
La aparición del Estado como actor histórico marca un antes y un después en el desarrollo de las sociedades humanas. Desde su
creación, el Estado pasa a ser el poder y quien define las reglas del juego en la sociedad. Y, al mismo tiempo, va generando
diferenciaciones entre los habitantes de esa sociedad.
El Estado es una CREACION HUMANA.
Antes de su aparición, los humanos Vivian en lo que los contractualistas denominan “el estado de naturaleza”. Esto significa que no
había leyes que organizaran la vida humana y el más fuerte se imponía una y otra vez sobre el más débil. Se regían por la fuerza y la
venganza personal. La justicia privada era la norma, cada uno la aplicaba con su propio criterio. El Estado es el que impone las leyes
y el que las hace cumplir. Si no hay Estado, entonces las sociedades se regulan internamente por la aplicación de fuerza entre las
mismas personas.
Tomas Hobbes fue uno de los primeros que realiza la tarea de definir al Estado y afirma que éste habría surgido a través de una
especie de ACUERDO efectuado entre todos los habitantes de un territorio para organizarse. Antes de esto, posiblemente un líder o
guerrero carismático imponía sus deseos sin limitaciones, y llego un momento en el que las personas se dieron cuenta de que un
Estado les daría más poder y seguridad. Les permitiría organizar la defensa y regulas las relaciones entre las personas reduciendo la
violencia sin control, además, hacia más eficiente la agricultura y la ganadería. Mediante este acuerdo, los miembros de aquel
territorio renunciaban a imponer sus intereses individuales, a favor de una nueva estructura, el Estado, que servía para defenderlos de
todos los otros grupos rivales.
El sociólogo alemán Max Weber define al Estado de la siguiente forma: “es aquella comunidad humana que, dentro de un territorio
(el territorio es el elemento decisivo), reclama (con éxito) para sí el monopolio de la violencia física legitima. Lo especifico de
nuestro tiempo es que a todas las demás asociaciones e individuos sólo se les concede el derecho a la violencia en la medida que el
Estado lo permita. El Estado es la única fuente del “derecho” a la violencia.”
A partir de esto se puede decir que los elementos que definen a un Estado son:
● El dominio sobre un territorio determinado. Este territorio debe ser indiscutiblemente propiedad del Estado.
● El Estado es la institución que monopoliza el uso legítimo de la fuerza/violencia. Esto quiere decir que el único que puede
ejercer la violencia es el Estado (por ejemplo, a través de la policía, la gendarmería, los militares, etc.). Se trata de una
violencia entendida como legitima, dado que es aceptada por la sociedad, incluso por los que potencialmente la podrían
padecer, y, además, está regulada en la legislación.
Si dentro del Estado existieran grupos de personas o personas individuales que pudieran ejercer la violencia e imponer sus propias
reglas sin el consentimiento del Estado, esto pondría en discusión su propia existencia.
Ahora bien, el Estado, sostiene Weber, como todas las asociaciones políticas que históricamente lo han precedido, es una asociación
de dominación de hombre sobre hombres, que se sostiene por medio de la violencia legítima. Para subsistir necesita, por tanto, que
los dominados acaten la autoridad que pretenden tener quienes en ese momento dominan.
Weber afirma que el Estado está lejos de ser un espacio igualitario, por el contrario, como se mencionó antes, es el producto de
dominación de personas sobre personas. No representa a la totalidad de la sociedad. La sociedad es heterogénea y conflictiva, y eso
también repercute en el Estado. Es decir, en él también hay diferencias. Así, siempre algunos grupos poseen el control del Estado, o
de alguna parte, pero deben conducirlo sobre toda la sociedad.
Si bien la violencia es un elemento fundamental del Estado para dominar, esto no es suficiente para explicar el predominio del
Estado sobre la sociedad. Para ser efectiva, la violencia debe ser aceptada por los ciudadanos, y, además, debe ser legal. Por lo tanto,
el monopolio de la violencia y de la legitimidad no pueden entenderse de manera separada, son condiciones esenciales de la
dominación estatal sugeridas por Weber. La violencia debe tener una explicación que le legitime y una legalidad que la controle, que
le de forma y que impida que se desborde.
Por otro lado, una visión crítica del Estado tal cual lo plantea Weber viene del Marxismo. Para Marx, el Estado es clasista, es decir,
favorece a una clase, está al servicio de la clase dominante. En el sistema capitalista, esa clase dominante es la burguesía. El Estado
es quien posibilita reproducir la dominación a partir de conservar y proteger al sistema capitalista. El Estado, en definitiva, está al
servicio de los intereses de la clase dominante y es un instrumento que le permite a esa clase subordinar a las otras en desventaja. La
propuesta de acción política del marxismo es la conquista del poder político por parte de la clase trabajadora, la destrucción del
lOMoARcPSD|9312470