La ética protestante y el espíritu del capitalismo WEBER
Introducción.
El afán de lucro ilimitado no es en lo más mínimo igual al capitalismo, mucho menos igual a
su espíritu. El capitalismo se identifica con el anhelo de obtener una ganancia dentro del
marco de la continuidad y la racionalidad de la empresa capitalista, aspira a una ganancia
siempre renovada a una rentabilidad. La acción económica capitalista es aquella que se
apoya sobre la expectativa de ganancia por medio del aprovechamiento de posibilidades
de intercambio. Donde se persigue racionalmente un ingreso capitalista, la acción se haya
orientada por un cálculo del capital. Y la integración tienen lugar de tal modo que, en el
monto final del balance total calculado, el valor monetario de los bienes poseídos supere el
capital, es decir el valor estimado en el balance de los medios que hacen posible ese
ingreso.
Desde la edad moderna y aparte de este capitalismo, occidente ha conocido uno de otra
clase, completamente diferente y no desarrollado en ningún otro lugar de la tierra: la
organización racional capitalista del trabajo formalmente libre. La organización racional y
moderna de la empresa capitalista no hubiera sido posible sin dos importantes elementos
de desarrollo adicionales: la separación de los domestico y lo empresarial y estrechamente
relacionado con ello, la contabilidad racional por medio de libros contables. Todas estas
peculiaridades del capitalismo occidental han obtenido su actual significado recién a través
de su relación con la organización capitalista del trabajo.
Este especifico capitalismo moderno occidental está, determinado por las posibilidades
tecnológicas. Esto significa que el condicionamiento proviene de las particularidades de la
ciencia de occidente en especial de la matemática y las ciencia naturales, el desarrollo de
esta ciencias y de la tecnología basada sobre ellas, recibió y recibe impulsos decisivos de
las chances capitalistas relacionadas con las ganancias posibilitadas por su utilización
económica.
únicamente el occidente le ofreció a la conducción económica un derecho y una
administración. así como el racionalismo económico depende de la tecnología racional y
del derecho racional, su manifestación también depende de la capacidad de la disposición
del ser humano para determinadas clases practico-racionales de conducta y desempeño
de la vida.
La ética protestante y el espíritu del capitalismo: El espíritu del capitalismo.
Para comprender el objeto de la investigación y poder recurrir al espíritu del capitalismo,
Benjamin Franklin predica algunas máximas: el tiempo es dinero; el crédito es dinero; el
dinero puede engendrar más dinero. aquí se trasluce el espíritu del capitalismo de un modo
característico.
El actual sistema económico capitalista es un inmenso cosmos. El individuo nace en él, le
es dado como un edificio en el que debe vivir y al cual, le resulta imposible cambiar. En la
medida en que el ser aislado se encuentre entrelazado con las interrelaciones del
mercado, el sistema le impone al individuo las notas del comportamiento económico. El
fabricante que actué constantemente en contra estas normas quedara eliminado
económicamente con la misma infalibilidad con la que quedara en la calle en calidad de
desocupado, el trabajador que no puedo o no quiere adaptarse a ellas.
La ética profesional del protestantismo ascético: Ascesis y espíritu capitalista.
Los poderes religiosos que se imponen en esta praxis se convierten en los formadores
decisivos del carácter del pueblo. El puritanismo ingles surgido del calvinismo ofrece el
fundamento más consecuente de la idea de profesión. Perder el tiempo es, por lo tanto, el
primero y en principio el más grande de todos los pecados. El tiempo es infinitamente
valioso, porque cada hora perdida significa una hora restada al trabajo puesto al servicio
de la gloria de dios. El trabajo constituye, la finalidad misma de la vida en absoluto.
Según el esquema puritano de interpretación pragmática, el objetivo providencial de la
estratificación profesional se reconoce por sus frutos. La especialización de las
profesiones, puesto que aumenta la habilidad del trabajador, produce un aumento
cuantitativo y cualitativo de la producción y sirve, por lo tanto, al bien común al cual es
idéntico al bien mayor número posible a la vida de quien no tiene profesión le falta ese
carácter sistemático y metódico que exige la ascesis mundana.
así como inculcar la importancia ascética del trabajo estable glorifica éticamente al
profesional moderno, del sí mismo modo la interpretación providencialista de las chances
de lucro glorifica al comerciante.
El puritanismo, por su parte, sostuvo el ethos de la empresa racional burguesa y de la
organización racional del trabajo. Tomo de la ética judía solo lo que se ajustaba a este
marco.
La ascesis, concib la valoración religiosa del trabajo mundano profesional incansable,
constante, sistemático, como el más elevado medios ascético, y simultáneamente como la
más segura y visible prueba, tanto de la salvación de la persona renacida como de la
autenticidad de su fe. Esta visión por fuerza tuvo que ser la palanca más poderosa
imaginable para impulsar la expansión de esa concepción de vida que aquí hemos amado
el espíritu del capitalismo.
Por el ámbito que se extendió la concepción puritana de la vida, la misma en todos los
casos favorece la tendencia hacia la conducta burguesa y económicamente racional, la
cual por supuesto es mucho más importante que la mera promoción de la formación
capital.
Lo que aquella época vivamente religiosa del S XVII le llego a su heredera utilitarista fue,
una enorme tranquilidad de conciencia para ganar dinero, con tan solo la condición que se
adquiriese bajo formas legales. Surgió un Ethos profesional burgués. Con la seguridad de
contar con la plena gracia de dios y de estar visiblemente bendecido por él, el empresario
burgués podía y debía, sus intereses lucrativos. Por otra parte, el poder de la ascesis
religiosa ponía a su disposición trabajadores sobrios, escrupulosos, laboriosos que se
aferraban al trabajo como un objetivo de vida deseado por dios. Pero además, la ascesis
religiosa le agregaba aun la tranquilizadora seguridad de que la desigual distribución de la
riqueza en este mundo constituía un muy especial designio de la providencia divina la cual,
mediante estas diferencias, al igual que con su gracia particular, perseguía así su
misteriosos fines.
La organización racional de la vida sobre la base de la idea de la profesión es uno de los
elementos constitutivos del espíritu capitalista moderno, y no solo del sino de la cultura
moderna. Este elemento nació de la ascesis cristiana.
¿Como surge el capitalismo industrial en Inglaterra?
Este surge como consecuencia imprevista e inevitable de la ética protestante. Para el autor
de la religión, en este caso la religión protestante, genera un conjunto de valores sociales.
Esta a través de los valores que profesa da el puntapié inicial para el desarrollo del
capitalismo como sistema, ya que dentro de estas nombradas anteriormente se encuentran
el trabajo, la acumulación, el esfuerzo, inversión, prosperidad y maximización de ganancia
y estos valores se toman como algo totalmente positivo; por el contrario, la austeridad,
ostentación de lujo, placeres carnales y ocio son tomado como pecado, inmortalidad y
vulgaridad. Esto es fundamental ya que antes la riqueza y la prosperidad eran tomado
como algo negativo. Hay cambio en los valores, este cambio fue fundamental para el
capitalismo industrial, ya que no solamente dependió de las nuevas tecnologías, sino que
le fue necesario una cierta cantidad de capital acumulado para las compras de estas, de
materia prima, propiedades y la contratación de empleados:
SOCIOLOGÍA Y CULTURA.pdf
browser_emoji Estamos procesando este archivo...
browser_emoji Lamentablemente la previsualización de este archivo no está disponible. De todas maneras puedes descargarlo y ver si te es útil.
Descargar
. . . . .