
Emmanuel Gálvez González
Fase 4: maduración estructural y funcional final de los óvulos y los espermatozoides
Ovogénesis
Ovocitos primarios: 2 millones al nacer, sólo 40.000 sobreviven hasta la pubertad. De éstos, únicamente
unos 400 (1 por cada ciclo menstrual) llegan a ser ovulados.
El óvulo, junto con las células que lo rodean, se denomina folículo. En el embrión las ovogonias están
desnudas, pero tras el inicio de la meiosis, las células del ovario rodean en parte a los ovocitos primarios para
formar los folículos primordiales, al nacer, estos ovocitos primarios quedan revestidos por una o dos capas
completas de células foliculares (de la granulosa). El ovocito y las células foliculares están conectados por
microvellosidades y uniones nexo
Primera detención: se da por una alta concentración, en el citoplasma de adenosina monofosfato cíclico
(AMPc) –porducido por el ovocito y las células foliculares-. Además las células foliculares producen guanosina
monofosfato cíclico (GMPc), que inactiva la fosfodiesterasa 3A (PDE3A), una enzima que convierte el AMPc
en 59AMP. Las altas concentraciones de AMPc inactivan el factor promotor de maduración (MPF), el cual en
última instancia conducirá al ovocito a abandonar el bloqueo, con lo que se conseguirá completar meiosis I.
Conforme se configura el folículo primario aparece una membrana prominente, translúcida y acelular entre el
ovocito primario y las células foliculares que lo envuelven, llamada zona pelúcida-
Un ovocito con más de una capa de células granulosas es un folículo secundario. La membrana granulosa
es una barrera para los capilares (ovocito y las células de la granulosa se nutren por difusión)
Un grupo adicional de cubiertas celulares derivadas del tejido conjuntivo ovárico (estroma) comienza a
formarse alrededor del folículo Denominada inicialmente teca folicular, se diferencia más tarde en dos capas:
una teca interna muy vascularizada (por el factor de angiogénesis) y glandular y una cápsula externa más
parecida al tejido conjuntivo, llamada teca externa.
En la pubertad para la maduración folicular se requiere la acción de la gonadotropina hipofisaria hormona
foliculoestimulante (FSH) sobre las células de la granulosa.
Tras la unión de la FSH la granulosa estimulada produce pequeñas cantidades de estrógenos. La señal más
clara del desarrollo posterior de algunos folículos es la presencia de un antro, que es una cavidad llena de
líquido llamado líquido folicular (trasudado de los capilares fuera de la membrana granulosa).
Las células foliculares son divididas en dos grupos por el antro: Cumulares: rodean el ovocito. Granulosas
parietales: situadas entre el antro folicular y la membrana granulosa
El aumento de tamaño del folículo se debe a la proliferación de la granulosa. El estímulo responsable de
esta proliferación es la activina.
En respuesta al estímulo de las hormonas hipofisarias, los folículos secundarios fabrican hormonas
esteroideas. Las células de la teca interna poseen receptores para la hormona luteinizante (LH), también
secretada por la adenohipófisis. La teca interna produce andrógenos (p. ej., testosterona), que atraviesan la
membrana granulosa hasta llegar a las células de la granulosa. La influencia de la FSH induce en estas
células la síntesis de la enzima (aromatasa) que convierte los andrógenos procedentes de la teca en
estrógenos (sobre todo 17b-estradiol). El estradiol estimula la formación de receptores de LH en la granulosa.
Por efecto de múltiples influencias hormonales, el folículo crece y presiona contra la superficie del ovario. En
este punto se denomina folículo terciario (de De Graaf). Entre 10 y 12 horas antes de la ovulación se
reanuda la meiosis (pico de LH). Como respuesta a la LH, las células cumulares cierran sus uniones nexo,
esto reduce la transferencia tanto del AMPc como del GMPc lo que consigue activar la PDE3A, que
descompone el AMPc en 59AMP. El declinar en la concentración de AMPc abre una vía de señales que activa
el MPF, reanudándose subsecuentemente la meiosis.
El ovocito secundario, está en el cúmulo ovífero, situado en uno de los polos de un antro. Factores
liberados por el ovocito, en respuesta al pico de hormonas atraviesan las uniones nexo hacia las células del
cúmulo circundante y estimulan a éstas a secretar ácido hialurónico hacia el espacio intercelular. El ácido
hialurónico se une a las moléculas de agua aumentando el espacio intercelular, expandiendo por tanto el
cúmulo ovífero.
El folículo terciario protruye en la superficie del ovario como una ampolla. El antro tiene: proteínas
parecidas al plasma; hasta 20 enzimas; hormonas disueltas, como FSH, LH y esteroides, y proteoglucanos.
El crecimiento folicular inicial es independiente de las gonadotropinas, pero el crecimiento continuado
depende de un nivel «tónico» mínimo de éstas, sobre todo de FSH.
Durante la fase decrecimiento inducido por gonadotropinas, un folículo en crecimiento se independiza de la
FSH y secreta grandes cantidades de inhibina. Ésta suprime la secreción hipofisaria de FSH y cuando los
niveles de esta hormona disminuyen por debajo del umbral tónico, los otros folículos en desarrollo, se vuelven
atrésicos.