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Aproximadamente el 20% de los urobilinógenos formados se reabsorben en íleon y
colon, volviendo hacia el hígado y siendo excretados de nuevo en la bilis. Una
pequeña cantidad del urobilinógeno reabsorbido se excreta en la orina. Las
mutaciones de la UGT1A1 causan hiperbilirrubinemias no conjugadas hereditarias:
síndromes de Crigler-Najjar tipos I y II y síndrome de Gilbert.
Dos tercios de los materiales orgánicos de la bilis son las sales biliares, que se forman
por la conjugación de los ácidos biliares con taurina o glicina. Los ácidos biliares, los
principales productos catabólicos del colesterol, forman un grupo de esteroles
hidrosolubles; los ácidos biliares más importantes en el hombre son el ácido cólico y el
ácido quenodesoxicólico. Los ácidos biliares de las sales biliares actúan como
detergentes muy eficaces. Su principal función fisiológica es solubilizar los lípidos
hidroinsolubles segregados por los hepatocitos en la bilis, y también solubilizar los
lípidos de la dieta en la luz intestinal. El 95% de los ácidos biliares segregados,
conjugados o no conjugados, se reabsorben desde la luz intestinal y recirculan en el
hígado (circulación enterohepática), con lo que se mantiene una gran mezcla
endógena de ácidos biliares que colabora en las funciones digestivas y excretoras.
Fisiopatología de la ictericia
En el organismo se puede acumular tanto la bilirrubina no conjugada como conjugada
(glucurónidos de bilirrubina). Hay dos diferencias fisiopatológicas importantes en las
dos formas de bilirrubina. La bilirrubina no conjugada es prácticamente insoluble en
agua en un pH fisiológico y se encuentra formando complejos estrechos con la
albúmina sérica. Esta forma no puede excretarse por la orina, incluso cuando sus
concentraciones en sangre son altas. Normalmente, encontramos una cantidad muy
pequeña de bilirrubina no conjugada entre los aniones plasmáticos no unidos a la
albúmina. Esta fracción de bilirrubina libre puede difundir hacia los tejidos, en particular
en el cerebro de los lactantes y produce una lesión tóxica. La fracción plasmática libre
aumenta en la enfermedad hemolítica o cuando los fármacos que se unen a proteínas
desplazan a la bilirrubina procedente de la albúmina.
En consecuencia, la enfermedad hemolítica del recién nacido (eritroblastosis fetal) da
lugar a la acumulación de la bilirrubina no conjugada en el cerebro, provocando un
daño neurológico grave que se conoce como kernicterus.
Por el contrario, la bilirrubina conjugada es un producto hidrosoluble no tóxico y sólo
se une laxamente a la albúmina. Debido a su solubilidad y a su débil asociación con la
albúmina, el exceso de bilirrubina conjugada en plasma se excreta en la orina. En la
hiperbilirrubinemia conjugada prolongada, una porción del pigmento circulante se
puede unir covalentemente a la albúmina, es lo que se conoce como fracción delta de
la bilirrubina.
Las concentraciones de bilirrubina sérica en el adulto normal varían entre 0,3 y 1,2
mg/dl; la ictericia es evidente cuando la bilirrubina sérica aumenta por encima de 2-2,5
mg/dl y en caso de enfermedad grave puede llegar hasta 30-40 mg/dl. La ictericia