
En Alemania, país donde más se ha avanzado en el tratamiento fisioterapico de los linfedemas, se
ha
impuesto con el paso de los años lo que se ha definido como KPE (Komplexe physikalische
Enstauunstherapie) y que podríamos traducir como «tratamiento fisioterápico complejo
(multifactorial) de desestancamiento (descongestión)>>. Con él conseguimos un tratamiento
causal de los linfedemas y no meramente sintomático como en un primer momento podría
suponerse, porque con el KPE, entre cuyos componentes destaca el DLM, conseguimos volver
funcionalmente suficiente una circulación linfática que era hasta entonces insuficiente, es decir,
incapaz de transportar la carga linfática normal que se producía en los tejidos y que por lo tanto
se habían edematizado. Fundamentalmente, con el DLM se consigue aumentar la capacidad de
transporte de la vía linfática, lo cual es suficiente en la mayoría de los casos para resolver el
linfedema con éxito, pudiéndose vaciar de forma progresiva prácticamente en su totalidad.
Resultados cuya consecución y mantenimiento se ven favorecidos también por el resto de las
medidas que conforman el KPE.
El linfedema se caracteriza por presentar un notable acúmulo de proteínas plasmáticas en el
espacio o medio intersticial, aparte, claro está, de una gran cantidad de agua, por lo que se 10
cataloga como edema hiperproteico, a diferencia de otros edemas como, por ejemplo, los de
origen cardiaco o renal, que presentan una concentración de proteínas mucho más baja (edemas
hipoproteicos).
Los diuréticos son productos farmacéuticos que producen una mayor cantidad de orina. En
muchos edemas, el médico suele prescribir diuréticos para que estos pacientes eliminen una
mayor cantidad de agua de su cuerpo, cuando ésta se acumula. En los linfedemas no tienen
ninguna utilidad, ya que no eliminan las proteínas acumuladas en ellos. Como éstas atraen agua
hacia ellas y ésta se halla en abundancia en el medio intersticial, el linfedema no sólo no acaba de
resolverse nunca, sino que incluso se empeora el estado del paciente. En cambio, con el DLM sí
que eliminamos las proteínas que sobrecargan el medio intersticial, ya que justamente activamos
manualmente la vía linfática que es su única vía posible de salida.
Con todas las medidas que constituyen el KPE se llegan a conseguir resultados excelentes incluso
en linfedemas de gran magnitud (elefantiasis), siempre que existan, claro está, vasos linfáticos en
buen estado de funcionamiento en la zona afectada, es decir, que no se halle totalmente
interrumpido el drenaje de la linfa que circula por ellos.
Hasta no hace muchos años, la mayoría de los linfoterapeutas trataban los linfedemas casi
únicamente con DLM, consiguiendo también así buenos resultados. No obstante, ante grandes
linfedemas que llevan ya bastante tiempo instaurados, la piel y sobre todo las fibras elásticas del
tejido conjuntivo subyacente se han estirado tanto que, si no se utilizan otro tipo de medidas
complementarias, como pueden ser los vendajes compresivos, los buenos resultados conseguidos
con el DLM no se mantienen mucho tiempo. No hay que olvidar que el linfedema constituye una
enfermedad crónica y como tal precisa de la aplicación de medidas de mantenimiento, una vez
que se ha conseguido su vaciado.
Por consiguiente, se considera que existen dos fases en la aplicación del KPE: