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extremo inferior con un tapón. Perpendicularmente al tubo de plástico y en su
parte inferior, se perfora y se introduce un tubo de vidrio de pequeño diámetro, que
hace de capilar a través del cual se descarga la columna de fluido viscoso. Una
regla colocada en su parte exterior o marcas sobre el tubo permiten medir la
altura.
Vaso de precipitados
Un vaso de precipitados es un recipiente cilíndrico de vidrio boro silicado fino que
se utiliza muy comúnmente en el laboratorio, sobre todo, para preparar o calentar
sustancias y traspasar líquidos. Son cilíndricos con un fondo plano; se les
encuentra de varias capacidades, desde 1 ml hasta de varios litros. Normalmente
son de vidrio, de metal o de un plástico en especial y son aquéllos cuyo objetivo es
contener gases o líquidos. Tienen componentes de teflón u otros materiales
resistentes a la corrosión.
Suelen estar graduados, pero esta graduación es inexacta por la misma
naturaleza del artefacto; su forma regular facilita que pequeñas variaciones en la
temperatura o incluso en el vertido pasen desapercibidas en la graduación. Es
recomendable no utilizarlo para medir volúmenes de sustancias, ya que es un
material que se somete a cambios bruscos de temperatura, lo que lo descalibra y
en consecuencia nos entrega una medida errónea de la sustancia.
Cubeta
Una cubeta o cubeta de espectrofotómetro es un pequeño tubo de sección circular
o cuadrada, sellado en un extremo, fabricado en plástico, vidrio o cuarzo
(transparente a la luz ultravioleta) y diseñado para mantener las muestras durante
los experimentos de espectroscopia.1 Las cubetas deben ser tan claras o
transparentes como sea posible, sin impurezas que puedan afectar a una lectura
espectroscópica. Al igual que un tubo de ensayo, una cubeta puede estar abierta a
la atmósfera por la parte superior o tener una tapa para sellarla. También se
puede utilizar Parafilm para sellarla.
La placa de celulosa
Las placas filtrantes de celulosa son el resultado de un gran trabajo en
investigación y desarrollo.
Las largas fibras de celulosa, después de ser expuestas a un tratamiento especial
para obtener fibras delgadas, forman una estructura entrelazada conteniendo un
aditivo pulverulento de diatomea y perlita. Esta estructura compleja forma un
tamiz, con una porosidad de 70 a 85%, que aseguran una gran habilidad para
retener impurezas. La adición de polímeros sintéticos crea, en un ambiente
acuoso, un potencial electrodinámico positivo permitiendo la absorción de finas