
Su sociología se inscribe dentro de una obra variada y versátil en la que se propone descubrir, dentro del flujo
continuo de la vida social, las invariantes que en ella se ocultan, las acciones recíprocas entre individuos, variantes
constitutivas de toda institución social. Le interesa estudiar esas formas, independientes de todo contenido
(intenciones, elusiones, preferencias, motivaciones que corresponderían al estudio de la psicología). Por eso se lo
considera el fundador del formalismo, de la sociología formal o pura, según sus propias palabras hacer la práctica de
la sociología a la manera de la geometría, una geometría del mundo social. El objeto de su sociología son las acciones
recíprocas. Podemos encontrar en su obra cuatro niveles de argumentación. Un primer nivel epistemológico en el
que discute sobre las posibilidades de conocimiento científico y la forma de hacer ciencia. Un segundo nivel
sociológico donde, desde un punto de vista fundado epistemológicamente establece los a priori sociológicos, la
construcción del objeto de estudio y la separación de forma y contenido, y las condiciones de posibilidad de la
sociedad: la existencia de un saber práctico, que ese saber práctico se pone en juego en una creación y recreación
constante, y que en ese movimiento se produce la tipificación del otro que también permite el proceso de
abstracción e identificación. Por último, un tercer nivel sociohistórico sobre las tendencias de la Modernidad en el
que analiza como tragedia la cosificación, cuantificación, abstracción y fragmentación de la experiencia moderna.
sostenía que “la sociología debe buscar sus problemas no en las materias de la vida social, sino en su forma; y esta
forma es la que da su carácter social a todos los hechos de que se ocupan las ciencias particulares”, es decir la
economía política, la demografía, la historia, el derecho, la psicología, etc. Estas formas son, por ejemplo, la división
del trabajo, la concurrencia, el conflicto, la imitación, la dominación, la subordinación, etc. Su programa sociológico
presenta tres aspectos centrales: a) la profundización del concepto de comprensión; b) su insistencia en la noción de
forma como único objeto de la sociología contra el riesgo de reduccionismo a realidades últimas (los individuos) o a
la totalidad de lo socio histórico inespecífico: la noción de Forma es una construcción de conocimiento y c) la
insistencia en la noción de acción recíproca como lo que permite generar formas identificatorias.
La sociología de la vida, sociología del acontecer
Simmel postula que el concepto de sociedad es un concepto hipostasiante para la sociología y que impedía ver el
carácter dinámico de lo social, las formas en las que instante a instante lo social se anuda y desanuda.
A esas formas inestables y por lo tanto modificables (de poder, dinero, recursos entre individuos e instituciones)
debería dedicarse la sociología. Por lo tanto, la sociología debía deshacerse de su objeto hipostasiado Sociedad y
reemplazarlo por el intercambio de efectos que produce la vida de las personas cuando entran en contacto unas con
otras. Efectos que pueden ser duraderos (cristalizados en instituciones, constituciones, naciones, iglesias) o
momentáneos (como cuando viajamos en el transporte público o vamos a un concierto). Por lo tanto, es una
sociología de los acontecimientos de la vida, sociología del acontecer, sociología de la vida. Define a la sociología
como el estudio de las formas de socialización, de las socializaciones, de las acciones recíprocas que se recrean en
forma diferente en cada instante. Como parte de su discusión epistemológica y su concepción metodológica plantea
la distinción entre forma y contenido de lo social, como espacio de interacciones permanentes entre individuos que
se eligen y acercan entre sí, se atraen y repelen comprometiendo diferentes niveles de involucramiento en sus
relaciones. Lo social como una urdimbre de hilos que conecta a todos con todos.
Analiza diferentes clases de socialización, formas de interacción recíproca o socialización, de acciones recíprocas en
las que se intercambian efectos. Establece tipos sociales que (a diferencia de los tipos ideales weberianos) son
expresión de una particular posición en la estructura social o categoría general de estar en el mundo (el extranjero,
el pobre, el avaro, el apostador, el aventurero). Su sociología se estructura a partir de tres vectores: tiempo, espacio
y número.
Al importarle las formas de socialización, las relaciones recíprocas, el intercambio de afectos, el análisis de figuras
como el pobre, el extranjero, el nómada que eran vistos por la sociología anterior como disruptivos de un orden
social, representan para su sociología elementos positivos, formas de relación positiva que enriquecen la vida social
en sus cualidades por sus relaciones de lucha y conflicto.
Simmel adjudica al dinero un papel mediador entre los hombres y las mercancías y entre los hombres entre sí que
aumenta la distancia respecto de la experiencia social. El análisis de Simmel de las grandes ciudades se enmarca en
la contraposición propiamente sociológica de la aldea campesina versus las grandes urbes, la comunidad agraria
versus la sociedad capitalista y los aspectos en los que se detiene son los propios de la modernidad cultural: avance