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2021
Introducción a la Historia de la Arquitectura y el Urbanismo A
Caso 1: LA ALDEA NEOLÍTICA
Ubicación en Tiempo y Espacio
El proceso de transformación que llamamos Revolución Agrícola o
Revolución Neolítica se inició por primera vez en el Oriente Próximo (región
oriente del Mar Mediterráneo o Asia occidental) aproximadamente en el
10.000 a.C. Los cambios en la forma de producción de alimentos (cuidar
cultivos y domesticar animales) requirió la sedentarización con cambios en
las formas del habitar y nuevas formas de organizar el espacio: surgieron
así las primeras aldeas.
Este proceso se desarrolló gradualmente y en momentos posteriores en
otros territorios como Europa, África, el resto de Asia y América. Las
evidencias de las primeras aldeas en América se remontan al 5.000 a.C. en
la región de Mesoamérica.
El HÁBITAT
El territorio
El territorio Natural
La necesidad de establecerse en asentamientos permanentes se ha dado
por lo tanto en diferentes regiones geográficas con ecosistemas muy
diversos. La característica común es que esos territorios han sufrido fuertes
cambios ambientales a partir de la finalización de las glaciaciones. Frente
a esos cambios, los grupos humanos nómades comienzan a pensar
estrategias de supervivencia diferentes a la caza y recolección, aunque sin
abandonarlas completamente.
En el Cercano Oriente son tierras que se han desertificado y donde el agua
es un elemento escaso. Por lo tanto, las primeras aldeas aparecen en zonas
montañosas (pequeños valles) con un arroyo cerca para proveerse de agua
(ambientes parecidos a los de nuestras sierras y valles precordilleranos) o
cerca de grandes ríos donde se han concentrado animales y manchas de
vegetación que viven de la humedad del o. Pero también surgirán en
climas templados o en selvas subtropicales y sabanas donde se
aprovecharán claros (superficies sin árboles para iniciar la experiencia de
la agricultura). En zonas tropicales y subtropicales se aplicará la técnica de
talar y quemar porciones acotadas de bosque para cultivar en ellas (en
Mesoamérica se practicó esta técnica que se denomina roza y quema).
El territorio Cultural
El ambiente de las sociedades neolíticas no es solo un refugio en la naturaleza,
sino ya un trozo de naturaleza transformado de acuerdo con un proyecto humano;
comprende los terrenos que se cultivan para producir alimentos, y no tan sólo para
apropiarse de éstos; los refugios de los hombres y de los animales domésticos, los
depósitos de alimentos producidos para toda una estación o para un período largo;
los utensilios de cultivo de cría, la defensa, el ornamento y el culto (Benevolo,
1979).
El territorio natural se transforma por lo tanto de forma progresiva pero muy
acotado en extensión. Podemos reconocer alrededor de la aldea pequeñas
parcelas para el cultivo, cerca de una fuente de agua para en tiempos de
sequía sacar agua y regar manualmente, o corrales para contener
temporariamente animales domesticados.
Siempre estará el territorio natural cerca, disponible para que frente a una
mala cosecha o enfermedad de animales se pueda recurrir a la caza o
recolección. A su vez el territorio si transformar es dominio de la Naturaleza
y por lo tanto de veneración, ya que se asocia a fuerzas sobrenaturales
lugar donde habitan espíritus beneficiosos o malignos (por ejemplo,
animales salvajes que atacan por las noches y matan animales
domésticos). Es por lo tanto un territorio religioso. (Cosmovisión animista:
en todos los elementos de la Naturaleza está presente un alma o un
principio vital que es necesario venerar como forma de cuidar la vida)
La aldea
La diversidad de territorios naturales donde se desarrollaron las aldeas
neolíticas nos presenta una diversidad de formas de asentamientos. La
arqueología nos va revelando diferentes formas de organización y
materialización (desde las casas pozo rectangulares de los Comechingones
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en las Sierras Pampeanas, hasta las primeras casas sedentarias en las
aldeas neolíticas del Cercano oriente: los Tholos redondos de piedra -
asentamiento de Khirokitia, Chipre-), con los materiales disponibles en el
sector.
Por otra parte, la antropología con estudios realizados en regiones donde
todavía se desarrolla un habitar de características neolíticas, ha relevado el
hábitat y el habitar de aldeas en el Amazonia, en África o en Oceanía. La
vida en estas aldeas se desarrolla hasta la actualidad
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, aunque hoy
atravesadas por la globalización donde se hibridan técnicas del siglo XX
(desde bicicletas, vehículos a motor de explosión y generadores de energía
eléctrica) y del siglo XXI (celulares o paneles fotovoltaicos).
Por ello les proponemos para el análisis un caso relevado en la segunda
mitad del siglo XX, una aldea en el norte de Camerún, en el continente
africano, correspondiente a los pueblos Musgum.
mite
El limite lo constituyen las propias viviendas a lo que se suma entre choza
y choza un cerramiento con ramas espinosas hasta el metro cincuenta de
altura (promedio). Las viviendas no presentan hacia al exterior ni puertas ni
ventanas (muros ciegos).
El límite tiene una forma circular, lo que se explica por la función que
cumple: proteger a los habitantes de visitantes no deseados (animales
salvajes o forasteros). Aquí tenemos que recuperar un concepto importante:
el círculo entre las figuras geométricas tiene una serie de propiedades
importantes para la organización del espacio. La primera tiene que ver con
el trazado de la figura: desde un punto, con una soga es posible definir todos
los puntos del perímetro (todos los puntos son equidistantes al centro).
Segundo, la relación entre perímetro y superficie contenida es el más
eficiente en relación a otras figuras de trazado simple como el cuadrado o
rectángulo. Con el mismo perímetro se obtiene más superficie en un círculo
que con un cuadrado. Estas propiedades ya eran reconocidas por nuestros
antepasados.
Hay un solo punto de entrada al espacio central de la aldea que se cierra
por la noche.
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La película El niño que domó el viento nos muestra estas transformaciones contemporáneas
que “atraviesan la vida” de una aldea africana y ponen en discusión las tensiones y
Trazado
Si bien al tratarse de un asentamiento donde predomina lo rural no es
posible distinguir rápidamente un trazado donde se distingan en las dos
dimensiones espacios de movimiento de espacio para las edificaciones
(manzanas y polígonos). En una primera aproximación a partir del límite,
podemos reconocer una geometría en base al círculo, donde las chozas se
disponen equidistantes al centro y abren sus puertas hacia el centro
generando un espacio abierto común. También podemos reconocer un eje
a partir del único ingreso. En el espacio abierto resultante de esta
organización que genera un adentro y un afuera, se reconocen una serie de
edificaciones aisladas más o menos alejadas del centro del círculo. Por lo
tanto, hasta aquí podemos reconocer reglas geométricas simples, en
consecuencia, podemos afirmar que estamos frente a un trazado con cierta
regularidad”. Sin embargo, si miramos con detalle, reconocemos al interior
del espacio abierto una serie de senderos y postes que hablan de espacios
semicubiertos para estar al exterior protegidos del sol que tienen un trazado
complejo vinculado a los movimientos de las personas: esta parte tiene un
trazado por lo tanto orgánico.
Este trazado circular se explica por la forma de organización comunitaria no
jerárquica entre los habitantes donde predominan las relaciones primarias
(cara a cara). Solo se ubican en el centro algunos componentes como la
choza del jefe y los depósitos de alimentos comunes y corrales de animales
comunes, aunque ninguno ocupa el centro propiamente dicho. No existe
aquí la propiedad individual, privada, sino el concepto de lo “comunitario”.
Tejido
En las tres dimensiones reconocemos una arquitectura repetitiva de
características similares, solo con diferencias de tamaño (algunas son más
pequeñas) que definen un gran espacio abierto ocupado solo con
edificaciones que representan lo común (choza del jefe y graneros
comunitario). Por lo tanto, podemos reconocer características de
homogeneidad (formas y materiales de las edificaciones) y de
continuidad del tejido en el perímetro del círculo que define el círculo.
problemáticas de estas organizaciones sociales frente al Hoy y Aquí y al futuro. (2019, escrita,
dirigida y protagonizada por Chiwetel Ejiofor, accesible en Netflix)
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Usos del suelo
En las chozas podemos reconocer usos diferenciados por sexos y una
división de a mitades del círculo: los hombres duermen en un sector cercano
a la puerta y las mujeres en la mitad opuesta. Los hombres controlan y
protegen la puerta, además son los que más salen y entran a la aldea ya
que salen a pastorear y a cuidar de los cultivos. Las mujeres cuidan de los
niños y elaboran comida, así como procesan materiales (semillas, lanas,
cueros, etc.). Son más numerosas las chozas de mujeres ya en ellas
habitan los niños también y por lo tanto son cuantitativamente mayor en
cantidad. La mayoría de las actividades de la vida en la aldea se hacen al
exterior y en espacios intermedios. Las edificaciones cerradas se usan para
la cocción, el descanso, el dormir y el acopio de alimento.
Espacios públicos
Al no existir la propiedad privada, no sería correcto hablar aquí de espacio
público, sino de un espacio comunitario que es clave para entender el
habitar de una aldea: allí se protegen animales, se desarrollan las
actividades diarias, así como las singulares como ceremonias con danzas,
rituales, etc. Vinculadas a diferentes fenómenos naturales (cosmovisión
animista)
Infraestructura
El agua será el elemento clave para la supervivencia de la comunidad, por
lo que se generaran recipientes para tener agua cercana, ya sea de
pequeño tamaño o de carácter comunitario. En este caso son de carácter
móvil, ya que no aparecen registrados en el relevamiento. Además, ciertas
necesidades fisiológicas -como el defecar-, se desarrolla a campo abierto
fuera de la aldea (todavía sucede en varias comunidades rurales de la
India). Y la basura como concepto no existe en estas comunidades.
La arquitectura
La arquitectura singular
No podemos distinguir ninguna edificación singular, lo que se explica por la
forma de organización social comunitaria y por otro lado una cosmovisión
donde todo” es religión: la Naturaleza es una fuerza representada por las
estrellas que siempre están allí para orientarnos, la luna que marca los
ciclos de la fertilidad (la nuestra como humanos, como del resto de animales
y plantas), el sol que nos marca el día y la noche y las estaciones, el viento
y la lluvia, y las plantas y animales de la naturaleza que los rodea. Por lo
tanto, seguramente pueda existir algunos elementos fijos en la aldea que
hagan de mediadores religiosos (alguna piedra o tronco tallado, algún altar
para sacrificios de animales, pero que no se transforman en una
arquitectura singular).
La arquitectura repetitiva
Los espacios cerrados (chozas) están constituidos por una sola habitación,
con una forma circular, que como explicamos antes cambian de tamaño
según el uso. La forma circular tenderá a desaparecer en la arquitectura
repetitiva cuando las edificaciones comiencen a aparearse y a compartir
paredes.
Los materiales son los que fácilmente se pueden obtener del lugar. Aunque
en cada lugar se irán desarrollando técnicas para aprovecharlos de manera
eficiente. Se corresponden al concepto de arquitectura vernácula y se
explican por el concepto de determinismo geográfico donde las
características de la región geográfica definen forma, tamaños y materiales
en este caso de la arquitectura y de la forma de disponer la arquitectura
para conformar el espacio (protegerse del sol, de vientos fuertes, de
precipitaciones fuertes o abrirse hacia el asoleamiento más favorable).
Bibliografía
Benevolo, L. (1979). Diseño de la Ciudad, Vol.2, El arte y la ciudad antigua. México, D.F.:
Gustavo Gili.
Cairns, T. (1990). Los inicios de la Civilización (Vol. 3). Madrid: AKAL.
Higham, C. (1990). Los primeros agricultores y las primeras civilizaciones (Vol. 12). Madrid:
AKAL.
Rudofsky, B. (1976). Arquitectura sin arquitectos: breve introducción a la arquitectura sin
genealogía. Buenos Aires: Editorial Universitaria.
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