Axiomatización del socius por el CMI
Se caracteriza en el contexto actual por tres tipos de transformación.
La clausura deja de poder mantener el impulso expansionista, su campo de acción
queda clausurado, y lejos de construir un factor de crecimiento, corresponde, de
hecho, a una reformulación radical de sus bases anteriores que puede desembocar,
ya sea en una involución completa del sistema, o en un cambio de registro.
El CMI tendrá que encontrar sus medios de expansión y crecimiento trabajando las
mismas formaciones de poder, re transformando las relaciones sociales, y
desarrollando mercados cada vez más artificiales.
La característica de la crisis actual es, precisamente, esta oscilación entre la
involución de un cierto tipo de capitalismo que tropieza con su propia clausura y un
intento de reestructuración sobre bases diferentes que conduce al CMI a aceptar tal
cual su finitud y la necesidad de redefinir permanentemente sus campos de
aplicación. Fin pues, de los capitalismos territorializados y de los imperialismos
expansivos.
Imperialismos desterritorializados e intensivos
La desterritorialización del capitalismo sobre sí mismo es aquello que Marx había
llamado la expropiación de la burguesía por la burguesía. El CMI no es universalista,
pero requiere, sin embargo, una homogeneización de los modos de producción, de
circulación y de control social.
Actualmente el CMI no posee un centro único de poder, inclusive su rama
norteamericana es policéntrica. En su lugar, instaura su propia democracia interna.
Pone en juego sistemas de información y de manipulación psicológica a gran escala
utilizando los medios de comunicación de masas.
El poder del CMI está siempre en otra parte, al interior de mecanismos
desterritorializados. Esto lo hace parecer como algo imposible de aprehender, de
localizar y de atacar. Esta desterritorialización engendra también fenómenos
paradójicos, como el hecho, por ejemplo, de que se desarrollen zonas de tercer
mundo dentro de los países más desarrollados, y que inversamente aparezcan
centros hipercapitalistas desarrollados en zonas de subdesarrollo.
El sistema general de segmentaridad
Su problema consiste en descubrir nuevos métodos de consolidación de sus
sistemas de jerarquía social. El CMI tiene que hacer coexistir zonas de
superdesarrollo, de enriquecimiento en beneficio de las aristocracias capitalistas, y
zonas de subdesarrollo relativo, e incluso verdaderas zonas de pauperización
absoluta. Estos son extremos entre los cuales se puede establecer una
segmentación de los espacios mundiales.
Esta segmentación social, esta segregación acondicionada a escala planetaria es
consecuencia de los fenómenos de clausura del CMI.
En el este de Francia, donde se vivía de padres a hijos de la industria del acero, el
CMI decide alquilar el paisaje industrial, al otro espacio será transformado en zona