términos claves de la teoría
poscolonial latinoamericana:
despliegues, matices, definiciones
Laura catelli y maría elena lucero
editoras
Catelli, Laura
Términos claves de la teoría poscolonial latinoamericana : despliegues, matices,
definiciones / Laura Catelli y María Elena Lucero. - 1a ed. - Rosario : UNR Editora.
Editorial de la Universidad Nacional de Rosario, 2012.
CD-Rom.
ISBN 978-950-673-999-7
1. Estudios Culturales. I. Lucero, María Elena II. Título
CDD 306
Fecha de catalogación: 04/12/2012
Diseño del logo: María Elena Lucero
Diseño editorial y del Cd-Rom: Florencia Garat
©Centro de Investigaciones y Estudios en Teoría Poscolonial, UNR 2012
Facultad de Humanidades y Artes
Entre Ríos 758
(2000) Rosario, Argentina
Pensar e intervenir en la Cuestión Social: el Trabajo Social desde un enfoque
poscolonialista
Maria Eugenia Hermida
UNMDP. UNR. CONICET
Paula Meschini
UNMDP
Resumen
En este trabajo se exploran las categorías de Modernidad y Cuestión Social,
contextualizándolas en los diferentes tratamientos que les da la tradición europea y la
latinoamericanista, y su impacto al interior del Trabajo Social Latinoamericano.Para el análisis
se utilizan como herramientas los aportes del grupo modernidad/colonialidad (Dussel 2000,
Mignolo 1995) y los de la Epistemología del Sur (De Souza Santos 2006). La hipótesis es que los
esfuerzos teóricos por configurar un Trabajo Social Latinoamericano crítico han sustentado en
gran medida sus aportes en teorías que desconocen el carácter colonialista del proyecto moderno
en Latinoamérica (como es el caso de algunas versiones del marxismo que han impactado en esta
profesión), reduciendo el problema del control social a la relación Trabajo Social-Estado,
subsumiendo la Cuestión Social a la contradicción capital –trabajo y propendiendo a un Trabajo
Social moderno “crítico-ilustrado”. Se confronta esta hipótesis con los textos y se precisan
aportes de las teorías poscoloniales para la configuración de propuestas para la profesión de
carácter latinoamericanista (Dussel 2000), popular (Laclau 2008) y emancipador (De Souza
Santos 2006).
Términos claves de la teoría poscolonial latinoamericana
201
Palabras clave: Trabajo Social; Modernidad; Cuestión Social; Poscolonialismo
Introducción
Esta presentación se suma a los múltiples esfuerzos que se efectúan por re-pensar la Cuestión
Social en América Latina a partir de la recuperación y puesta en valor de las diferentes corrientes
de pensamiento que abrevaron la constitución del llamado pensamiento nacional y
latinoamericano.
Es en este sentido que se exploran las categorías de Modernidad y Cuestión Social,
contextualizándolas en los diferentes tratamientos que les dan la tradición europea y la
latinoamericanista, y su impacto al interior del Trabajo Social Latinoamericano.
Para el análisis se utilizan como herramientas los aportes del grupo
modernidad/colonialidad (Dussel 2000, Mignolo 1995) y de la Epistemología del Sur (De Souza
Santos 2006).
La hipótesis es que los esfuerzos teóricos por configurar un Trabajo Social
Latinoamericano crítico han sustentado en gran medida sus aportes en teorías que desconocen el
carácter colonialista del proyecto moderno en Latinoamérica (como es el caso del marxismo
ortodoxo
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), reduciendo el problema del control social a la relación Trabajo Social-Estado,
subsumiendo la Cuestión Social a la contradicción capital –trabajo y propendiendo a un Trabajo
Social moderno “crítico-ilustrado”. Se confronta esta hipótesis con los textos y se precisan
aportes de las teorías poscoloniales para la configuración de propuestas para la profesión de
carácter latinoamericanista (Dussel 2000), popular (Laclau 2008) y emancipador (De Souza
Santos 2006).
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Entendemos por marxismo ortodoxo al conglomerado de ideas, procesos y experiencias que Gouldner (en Lander
2006) engloba en lo que denomina marxismo científico (eurocéntrico, determinista), al que contrapone un marxismo
crítico. De todas formas los intentos por ordenar la obra de Marx en opuestos (el más conocido es el que Althusser
propone entre un joven Marx idealista/filosófico y Marx maduro que supera el humanismo y se atiene a la
cientificidad) deben ser a nuestro entender analizadas cuidadosamente, evitando caer en simplificaciones o tomas de
partido que empobrezcan las posibilidades interpretativas de las herramientas conceptuales del marxismo.
Términos claves de la teoría poscolonial latinoamericana
202
Modernidad y Cuestión Social: la tradición europea y su re-edición en el Trabajo Social
Argentino
Modernidad y Cuestión social son categorías fundamentales para comprender el origen y la
realidad actual del Trabajo Social. Con respecto a la Cuestión Social, Carballeda (2010) afirma
que:
Las diferentes definiciones de cuestión social, pueden ser clasificadas en dos grandes
grupos. Por un lado aquellas que la entienden como producto de determinantes
sociales y por otro los que las explican desde condicionantes sociales. Ambas
posturas muestran disímiles tratamientos del tema que se expresan en formas
diferenciadas de analizarlo e intervenir sobre éste. (Carballeda 12).
Entrarían en el primer grupo los tratamientos de la Cuestión social vinculados al
materialismo histórico y en el segundo los de la sociología francesa, cuyos exponentes más
reconocidos en la temática son Rosanvallon (2007) y Castel (2004). Rozas Pagaza (2004) por su
parte, también alude a estos dos tratamientos de dicha categoría, haciendo una crítica de la noción
de nueva Cuestión Social propia de los autores de la tradición francesa y rescatando la definición
de “contradicción capital/ trabajo” del marxismo:
Desde nuestra perspectiva teórica sobre la cuestión social nos parece necesario
señalar que no existe vieja ni nueva cuestión social en tanto ella emerge como tal con
el inicio del capitalismo y con las particularidades históricas que ella adquiere en
cada formación social (Rozas Pagaza 225).
Ahora bien, los tratamientos sobre la cuestión social tienen una intrínseca relación con la
concepción de Modernidad a la que se adhiere.
Así, encontramos que Parra (2001) propone un rescate de las nociones de Modernidad e
Iluminismo, contraponiendo a éstas el proyecto del conservadurismo y el discurso de la
posmodernidad en la actualidad. Define la Modernidad tomando los aportes de Rouanet, (en
Parra 2001) para quien el proyecto civilizatorio moderno es solidario al del iluminismo y se
caracteriza por tres categorías principales: universalidad, individualidad y autonomía. Tanto el
Términos claves de la teoría poscolonial latinoamericana
socialismo como el liberalismo son expresiones de esta Modernidad. Respecto de la primera
característica, Parra afirma que:
La universalidad tiene un carácter transnacional, superador de todas las fronteras,
nacionalismos acerbados y teniendo como objetivo los intereses de la humanidad
como un todo; al mismo tiempo tiene un carácter transcultural, si bien reconoce la
variedad de culturas, existe uniformidad dada por la unidad de la naturaleza humana
y por tanto un carácter igualitario en relación a sexo, raza o religión, basado en la
misma condición humana de los individuos (Parra 48)
68
.
Podemos observar en esta cita el despliegue de un campo semántico (universalidad, trasnacional,
nacionalismos acerbados, humanidad como un todo, uniformidad, unidad de naturaleza humana,
etc.) que confronta con las tradiciones situadas en el reconocimiento de lo Otro y con las lógicas
de reconocimiento a la diversidad. Tal como afirma Dussel:
El etnocentrismo europeo moderno es el único que puede pretender identificarse con
la "universalidad-mundialidad". El "eurocentrismo" de la Modernidad es exactamente
el haber confundido la universalidad abstracta con la mundialidad concreta
hegemonizada por Europa como "centro".” (Dussel 5)
Parra (2001) precisa que el desarrollo presentado sobre la Modernidad y sus principales
características “nos muestra claramente el carácter emancipador que la misma tiene para el
hombre” (Parra 5). Sin embargo esta afirmación del autor puede ser cuestionada desde el
poscolonialismo en tanto “la emancipación que las teorías postcoloniales promueven, es la
emancipación de las categorías de conocimiento fabricadas y establecidas en Europa, las cuales
forman parte de la modernidad y fueron construidas, parcialmente, en complicidad con la
expansión colonial” (Mignolo 17).
La noción de Parra (así como de un conjunto de colegas que comparten su posicionamiento
epistemológico) relativa a la Modernidad, se asocia a la definición eurocéntrica que Dussel
(2000) describe:
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Las cursivas son nuestras.
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[…] visión "eurocéntrica" porque indica como punto de partida de la "Modernidad"
fenómenos intra-europeos, y el desarrollo posterior no necesita más que Europa para
explicar el proceso. Esta es aproximadamente la visión provinciana y regional desde
Max Weber -con su análisis sobre la "racionalización" y el "desencanto"- hasta
Habermas). Para muchos un Galileo (condenado en 1616), Bacon (Novum Organum,
1620) o Descartes (El discurso del método, 1636) serían los iniciadores del proceso
moderno en el siglo XVII (Dussel 4).
A esta visión el autor contrapone otra mirada:
Proponemos una segunda visión de la "Modernidad", en un sentido mundial, y
consistiría en definir como determinación fundamental del mundo moderno el hecho
de ser (sus Estados, ejércitos, economía, filosofía, etc.) "centro" de la Historia
Mundial. Es decir, nunca hubo empíricamente Historia Mundial hasta el 1492 (como
fecha de iniciación del despliegue del "Sistema-mundo") (…) Esta Europa Moderna,
desde 1492, "centro" de la Historia Mundial, constituye, por primera vez en la
historia, a todas las otras culturas como su ’periferia’ (Dussel 4).
Respecto de la razón moderna y su relación con las ciencias sociales, Parra (50) afirma que
“es a partir de la razón moderna que el hombre logra despojarse de la dependencia y el
dogmatismo de concepciones religiosas y que se abren nuevas posibilidades de concebir el
mundo”. Podemos cuestionar esta afirmación, preguntándonos: ¿no hay nada de opresor en la
razón moderna? Teniendo presente que los historiadores subrayan como hechos fundantes de la
Modernidad la conquista de América y el mercantilismo, reconociendo que la universalidad
propugnada por la Modernidad es una universalidad surgida del antropocentrismo europeo,
reflexionando sobre la concepción de racionalidad moderna que enaltece el pensamiento
iluminista en detrimento de otras racionalidades, entonces entendemos que es necesario
complejizar esta relación directa entre Modernidad y emancipación.
Desde el siglo XV Latinoamérica sufrió la expoliación económica, la instauración y
permanencia de regímenes coloniales extractivos, destructores de recursos naturales, padeció la
ejecución de diversos sistemas de explotación laboral cuando no de aniquilación directa que
concluyeron en verdaderos genocidios. Estas situaciones no han sido un mero efecto indeseable
Términos claves de la teoría poscolonial latinoamericana
205
producto de una “mala puesta en práctica” de los ideales modernos sino que fueron constitutivos
del proyecto mismo de la Modernidad. Tal como lo observa Carballeda (2010) el optimismo
moderno presenta una dificultad para reconocer que la Modernidad también generó desigualdad,
manteniendo e incluso profundizando desigualdades sociales.
Desentrañadas las implicancias de la noción de Modernidad que abrevan la tradición del
marxismo moderno, entendemos que la definición de la Cuestión Social de esta corriente de
colegas vinculados al marxismo ortodoxo se asocia directamente. Así encontramos la definición
de Netto (1992) quien entiende por Cuestión Social el conjunto de problemas políticos, sociales y
económicos que el surgimiento de la clase obrera impuso en la constitución de la sociedad
capitalista. En esta línea la Cuestión Social está vinculada fundamentalmente al conflicto entre
capital y trabajo. Y en el mismo sentido Iamamoto afirma:
La “cuestión social” no es otra cosa que las expresiones del proceso de formación y
desarrollo de la clase obrera y de su ingreso al escenario político de la sociedad,
exigiendo su reconocimiento como clase por parte del empresariado y del Estado. Es
la manifestación, en el cotidiano de la vida social, de la contradicción entre el
proletariado y la burguesía (…) (Iamamoto 1984 citado en Carballeda 7).
Para Parra (2001) también la Cuestión Social aparece de manera clara y explícita a
mediados del siglo XIX, es decir como expresión de la contradicción capital - trabajo. Enuncia en
dos tramos de su obra que esta contradicción si bien es fundante no la agota (Ianni 1996),
aludiendo a que también podemos hablar de una cuestión social feudal, colonial. En este aspecto
se distancia de Iamamoto (1984) quien sitúa de forma tajante a la Cuestión Social como
expresión de la contradicción entre el proletariado y la burguesía. Sin embargo, este
desplazamiento no está, según nuestra visión, del todo claro, dado que las definiciones y
explicaciones que introduce en relación a la Cuestión Social aluden una y otra vez al anclaje en
“las contradicciones propias del desarrollo capitalista”. En este contexto, Parra (2001) sitúa el
surgimiento del Trabajo Social y su profesionalización como una estrategia de desarme del
potencial revolucionario del proletariado azotado por esta cuestión social. La profesión entonces
se tiñe, desde sus orígenes, del tinte conservador que la hizo nacer, orientada a la regulación, el
control, la asistencia desmovilizante, legitimada no por los sectores con quienes trabaja sino por
Términos claves de la teoría poscolonial latinoamericana
los sectores dominantes que instituyeron sus servicios: la Iglesia, la Burguesía y el Estado. La
conclusión a la que arriba el autor es que:
[…] el Trabajo Social argentino, surgido dentro de la matriz del racionalismo
higienista, como una de las formas de enfrentamiento a la cuestión social, estuvo
signado por el predominio del pensamiento conservador reformista, apuntando al
disciplinamiento de las fuerzas de trabajo, el control social (…) y negando, por lo
tanto, con su actividad, las posibilidades emancipadoras del proyecto de la
modernidad, su intervención no privilegió la ampliación de los derechos sociales,
sino que legitimó un dado patrón de relaciones sociales (Parra 242)
69
.
En síntesis, las definiciones de carácter determinista de la Cuestión Social, retomadas en la
literatura del Trabajo Social por autores de la corriente marxista brasilera y argentina (Iamamoto
1984, Netto 1992, Parra 2001) rescatan la noción de Modernidad en su aspecto emancipador y
entienden que los fracasos de nuestra profesión por lograr la ampliación de derechos sociales se
vinculan con la deuda que ésta tiene con el proyecto moderno inacabado.
Modernidad y Cuestión Social: aportes de la genealogía y el poscolonialismo para un
pensamiento emancipador des-europeizante
Partimos explicitando una serie de afirmaciones que se pondrán en debate:
! La Cuestión Social en América latina no configura una expresión del pasado sino que es
una problemática constitutiva de las sociedades contemporáneas, que da cuenta de la
necesidad planteada por Mouffe (2007) de repensar lo social en términos de conflicto.
! Abordar la Cuestión Social en América Latina desde una perspectiva genealógica requiere
reconocer la cultura de los pueblos originarios. América Latina no constituía una “tabula
rasa” al momento de la conquista; sino que estaba conformada por diferentes pueblos con
sistemas organizativos, económicos y políticos distintos a los impuestos a fuerza de
sangre y espada. Es necesario reconocer también la impronta que dejo la conquista y
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colonización por parte del Imperio Español como parte de la instalación del capitalismo
mercantilista modificando la relación sociedad – naturaleza e instaurando las bases de una
Modernidad que, en la visión de Dussel (2000), se erige como tal sólo a partir de la
instalación de un sistema-mundo, a partir de la conquista, donde lo “Otro” (América) se
contrapone a lo “moderno”
70
.
! El capitalismo industrialista de fines de siglo XIX y principios del XX, estableció en la
división internacional del trabajo a la Argentina como proveedor de materias primas
dentro de un modelo productivo agroexportador
71
, reconfigurando así la Cuestión Social
en nuestro país.
! Las transformaciones ocurridas en la Argentina, luego de la llamada década infame, en las
dos presidencias de Perón, dan cuentan de los esfuerzos inacabados por restituir la
sociedad salarial y de pleno empleo propia del período de sustitución de las
importaciones. La sociedad contemporánea argentina, herida aún por las nefastas
consecuencias de su última dictadura cívico-militar y la década neoliberal que profundizó
la miseria y la dependencia, es aún una sociedad dual atravesada por la economía mundial
y polarizada, donde los ricos son cada vez más ricos y donde existen pobres que aun no
han podido ser incluidos, a pesar de los múltiples esfuerzos realizados durante el ciclo de
gobierno kirchnerista, a través de la educación y el trabajo digno.
! La persistencia de una distribución regresiva del ingreso, acompañada de porcentajes
diferenciales de desocupación y precarización laboral por sector productivo y por región
geográfica, que da como resultado el sostenimiento de la pobreza y la exclusión en grupos
sociales que no son alcanzados por las políticas sociales distributivas que se implementan
se combina con la aparición de nuevas formas de pobreza
Las apreciaciones arriba expuestas precisan que la Cuestión Social en nuestro territorio
antecede a la emergencia de la clase proletaria y que a la fecha se manifiesta con altos grados de
complejidad.
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70
Tal como afirma Cecchetto: “La llamada Argentina Moderna es producto de una serie de transformaciones
profundas entre las que se encuentran la finalización de la Guerra contra el Paraguay, la “conquista” del Desierto, la
erradicación de las últimas Montoneras y el asentamiento de la capital en Buenos Aires”. (Cecchetto16).
71
Esta idea ha sido ampliamente desarrollada por la Teoría de la Dependencia de Cardoso y Faletto (1969).
Términos claves de la teoría poscolonial latinoamericana
208
Es por esto que, así como hemos explorado en el apartado anterior la concepción de corte
determinista de Cuestión Social como contradicción capital/trabajo, en este parágrafo
sintetizamos algunas reflexiones que, desde un enfoque poscolonial y latinoamericanista, surgen
en relación con la Cuestión Social.
Entendemos que:
[…] la razón postcolonial sería aquella que desplaza el concepto de razón construido
en la modernidad, reincorporando las cualidades secundarias (emociones, pasiones) y,
a partir de ese gesto, intenta repensar la modernidad y postmodernidad desde la
postcolonialidad (Mignolo 1).
De esta manera se constituye en una herramienta productora de inteligibilidad que permite
acercarnos a nuestra historia y a nuestro presente munido de teorías propias. La poscolonialidad
remite a una situación (signada de prácticas emancipadoras de las ataduras coloniales) y a un
discurso propio, que se rebela contra la división internacional del trabajo intelectual, donde el
tercer mundo producía prácticas culturales, y el primer mundo las herramientas conceptuales
conformadas por la razón moderna para poder investigar y explicar/comprender esas culturas
marginales.
La razón postcolonial presenta lo contramoderno como un lugar de disputa desde el
primer momento de la expansión Occidental (...), haciendo posible cuestionar el
espacio intelectual de la modernidad y la inscripción del orden mundial en la cual el
Occidente y el Oriente, el Yo y el Otro, el Civilizado y el Bárbaro, fueron inscritos
como entidades naturales (Mignolo 1995, 2).
Creemos que la noción de Cuestión Social debe ser resemantizada, que la noción de
Modernidad debe ser deconstruida para desmitificar su esencia progresista y emancipadora,
reconociendo el disciplinamiento, la homogeneización cultural y la exclusión de lo Otro como
diferente, en tanto constitutivas del proyecto moderno
72
. ¿Qué implicancias tiene entonces la
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72
El proyecto de la Modernidad en nuestra América no se ha desarrollado de forma lineal y ordenada, sino
que se ha encontrado en su devenir con experiencias de resistencias a las que podemos catalogar como poscoloniales:
“La razón postcolonial precede y coexiste con las situaciones / condiciones postcoloniales. Por supuesto, el prefijo
“post” está, semánticamente hablando, en contención con la idea de “precedencia”. Sin embargo, podría ser
Términos claves de la teoría poscolonial latinoamericana
209
Cuestión Social desde este enfoque? En principio queremos introducir dos categorías que nos
ayudaron en este proceso de análisis de las implicancias conceptuales de la Cuestión Social
entendida en términos poscoloniales:
a) El rebasamiento de lo económico por lo político.
b) La redefinición de los actores implicados en la Cuestión Social.
a) El rebasamiento de lo económico por lo político:
Nos referimos aquí a una idea que ha sido ya ampliamente trabajada por autores
neomarxistas y postestructuralistas (Laclau y Mouffe 1987) que retoman y resignifican la
categoría gramsciana de hegemonía. Creemos que una crítica al determinismo económico
marxista es solidaria con un repaso por la historia de las luchas latinoamericanas por la
emancipación, tanto las pasadas como las presentes
73
. En un proceso de alta complejidad, del que
no podemos dar cuenta acabada en este trabajo, podemos sin embargo precisar algunas
observaciones.
Nuestros países latinoamericanos que vienen recorriendo caminos de recupero de la
soberanía, de ampliación de derechos, de salida de la dependencia feroz a los organismos
internacionales, de construcción de su propia agenda, de redireccionamiento de la renta nacional,
han podido lograr en gran medida estos avances en tanto la política ha resurgido como instancia
de modificación de las situaciones materiales y simbólicas. En este sentido, la política ya no sería
una manifestación superestructural de una base económica material. El movimiento de las clases
sociales, su pasaje de ser clases en a ser clases para sí, no es un recorrido garantizado por la
predestinación de la clase proletaria a ser sujeto histórico. Es una construcción discursiva y
material propiciada por el resurgimiento del factor político, apuntalado por la participación
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justificada en términos de condiciones postcoloniales, como utopía o como equivalente a la razón anticolonial
(contramoderna), antes y después de la independencia política” (Mignolo 3).
73
“[…] con las categorías de infraestructura y superestructura, y su articulación dentro de un modelo explicativo de
determinación en última instancia de la superestructura por la infraestructura especialmente en el marxismo
soviético y en el trabajo de la escuela de Althusser, se introduce un esquematismo simplificador que amputa
severamente la posibilidad de explorar las múltiples determinaciones recíprocas entre diferentes ámbitos de la vida
histórica social” (Lander 231).
Términos claves de la teoría poscolonial latinoamericana
210
popular, las expresiones de organización que precedieron al surgimiento de gobiernos populares y
el movimiento instituyente donde aquello que se hacía de forma paralela o antagónica al Estado
neoliberal, hoy, en muchos casos, se recupera e instituye como política pública.
En este marco la Cuestión Social forzosamente debe ser repensada. Si se agota en la
contradicción capital trabajo, entonces se agota en el determinismo económico o, al menos, ve su
única fuente y génesis ahí. Nosotras intentamos plantear otro recorrido que no elimina esta
contradicción de la conceptualización sino que invierte los términos. En este punto queremos
recordar las reflexiones de De Souza Santos (2006) en relación a la dicotomía estructura- acción
propia de la sociología. Frente al problema respecto de qué es lo que funda la sociedad y sus
problemas, y el peso específico que atribuimos a los factores estructurales o a los subjetivos, el
autor remarca la necesidad de salir de ese círculo de pobre capacidad heurística para pensar la
problemática actual latinoamericana y plantear el problema en términos de subjetividades
rebeldes o subjetividades conformistas. Se puede priorizar el peso de la estructura económica-
política-social o el carácter discursivo, simbólico, cultural e instituyente de los actores. Pero la
diferencia central se apoya en la elección por propiciar subjetividades rebeldes: la capacidad
instituyente, rebelde, abierta a la acción y a la transformación. Esto es, desde nuestro punto de
vista, la inversión de los términos economía y política: no el desconocimiento de los factores
estructurales sino el interés de ver, tanto en nuestra historia como en nuestro presente, cómo los
movimientos liberacionistas y populares pudieron revertir situaciones estructurales haciendo uso
de una tradición de rebeldía, de confrontación y de construcción, donde lo Otro, lo abyecto, lo
dejado de lado se configura como actor político para definir su presente y su futuro.
b) La redefinición de los actores implicados en la Cuestión Social
El otro aspecto que decantó en las reflexiones que suscitaron este trabajo es el de los
actores que participan de la conflictividad social y el de los sentidos y motivos que adquiere la
disputa política entre los distintos actores involucrados.
Si entendemos la Cuestión Social en los términos tradicionales de contradicción capital/
trabajo, podemos observar en principio que existen dos salidas: reforma o revolución. Y para
algunas posturas una tercera que sería: reforma tendiente a la revolución. Tomemos la búsqueda
Términos claves de la teoría poscolonial latinoamericana
211
de soluciones a esta contradicción en términos de reforma, es decir, de ampliación de derechos
(luchas por lograr que se legisle en términos de derechos laborales así como luchas por su
cumplimiento efectivo). En este caso, los actores que participan son: los sindicatos, las cámaras
empresariales y el Estado, a través del Ministerio de Trabajo, como órgano regulador del
conflicto. Sin embargo, si observamos la historia y la actualidad de nuestro país, podemos
afirmar que no siempre las burocracias sindicales “representan” los intereses de los trabajadores.
E incluso podemos ir mas allá y afirmar que no todas las medidas de fuerza responden a una
modificación de la situación de los trabajadores, sino que deben leerse en el contexto político.
Las explicaciones lineales que asignan a cada actor un propósito predeterminado (por esencia de
clase), no funcionan. En palabras de Lander (2006), luego de la caída del muro de Berlín:
Desaparece toda posibilidad de apelar a un sujeto ontológico trascendente. Se
multiplican en forma abrumadora los temas y sujetos de la acción política, que
durante más de un siglo estuvieron subordinados a la contradicción principal en la
política socialista (género, cultura, identidad, ambiente, orientación sexual) (Lander
229).
Retomamos entonces nuestro planteo de preeminencia de lo político. Los diferentes
sectores, no siempre en relación directa a su situación material, construyen identificaciones y
alianzas mediadas por los discursos circulantes. Así, encontramos pequeños agricultores cortando
rutas para defender los intereses de grandes terratenientes, docentes que trabajan en un sistema
educativo que tiene hoy el mayor nivel de inversión de la historia añorando la vuelta a la ley
federal de educación, etc. Es otra vez la política reorganizando posiciones, opiniones y acciones.
Son dos las ideas que estamos planteando aquí: la necesidad de problematizar los intereses
de los actores, evitando lecturas lineales (donde las organizaciones gremiales siempre estarían a
favor de los intereses proletarios y el Estado siempre respondería a los intereses de la burguesía)
y reconociendo la emergencia de nuevos actores sociales que con su sola presencia en la agenda
social hacen estallar la noción acotada de Cuestión Social como contradicción capital/trabajo. Es
el caso entre otros de las organizaciones de género, las luchas por legislar y accionar en pos de la
erradicación de la violencia contra la mujer, la trata de mujeres para explotación sexual, los
derechos en el parto, etc. Por otra parte, los procesos desencadenados por las minorías sexuales y
el logro de la sanción de la Ley de Matrimonio igualitario, nos muestran la emergencia de
Términos claves de la teoría poscolonial latinoamericana
212
organizaciones trans que disputan políticamente poder, en este caso poder de elección y de
acceso a legislaciones que los contemplen. La lucha de los pueblos originarios tampoco puede
agotarse en una lectura de clase, implica una serie de reconocimientos culturales ancestrales y
cuestionamientos a las instituciones de la Modernidad y el Capitalismo, que rebasa por mucho los
reclamos del proletariado. Las disputas y avances en materia de salud mental, los procesos de
desmanicomialización que tienden a cuestionar el modelo médico hegemónico y propician una
nueva perspectiva de entender la locura, la medicalización y la cotidianeidad de las personas con
padecimiento psíquico, demuestran nuevamente la transversalidad de la Cuestión Social, donde la
pertenencia a una clase no es el único indicador a tener en cuenta. “La fuerza de la teorización
postcolonial (tanto como otras prácticas teóricas en el campo del discurso de las “minorías”)
reside en su capacidad para una transformación epistemológica como también social y cultural”
(Mignolo 18).
Mas allá del carácter de derecho liberal (legislación relativa al matrimonio igualitario, a la
interrupción voluntaria del embarazo, etc.) o social (asignación universal por hijo, retención a las
exportaciones) que se haya instituido como horizonte de estas luchas que configuran la Cuestión
Social, un factor es común a todas: la herramienta de la política (entendida en sentido amplio,
como espacio público de disputa donde se construye identidad, organización y se confronta en
pos de instituir -o preservar- derechos y proteger intereses) como canal que modela y materializa,
configurándose como forma y contenido de los fenómenos que expresan la Cuestión social.
Poscolonialidad, Cuestión Social y Trabajo Social
El Trabajo Social no encuentra su campo privilegiado de intervención en las mediaciones y
conflictos entre la clase trabajadora y el sector empresarial (conflictos que expresan directamente
la Cuestión Social como contradicción capital trabajo) en tanto los mecanismos institucionales y
los de protesta social por los cuales se viabiliza esta lucha no están en general vinculados con los
espacios de actuación profesional.
Si observamos los sujetos con los cuales el Trabajo Social actual interviene, nos
encontramos con sectores excluidos del mundo del trabajo. Una porción importante de los
mismos son alcanzados por políticas públicas de corte masivo (como la asignación universal por
Términos claves de la teoría poscolonial latinoamericana
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