que los aspectos no contaminados de su identidad social habían hecho prever y que el
había previsto recibir, se hace eco del rechazo cuando descubre que alguno de sus
atributos lo justifican. El estigmatizado le será posible intentar corregir lo que considera el
fundamento objetivo de su deficiencia. Debe mencionarse, la tendencia a la virtualización
resultante del peligro que para el estigmatizado significa caer en manos de servidores
fraudulentos que le venden los medios para corregir la elocución, etc. Esto revela los
extremos en que están dispuestos a llegar los estigmatizados. Este también puede
intentar corregir su condición en forma indirecta, dedicando un enorme esfuerzo personal
al manejo de áreas de actividad que por razones accidentales o físicas se consideran
inaccesibles para quien posea su defecto. Una persona estigmatizada puede reaccionar a
su problema aislándose, carente de feedback (intercambio social con los demás) y podrá
volverse desconfiada, depresiva, hostil, ansiosa y aturdida. Tener conciencia de la
inferioridad significa que uno no puede dejar de formularse cierto sentimiento crónico del
peor tipo de inseguridad, y eso trae como consecuencia ansiedad o algo peor. El temor a
que los demás puedan faltarle el respeto a una persona por algo que esta exhibe significa
que se sentirá siempre insegura en su contacto con otra gente. Proviene de algo que ese
individuo sabe que no puede arreglar, la inferioridad. Por lo tanto, la gente tendrá más
aversión y no se sentirá seguro con ellos. El estigmatizado puede descubrir que se siente
inseguro acerca del modo en que los normales lo identifican y reciben. Aparece en él la
sensación de no saber qué es lo que los demás piensan realmente de el.
El igual y el sabio
La persona estigmatizada es aislada por la sociedad de modo que pasa por ser una
persona desacreditada frente a un mundo que no lo acepta. Casi siempre advertirá que
existe gente sensible dispuesta a adoptar su punto de vista en el mundo y a compartir el
sentimiento de que es humano y esencialmente moral. Hay que considerar dos
categorías. El grupo de personas benévolas es el que comparte su estigma. Y
Conocedoras por experiencia propia.
Entre sus iguales, el estigmatizado puede usar su desventaja como base para organizar
su vida, debiendo resignarse a vivir en un mundo incompleto. Los integrantes de una
categoría particular de estigma tienden a reunirse en pequeños grupos sociales. Estos
comparten su estigma, y se definen como iguales. El otro grupo es de los sabios,
personas normales cuya situación especial los lleva a estar íntimamente informadas
acerca de la vida secreta de los individuos estigmatizados y a simpatizar con ellos y que
gozan de cierto grado de aceptación y de cortes pertenencia al clan. Las personas sabias