Manejo de vejiga e intestino
Se entiende como vejiga neurogénica a la disfunción de la dinámica miccional; cuyo origen es un
trastorno orgánico funcional que involucra el sistema nervioso. La causa más común en niños es de
origen congénito, principalmente el mielomeningocele, dato que coincide con nuestro estudio. Las
enfermedades adquiridas o las lesiones traumáticas son causas menos frecuentes en pediatría.
Se puede clasificar la vejiga neurogénica dependiendo del nivel de afección:
Lesiones cerebrales (enfermedad vascular cerebral, esclerosis múltiple, trauma cráneo-encefálico).
Lesiones medulares (mielomeningocele, tumores medulares, agenesia lumbo-sacra).
Lesiones de nervios periféricos (diabetes mellitus, lupus eritematoso sistémico, uremia).
Las características de la incontinencia por lesiones medulares dependen del nivel en el que se
produzca el daño a esta estructura; en las lesiones altas o suprasacras (entre el núcleo pontino y los
tres núcleos medulares de la micción), a nivel de la médula cervical o torácica, se afectan las vías
nerviosas procedentes del núcleo pontino, responsables de coordinar a los núcleos de la micción y
lograr una acción sincrónica de la vejiga y uretra, provocando una hiperreflexia del detrusor sin
coordinación del esfínter uretral. La hiperreflexia sumada a la disinergia produce una micción
incompleta con residuo vesical. En las lesiones medulares bajas o sacras (sobre los núcleos
medulares de la micción) se ve afectado el arco reflejo, que deriva en arreflexia del detrusor con un
esfínter hipoactivo. La vejiga se vacía cuando está llena (sin contracciones del detrusor) al no haber
ninguna resistencia uretral que se oponga a la salida de la orina.
La incontinencia en las lesiones medulares bajas sucede por falta de actividad de los mecanismos
uretrales. En las lesiones de nervios periféricos (nervio pudendo, pélvico e hipogástrico), las
consecuencias dependerán del nervio afectado en cada caso.
En los pacientes con mielomeningocele, las alteraciones de la dinámica miccional se traducen en
dos signos que suelen aparecer simultáneamente: retención e incontinencia. La retención urinaria
es causada por un deficiente vaciamiento vesical secundario a una vejiga ineficaz o falta de relajación
de la uretra. La incontinencia es resultado de falla en el cierre uretral durante el llenado vesical o de
la hiperactividad vesical.
Las repercusiones más importantes de la vejiga neurogénica asociada a mielomeningocele son:
incontinencia urinaria, infecciones de vías urinarias recurrentes e insuficiencia renal. Entre 10% y
15% de los pacientes con mielomeningocele tienen anormalidades, radiológicamente visibles, del
tracto urinario al nacimiento de los cuales 3% a 5% se presentan con reflujo vesicoureteral y 3% con
hidroureteronefrosis. Sin un tratamiento adecuado, el riesgo de presentar reflujo vesicoureteral a
cinco años es de 30% a 40%, por lo que es necesario iniciar tratamiento inmediatamente después
del nacimiento. Con los tratamientos médicos y quirúrgicos actuales, el paciente con
mielomeningocele puede ser rehabilitado para integrarse a una vida familiar, social y escolar cercana
a la normalidad. Es indispensable el apoyo del personal médico y de enfermería para educar al
paciente acerca de su enfermedad, supervisar y efectuar los tratamientos indicados.
La incontinencia urinaria en niños es un problema grave que altera la integridad social y psicológica
del paciente; la mayoría de ellos necesitarán de cateterismo intermitente limpio para mantenerse
secos. Esta técnica permite el vaciado vesical completo para disminuir los riesgos de infecciones de
las vías urinarias.
El tracto urinario deberá ser evaluado con ultrasonido renal, cistouretrograma y un estudio de
urodinamia. Si el tono del esfínter es suficiente y la complianza vesical es adecuada el cateterismo
intermitente cada tres a cuatro horas es el tratamiento de elección para mantener a un niño seco. En
combinación con el tratamiento farmacológico, el cateterismo urinario intermitente limpio puede llegar