Existen diversas formas de confiabilizar los datos obtenidos durante la entrevista.
Una forma sencilla de hacer esto es consultar con sus familiares o amigos acerca
del informe del paciente. Sin embargo, esto no siempre es posible. Otra forma de
confiabilización es hacer preguntas sobre un mismo tema y posteriormente volver
a realizarlas utilizando otras palabras. También podemos relacionar todos los
datos obtenidos y poder encontrar algunas incoherencias o detalles que no
concuerden entre sí. Debemos aclarar estas incoherencias hasta lograr estar
satisfechos sobre la veracidad de los datos.
Un método que casi todo psicólogo utiliza intencionalmente o no, es observar los
cambios en los tonos de voz y de expresión facial del paciente. Aquí suponemos
que cuando algún tema trae una carga emocional, ésta afecta principalmente el
tono de voz. Por ejemplo cuando estamos haciendo preguntas de rutina, es
posible que el paciente hable fluidamente, pero al hacerle cierta pregunta se
acabe su fluidez, aunque posteriormente intente recuperarla. Aquí podemos
sospechar dos cosas, o que dijo una mentira o que le emocionó hablar sobre el
tema. Por cualquiera de las dos razones debemos explorar ese punto.
Métodos Directos.
Durante el auge de la terapia de la conducta ocurrida a finales de la década de
los 60’s y principios de los 70’s, se generaron una gran cantidad de métodos de
evaluación directos. Estos métodos de evaluación generalmente se realizan con la
observación directa de la conducta del sujeto, ya sea en su ambiente natural o en
una situación simulada. Usualmente se realizan utilizando papel y lápiz anotando
la ocurrencia o no ocurrencia de la conducta. Tenemos, por ejemplo, dentro de los
registros observacionales: el registro continuo, de duración, por intervalos,
muestreo de tiempo y de actividades planeadas. Estos registros no se describirán
ya que son muy conocidos y resultaría tedioso, es mejor referirse a las fuentes
bibliográficas (por ejemplo, Vance Hall, 1973).
Los registros directos tienen implicaciones metodológicas muy importantes que
es necesario tomarse en cuenta. Tenemos principalmente dos aspectos: la
confiabilidad y la validez. La confiabilidad se refiere a que dos observaciones
reporten que determinada conducta ocurre, así como el número de veces, por
separado. Es decir, que si un registrador dice que observó que una determinada
conducta ocurrió 15 veces en un intervalo de tiempo de 1 minuto; también otro
registrador, haciendo su observación independientemente reporte los mismos
datos o casi los mismos datos. La confiabilidad es el punto clave de los registros
directos, ya que un registro con una baja confiabilidad resulta de poca utilidad.
La validez se refiere a que lo que nosotros queremos medir sea realmente lo que
queremos medir. Es decir, que el registro sea "válido". Puede suceder que nuestro
registro sea confiable pero no válido. Es por eso que debemos prestar atención a
estos dos aspectos metodológicos de los registros.