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Equilibrio y estabilidad del cuerpo humano
Chapter · January 2015
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Juan Garcia-Lopez
Universidad de León
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LIBRO: Biomecánica Básica aplicada a la Actividad Física y al Deporte.
COORDINADORES: Pedro Pérez Soriano y Salvador Llana Belloch.
CAPÍTULO 5: Equilibrio y estabilidad del cuerpo humano.
AUTORES: Juan García-López y José Antonio Rodríguez-Marroyo.
EDITORIAL: Paidotribo, Barcelona.
AÑO: Pendiente de publicación (2012).
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EQUILIBRIO Y ESTABILIDAD DEL CUERPO HUMANO
García-López, Juan; Rodríguez-Marroyo, Jose A.
Departamento de Educación Física y Deportiva. Facultad de Ciencias de la Actividad Física y
del Deporte. Universidad de León.
1. INTRODUCCIÓN
En el ámbito de la Actividad Física y del Deporte, el Equilibrio es la “capacidad del hombre de
mantener su propio cuerpo, otro cuerpo (u objetos) en una posición controlada y estable, por
medio de movimientos compensatorios”, distinguiéndose entre el equilibrio estático, dinámico y
la capacidad de mantener en equilibrio un cuerpo extraño u objeto (Diccionario de las Ciencias
del Deporte, 1992). Desde un punto de vista mecánico (Figura 1), la clasificación de Barham
(1979) establece que el Equilibrio puede ser analizado desde la Estática, que es la parte de la
dinámica que estudia las fuerzas que lo provocan (ej. parámetros de inercia, fuerzas y centro
de gravedad, etc.), mientras que el análisis de las fuerzas responsables de que se produzca el
movimiento sería función de la Cinética (ej. fuerzas propulsivas y resistivas durante diferentes
actividades), y el estudio del propio movimiento sería parte de la Cinemática (ej. distancia,
ángulo, velocidad, aceleración, etc.). Uniendo ambas definiciones, el principal objetivo de este
capítulo es el análisis del equilibrio estático o Estática del cuerpo humano, aunque algunos
ejemplos de equilibrio dinámico relacionados con los factores mecánicos que lo determinan
también serán comentados. De las definiciones anteriores se desprende que existen dos
conceptos relacionados con el Equilibrio, uno de ellos de carácter absoluto, y el otro, de
carácter relativo, que a veces son tratados como sinónimos, pero que tienen diferentes
significados (Gutiérrez, 1999). El Equilibrio Absoluto del cuerpo humano hace referencia a que
el sumatorio de fuerzas externas y de momentos de fuerza aplicados sobre él es “cero”, por lo
cual, el cuerpo se encuentra o no se encuentra en Equilibrio (Figura 2A). El Equilibrio Relativo ó
“estabilidad del equilibrio” del cuerpo humano va un paso más allá, y para una misma situación
de Equilibrio intenta establecer si se tiene más o menos estabilidad (Figura 2B), dependiendo
de la magnitud de la fuerza externa necesaria para provocar un desequilibrio.
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La mayoría de los textos de Biomecánica clasifican el Equilibrio Absoluto en función de la
relación establecida entre el centro de gravedad del cuerpo humano (CG o punto donde se
aplican las fuerzas de la gravedad) y su base de sustentación (BDS, véase su posterior
definición) y/o centro de flotación (centro geométrico del cuerpo humano donde se aplican las
fuerzas del aire y del agua). Así se habla de Equilibrio Inestable cuando una pequeña fuerza
perturbadora puede generar la situación de desequilibrio, y esto ocurre cuando el CG se
encuentra encima de la BDS o del centro de flotación (López Elvira, 2008). Son buenos
ejemplos de Equilibrio Inestable la posición bípeda en los humanos y la mayoría de las
actividades de locomoción de estos (marcha, carrera, desplazamiento en bicicleta, etc.), ya que
el CG se encuentra encima de la BDS. También son buenos ejemplos otra serie de situaciones
físico-deportivas donde el CG se encuentra encima del centro de flotación, como la práctica de
surf o la inmersión del cuerpo humano en el agua cabeza abajo (Figura 3A). Por el contrario, el
Equilibrio Hiperestable es aquel donde una fuerza de gran magnitud no provoca el desequilibrio
del cuerpo u objeto, o si lo hace, al cabo de un tiempo, éste recupera su posición inicial de
equilibrio. En este tipo de equilibrio el CG se encuentra debajo de la BDS y/o del centro de
flotación. Son buenos ejemplos de Equilibrio Hiperestable el balanceo de un gimnasta en barra
fija (Figura 3B), la inmersión del cuerpo humano en el agua cabeza arriba, la realización de
actividades como paracaidismo o parapente, etc. Por último, el Equilibrio Indiferente es aquel
donde las fuerzas externas aplicadas no tienen ningún efecto sobre el equilibrio, ya que el CG
siempre se encuentra a la misma distancia de la BDS y/o centro de flotación. Las fuerzas
aplicadas sobre objetos esféricos como los balones o pelotas, en el agua y en el aire, son un
buen ejemplo de Equilibrio Indiferente (Figura 3C), ya que al cabo de un tiempo, y por muy
grande que sea la fuerza aplicada, estos objetos vuelven a tener una posición de Equilibrio
similar a la que tenían antes de aplicarse la fuerza.
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Según lo que se ha comentado, el cuerpo humano en posición bípeda, caminando o corriendo,
desplazándose en bicicleta… tiene un Equilibrio Inestable, que debe ser continuamente
reestablecido por su sistema neuromuscular, que es quien en determinadas situaciones
establece que se tenga mayor o menor estabilidad (concepto de Equilibrio Relativo), en función
de la conveniencia de las mismas. Por ejemplo, conseguir poca estabilidad del equilibrio
apoyándose sobre las puntas de los pies y reduciendo la BDS es beneficioso para un jugador
de tenis que resta el servicio del oponente o para un jugador de voleibol que defiende un
remate del contrario, ya que generando poca fuerza con sus piernas, serán capaces de
desplazarse rápidamente hacia diferentes puntos del campo de juego. Sin embargo, conseguir
una buena estabilidad del equilibrio en posición bípeda o durante la marcha humana será un
elemento crucial para los humanos en su vida cotidiana, ya que la fuerza necesaria para
provocar una caída será mayor. Así, en el ámbito de la salud preocupa especialmente valorar y
mejorar la estabilidad del equilibrio en estas dos situaciones, ya que en personas de edad
avanzada una caída puede tener graves consecuencias (ej. fuertes contusiones, fracturas
óseas, etc.) que condicionarán su funcionalidad y calidad de vida futura, así como la de las
personas que están a su alrededor. Los Gobiernos han percibido que el coste socio-económico
de las caídas en personas de edad avanzada es muy alto (tiempo dedicado por sus familiares
al cuidado de las mismas durante y después de la caída, coste económico de la intervención
sanitaria…), y por ello están especialmente interesados en conocer los mecanismos que
pueden prevenirlas, como la práctica de actividad física, que ha demostrado ser un factor muy
importante para la mejora de la estabilidad del equilibrio.
El cuerpo humano en posición bípeda tiene un equilibrio inestable que debe ser continuamente
restablecido por su sistema neuromuscular. Una buena estabilidad del equilibrio es un
elemento crucial para los humanos en su vida cotidiana. La principal aportación de la
Biomecánica al Equilibrio es que ofrece la posibilidad de valorar la estabilidad del mismo.
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2. FACTORES QUE INFLUYEN EN LA ESTABILIDAD DEL EQUILIBRIO
Son muchos los factores que influyen en la estabilidad del equilibrio en los humanos. En un
intento de agruparlos por áreas de conocimiento, nosotros proponemos una clasificación donde
se distinguen los factores psicológicos y ambientales, aquéllos relacionados con la condición
física, los fisiológicos y los mecánicos (Figura 4). Estos últimos serán los que principalmente se
desarrollarán en el presente apartado. Sin embargo, más que entender los diferentes factores
como compartimentos estanco, debemos ser conscientes de que se encuentran
interrelacionados entre sí y que, por ejemplo, ante una situación inesperada como recibir un
empujón, el cuerpo humano conseguirá una mejor estabilidad si se llevan a cabo una serie de
procesos relacionados con la calidad de su sistema neuromuscular (factor fisiológico) que le
permitan una rápida adaptación para aumentar la BDS (factor mecánico). Otro ejemplo que
ilustra bien la interacción entre estos factores es que, en posición de bipedestación, una misma
persona con los mismos factores mecánicos (BDS, etc.) tendrá peor estabilidad del equilibrio
en la azotea de un décimo piso que a pie de calle, debido posiblemente a factores psicológicos
como el estrés y el miedo que, a su vez, afectan a factores fisiológicos como las aferencias
vestibulares, visuales y somatosensoriales. Un último ejemplo íntimamente relacionado con la
práctica de actividad física y deporte sería aquel en el que una persona, después de participar
en un programa de entrenamiento mediante ejercicios físicos, mejora su estabilidad del
equilibrio porque aumenta la calidad de su sistema neuromuscular (factor fisiológico) a la vez
que consigue un mejor estado emocional (factor psicológico). Como se verá más adelante, la
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principal aportación de la Biomecánica al Equilibrio es que ofrece la posibilidad de valorar la
estabilidad del mismo. Para ello habrá que buscar situaciones suficientemente estandarizadas
donde se puedan evaluar de la forma más analítica posible los diferentes factores que pueden
influir en él (Psicológicos, de Condición Física, etc.).
La estabilidad del equilibrio depende de una combinación de factores psicológicos y
ambientales, de condición física, fisiológicos y mecánicos. Las dimensiones de la base de
sustentación y la altura y proyección del centro de gravedad respecto a la misma, entre otros,
constituyen los factores mecánicos que afectan a la estabilidad del equilibrio.
2.1. Factores mecánicos de la estabilidad del equilibrio
En los humanos, los principales factores mecánicos que determinan la estabilidad del equilibrio
son, la base de sustentación (BDS), la altura del CG vedad respecto a la BDS y la proyección
del CG en la BDS (Gutiérrez, 1999). También existen otra serie de factores mecánicos que
pueden ayudar a mejorar la estabilidad del equilibrio, y que se comentarán al final de este
apartado.
2.1.1. Base de sustentación (BDS).
Es el polígono delimitado por las aristas que unen los puntos de apoyo en la superficie.
Normalmente estos puntos de apoyo están en el suelo (Figura 5), aunque también pueden
encontrarse en el agua, o en superficies como las barras de gimnasia (Figura 3) o las presas
de escalada. En igualdad del resto de condiciones, una mayor BDS permite que los humanos
tengamos una mejor estabilidad del equilibrio. Así, por ejemplo, cuando las personas mayores
utilizan bastones o andadores para caminar, realmente lo que están consiguiendo es aumentar
la BDS (Figura 5A). Si no necesitan estos implementos, su marcha se distingue de la
observada en personas jóvenes porque los pies se abren y separan más respecto a la
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dirección de avance, aumentando así la BDS (Figura 5B) en un intento de mejorar la
estabilidad de su equilibrio. Igualmente, para el aprendizaje de ejercicios gimnásticos como el
equilibrio invertido con 2 apoyos (las dos manos), un posible ejercicio de iniciación puede ser
realizar el equilibrio invertido con 3 apoyos (triángulo formado por los codos y la cabeza),
aumentando así la BDS, y simplificando la ejecución del mismo (Figura 5A). Una cuestión
similar ocurre durante la iniciación a la conducción de la bicicleta, cuando colocamos dos
ruedas traseras adicionales para aumentar la BDS, o cuando giramos la rueda delantera con el
mismo objetivo (Figura 6A). En varias actividades físico-deportivas de precisión, como el tiro
con arco, el tiro con carabina en el biatlón (los deportistas se tumban en el suelo para disparar),
batear una pelota de béisbol (Figura 5A), etc., se aumenta la BDS, ganando mucha estabilidad
para ejecutar correctamente la tarea. En deportes acuáticos como el surf y windsurf es posible
aumentar la BDS en el agua utilizando, por ejemplo, tablas de iniciación a estas actividades, ya
que son de mayor tamaño que las tablas para expertos. En deportes de invierno como el esquí
o el snowboard ocurre algo similar a lo que se ha comentado, tanto con el tamaño de los
esquís como con el tamaño de las tablas, respectivamente. En ciclismo (Figura 6B), una mayor
distancia entre los ejes de las ruedas delantera y trasera, así como una mayor distancia entre
los ejes de pedaleo y de la rueda trasera, mejora la estabilidad del equilibrio. Por último, en otra
serie de actividades como las salidas de velocidad en atletismo o las posiciones básicas que
utilizan los quarterback de fútbol americano antes de iniciar una acción (Figura 5A), podemos
observar que se aumenta exageradamente la BDS, con la intención de que, al eliminar alguno
de los puntos de apoyo, el centro de gravedad ya se encuentre fuera de la misma, generando
un desequilibrio que ayude al inicio del movimiento. Esta estrategia tiene que ver con la
proyección del CG en la BDS que abordamos en posteriores apartados.
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2.1.2. Altura del centro de gravedad (CG) respecto a la base de sustentación (BDS).
Una menor altura del CG para la misma BDS aumenta la estabilidad del equilibrio, porque la
fuerza necesaria para generar el desequilibrio también aumenta, o lo que es lo mismo, una
mayor fuerza genera el mismo momento de fuerza (fuerza · distancia) desequilibrante en el CG
(Figura 7A). La estrategia de disminuir la altura del CG para aumentar la estabilidad del
equilibrio es muy habitual e intuitiva en diferentes actividades físico-deportivas, y la mayoría de
las veces se combina con un aumento de la base de sustentación. En la iniciación a
actividades como el esquí alpino, el windsurf, etc., un mecanismo reflejo de los practicantes es
“sentarse” o disminuir la altura de su CG, en un intento de ganar estabilidad. Posteriormente,
conforme se adquiere un dominio de la técnica, la posición es más erguida y menos estable, lo
que a su vez permite mayor capacidad y variedad de respuesta a las diferentes situaciones que
pueden acontecer (ej. montículos de nieve, olas, etc.). En algunos deportes de lucha como el
judo, la lucha leonesa, el sumo, etc., los jueces sancionan con “pasividad” a aquellos
luchadores que adoptan durante mucho tiempo una posición demasiado baja de su CG, ya que
es una posición extremadamente defensiva que no permite al oponente atacar e intentar
puntuar, volviéndose el combate muy monótono. Aunque los ejemplos anteriores demuestran
que una misma persona que disminuye la altura de su CG obtiene mejor estabilidad del
equilibrio, ningún trabajo experimental ha demostrado que las personas de mayor talla tengan
menor estabilidad que las de menor talla. Posiblemente son los propios factores mecánicos (ej.
mayor tamaño del pie y mayor separación de los pies en posición de bipedestación en
personas de mayor talla) y otros factores (ej. control neuromuscular, etc.) los que enmascaran
este hecho, que parecería evidente desde un punto de vista mecánico si se analizaran dos
objetos inertes con la misma BDS y diferentes alturas de su CG.
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2.1.3. Proyección del centro de gravedad en la base de sustentación.
En este punto es importante destacar que, para que un objeto se encuentre en equilibrio sin
tener en cuenta más fuerzas externas que la gravedad, la proyección de su CG debe estar
dentro del polígono determinado por la BDS (Figura 7B). A veces, en las actividades físico-
deportivas (ej. surf) puede observarse que esta condición no se cumple (Figura 7B), lo que es
debido a la existencia de más fuerzas que la gravedad, algunas de las cuales comentaremos
en el siguiente apartado. Sin tener en cuenta estas circunstancias excepcionales, un humano
que tenga similares BDS y altura del CG que otro puede tener peor estabilidad, en función de la
proyección vertical del CG en la BDS, y de la dirección de la fuerza que potencialmente puede
provocar el desequilibrio. En principio, en posición de bipedestación, donde no existen más
fuerzas desequilibrantes que la gravedad, la posición más estable es aquella en la que el CG
se encuentra proyectado en el centro de la BDS. Sin embargo, cuando sobre el cuerpo humano
se aplican más fuerzas que la gravedad (ej. una fuerza externa como el empujón de un
contrario), instintivamente las personas proyectamos el CG cerca de las aristas de la BDS
(Figura 7B), para conseguir que el CG pueda tener más recorrido antes de salir de la BDS. A la
arista más cercana a la proyección del CG se le llama “arista de caída”. Ejemplo de lo anterior
sería la proyección del CG en la BDS que se observa durante las actividades de lucha (Figura
8A). En otra serie de situaciones que se han explicado anteriormente se utiliza la misma
estrategia (acercar la proyección del CG a la “arista de caída”) con un objetivo diferente, que
pretende que una pequeña fuerza (ej. posición defensiva en voleibol) o una variación en las
dimensiones de la BDS (ej. salidas de velocidad) puedan provocar el desequilibrio (Figura 5A).
Además de la “arista de caída” como concepto importante en la estabilidad del equilibrio,
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algunos autores han definido el concepto “ángulo de caída”, que no será desarrollado en el
presente apartado, por depender indirectamente de la altura del CG y la proyección de éste en
la BDS.
En un intento de desafiar las Leyes de la Mecánica y la estabilidad del cuerpo humano en
situación de bipedestación, el recientemente desaparecido Michael Jackson desarrolló una
patente (“Method and means for creating anti-gravity illusion”, United States Patent
5.255.452, 26-10-1993) que consistía en unos zapatos que le permitían a él y a sus bailarines
inclinarse 45º hacia delante sin caerse durante la representación del tema musical “Smooth
Criminal” (Figura 8B). Este mecanismo consistía en fijar el talón de los zapatos a unos anclajes
que había en el suelo, mientras el público se distraía con la actuación de un bailarín que
entraba en escena. De esta forma, se creaba una ilusión “imposible” muy atractiva para el
espectador.
2.1.4. Otros factores mecánicos.
Además de los tres factores que se han explicado anteriormente (BDS, altura del CG y su
proyección en la BDS), existen otra serie de factores mecánicos que pueden explicar una serie
de situaciones donde, o bien la proyección del CG no está en la BDS y sí existe equilibrio
(Figura 7B), o bien la estabilidad del equilibrio es mejor por otras causas. El primero de estos
factores es la existencia de otras fuerzas externas distintas a la gravedad, como la fuerza
centrípeta que aparece durante las competiciones de ciclismo en pista (Figura 9), permitiendo
que exista situación de equilibrio al hacer que la fuerza resultante caiga dentro del polígono
delimitado por la BDS. Esta situación es similar a la que ocurre al surfear una ola (Figura 7B).
El segundo factor es el aprovechamiento de la inercia y la cantidad de movimiento lineal y
angular, y tiene que ver tanto con la 1ª Ley de Newton, a partir de al cual sabemos que mover o
modificar la trayectoria de un objeto es más difícil cuanta más inercia tiene, como con la
cantidad de movimiento, que es producto de la inercia por la velocidad del objeto.
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Específicamente cuando se aprovecha la cantidad de movimiento angular para ganar
estabilidad del equilibrio se hace referencia a un fenómeno conocido como “efecto giroscópico”.
Son ejemplos de este segundo factor: 1-La utilización de grandes barras sujetadas en sus
brazos por los equilibristas y/o funambulistas, haciendo más fácil el hecho de caminar por
cuerdas y/o superficies que reducen al máximo la BDS, porque las inercias lineal y angular del
sistema son mayores (Figura 10A). 2-La conducción de una bicicleta en línea recta, sabiendo
que la estabilidad es mayor a medida que la velocidad de conducción aumenta, porque tanto la
velocidad angular de las ruedas como la velocidad lineal del CG del ciclista más la bicicleta
hacen aumentar las inercias angular y lineal del sistema, respectivamente (Figura 10B). Esto
puede observarse al reducir mucho la velocidad de la bicicleta (< 5 km•h
-1
), donde mantener el
equilibrio es más difícil si no se realizan cambios bruscos en la posición del manillar para
aumentar la BDS (Figura 6A); y también puede observarse durante la conducción de la bicicleta
sin manos, ya que sólo puede realizarse cuando la velocidad oscila entre 16-20 km•h
-1
. 3-Hacer
que un objeto (ej. balón de baloncesto, peonza, plato de cocina, etc.) permanezcan en
equilibrio apoyándose en una BDS minúscula (ej. dedo índice de la mano, etc.) es posible
gracias al “efecto giroscópico” (Figura 10C), y permanecerán en esta situación mientras tengan
suficiente cantidad de movimiento angular. Este efecto es el mismo, pero con un objetivo
diferente, al observado al girar las ruedas de una bicicleta, donde muchas veces los ciclistas no
utilizan ruedas delanteras lenticulares en sus bicicletas, porque tienen mayor masa y más
inercia angular que otro tipo de ruedas (ej. 4 bastones, radios convencionales, etc.), lo que
dificulta su conducción.
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El tercer y último factor es el cambio de posición de la BDS, y agrupa otras actividades de la
locomoción humana y animal donde técnicamente no se está en equilibrio, sino que hay fases
de desequilibrio. Así, por ejemplo, cuando los humanos caminamos, la proyección del CG sale
momentáneamente de la BDS en la fase de apoyo simple, y es al colocar el siguiente pie en el
suelo cuando establecemos una BDS más amplia dentro de la cual queda proyectado el CG
(Figura 11A). Algo similar ocurre durante la marcha de los animales cuadrúpedos (Figura 11B),
donde el CG sale momentáneamente de la BDS al levantar una de sus patas delanteras,
haciéndoles avanzar en dirección oblicua hacia delante, para inmediatamente apoyar esa
misma pata delantera y levantar la pata trasera contralateral. Una vez apoyada ésta en el
suelo, se levanta la otra pata delantera, iniciándose otra vez el ciclo de desequilibrio. En
definitiva, este mecanismo se parece bastante al observado en los atletas de velocidad durante
la salida de tacos, quitando momentáneamente el apoyo de sus brazos y provocando una
caída hacia delante para, a continuación, apoyar el pie más adelantado variando la ubicación
de la BDS. Esta habilidad que se acaba de describir es fundamental para conseguir el
reequilibrio de la marcha humana después de un tropezón, colocando el pie que tropieza en el
lugar hacia donde se dirige la proyección del CG, evitando así la caída. Otras actividades
donde puede observarse un continuo cambio de la BDS para mantener el equilibrio son: estar
de pie o caminar utilizando zancos, llevar a cabo una acción defensiva de uno contra uno en un
deporte, etc. El equilibrio durante acciones más complejas como correr o saltar depende, en
parte, del cambio continuo de la BDS, aunque también, en gran medida, de la generación de
fuerzas externas como las fuerzas de reacción con el suelo o los movimientos de acción-
reacción de los brazos y el tronco.
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3. INSTRUMENTAL DE MEDIDA
La valoración del equilibrio del cuerpo humano y de su estabilidad se ha realizado
habitualmente mediante actividades simples (ej. bipedestación y marcha, principalmente), que
son más fáciles de estandarizar y reproducir que las actividades complejas (ej. saltar, bailar,
etc.). Ejemplo de lo anterior es que en algunas baterías de valoración de la condición física y la
motricidad se incluyen tests de equilibrio estático como el “Equilibrio Flamingo” (Batería Eurofit,
(Figura 12A) o el “Test de Oseretsky” (Bruininks-Oseretsky Test of Motor Proficiency, figura
12B) donde se contabiliza el número de veces que se pierde el equilibrio respecto a la posición
estática de bipedestación, para asignar una puntuación a esta cualidad. También encontramos
otra serie de tests de equilibrio dinámico como el “Test de Ozeretski” (Batería de Ozeretski-
Guilmain, Figura 12C), donde deben recorrerse 2 m en línea recta apoyando alternativamente
el talón de un pie contra la punta del otro sin salirse de la línea (esta habilidad se supone que
debería tenerla un niño a los 6 años); o el test de “Excursión en Estrella” (Star Excursion
Balance Test, Figura 12D), donde 8 líneas de 120 cm son colocadas en forma de estrella con
angulaciones de 45º entre ellas, y partiendo el ejecutante desde el centro del círculo, debe
llegar la mayor distancia posible en cada una de las direcciones, obteniendo una puntuación en
función del sumatorio de las mismas normalizado por su longitud de la pierna. Sin embargo,
todos los tres primeros tests mencionados hacen referencia a la evaluación del “concepto
absoluto de equilibrio”, valorando si el ejecutante se cae o no al realizar el test, pero no siendo
capaces de diferenciar entre sujetos que no se caen, o sea, entre diferentes grados de
estabilidad. Además, algunos de ellos son altamente dependientes de otras cualidades físicas
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como la fuerza o la flexibilidad (ej. equilibrio flamingo y excursión en estrella) y son difíciles de
realizar porque conllevan un riesgo añadido para determinadas poblaciones especiales como
los ancianos, las personas discapacitadas, etc. (ej. Oseretsky, flamingo y excursión en estrella).
Por los motivos comentados, nuestra propuesta es evaluar la estabilidad del equilibrio del
cuerpo humano mediante una técnica llamada “Estabilometría”, basada en el análisis de los
movimientos del centro de presiones (CP) que se registran en una plataforma de fuerzas, y
utilizando movimientos sencillos que pueden ser realizados por cualquier tipo de población. En
el caso de sujetos practicantes de diferentes modalidades deportivas, estos movimientos
pueden ser mucho más complejos, como se verá en los siguientes apartados.
La valoración de la estabilidad del equilibrio del cuerpo humano se ha realizado habitualmente
mediante actividades de bipedestación y marcha. Los tests más simples y que requieren de
menos material son aquéllos que valoran el concepto de “equilibrio absoluto”, mientras que
para valorar el “equilibrio relativo” es necesario realizar una estabilometría. En la misma, se
registra el movimiento del centro de presiones en la base de sustentación. El centro de
presiones es un concepto diferente al de centro de gravedad, aunque se trata de una respuesta
a los movimientos del mismo.
3.1. Valoración de la estabilidad del equilibrio mediante una estabilometría
La estabilometría es una técnica que analiza el movimiento del CP en la BDS, de manera que
cuanto menor es el movimiento del CP para realizar una misma tarea estandarizada (ej. estar
de pie, caminar, realizar un equilibrio invertido, etc.) mayor es la estabilidad del equilibrio en
esa tarea. El CP es el punto donde el sumatorio de las fuerzas verticales aplicadas al suelo es
cero, de manera que para medirlo es necesario registrar la fuerza de reacción vertical en una
plataforma de fuerzas (Figura 13 A). La representación gráfica de los movimientos antero-
posteriores y medio-laterales del CP en la BDS a lo largo del tiempo se conoce como
“estabilograma” (Figura 13B), y tal y como hemos comentado, cuanto mayor sea su dispersión
peor es la estabilidad del equilibrio en la tarea (Gutiérrez, 1999). Sin embargo, el CP es un

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