
El camino hacia el final de la URSS
Pero más que transformar el socialismo, la política de reformas desnudó sus
debilidades. La tensión entre los sectores reformistas, la alta burocracia que veía
oportunidades de hacer negocios, el ejército que sentía disminuir su influencia y
grupos comunistas ortodoxos que pretendían frenar los cambios dieron como
resultado una alta inestabilidad política. La economía no daba señales de
recuperación inmediatas, por lo que las críticas y la exigencia de más reformas o el
temor a que estas derribasen al sistema se tornaron permanentes. La debilidad
también se manifestó en su zona de influencia directa. Los países de Europa del
este transitaron procesos de liberalización y abandono del socialismo desde
1980, comenzando por Polonia, luego la RDA con la caída del muro en 1989,
acompañados por Hungría, Checoslovaquia y Rumania. Estas “fugas” del socialismo
unipartidista hacia la democracia liberal y el capitalismo también llegaron a
territorio de la URSS con el abandono del sistema por parte de las repúblicas
bálticas. La Perestroika coincidió con al auge del neoliberalismo en occidente, por
lo que los reformistas más radicales rusos miraban como espejo la “prosperidad”
capitalista con la idea de aplicar las recetas económicas occidentales. Ante la
inestabilidad y pérdida de dominio efectivo Gorbachov convocó a un referéndum
para ratificar el rumbo socialista del país y obtuvo un amplio respaldo. Pero no
existía unanimidad. La división entre reformistas y conservadores culminó en una
jugada inesperada: en agosto de 1991 sectores tradicionales del ejército dieron un
golpe contra Gorbachov para terminar con la Perestroika, pero el gobernador de
Rusia (no de la URSS) el ex comunista Boris Yeltsin convertido en un reformista
liberal no acató el golpe y aceleró la proclamación del fin del socialismo en su
estado. Gorbachov fue liberado, pero gobernaba sobre “la nada”, Rusia, el principal
territorio de la URSS ya no era socialista. En diciembre de 1991 la URSS dejó de
existir. El exlíder soviético rememora sobre este final.
Berlín: un caso particular
Terminada la Segunda Guerra Mundial, Alemania quedó dividida en cuatro
zonas de ocupación, a cargo de EEUU, Inglaterra, Francia y URSS, lo mismo que
Berlín, la antigua capital que se encontraba en la zona ocupada por la URSS. En
1948, se inició un bloqueo a la zona occidental por parte de los soviéticos con la
intención de obligar a estadounidenses, franceses e ingleses a retirarse. Sin