Los principales AGPI en alimentos vegetales son los ácidos linoleico (LA) y linolénico y en pescados
los ácidos
eicosa-pentaenoico (EPA) y decosahexaenoico (DHA)
Los AGPI son esenciales y se dividen en 2 grupos:
1. Omega 6, LA y araquidónico (AA): están presentes en la mayoría de las semillas, granos y
sus derivados, especialmente en los aceites vegetales (girasol, maíz, etc.) y frutos secos,
fundamentalmente nueces y maní.
Su consumo elevado produce la reducción de las concentraciones del nivel plasmático de
colesterol LDL y también las de colesterol HDL.
2. Omega 3 = linolénico: es de origen vegetal y se encuentra sobre todo en las plantas,
presenta mayores concentraciones en algunas semillas (lino, chía),
frutas secas (nueces pecán, pistachos) y algunos aceites vegetales (oliva, linaza). Son los
ácidos grasos n-3 más importantes de la nutrición humana el EPA y DHA, procedente de
pescados, mariscos y aceites de mamíferos marinos. Su consumo modifica el perfil lipídico
disminuyendo las concentraciones de triglicéridos, con un efecto dependiente de la dosis,
las lipoproteínas de muy baja densidad (VLDL) y las LDL.
Su efecto sobre la fracción de HDL está muy discutido, observándose efectos muy
diversos. Por otro lado modula favorablemente el metabolismo del ácido araquidónico y
reduce la agregación plaquetaria.
Los AGS y AGM pueden ser sintetizados por el organismo humano a partir de acetil coenzima A.
Los LA y alfa linolénico (ALA) no pueden ser sintetizados por el organismo y deben ser ingeridos
con los alimentos, por lo cual tienen la denominación de
ácidos grasos esenciales.
LAS GRASAS SATURADAS provocan diferentes efectos en la concentración de las fracciones
lipídicas en plasma elevando los niveles de colesterol y de las lipoproteínas de baja densidad (LDL).
Una ingesta excesiva de AGS está relacionada a la producción de aterosclerosis desde la niñez y el
riesgo de desarrollar enfermedad coronaria en la edad adulta.
Un efecto opuesto se atribuye a los AGM y AGPI, reduciendo la concentración de colesterol
plasmático y de triglicéridos.
ACIDOS GRASOS TRANS (AGT): provienen naturalmente de depósitos de rumiantes y grasas
lácteas, así como de alimentos preparados a partir de aceites vegetales parcialmente
hidrogenados, fuente muy utilizada a nivel comercial. Estas grasas se metabolizan más como AGS,
que AGI, tienen configuración cis. Presentan efectos nocivos en los lípidos séricos, incluyendo
aumento del LDL, disminución del HDL, aumento de la lipoproteína (a), aumento de los niveles
APO-B y disminución de los niveles APO-A1.
Además tienen una correlación más directa de lo que
se pensaba en la probabilidad de aumentar el riesgo cardiovascular.
El consumo de EPA y DHA se relaciona con beneficios fisiológicos en la presión arterial, el ritmo
cardíaco, los niveles de triglicéridos, la inflamación, la función endotelial, la función diastólica
cardíaca y la ECV. Los expertos consultados en el Informe técnico FAO/OMS sobre Grasas y Ácidos