
que surjan en la puesta en práctica, es decir, en el habla) y comprende el código mismo que conocen
y manejan los individuos.
Finalmente, es “involuntaria” en el sentido de que nosotros no escogemos nuestra lengua materna
(sí podemos elegir estudiar nuevas lenguas, pero no tenemos esa elección consciente y voluntaria
con respecto a la lengua materna).
➢ El habla, en cambio, es la puesta en práctica individual de la lengua. Es heterogénea y el uso
individual del código ya que cada individuo poseerá particularidades a la hora de comunicarse (por
ejemplo, algunos acentuarán más la letra “r” que otros, algunos omitirán la letra “s” al final de las
palabras, etc). Es un acto individual y voluntario ya que cada uno puede decidir si hablar o no en
determinado momento. Finalmente, es un fenómeno psíquico, fisiológico y físico ya que es
necesaria la utilización de los llamados órganos del habla. Así, el proceso psíquico comprendería la
asociación significado-significante de un signo determinado; el proceso fisiológico es la transmisión
desde el cerebro de impulsos nerviosos para “activar” los órganos del habla y, el proceso físico, es la
transmisión de las ondas sonoras por el espacio para llegar al receptor y transmitir así el mensaje.
➢ Saussure aclara que hay una interdependencia entre la lengua y el habla. La lengua es necesaria
para que el habla sea inteligible y produzca todos sus efectos, pero el habla es a su vez necesaria
para que la lengua se establezca, lo que permite también su evolución en el paso del tiempo.
➢ En relación a lo previamente dicho, se encuentran los conceptos de sincronía y diacronía, como así
también, el de mutabilidad e inmutabilidad. Saussure explica que la lengua es mutable e inmutable
al mismo tiempo, ya que, como vimos con anterioridad, es un objeto homogéneo, basado en una
convención y que se le impone a los individuos. Aun así, existen momentos en donde la lengua
comienza a percibir ciertos cambias, los cuales se producen necesariamente bajo dos condiciones:
una masa de hablantes que ponga en práctica a la lengua (es decir, que la “hable”) y el paso del
tiempo. Cuando estas dos situaciones se dan, podemos observar cambios en las lenguas. Por
ejemplo, los textos vistos en el práctico n° 3. De esta forma, vemos que la mutabilidad de la lengua
se presente y observa necesariamente en el paso del tiempo o la historia de una lengua, es decir, en
su diacronía. En cambio, una lengua es estable e inmutable cuando se la analiza en un momento
determinado, por ejemplo, en este año (2017). Por lo tanto, es inmutable en la sincronía.
➢ Por último, el concepto de valor en la lengua se relaciona con su carácter o naturaleza de sistema. Es
decir, el valor de un signo lingüístico no está dado por su significado y su significante, sino por su
pertenencia al sistema de signos (lengua). Al incorporarse a un sistema, se diferencia del resto de los
signos, adquiere su particularidad. Sabemos que en un sistema todas las partes se relacionan entre
sí, por lo tanto, cada una tiene su particularidad, su valor.
Este valor tampoco va a relacionarse con la realidad, ya que cada lengua organiza la realidad a su
manera (Saussure rechaza la idea de las lenguas como nomenclaturas) y es por esto, que la relación
entre los signos y los elementos que los conforman es arbitraria.
Principios o características de los signos: Arbitrariedad y carácter lineal
1. Primer principio: arbitrariedad del signo lingüístico.
La arbitrariedad es la relación o unión no natural e inmotivada entre el significado y el significante de
un signo lingüístico. Al ser no natural e inmotivada implica que el signo no posee una similitud o relación
natural con la realidad que designa. Por ejemplo, el signo “auto” no tiene ninguna relación natural con el
objeto que designa. Como puede ser esa palabra, podría haberse utilizado otra. Esta relación arbitral se
basa en una convención. Finalmente, Saussure afirma que la arbitrariedad se da en distintos grados y
que entre más motivación exista, menor es la arbitrariedad. Por ejemplo, el número 10 es puramente
arbitrario, pero el número 19 es arbitrario en menor grado ya que existe cierta motivación en su nombre
(diecinueve, es la unión de diez y nueve; el número 19 se forma al sumar 10+9).