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Colombia Médica
Vol. 39 Nº 3 (Supl 3), 2008 (Julio-Septiembre)
que producen infarto cerebral
2,3,9,13-20
.
Herniación cingular o subfalcina. Paso del giro
cíngulo por debajo de la hoz contra lateralmente. Com-
promete la arteria cerebral anterior con lesiones isqué-
micas en su territorio, que a su vez empeorarían la
herniación cerebral.
Herniación uncal. Es la más dramática y más
frecuente, por lesiones en la fosa media, con compresión
del III par, arteria cerebral posterior y tallo cerebral.
Herniación trancraneana. Es la que ocurre cuan-
do hay un defecto óseo en el cráneo, herniándose el
cerebro o cerebelo con HTEC a través de este defecto
y causando isquemia de los vasos corticales de esta
región.
Herniación tonsilar o de amigdalas cerebelosas.
Por lesión expansiva de la fosa posterior o tardíamente
en HTEC severa supratentorial; con compresión del
bulbo y médula y la clásica tríada de Cushing.
Herniación central transtentorial. A diferencia de
la uncal, esta ocurre por efecto compresivo cerca al
hiato tentorial ya sea frontal, parietal o temporal; con
desplazamiento del diencéfalo a través de la incisura
tentorial comprime las mismas estructuras que la uncal
pero bilateralmente, con midriasis bilateral, respiración
de cheyne stokes y parálisis de la mirada vertical. Esta
compresión causará adicionalmente isquemia y hemo-
rragia en el tallo conocido como hemorragias de Durret.
Herniación transtentoria inversa. Es la que ocu-
rre al disminuir la presión del espacio suprantentrorial
teniendo hipertensión endocraneada en la fosa poste-
rior. El cerebelo se herniará hacia el espacio supratentorial
a través de la hendidura tentorial.
Hipotensión en pacientes con TCE. Como princi-
pio básico no se debe atribuir la hipotensión de un
paciente al TCE. Desde el punto de vista neuroquirúrgico,
las condiciones asociadas con hipotensión en individuos
con TCE pueden ser:
· Heridas en escalpe, las cuales por ser un tejido muy
vascularizado pierde proporcionalmente gran canti-
dad de sangre por minuto.
· Estadíos terminales con disfunción medular y colap-
so cardiovascular en paciente pre-mortem.
· En neonatos y lactantes menores, en donde el con-
tinente intracraneano o el espacio subgaleal puede
albergar una cantidad suficiente de sangre (se re-
quiere pérdidas sanguíneas superiores a 30%) para
obtener todos los signos de una persona con choque
hipovolémico-grado III.
Síndrome del segundo impacto. Descrito por pri-
mera vez por Schneider en 1973. Consiste en una
susceptibilidad aumentada posterior a un trauma para
presentar una lesión cerebral en los siguientes 7 a 10
días. Este síndrome consiste en un deterioro rápidamen-
te progresivo llegando al coma en minutos después del
segundo trauma, secundario a un mal llamado «edema
cerebral maligno», que en realidad consiste en un fenó-
meno de hiperemia, con una mortalidad de 50% a 100%.
Es visto más frecuente en niños, traumatismo atlético
(incluido el boxeo), etc.
Lesiones específicas
Hematoma epidural. Presencia de hematoma en el
espacio epidural. De acuerdo con su tamaño se compor-
ta con un cuadro de HTEC focal, que requerirá craneo-
tomía y drenaje quirúrgico. Corresponde al 1-6.5% de
todos los TCE. La causa más frecuente de hematoma
epidural es la ruptura arterial (85%), sobre todo de la
arteria meníngea media o sus ramas. El resto es dado
por sangrado de las venas diploicas y emisarias del
cráneo u originados de senos venosos. La presentación
clásica de «intervalo lúcido» sólo ocurre entre 10% y
27% de pacientes, por lo cual no se utiliza como mar-
cador de esta lesión. Visibles a la escanografía como
una lesión hiperdensa en forma biconvexa o «en forma
de lente», 80% de las veces asociado con una fractura
de cráneo en el sitio del hematoma. La mortalidad es
entre 5% y 10% con tratamiento quirúrgico a tiempo.
Hematoma subdural. Se define como la presencia
de hhematoma en el espacio subdural ocurriendo por
mecanismos de aceleración y desaceleración. Corres-
ponde al 5.6% del TCE en general y 30 % de todos los
TCE Severos. El hematoma proviene de la lesión plexos
venosos subdurales y venas puente que van hacia los
senos venosos durales. Igual que el hematoma epidural
se comporta en la mayoría de las veces como una HTEC
focal con efecto de masa, causado tanto por el hemato-
ma como por el edema cerebral peri-lesional que casi
siempre lo acompaña. La mortalidad es de 60% con
tratamiento, subiendo a 90% en los pacientes operados
en coma (Glasgow <9). Se clasifica según el tiempo de
evolución postrauma en:
· Agudos: menor de 24 horas de evolución, con una
mortalidad entre 50% y 90% y visible a la escanografía
como una lesión hiperdensa en forma de semiluna.
· Subagudos: mayor de 24 horas y menor de 7 días,