dios ha escrito el universo”. Más allá de la veracidad, en toda su extensión,
de esta armación creo que es una muy precisa aproximación al poder que posee el conocimiento en el que
se adentrarán en estas aulas y pasillos, uno de cuyos eslabones es el estudio de las matemáticas, tema espe-
cíco de este material de estudio. No importa si en el futuro seguirán una vida académica, como docentes o
investigadores, o preferirán el ejercicio profesional en el sector público o privado; los saberes y las destrezas
que adquieran en este tiempo que ahora inicia, les permitirán “leer”, y el que lee tarde o temprano “escribe”,
algunos de los maravillosos secretos del mundo que nos rodea.
Pero elegir el estudio de la ciencia no es, o no debe ser, una mera opción para la satisfacción personal o
familiar para conseguir un lugar en la sociedad. La ciencia sólo encuentra su justicación última en la mejora
de la condición humana en todas sus múltiples y diversas dimensiones, y el primer espacio humano al que
nos debemos es el de la propia sociedad a la que pertenecemos. Uds. no ingresan sólo a la Universidad, están
ingresando a una Universidad pública y gratuita, en la cual, para que puedan estudiar, el conjunto de nuestro
pueblo está realizando un esfuerzo sostenido, y a veces duro, para brindarles esta oportunidad extraordinaria.
III