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COMPARTIMENTALIZACIÓN CELULAR, SU IMPORTANCIA EN EL ROL DEL METABOLISMO Y DE
LAS DIFERENTES MOLÉCULAS
La regulación en eucariotes superiores está profundamente afectada y favorecida por la existencia
de órganos con funciones metabólicas distintas, cuyas interacciones se detallan a continuación, pero hay que
tener en cuenta que las funciones y regulaciones del rol de los diferentes tejidos se da también a un nivel
micro, es decir, a nivel molecular.
1. Conexiones clave entre las diferentes moléculas:
El ATP es la unidad biológica universal de energía. El elevado potencial para transferir grupos
fosforilo capacita al ATP para ser utilizado como fuente de energía en la contracción muscular, transporte
activo, amplificación de señales y biosíntesis. El ATP se genera en la oxidación de moléculas combustibles,
como glucosa, ácidos grasos y aminoácidos.
El NADPH es el principal dador de electrones en las biosíntesis reductoras. En la mayoría de las
biosíntesis, los productos finales están más reducidos que sus precursores y por ello requieren, además de
ATP, un poder reductor, el cual procede normalmente del NADPH. La vía de las pentosas fosfato suministra
gran parte del NADPH que se necesita.
Glucosa-6-fosfato, Piruvato y Acetil-CoA
Los factores que regulan el flujo de moléculas en el metabolismo pueden comprenderse mejor
examinando 3 puntos clave: la glucosa-6-fosfato (G-6-P), el piruvato y el acetil-CoA. Cada una de ellas tiene
varios destinos diferentes:
Glucosa-6-fosfato: la glucosa que entra en la célula se fosforila rápidamente a glucosa-6-fosfato, la
cual puede almacenarse como glucógeno, degradarse vía piruvato o convertirse en ribosa-5-fosfato.
Cuando la G-6-P y el ATP abundan, se forma el glucógeno. Por el contrario, cuando se requiere ATP o
esqueletos carbonados para la biosíntesis, la G-6-P se degrada por la vía glucolítica. El tercer destino
principal de la G-6-P es transformarse a través de la vía de las pentosas fosfato, y suministrar NADPH para las
biosíntesis reductoras, y ribosa-5-fosfato para la síntesis de nucleótidos.
La glucosa-6-fosfato puede formarse por movilización del glucógeno o puede sintetizarse por la vía
gluconeogénica a partir de piruvato y aminoácidos glucogénicos. E bajo nivel de glucosa en sangre estimula
la gluconeogénesis y la glucogenólisis, tanto en el hígado como en el riñón. Estos órganos se distinguen por
tener glucosa-6-fosfatasa, que posibilita la liberación de glucosa hacia la sangre.
Piruvato: el piruvato deriva fundamentalmente de la glucosa-6-fosfato, del lactato y de la alanina. La
fácil reducción del piruvato catalizada por la lactato deshidrogenasa sirve para generar NAD+, el cual a su
vez, permite que la glucólisis pueda proseguir de modo transitorio en condiciones anaeróbicas. El lactato
que se forma en los tejidos activos, como el músculo en contracción, se oxida seguidamente a piruvato,
principalmente en el hígado.
Otra reacción fácilmente reversible en el citosol, es la transaminación del piruvato ( -cetoácido) a
alanina; de modo recíproco, se pueden convertir aminoácidos en piruvato. Así pues, la transaminación
constituye la principal conexión entre el metabolismo de aminoácidos y de azúcares.
Un tercer destino del piruvato es su carboxilación a oxalacetato en el interior de la mitocondria. Esta
reacción y la posterior conversión del oxalacetato en fosfoenolpiruvato evita una etapa irreversible de la
glucólisis y permite así sintetizar glucosa a partir de piruvato. La carboxilación del piruvato es también
importante para reponer los intermediarios del ciclo del ácido cítrico. Cuando éste ciclo es insuficiente
debido a la escasez de oxalacetato, la síntesis de este compuesto se ve favorecida por la activación de la
piruvato carboxilasa, gracias a la acción del acetil-CoA. Por otro lado, cuando el ciclo del ácido cítrico queda
inhibido por la abundancia de ATP, el oxalacetato, sintetizado a partir del piruvato, se desvía hacia la vía
gluconeogénica.