
En el mes de abril de ese año la guerra estaba declarada, por una parte, entre Chile y Bolivia, y por
otra entre Chile y Perú. La intervención peruana en el conflicto tuvo su origen en el Tratado de
Alianza suscrito entre este país y el del Altiplano en 1873. Las operaciones militares fueron llevadas
adelante hasta la entrada de las fuerzas chilenas en la capital peruana, en enero de 1881,
liquidándose posteriormente los últimos restos de resistencia.
Antes de iniciarse la Guerra del Pacífico, más del 50% de las sumas invertidas en la explotación del
salitre de Tarapacá eran capitales peruanos; el capital chileno ocupaba el segundo lugar, teniendo el
tercero y cuarto los ingleses y alemanes. Además de esas nacionalidades, contaban con inversiones
en la industria algunos pocos productores italianos, españoles, bolivianos y franceses, en orden de
importancia.
Hacia 1890 y poco después, alrededor del 60% de la industria del nitrato estaba controlada directa o
indirectamente por las sociedades anónimas que tenían su asiento en Londres. En los años
siguientes, sin embargo, se observó un incremento de inversiones chilenas y alemanas y en adelante
empezó a declinar la preponderancia de la influencia inglesa, quedando en proporción con la chilena
en la primera década del siglo XX. En 1912 y considerando la producción conjunta de las dos
provincias, Tarapacá y Antofagasta, los intereses chilenos representaban cerca del 40% y alrededor
del 60% los de otras nacionalidades. La exportación superaba los dos millones de toneladas por año.
Uno de los aspectos al que no se le dió importancia suficiente en los primeros tiempos era la
propaganda del producto, no obstante que para cumplir ese fin se formó en 1886 un Comité Salitrero
Permanente. Una mejor organización de los medios, para dar a conocer el fertilizante en las
instituciones agrícolas y agronómicas extranjeras, se estableció en 1884 al fundarse la Asociación
Salitrera de Propaganda, la cual se convirtió en la Asociación de Productores de Salitre de Chile en
1919.
En el curso de la década de 1870 el ingeniero inglés don Santiago Humberstone logró, después de
largos estudios, concluir un sistema de elaboración basado igualmente en el empleo del vapor agua,
pero en forma indirecta, en tubos cerrados, y con un nuevo tipo de cachuchos de gran capacidad de
contenido y provistos en su interior de serpientes de tubos, por los que pasaba el vapor para calentar
la masa de caliche y agua en tratamiento. Los cachuchos adaptados por el Sr. Humberstone para la
elaboración del salitre se basaban en los del Sistema Shanks empleado en Inglaterra para la
elaboración de la soda.
La mayor parte de la producción se realizaba todavía en Tarapacá, donde casi la totalidad de los
cantones salitreros habían estado en explotación desde antes de la guerra. Entre la primera y la
segunda década del siglo XX la producción empezó a ser reforzada con el creciente aumento de las
explotaciones en las regiones de El Toco, Antofagasta, Aguas Blancas y Taltal. Desde 1910 estos
distritos del Sur competían con la antigua provincia salitrera del Norte y poco después de 1912
Antofagasta superaba a Iquique como puerto de exportación. La industria ocupaba en esos años más
de 45 mil trabajadores, de los cuales 21 mil estaban localizados en las salitreras de Tarapacá. Según
el censo de 1907, la población salitrera de las dos provincias había sido ese año de 36.700
trabajadores.
Evolución y desarrollo de la industria del salitre
La guerra del Pacífico o guerra del Salitre (1879-1883) tuvo importantes consecuencias económicas
para Chile a fines del siglo XIX. Como resultado de la incorporación de las regiones salitreras en el
norte, Chile aumentó sus exportaciones llegando a convertirse en uno de los principales productores
de este mineral.
El aumento de la demanda internacional por este producto se explica por sus usos en la agricultura y
en la guerra. El salitre era un fertilizante natural que permitía aumentar el rendimiento de los predios
agrícolas, una necesidad fundamental en un mundo cuya población estaba en constante aumento.
Por otra parte, la unificación de Alemania e Italia y la posterior crisis de los imperios coloniales a fines