UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA PLATA
CARRERA DE PSICOLOGÍA
Cátedra
PSICOLOGÍA FORENSE
FICHA DE CÁTEDRA
“VULNERABILIDAD”
Aportes para la discusión de un concepto que
rompe un paradigma
Juan Carlos Domínguez Lostaló
TEXTOS:
1. “PELIGROSIDAD Y VULNERABILIDAD: (la corresponsabilidad social)”.
Resumen sin corrección. Curso de Extensión Universitaria: "Alternativas al Control Social
punitivo-institucionalizado": Nivel I. “Introducción a la Clínica de la Vulnerabilidad Psico-Social”.
Extractos de las reuniones 4º 5º 6º y 7º (del 9 al 30/11/95). UNLP.
2. “REFLEXIONES GENERALIZADORAS SOBRE UNA REFORMA DEL SISTEMA
DE CONTROL SOCIAL DE NIÑOS Y JÓVENES EN "SITUACIÓN IRREGULAR".
Trabajo presentado por la Delegación de la República Oriental del Uruguay, ante el
INSTITUTO INTERAMERICANO de DERECHOS HUMANOS (OEA), por el asesor de la O.N.U.:
Juan Carlos Domínguez Lostaló. Petrópolis, Brasil, enero de 1987.
3. “DERECHOS HUMANOS EN LA ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA DE
MENORES: De la Clínica de la Peligrosidad a la Clínica de la Vulnerabilidad”.
Juan Carlos Domínguez Lostaló. PRESENTACIÓN como consultor de NNUU, a través de
ILANUD (Instituto Latinoamericano de Naciones Unidas para la Prevención del Delito y Tratamiento
del Delincuente). AÑO 1987. Costa Rica.
OCTUBRE DE 1996
PELIGROSIDAD Y VULNERABILIDAD
(la corresponsabilidad social)
Es este extracto (sin corrección posterior a las charlas) un
aporte para la discusión, un disparador, no se busque aquí
una concepción cerrada.
Curso de Extensión Uniersitaria: "Alternativas al Control Social punitivo-
institucionalizado": Nivel I. “Inroducción a la Clínica de la Vulnerabilidad
Psico-Social”. Extractos de las reuniones 4º 5º 6º y 7º (del 9 al 30/11/95). UNLP.
REUNIÓN 4
La preocupación de no ser un controlador
social más o un controlador social alternativo es
importante porque efectivamente somos
controladores sociales alternativos. El Control Social
es muy evidente en la marcación de hábitos,
costumbres y formas de desempeñarse, haciéndose
muy difícil poder soslayar esa instancia. Por ejemplo:
preguntémonos por qué se le pone pañales al chico.
En realidad son una incomodidad para él (porque lo
sujeta) y para la madre (porque tiene que lavarlos;
actualmente pagar por los descartables, significa un
egreso de pesos importante en el presupuesto
familiar). Esta costumbre tiene como origen y
desarrollo un punto de partida que evidencia que es
más cómodo introducir los hábitos de higiene; tiene,
inclusive, elementos conductuales muy claros: es
más fácil pasparse con pañales que sin ellos. Esto
marca que la influencia cultural es muy importante.
Quienes han trabajado en barrios han visto, sobre
todo en los primeros años, cómo se atienden los
chicos de dos años en adelante. Andan con una
camisetita y luego... nada más. Esto es más
frecuente en las comunidades aborígenes y en todas
aquellas que no tengan incorporada la costumbre de
los pisos de baldosas o cemento. Pues es más fácil
que el pis se absorba y no guarde olor, no hay que
limpiar todas las veces y esto va también marcando a
otros hábitos que luego genera una suerte de
exclusión cuando personas de estos grupos
desempeñan tareas en servicio doméstico.
Allí surge una clara diferencia entre el chico
de grupo social de clase media o clase baja con
aspiraciones de clase media, puesto que se ve en
éso una situación de peligro, derivándose hacia el
juego de la sexualización. Entonces el mensaje que
recibe la "empleada" que concurre a su trabajo con
su hijo es que no lo lleve más. Es decir, hay muchos
elementos en los hábitos y costumbres que surgen
del control social. Cuando dicho control se presenta
en situaciones de sexo (género) promueve otro juego
de exclusión: si la empleada concurre con 1, 2, o 3
hijas y en la casa hay dos varoncitos es hasta bien
recibida, pero no es así si la situación fuera la
inversa. Esto lo sabemos, son elementos
internalizados en nosotros que jugamos muy
tenuemente, estigmatizando, segregando o no
aclarando las condiciones.
Uno de los grupos preguntó QUÉ ES
ATENUAR LA VULNERABILIDAD. La descripta es
una situación de vulnerabilidad. "Si estoy en
condiciones de perder mi trabajo y éste es una
estrategia de supervivencia clave para mi grupo
familiar se hace evidente que tengo que ver de qué
forma negocio la tenencia de mi hijo; tengo que
dejarlo con una vecina o en algún lugar que no me
gusta o me resulta incómodo para llegar. Si yo no
asumo esto corro riesgo de perder mi empleo...". Éste
es un fenómeno de vulnerabilidad.
VULNERABILIDAD DERIVA DE HERIDA,
REFIERE A LA PERSONA SUSCEPTIBLE DE SER
DAÑADA DESDE DISTINTAS FORMAS; por ejemplo
sin no adquirió determinados hábitos va a ser
expulsada de la escuela o la guardería (si tiene la
suerte de poder llegar), la vulnerabilidad muestra al
semejante en situación de ser herido o dañado
por la exclusión, la marginación, por la sanción
circunstancial informal o por la formal.
Tenemos que tener una posibilidad real de
ponernos en el lugar del otro, es decir, una relación
de empatía, entender el modo de funcionamiento y
su modus vivendi, sus estrategias de supervivencia,
poner entre paréntesis las escalas de valores
diferenciables y simplemente tratar de registrar
cuales son los beneficios sociales que este modelo
de organización social trata de generalizar y que en
este caso se ha perdido o no se ha llegado a tener
esta posibilidad. No se ha llegado a tener comida
suficiente, devolución por presencia suficiente de
alguien que esté con el chico, además de su grupo
de pares, que le va a traer dificultades en el
aprendizaje posterior. Lo más fácil de lograr es
comenzar por no cristalizar esa vulnerabilidad en
algunos aspectos, como en el momento del
diagnóstico o en el posterior tratamiento o atención.
Es decir, el diagnóstico de peligrosidad se hace
tratando de ver, dentro de la modalidad cultural del
otro, cuáles son las cosas que pudiera adquirir en el
marco de los beneficios sociales. Ello, sin atender a
que tal estudio se hace desde los propios patrones
culturales. Por ejemplo: asistencia médica, asistencia
jurídica, asistencia social, acceso a determinados
préstamos, créditos, subsidios; así, el acceso a
guarderías para que la madre pueda trabajar, puede
excluir al chico de su grupo y comunidad, anulando la
posibilidad de contención de éstos agrupamientos,
básicos para la socialización del niño.
Los diagnósticos de peligrosidad. Es la
antípoda de la vulnerabilidad. Cuando se habla de
peligro se plantea a éste como direccional, no será
de la persona hacia.., o desde de los otros hacia esa
persona. El diagnóstico de peligro siempre ha sido
peligro para la organización social tal como está
constituida. En el Derecho, para la escuela clásica,
para el positivismo o jusnaturalismo, la
peligrosidad es inherente al sujeto. En EE.UU. se
busca los genes de la delincuencia en los jardines de
infantes -Proyecto Bush '92- para adelantar
programas de prevención de la delincuencia, los
programas de peligrosidad (material de la doctrina de
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Seguridad Nacional). La connotación de peligro
siempre ha sido para el orden social, por lo tanto
la víctima no importa. Los centros de atención a la
víctima son recientes, no más de 10 años -se
conocen poco y se les teme mucho-, a pesar de
todos los recursos interdisciplinarios que tenemos.
Esto se debe a que en el reconocimiento que existe
una víctima, no viene de un criterio jusnaturalista.
ES EL JUSHUMANISMO EL QUE NOS
HABLA DE UNA CORRESPONSABILIDAD
SOCIAL. Esta implica un compromiso ético de los
grupos sociales que han transformado a un
individuo en peligroso; el peligroso no nace, se
hace; y si se hace quiere decir que cuando fue
vulnerable se dejó avanzar el proceso de
vulnerabilidad. Por lo tanto cuando nos
encontramos con el peligro tenemos un doble trabajo
(si somos coherentes):
1. resarcimiento de la víctima porque fue parte de
un olvido del Estado (que alguien se tornara
peligroso para ella) y
2. reconocimiento del victimario como un
vulnerable, por lo tanto como una persona
susceptible a quien se le deben cosas,
estimándose que los criterios de imputable están
condicionados por nuestra capacidad generadora
de esa vulnerabilidad y de ese peligro.
Un programa T.V. sobre institutos de
menores mostraba a un muchacho que decía: "Yo
estaba convencido de lo que hacía..."; el ingenuo
planteo de generar culpa viene de la concepción
peligrosista; no se le encuentra una lógica a la
conducta y se supone que la persona ha sido
peligrosa porque sí y desde siempre. Si se logra la
asunción de culpa, "confiesa" y nosotros podemos
decir -"ego te absolvo"-. Pero, desde luego esto no es
así. Esta circunstancia la vemos en "grupos
peligrosos" y tenemos que señalar “peligrosos para
quién y por qué”.
En realidad se trata de no olvidar un principio
básico -nadie es peligroso si antes no fue
vulnerable-. Este es el eje de los informes de todas
las disciplinas vinculadas al Control Social.
¿Cómo definir entonces peligrosidad? El
riesgo de daño a lo pautado por el sistema social;
este sistema pauta no matar, no herir, no robar, no
invadir propiedad privada, no alterar usos y
costumbres. Esto último en relación al caso
comentado anteriormente (los hijos de una empleada
doméstica), aparece como una situación de riesgo
implícito, de peligro de que se acelere el desarrollo
sexual de los "niños" es consecuentemente: la
segregación de los chicos de la empleada por la
circunstancia de diferente crianza. Es decir todo lo
que, de algún modo, va en contra de lo normatizado
cae sobre las personas como acto peligroso para el
orden social. A su vez, a cada persona víctima le
correspondería un resarcimiento civil que se
expresaría en términos económicos o en términos de
atención. Sin embargo eso queda librado a una
circunstancia totalmente azarosa.
Veamos ahora un discurso del paradigma de
la doctrina peligrosista que es el discurso de la
Seguridad Nacional. En la reunión de militares
latinoamericanos -año 1966-(1967), uno de los
participantes, un brasileño (Amaral Bughell) dice: -
"Hoy nos enfrentamos, no sólo en Brasil, sino en casi
todas las naciones del mundo libre a una infiltración
silenciosa y solapada en todas las actividades de la
sociedad intentando crear contradicciones, explotar
artificialmente los problemas sexuales, crear
problemas inexistentes, lanzar hermanos contra
hermanos, países contra países obteniendo como
fondo el desprecio a los principios religiosos,
familiares en que se basa nuestra civilización,
intentando conquistar la juventud que, por su
idealismo e inmadurez, constituye la masa de
maniobra ideal, utilizando todos los métodos y
medios posibles a su alcance: coacción psicológica,
droga con frecuencia, atracción sexual y la prédica y
difusión del amor libre".
Esto es un discurso formulado para quienes
tienen poder. También dice, en una deformación
semejante a la de este militar brasileño, el ministro
del Interior de la dictadura genocida argentina
(Albano Harguindeguy), en una célebre frase:
"Occidente y el cristianismo vienen combatiendo al
marxismo desde hace 2000 años". Parece que se
equivocó con los tiempos, sino sería que venían
combatiendo al marxismo antes que naciera Marx.
Pero esto marcaba el énfasis sobre la vulnerabilidad:
juventud, droga, rebeldía, coacción, sexo. Describe
así todo un espacio que después lo podemos
demostrar (desgraciadamente) hasta en forma
estadística. Porque este genocidio tuvo una cantidad
de desaparecidos-asesinados, y que si se saca
estadísticamente la edad, las condiciones laborales,
las ideas y la comprobación real de la pertenencia a
grupos que enfrentaron por la vía armada, nos
daríamos cuenta de que, en realidad, lo que se
reprimió fue todo lo que se consideraba un
peligro. Había un comando que se llamó
Libertadores de América que decía -exterminar la
izquierda desde el radicalismo hasta las Brigadas
Rojas-.
La doctrina peligrosista establece, casi
siempre, un criterio selectivo muy específico y
utiliza para ejemplificar casos que no son los típicos
sino los casos atípicos. La concepción que se maneja
es que la persona que está como vecino es un
enemigo.
Nosotros empezamos a trabajar los temas de
comunidad de alta conflictividad con la reforma
penitenciaria en Costa Rica. Se había dicho:
"imposibilidad material de realizar la reforma, etc." y
explicaba en un concienzudo análisis elevado al
Gobierno que una reforma era imposible y realmente
tenían razón. Las reformas son imposibles si son
hechas dentro de los marcos que hasta ese momento
orientaban el trabajo. En una teoría peligrosista lo
lógico es contener pero contener significa
institucionalizar, armar instituciones para
depositar a aquellos que se han constituido en
algún tipo de peligro y aún para aquellos que
están en riesgo y no tienen continencia privada.
Por ejemplo, chicos que son abandonados, que
pierden ambos padres, que no se encuentran lazos
familiares, son "protegidos" por el Estado con la
institucionalización. Personas menores de edad
que han sido objeto de abuso sexual se los
institucionaliza en las mismas condiciones a veces,
en los mismos lugares, que se institucionalizó a la o
las personas que cometieron dicho delito. Esto marca
todo un absurdo.
Entonces, es en el primer reconocimiento de
una institución donde puede ya verificarse si lo que
rige es el eje del peligrosismo
. En el penal
costarricence, llegamos un compañero y yo a la
dirección del establecimiento, después de haber
recibido la voz de que nos hagamos cargo del
trabajo. Cuando intentamos entrar aparece el primer
obstáculo, nos negaron la entrada con la explicación
que no le abrían las puertas a extranjeros. Luego nos
dijeron que había riesgo que nos pasara algo y
nosotros le dijimos que éso era su responsabilidad;
además parecía que no podían manejar la situación
de la institución (se lo dijimos). A pesar de aclararles
que estábamos allí enviados por el Gobierno
tampoco accedían. Bueno, luego de una llamada,
etc., etc., pudimos pasar.
Realmente no era para menos. Allí había
2600 internos en una penitenciaría, estilo Olmos, con
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capacidad para 800, con pabellones totalmente
tomados. Ello significaba que no podía ingresar la
custodia del lugar; un sistema de embudo donde se
iba rotando el cambio, los uniformados llegaban
hasta la mitad y después dentro del mismo lugar
empezaba el escalonamiento de los habitantes
(internos) del lugar. Nosotros caminábamos por el
medio del pasillo. Mi compañero dijo que no pasaría
nada y efectivamente así fue. La vigilancia nos
acompañó hasta un lugar y luego seguimos
caminando solos. En este recorrido ocurrieron una
serie de situaciones (anecdóticas) que marcaron la
aceptación de la llegada. La actitud no era en
absoluto agresiva, ni la nuestra ni la de ellos. Hicimos
esa primera aproximación y allí nos dimos cuenta que
era posible transformar ese "mierdero" en una
alternativa, que tendería a conformarse como una
comunidad terapéutica, pero tendríamos que dejar de
lado el modelo de trabajo llevado ahí hasta ese
momento. El criterio que regía era el de la mezcla.
Todo es “segual”.
Lo descrito implica reformular los criterios de
diagnóstico. Dicha reformulación nos llevó a elaborar
cuáles eran los elementos de vulnerabilidad máxima
de quienes estaban allí adentro. Nuestro trabajo era
inrterdisciplinario; el equipo estaba integrado por
asistente jurídico, asistente social, pedagogo,
psicólogo, médico y una persona de seguridad que
no solamente no era hegemónico sino que además
logramos establecer que siempre dependiera del
personal técnico. Esto resultaba bastante aliviante
(contra lo que se pudiera pensar) pues en una
situación de crisis en estos modelos que son
comunidades acotadas en sí, que contienen varias
instituciones adentro, el personal que hace la tarea
de contención está generalmente enfrentado al
personal técnico; pero cuando surgen las situaciones
de crisis es el que interviene y es el que tiene menos
recursos para una intervención no represiva. Porque
uno trata de controlar el conflicto de acuerdo a las
herramientas de las que dispone.
Empezamos a ver los elementos de
vulnerabilidad existentes. Había un pequeño grupo
de personas cuya vulnerabilidad estaba dada por
elementos de alta patología individual: verdaderos
psicóticos internados en forma indebida que el
sistema de salud no absorbía (por lo tanto, eran
absorbidos en sistemas carcelarios -como en este
caso- o por sistemas de menores). Si estas personas
tienen estallidos, es cierto que se tornan peligrosas
para los demás, pero es el más vulnerable a la
represión, a las situaciones de aislamiento,
soledad y maltrato. Medicación exacerbada,
encierro exacerbado y discurso de justificación por el
peligro. Lo mismo que decíamos con el caso Barreda,
al declararlo imputable se le quitó el derecho a la
asistencia psiquiátrica transformándolo en un
peligroso por su acto homicida, quedando anulado el
criterio del análisis de su subjetividad.
De allí, la necesariedad de tener precisión en
los diagnósticos de vulnerabilidad. En el diagnóstico
de vulnerabilidad no habíamos visto el peligro de
su acción delictiva o infractora, sino cuál es el
elemento que lo tornó peligroso por haber sido
vulnerable; en ese caso lo que hay que atacar
primero (sin descuidar el peligro potencial) es la
situación de vulnerabilidad de la persona y
proporcionar elementos que permitan atenuarla,
bajarla. La patología individual
se transforma (en
estos modelos) en un elemento de riesgo pero para
la persona, y en general para su grupo de
pertenencia o continencia, y en general para la
connotación que se le va a dar a la comunidad de
pertenencia. Porque la paradoja es que estas
personas no eran en absoluto peligrosas en su grupo
o comunidad de Pertenencia o, si lo eran, tenían un
cierto nivel de integración (como en el caso de
Barreda). Esto también se averigua con un
diagnóstico de vulnerabilidad. Este fue un grupo de 3
al 5 % de la población total carcelaria.
También descubrimos personas con un alto
índice de vulnerabilidad por un condicionamiento de
tipo neurótico; esto se refiere a la compulsión a la
repetición de determinados actos a veces con
elementos egosintónicos (que la persona siente como
propios); como le dicen en la jerga psicopatológica o
jurídica: psicópata, o los ingleses: sociópatas.
Este grupo comprendía aproximadamente el
40-45 % de la población carcelaria (altísimo); que
tampoco ameritaba una situación de encierro
prácticamente en el 60 % de los casos.
Se llegaba al absurdo que una persona tenía
una causa inicial por robar un foco de un auto pero
después se le sumaban diez causas más por evasión
del sistema de encierro como recompensación y
castigo -no soportando la situación de encierro- y al
fugarse continuamente se incrementaba la pena.
Todo este circuito aumentaba su vulnerabilidad.
En este momento quizás un caso clave es la
internación de jóvenes adictos, es una burrada
espectacular o una maldad. Porque el mismo
condicionamiento neurótico que los hace susceptibles
de abordar, en las situaciones de encierro se
aumenta su vulnerabilidad notablemente al no tener
los elementos defensivos necesarios para enfrentar
la total dependencia que establecen con su adicción;
se torna asustadizo y el que se asusta en las
instituciones cerradas pierde
. “Pierde” significa una
situación de vejación permanente, de humillación,
violación o de establecimiento en un rol de valet,
cabrito, o sea una homosexualidad prostitutiva donde
alguien cobraba por la aceptación del chico. Esto era
y es moneda corriente.
Otro grupo estaba constituido por aquellas
personas altamente vulnerables por el largo tiempo
de institucionalización -permanente o con entradas-;
esto le modifica sus hábitos y costumbres, y lo va
deshabituando de su propia comunidad, frente a su
grupo de pertenencia familiar o de amigos y,
naturalmente, reitera una serie de comportamientos
dentro de una conducta débil. Nuestra sociedad se
mueve generalmente así. El pos-efecto de la
represión hace que muchas veces aceptemos
complicidades. Bueno, la institucionalización de la
persona internada durante largos períodos la aleja
del circuito productivo y de la red vincular que a los
que estamos afuera, nos sostiene, volviéndose
entonces más contenedora la institución que la
comunidad misma.
Luego nos dimos cuenta que existía otro
grupo más: los vulnerables situacionales u
ocasionales. La vulnerabilidad situacional es
patrimonio de cualquiera de nosotros, que es
suceptible de sufrir el Control Social Punitivo-
Institucionalizado, sobretodo cuando su pertenencia
social es a grupos de menor capacidad económica.
Son aquellos que cometen algún delito por su
situación de vulnerabilidad psico-social (piensen en el
caso del Ingeniero Santos, si no huiera sido Ingeniero
sino “manolo”, dueño el almacén “pirulo”). Estas
personas se agrupaban naturalmente, y llegaban a
un endurecimiento marcado. En éstos casos, como
en los institucionalizados, la cárcel se transformaba
en escuela del delito. Lo paradójico es que ésta tenía
un efecto secundario para su vuelta a la comunidad,
ya que cambiaba sensiblemente su rol social en base
a un deterioro y un sufrimiento personal muy
importante.
Nota: Una mayor profundización del tema pse encuentra en
“Diagnóstico de Vulnerabilidad Psico-Social”; Capítulo 9
DEL LIBRRO: EL DERECHO A SER JOVEN
(Vulnerabilidad psico-social del niño y adolescente en riesgo.
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Admisión, Diagnóstico y Tratamiento en el marco de la Doctrina
de la Protección Integral. Juan Carlos Domínguez Lostaló.
Cuadernos del CALEUCHE. En Prensa
.
REUNIÓN 5
Vamos a empezar completando los
emergentes que se plantearon como dudas en la
reunión pasada.
En uno de los grupos se plantea si es posible
aplicar y utilizar el criterio de vulnerabilidad donde
prima socialmente el criterio de peligrosidad. Es
evidente que los criterios son siempre sustituibles
pero para ello se requiere una verdadera
confrontación con los criterios vigentes. HAY QUE
ESTAR DISPUESTO A ASUMIR LAS
CONSECUENCIAS DE NO SER EL OFICIALISMO
CIENTÍFICO, DE ASUMIR NO SER EL PORTADOR
DEL PODER HEGEMÓNICO, LA VERDAD, LA
CIENCIA. LA DEFENSA DE LOS DDHH NO ES
GRATUITA Y LOS CAMBIOS DE PARADIGMA
NUNCA FUERON JUEGO DE NIÑOS.
Otro interrogante: -Si la inimputabilidad
considera o no el criterio de vulnerabilidad. El criterio
de vulnerabilidad tendría que ser considerado si
nuestro interés es el interés de la comunidad en tanto
grupo general. No los es, si solamente interesa la
permanencia en el poder. El criterio de peligrosidad,
tomado en sentido estricto y el criterio de
imputabilidad sin considerar la vulnerabilidad, sólo
tiende a la consolidación del poder: esto es la falta de
apreciación de la víctima o del sufrimiento humano,
solamente verifica el criterio de peligrosidad si esta
sociedad protege o no al orden social, no a las
personas.
El diagnóstico de vulnerabilidad no es
subjetivo, quizás es muchísimo más objetivo que
el de peligrosidad. El diagnóstico de lo que puede
afectar a una persona es mucho más riguroso que el
diagnóstico de peligrosidad. Esto último, en general
se mide por el hecho y por la suposición de que
determinadas condiciones sociales forman individuos
peligrosos.
Si lo vemos desde el abordaje social, para
corroborar que la persona es realmente peligrosa se
hace un estudio de las circunstancias sociales y se
supone que determinadas circunstancias sociales
generan peligrosidad. De allí a la porducción del
estigma el paso es casi directo; pensemos en la
famosa asociación droga-delincuencia-sida-juventud.
En Psicología y Psiquiatría pasa algo
semejante. Se supone que cierto tipo de personalidad
son peligrosos; sin embargo, no todas las personas
que tienen ese tipo (o características, o estructura) de
personalidad son peligrosas en acto. Entonces, es
mucho más impreciso el diagnóstico de peligrosidad,
ya que siempre se hizo en base a la dificultad en el
control de impulsos. Lo buscado fue lo más preciso,
es decir, se intentó determinar mediante pruebas de
orden perceptivo-motriz si había control de impulsos;
esto puede obedecer a montones de factores. Del
mismo modo, se supuso en un tiempo: padre
alcohólico, golpeador, madre prostituta: hijo/a
prostituto/a.
La escasa importancia que se le dio a la
vulnerabilidad hace que el diagnóstico del grupo de
crianza (o familia) se haya estudiado relativamente
tarde. Se consideraba que la familia estaba integrada
o no si respondía a las pautas formales normativas
sin respetar los modelos culturales de referencia (o
de donde provenían). Entonces los criterios de familia
integrada o no, no era integrada en base a las
disposiciones legales. Eso es la respuesta más
vinculada al control social por parte del Estado y del
poder tal cual está estatuido.
El diagnóstico de vínculo familiar no tiene
más de 25 años y lo conoce prácticamente nadie; en
la facultad se estudia muy poco, se parte de una
cantidad de supuestos que sirven para configurar la
posición de peligro. Allí no había eufemismos, se
consideraba que quien no acataba las normativas era
peligroso y para evitar problemas se da por supuesto
que todas las personas conocen las normativas, lo
cual es totalmente falso. Justamente, una de las
condiciones de vulnerabilidad es que las normativas
que rigen generalmente son de alta complejidad y de
difícil transmisión, por lo tanto no las conoce nadie, o
muy pocos.
Para ser peligroso, primero se debe ser
vulnerable, y hay que determinar allí la etiología
de esa vulnerabilidad. ¿Desde qué momento se es
vulnerable? Se pude ser vulnerable desde la
gestación. En gestación, en el momentos del
nacimiento y en la primera infancia, se sitúan los
momentos de mayor vulnerabilidad. Durante la
construcción de la subjetividad, esos momentos son
también determinantes porque es donde se construye
la forma de expresar y recibir las demandas, de
responder a las mismas.
Ahora bien: ¿Cómo se pasa de un paradigma
a otro? Aprovechando las condiciones sociales y
peleando en el campo de lo teórico y lo práctico. Por
ejemplo nuestra constitución ahora reúne todo el
aparataje de la defensa de los derechos civiles,
políticos, de los derechos humanos, de los derechos
del niño, etc.; si no los ponemos en vigencia no
tienen valor y pasa lo que con cualquier sistema de
comunicación si no se utiliza, se deteriora y no sirve.
Entonces uno puede tener las leyes o la constitución
más hermosas, pero si las garantías no se dan en
acto, no tiene ningún sentido tener ese documento
que solamente serviría como reforzador de la
biblioteca.
REUNIÓN 6
-La vulnerabilidad no se refiere a un sector
social en especial. Un chico de clase alta que se
suicida está mostrando su vulnerabilidad.
-El grado máximo de vulnerabilidad es
aquel en que se pone en riesgo la vida de una
persona y la reiteración de situaciones en las cuales
se pone en riesgo la vida de esa persona. A veces
esa vulnerabilidad es más psíquica que social. Hay
personas que por condicionamiento neurótico
compulsivamente se ponen en situaciones de
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extremo riesgo y llegan a cumplimentar aquello de
"no sirvo para nada, estoy de más" y vuelven a
generar situaciones en ese sentido. Allí, nuestra
actitud comunitaria es un hecho político, no partidario
sino de política social; tiene una doctrina detrás, la de
los DDHH. Si uno asume la doctrina de la seguridad
nacional lo que va a buscar es una situación regular,
que la persona en conflicto no atente contra la
seguridad nacional (habría que precisar de quién),
pero además se basa en la supervivencia del más
fuerte. En esa competencia, prácticamente está
aceptado que muchas personas mueren por ser
débiles. Desapareciendo las obras sociales o el
seguro de salud en EE.UU., empieza ahora a
tornarse vulnerable una gran parte de la población
(problema Clinton-republicanos ...nosotros
probablemente lo tengamos en uno o dos años). Es
la posición del psicoanálisis que tiene una profunda
raigambre positivista: sólo se atiende la demanda
voluntaria, si uno es loco, psicópata no tiene
demanda voluntaria, si uno es suicida tampoco tiene
demanda voluntaria. Fue un criterio existencial que
se manejó en los países del primer mundo donde la
doctrina era no intervenir. La doctrina de los DDHH
es intervencionista: donde se está atentando con el
derecho a vivir, se interviene. Prácticamente se
considera que lo liberal (en el sentido de libertad) es
la libre elección, como si hubiera libre elección, como
si el impacto de los medios de comunicación o de los
mandatos familiares no pesaran. ¿Podríamos decir
que los 800 suicidas de Guyana fueron por libre
elección? o aquella experiencia de California. Como
dice Castilla del Pino (psiquiatra español): "libertad
de qué?". Cuando se decía "el pueblo tiene libertad",
nosotros decíamos "libertad de morirse de
hambre". La definición de libertad no es unívoca. Si
la definimos como el derecho a elegir tenemos que
ver cuáles son las opciones posibles. Hay
circunstancias en que la persona puede elegir
entre ser fusilado o suicidarse. Es una opción de
muerte.
Nosotros, en función de esos grados
posibles del conquista o de supresión de
libertad, es QUE NO HABLAMOS NUNCA DE
SANAR LA VULNERABILIDAD, ÉSTA SÓLO
SE REDUCE O SE INCREMENTA.
REUNIÓN 7
La institución surge en lo formal para
contener la vulnerabilidad, pero rápidamente puede
perder el sentido en esa característica de estable y
permanente que hace que la persona que trabaja en
ella sienta que, más que la prestación de su servicio,
lo fundamental es su permanencia en ella. Esto, ha
transformado a la mayoría de las instituciones en una
especie de avión sin piloto, se perdió el rumbo, el
destino y el sentido.
En realidad, las instituciones se hicieron
para atender a quienes son vulnerables, a los
efectos de que esas personas, una vez
contenidas, y atenuada su vulnerabilidad,
EGRESEN. Es decir, vuelvan a la comunidad
originaria; pero la realidad nos muestra que las
instituciones se transforman en sí en una fuente de
trabajo para los que están en ella como empleados
sean profesionales o no profesionales, más que para
prestar un servicio que dicen prestar.
Esto lo sabe cualquiera que trabaja en
institución. Esto genera en lo que hace a las
relaciones vinculares, los pactos de silencio. Así
como la familia tiene pactos de silencio dentro del
grupo, las instituciones también. Es frecuente que
escuchen: "Fulano (en una institución de menores)
manosea a los chichos" pero en general nadie hace
nada a lo sumo un absurdo escrito totalmente
intrascendente desde lo jurídico que le llaman
informe administrativo a los efectos de dejar salvada
su conciencia. Con ello no sólo se pierde la
protección del vulnerable sino también se cae en la
dificultad de sostener una ética en el trabajo de uno
mismo. Porque callado el problema uno hace que se
juegue ese aspecto prostituido en lo que hace a la
defensa de los DDHH, quedando preso de su
complicidad silenciada. Esto no solamente pasa en
los institutos de menores, pasa también en las
cárceles, en los hospitales y es mucho más frecuente
de lo que pensamos. Sabemos que nuestra
vulnerabilidad es la necesidad de laburo y por
esta necesidad NOS CALLAMOS; y no nos
callamos porque nos vayan a desaparecer sino
para poder conservar ese cachito de seguridad.
La paradoja es que a lo mejor hay tareas que nos
pueden dar más dinero que esa pero esa
depositación que decía Bleger de la parte psicótica
de la personalidad en las instituciones, hace que uno
al perder la inserción institucional se sienta
totalmente inseguro.
Si alguien dice "esto es una cochinada, yo lo
voy a denunciar" puede ocurrir que si se pone muy
fuerte lo van a ascender y si se pone muy débil lo
trasladan a otro lugar pero van a tratar de aplacar el
efecto. Para hacer un diagnóstico institucional,
además de conocer esto, tenemos que ver la relación
existente entre lo que se dice que va hacer la
institución y lo que efectivamente hace. Insisto, a
sabiendas que toda institución
es para que las
personas EGRESEN DE ELLA.
En la reforma penitenciaria de Costa Rica y
en Uruguay, era llamativa la preocupación de los que
trabajaban en las instituciones -"pero si no hay
presos, después...?" Entonces, la sociedad tiene que
producir presos, enfermos, viejos y de algún modo
tiene que producir aquello que le de sustento a esa
concepción perversa de que las instituciones son
fuentes de trabajo. No es una fábrica, porque la
idea no es producir vulnerables, es atenuar la
vulnerabilidad que en realidad el mismo sistema es
perverso porque desliza la concepción de la custodia
y del peligro como forma de operar.
Vamos al aspecto vincular. Toda institución
participa por lo menos de cuatro estamentos
- el personal que hace la contención o custodia
- el personal administrativo
- el personal técnico
- los internos
Esto va a marcar también las pautas cuando
reparamos en los presupuestos.
Otra forma de hacer diagnóstico institucional
es ver cuántas horas de trabajo efectivo realiza cada
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uno de los estamentos y cuántas personan caen bajo
su posibilidad de operar. Acá se define las ideologías
del sistema. Cuando el sistema establece que los
técnicos no son personal de contacto, el sistema es
del más liso y llano positivismo peligrosista. Me
importa poco lo que se discurse en los importantes
congresos. Entonces, cuál es la primera condición
concreta para la transformación? El Personal
técnico no es personal de escritorio ni de
gabinete, es personal de contacto. Si no es así su
función no es significativa. Suele ser un etiquetador.
Diagnóstico es siempre para tratamiento.
Cuando se puso de moda las comunidades
terapéuticas que implicaban (años '60-'70) la relación
de contacto, no toda persona se sintió capaz de
trabajar así. Las comunidades terapéuticas tienen
dos formas de operar -GRUPOS Y ASAMBLEAS-;
como son masivas, uno recibe lo que sembró.
Además tienen que ser sistemáticas. Es muy
frecuente que aparezcan "dificultades" que impidan
se realice una tarea grupal. "-Se convocó a la
asamblea pero no se pudo realizar porque ...".
Siempre hay múltiples excusas para no confrontar en
las situaciones de grupalidad. La gente en las
asambleas dice por ej.: "Ud., Dra., no viene nunca;
viene una vez por semana y de mañana, después se
raja. Ud no sabe lo que pasa acá todos los días, los
fines de semana".
Lo que ocurre es que cuando se producen
verdaderas violaciones a los DDHH, ellos son
testigos molestos. En realidad los técnicos, sino
somos personal de contacto, somos totalmente
prescindibles. Los administrativos con uno o dos
alcanzan pero el personal de contacto es
irremplazable (enfermos, guardianes, asistentes de
minoridad). Sin ellos no hay institución. Esto que digo
es para el positivismo. Suponer que desde el
positivismo se puede hacer contralor de los
DDHH es una falacia; el problema que nos
encontramos es que nuestra situación deja a merced
de las condiciones más inhumanas a los dos grupos
más desposeídos de las instituciones, que son los
que reciben el rótulo de represores o violentos. Esto
nos llevó a que al establecer los grupos como forma
de analizar la institución nos muestra una institución
que no refleja sus condiciones adecuadas para hacer
la transformación en un modelo comunitario.
Todo esto nos lleva a otra pregunta ¿Cómo
se transforma un profesional liberal en un profesional
que pueda trabajar con la vulnerabilidad como
personal de contacto? Haciendo
. El contacto es lo
único que transforma la desviación que sobre la tarea
específica genera la Universidad. Trabajábamos de
manera tal que toda persona tuviera un número de
contactos suficiente al principio para ir
desbloqueando el potencial operativo de cada una de
ellas.
Esto no se hace en forma blandengue. La
defensa de los DDHH para que sea tal tiene que
ser dura. Como dice Nietzsche -todos los creadores
son duros. No podemos decir -"que sea la última vez
que tortures, mates, violes y ahora que ya estuviste
un tiempito ahí, te indulto". Esto prácticamente
lesiona la institución como un todo y después es
difícil levantar.
Siempre las tareas son de contacto. Es
frecuente en nuestra modalidad argentina que como
no sirve para nada lo ponemos de jefe, es decir
pateamos para arriba. Si de jefe tampoco sirve, va de
director y así. Nunca vemos el daño ocasionado;
estamos muy imbuidos mentalmente de la doctrina de
seguridad nacional, entonces nunca vemos la víctima
y sí vemos nuestra solidaridad con el victimario.
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Reflexiones generalizadoras sobre una reforma del Sistema de
Control Social de niños y jóvenes en "Situación Irregular"
Trabajo presentado por la Delegación de la República Oriental del Uruguay, ante el INSTITUTO
INTERAMERICANO de DERECHOS HUMANOS (OEA), por el asesor de la O.N.U.: Juan
Carlos Domínguez Lostaló.
Petrópolis, Brasil, enero de 1987.
-Texto Corregido y actualizado.-
El planteo de una Reforma del Sistema de
Control Social de Niños y Adolescentes en Situación
Irregular (C.S.S.I.)
1, produce ideas que intentaremos
puntualizar para su discusión.
Una Reforma del C.S.S.I. basada en los
Derechos Humanos no es una decisión técnica ni
administrativa, sino POLITICA. Requiere, en
consecuencia, la convicción de que la propuesta es
superadora en relación a las necesidades de Control
Social del proyecto político de quienes detentan el
Poder, y proporcionará un rédito (político, por
supuesto) que justifica el esfuerzo y el compromiso
que involucra una empresa de esta magnitud, tanto
ética como social y económicamente.
Sin embargo, esta sola decisión política no
basta. Aún:
1)- Suponiendo una imperiosa necesidad de tal
reforma, reconocida por algunos grupos
significativos desde el punto de vista del poder
de los medios de comunicación y de la
población, fundamentalmente en sus grupos
intelectuales vinculados a quienes ejercen el
poder político;
2)- Habiendo reconocido tales grupos el hecho de
que la marginalidad, es una marginalidad
forzada -e involuntaria- producida por la
adopción de un modelo de desarrollo, que
lesiona profundamente los intereses de la
mayoría de sus habitantes.
3)- Reconociendo que la infracción es la
transgresión del "pobre diablo" que no ha
podido escapar a la selectividad del sistema y
que pertenece a esa marginalidad, regulada y
controlada desde Códigos e Instituciones que
proceden de la colonización o de nuevas
versiones convalidantes del Modelo de
Desarrollo (
2) "adoptado".
Decíamos que no bastaba la decisión política,
porque la modificación de la situación de las
Instituciones, en el sentido de los Derechos
Humanos, también tienen secuelas.
La crisis de la Institución Total o Cerrada en
Latinoamérica, y su cada vez más profundo
alejamiento de la posibilidad de ejercicio de los
Derechos Humanos, no sólo es consecuencia de una
crisis del Sistema Tutelar o del Derecho, sino que lo
es de la Crisis de la Política Social.
1 "C.S.S.I." es "Control Social de niños y jóvenes en
Situación Irregular".
2 Entendemos por Modelo de Desarrollo al Desarrollo
Industrial con sus progresos técnicos-científicos
indudables, pero con sus secuelas de alteraciones
económico-sociales: destrucción de los recursos naturales
de subsistencia, empobrecimiento y pérdida de la
significación de los grupos de crianza por las condiciones
de trabajo y desocupación que van contribuyendo -
incentivando- el abandono, el semiabandono, la
deambulación, la drogadicción y el resto de fenómenos
propios del modelo y que, paradojalmente, son sentidos
como condicionantes pre-delictuales desde los enfoques
criminológicos y penitenciarias convencionales
tradicionales.
Reaccionando en respuesta al acto
"transgresor" con el encierro en la Institución Total
(en la gran mayoría de los casos), olvidamos con
demasiada frecuencia que esa Institución Total es un
subproducto del modelo del desarrollo industrial y
una delegación forzada por el mismo desde la
solidaridad social a la "protección" del Estado;
delegación que lleva a contener en esas instituciones
a los seres humanos no integrables al sistema de
producción, o a quienes obstruyen con sus
transgresiones al proyectado desarrollo. Tal, el último
caso, la Institución Total del Control social.
Con este Panorama, el problema del Control
Social parece escapar a una solución posible y, sin
embargo, estamos convencidos de que no es así.
Más aún, estamos convencidos que el adoptado es
uno de los pocos caminos posibles; en Política lo
mejor es enemigo de lo bueno; pasamos a explicar
por qué.
Si bien podemos hablar, académicamente,
con firmeza, del agotamiento de la "privación de
libertad" (mal llamada Protección Tutelar); sabemos
(empíricamente aún) que trae como consecuencia la
aplicación de las formas sustitutivas de manera
masiva, y casi inmediata: La sustitución de la pérdida
de un tiempo de libertad, por otra pena privativa que
lesiona un derecho de un valor igual o más preciado
que aquélla: la vida
: en las ejecuciones extralegales
(presuntos enfrentamientos).
Queremos decir que, en nuestro continente, -
espacio de desinversión y marginación creciente- la
flexibilización legal y mayor permisividad "a la
europea", nos trae un problema serio: ante la
dificultad del Control Social legal (de represividad
cierta y manifiesta) por múltiples razones que
escapan al presente trabajo, pero que podemos
señalar en la discusión si es de interés, se recurre
con demasiada frecuencia a ejecuciones extra
legales, ejecuciones sin proceso, más frecuente
cuanto más significativo se torna el señalamiento por
los medios masivos de comunicación del "sentimiento
de inseguridad pública" (como diría Ludwig Zender).
Volvemos, entonces, a nuestras instituciones
cerradas y nos encontramos con que un "tratamiento
para resocializar", previsto en las Constituciones, nos
muestra en la realidad cotidiana, como dice C.
Severin Versele, un "condicionamiento a cierto orden
establecido, a normas impuestas por un
establishment que exige aceptar todos los privilegios,
todas las discriminaciones y todas las desigualdades
e injusticias de nuestra organización social".
Nuestra propuesta parte -muy
modestamente- de tratar de cubrir, en la medida de
las posibilidades, en las instituciones cerradas, donde
por determinado tiempo se procede a retener a las
personas por sus infracciones, o presuntas
infracciones, la carencia de algunos de los beneficios
sociales que la formación socioeconómico-cultural
prevee supuestamente para todos sus habitantes
(educación, trabajo, continencia, control personal) a
los efectos de reducir la Vulnerabilidad de los
internos al Sistema de C.S.S.I..
Pero, fundamentalmente, buscamos
proporcionar un espacio donde la persona pueda
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expresares, disentir y proponer, es decir, (participar
activamente). Ese espacio, que es el eje de
tratamiento, es el del trabajo grupal que, a modo de
modelo, le permite organizar la convivencia.
Este es, y así debe ser, sólo un punto de
partida para una participación mayor y para un
manejo cada vez más eficaz de sus posibilidades
sociales.
Es por ello que contraponemos al Sistema
de C.S.S.I., el Sistema de Programas de
Prevención del Conflicto Social, como
PROTECCIÓN INTEGRAL del Niño o joven.
El aprendizaje vincular que resulta no se
agota en los Grupos de Convivencia, sino que se
prolonga en los grupos familiares y en una propuesta
de grupos cooperativos de capacitación laboral. Hay
así, desde esta instancia, una personalización del
tratamiento que no se agota en las dinámicas
grupales, sino que prevee los ya comentado en
Educación y Trabajo, que nos permite considerarlo
tratamiento institucional personalizado como
alternativa al C.S.S.I..
Pero su implementación no es fácil por varias
razones. Entre ellas porque quienes mejor pueden
aportar elementos que atenúen la vulnerabilidad, son
los técnicos (profesionales y docentes), que son
quienes menor disponibilidad horaria y acercamiento
suelen tener.
Por otra parte, aquéllos que mayor
disponibilidad tienen -la custodia- no manejan otros
elementos de contacto que aquellos que le fueron
dados en busca de un "endurecimiento frente al
enemigo" en abierta asimilación a un esquema de
"Control en alto riesgo".
No debemos caer pese a ésto, en la trampa
de la segregación y el prejuicio frente a un personal
que, ingresando a la tarea como un trabajador para
cubrir sus necesidades de subsistencia, sólo ha sido
provisto de capacitación para una tarea custodial
represiva.
De allí la necesidad de Capacitación
específica desde el Humanismo.
Marcaremos entonces, elementos claves
para comprender la influencia de la educación que
ellos reciben según el esquema conceptual del que
se parte.
Una concepción del Hombre en las diferentes doctrinas puede esquematizarse así:
Criterio de Diferenciación Doctrina de la Seguridad Nacional
(Situación Irregular)
Doctrina de los Derechos Humanos
(Protección Integral)
Base Filosófica
Positivismo Humanismo
Objetivo
Intimidar Garantizar
Criterio Formal
Institución Total Control Social en mayor grado de
Libertad posible.
Criterio General
Encierro Control Social en mayor grado de
Libertad posible.
Criterio Judicial
Escrito.
Demostrar la Inocencia
Oral.
Demostrar la Culpabilidad
Visión del Interno
Enemigo Semejante Vulnerable
Programa de Admisión
(Procesados)
Despersonalizar para Dominar Personalizar para Preservar
Programa Diagnóstico
(Criterios)
Peligrosidad
Imputabilidad Mental
Imposición de tareas
Vulnerabilidad
Co-culpabilidad
Programación Compartida
Clasificación para el
Programa
Mezclar, lesionar, intimidar. Grupos homogéneos para programas
comunes
Tratamiento
Domesticar.
Quebrar.
Vulnerar.
Aprendizaje de Autonomía Cogestión-
Autogestión Dinámica de Convivencia.
Cooperativización. Trabajo
Proyecto de trabajo
Especializar fundamentalmente
en grandes Grupos
(Trabajo en Serie)
Unidades Ecoproductivas
Agroindustrial de Aprovechamiento
total.
En pequeños grupos.
Capacitación de Personal
de Custodia
Obediencia Debida.
Verticalidad.
Derecho a Disentir.
Horizontalidad Organizada
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DERECHOS HUMANOS
EN LA ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA DE MENORES:
De la Clínica de la Peligrosidad a la Clínica de la Vulnerabilidad
PRESENTACIÓN como consultor de NNUU, a través de ILANUD (Instituto Latinoamericano de Naciones Unidas
para la Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente). AÑO 1987. Costa Rica.
I- Tratamiento de menores infractores:
introducción
Soy muy poco partidario de andar con
eufemismos y rodeos, por lo tanto vamos a comenzar
tomando el tema en sus puntos cruciales. Desde un
principio señalaremos lo que nosotros llamamos
tratamiento de menores infractores y cómo se da en
nuestros países.
Frecuentemente nos preguntamos si los
tratamientos dan el resultado propuesto. Pero sucede
que nosotros no tenemos muy claro cuál es ese
resultado propuesto y ésto nos lleva a una historia ¿no
es cierto?, lo que nosotros llamamos tratamiento, y
que irónicamente y amargamente yo a veces me
refiero como "miento el trato", es una forma de operar
sobre las personas, en este caso, sobre los menores.
Lo podríamos generalizar después, a todo
tratamiento de interrelación humana, de manera tal de
ajustarse a una propuesta, que es la propuesta que
deviene como concepción del hombre a partir de la
Revolución Industrial.
A partir de la Revolución Industrial,
fundamentalmente, centro y norte de Europa, la
concepción del hombre normal, u hombre sano, es la
del hombre productor, el hombre que trabaja y trabaja
una cantidad exorbitante de horas: 14 horas, 15 horas,
ó 12 horas.
Ese modelo de hombre productor no permite
generalmente un cuidado especial hacia las personas
que de algún modo están sometidas hacia él, por algo
que viene ya desde el Imperio romano que también
tenía una fuerte disposición en la posesión de los hijos.
Esta cuestión de poner el hombre "normal",
como el hombre que produce asignaba (alrededor de
1800) un rol al sexo femenino; la mujer era la
infraestructura del hombre que produce; y tenía dos
tareas muy específicas: proporcionarle una matriz
(matrimonio) que permitiera, en algunos grupos
sociales, transferir el patrimonio, es decir el patrimonio
no estaba referido a ser padre, sino a ser patrón;
porque "Pater", en su original latino es "Patrón"; y dado
un efecto de transferencia que condicionó un poco,
también, la política sexual y la política de crianza. La
mujer se veía sometida -sobre todo en los grupos que
tenían cierta estabilidad económica en el orden social-
a proveer la infraestructura a ese hombre que produce,
y a dedicarse a la crianza de los hijos y aún más- en
aras de la herencia, a conservar la fidelidad sin
mostrar sexualmente demasiada fogosidad, porque
eso también estaba mal visto.
Ésto, en muchos códigos, se siguió reflejando,
aún hasta hace poco tiempo. Cuando uno analiza los
códigos penales observa al respecto que se considera
adulterio en la mujer la infidelidad y en los hombres el
concubinato. Con eso se está marcando una diferencia
en la estimación de una conducta y por consiguiente
en lo que hace a la política sexual que señala que la
mujer debe tener una función garantizadora de la
transmisión del patrimonio de manera diferencial al
hombre (sexo, goce, son valores de menor estimación
que el dinero) [En la Argentina desaparecieron recién
hace muy poco tiempo] de la cría y del hombre en
cuanto a proporcionarle, como decíamos antes, la
infraestructura en la administración práctica de sus
recursos, sean estos pocos o muchos.
Este hecho lo vemos también históricamente;
recordemos que la condición humana de la mujer,
recién es aceptada en los países centrales no hace
más de cien años; no es un cosa desconocida para
ustedes que esta condición (la femenina) no tenía
derecho al voto; era considerada un ser irracional,
pulsional, sujeto de pasiones, etc.
Hay todavía una serie de consideraciones que
la dejan en la actitud de sometimiento y en una función
de infraestructura que debe sustentar, sin discusión
hasta su muerte y eso se da en su contrato de
matrimonio de manera explícita.
Es de nuestro siglo, el fenómeno de la mujer
que estudia o de la mujer que se incorpora a los
medios de producción. Esto también tiene otro
referente más, que es importante tener en cuenta,
dentro siempre de la concepción del Imperio Romano,
teniendo en cuenta dos referencias importantes:
1) Elvira Berardi dice que el maltrato del niño persiste
inmodificable debido a dos creencias: la primera
consiste en que los niños son considerados colmo
propiedad de los padres, y se admite que los padres
tienen el derecho de tratarlos como crean conveniente.
Como antecedente de ésto, en las DOCE TABLAS DE
RÓMULO, de la Antigua Roma, demuestran que el
filicidio era un procedimiento ampliamente difundido y
que la ley daba al ciudadano romano un poder absoluto
sobre la vida y la muerte de su descendencia. La patria
potestad confería el derecho de vender, matar, ofrecer
a los dioses, subordinar a cualquier ocupación y devorar
a los hijos. Allí, tenemos uno de los puntos de
referencia de nuestra sociedad occidental y cristiana. Y
también tenemos (lo digo para nosotros) otro grupo
establecido en determinadas circunstancias socio-
económicas que nos permiten tratar estos temas.
2) Simultáneamente, si recordamos la institución
matrimonio, también tiene que ver con estos momentos:
se casaban los grupos más aristocráticos, a efectos de
la transmisión del patrimonio; y se casaban, pero con
otro sentido, los esclavos; ésto es un fenómeno del Alto
Imperio Romano (del Imperio de la Decadencia). Allí,
mamamos
nuestras fuentes; las que mamamos vienen
de Europa, porque nuestro continente, es un continente
mestizo; mestizo y marginal. Se calcula que alrededor
de entre 10 y 16 millones de negros fueron traídos
desde África, a los efectos de la esclavitud. Y además
había, y todavía hay en el mestizaje, una población
indígena que fue prácticamente diezmada por el
proceso de la colonización. Quizá uno de los casos de
los cuales se tenía datos más concretos es la drástica
disminución de los Incas después de la colonización y
de la utilización de la coca como elemento de
explotación laboral; porque el objetivo de la colonización
luso-hispana fue extractivo: se extraían productos para
llevarse hacia el continente. Todo ésto es para ir dando
un encuadre de qué es lo que pasa con el tratamiento
(ya van a entender a dónde voy).
II- Latinoamérica y mestizaje marginal
originario
La condición humana de los latinoamericanos,
está formada por esclavos a quienes no se les
reconocía su condición de seres humanos (después
vamos a citar algunas cosas de un ilustre pensador,
para ver en qué condición nos ubicaba, en tanto
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mestizaje de razas); el indio era vivido (dentro de un
criterio evolucionista) como una suerte de especie que
no había alcanzado esa misma condición; por lo tanto,
prácticamente aún hoy, se siguen transfiriendo
imágenes como que son personas e quienes la vida o
la muerte no les importa, o no tienen significación
dentro de la visión centro-europea.
En consecuencia, la cuestión de las crías de
los negros y de las crías de los indios, son realmente
vistas como un material de uso, en nuestro continente.
Es decir, no hablo de las excepciones y los sujetos
generosos que han merecido estar; sino que la
generalidad nos marcaba otra cosa. Pero la tercera
rama del mestizaje, es muy significativo que provenga
de la marginalidad europea. Todos nuestros países se
van poblando, como colonizadores, de gente que era,
de algún modo, separada o expulsada de esos
lugares: la conquista tenía un efecto de aventura; e
inclusive el instalarse tuvo un efecto de aventura, que
quizá es el aspecto oculto de nuestra identidad
nacional latinoamericana. Nosotros preferimos
sentirnos, algo así como los hijosdalgo. En realidad no,
nosotros somos productos de marginaciones y
desarraigos, y la síntesis de eso es lo que nos da
nuestra identidad.
Sin embargo, vasta ver nuestros apellidos,
repasemos nuestros apellidos, son los remanentes que
no se pudieron incorporar al proceso de la Revolución
Industrial. Cuando vienen los españoles o los
portugueses, en principio en tren de conquista
después de la derrota del Imperio, traen una
modalidad rural, elemento y denominador común de
nuestros países en cuanto a concepción de familia -de
ahora en adelante la voy a llamar grupo de crianza-.
Me gusta el término grupo de crianza, porque familia
también viene de la concepción romana; y familia
etimológicamente "Famulus" es criados, del "Pather":
patrón, y "Mater": matriz; por eso el derecho de
posesión, vida, muerte, venta.
Eso condiciona todo un hacer; sin embargo,
nuestros países alrededor de 1850-1880 comienzan a
asimilar una corriente filosófica (sobre todo en los
grupos de mayor nivel) que es el positivismo; que trae
justamente el gran mito de nuestro días: el mito del
desarrollo. El desarrollo sentido como el desarrollo
industrial, que permite acceder al confort y que tiene
como modelo de hombre: al hombre que produce; y
modelo de niño: el niño que puede incorporares de
algún modo al modelo de producción.
III- La Institucionalización de lo improductivo
Otro fenómeno, producto de la colonización
cultural, ya generalizada, es el fenómeno de la
incorporación de grandes instituciones cerradas, que
hasta alrededor de 1850-1860 no existen en el
continente; que son las denominadas instituciones
totales. Las llamadas Instituciones Totales, los clásicos
y largos hospitales de muchas camas, los orfanatos,
los sistemas penitenciarios de tipo panóptico, etc.,
nunca tuvieron una adecuación real a la realidad
nacional, fueron prácticamente transpolaciones de un
lugar a otro y, prácticamente, era como si copiar las
instituciones y copiar los métodos nos iba a permitir
ser como los "más desarrollados".
Dentro de este juego, fíjense quiénes son los
que, además de que no producen, joroban. Allí están
los que no pueden incorporarse al "programa", pero
que tienen una significación, si se quedan dentro de
los grupos primarios.
También hay instituciones para
discapacitados; es decir, todo lo que de algún modo no
está integrado al proceso de producción, debe ser
mantenido en determinada suerte de cunas
institucionales que son los que, de algún modo, van a
impedir que se pierda y ver si se pueden incorporar.
Pero si no se pueden incorporar, van a seguir en la
marginación.
Sin embargo, este mito termina rápidamente,
porque el problema de la marginación, como veíamos
cuando se tocó los temas de desarrollo económico, es
estructural en nuestro continente. Nuestro continente,
es un continente de desinversión creciente y
desindustrialización creciente; por lo tanto, de
marginación creciente.
IV- "Divide y triunfarás"
Todo este modelo, sin embargo, nos ha
llevado a que, entrando ya directamente en las
instituciones de menores, busquemos en las mismas
emplear uno de los resultados del positivismo, que fue
la fragmentación de las disciplinas.
La fragmentación de las disciplinas también
tuvo un orígen muy claro: el otro día, cuando se realizó
la dramatización, nos fue quedando claro también otra
cosa: de algún modo la escasa comunicación que
existe entre nosotros; es decir, veíamos fragmentadas
las distintas disciplinas.
No se pudo integrar una imagen del menor
porque, realmente, no está en los proyectos originales
integrar lo que se llama la imagen del menor. El menor
es fragmentado; de los que estamos acá en este
momento, muy pocos sabemos lo que hace el otro; el
médico no sabe lo que hace el abogado, el psicólogo
no sabe lo que hace el trabajador social, intuye, tiene
algunas líneas: entonces, si no sabemos ni eso, muy
difícilmente podamos integrar una imagen del menor.
V- Ciencia y el Poder del Saber
Sin embargo, el modelo positivista, marca otra
gran falacia, que repetimos hasta el cansancio: que
nosotros somos una entidad "Bio-Psico-Social"; y acá,
el orden de los factores tiene mucho que ver: altera el
producto. La condición "Bio" no determina la condición
humana; porque la condición "Bio", sin un grupo de
crianza específicamente humano como es el caso de
los niños lobos de Mundugonor, o el hombre de
Mundugonor (Uganda), o todos los otros casos, que no
son muchos pero sí son significativos, de seres
humanos criados en condiciones de grupos de crianza
que no sean específicamente humanos, no adquieran
ni la bipedestedación ni el lenguaje, ni siquiera la
consistencia de piel, puesto que los receptores de
distancia funcionan de manera diferente y se priorizan
otras cosas.
Entonces: esa concepción del positivismo de
que el único método válido era el de las ciencias
naturales, que fue condicionando el desarrollo de la
Ciencia, y nos fue llevando a la consolidación de la
falacia (porque entonces, lo psíquico era un
epifenómeno de lo biológico y de lo social, era un
epifenómeno de un epifenómeno), y eso condicionó
también el hacer profesional de las ciencias.
Todo ésto, sin embargo, daba "cientificidad" y
"legalidad" a una forma de operación que tendía a no
cuestionar los efectos del grupo de crianza que está
inscripto en una formación socio económica y cultural
dada. No todos los grupos de crianza son iguales, sin
embargo, en nuestros estudios hablamos de familia
integrada, familias desintegradas y no sé cuántos
calificativos más.
Ustedes ayer estuvieron en Puerto Limón. Si
observaron la auténtica población del lugar habrán
visto que su edificación es la de las casas de madera
con el frente abierto, que todavía sigue "mirando"
hacia África; y la modalidad de organización del grupo
de crianza, también sigue "mirando" a África. La
incorporación de valores, también. Y entonces, sobre
la marginación natural del continente latinoamericano,
por la imposibilidad de incorporarse al modo de
Página 11
producción industrial, en este momento yo diría, por
suerte, nos marca que por ejemplo podemos conservar
todavía cierto orden ecológico que Europa ya perdió.
El desarrollo industrial es el subdesarrollo
ecológico. Alemania, en estos momentos, está
reciclando diez veces el agua en el curso de un año,
diez veces ya, y cada vez con un nivel mayor de
contaminación. Estas circunstancias hacen que, pese
a los enormes genocidios que sufrimos como
continente, nuestro continente muy queridamente
mestizo, tenga como característica la esperanza.
VI- ¿Qué chicos tenemos?
Pero resulta que tenemos un 60% de
población de menores, que es una contradicción que
nos estalla en la cara de cada una de las enormes
urbes, de cada uno de los lugares que inventó el
desarrollo industrial, que intentó hacerlo y que
difícilmente llegue.
¿Qué hicimos entonces con los niños en
nuestros institutos? ¿Cuál es la alternativa? Nosotros
decimos que hubo otro modelo, que fue perdiendo
siempre, pero que esperamos que gane al final de la
película, como en las películas "lindas"; nosotros
decimos que el modelo que realmente define a la
condición humana es considerar a la misma como ser
socio-bio-psíquico, las condiciones del grupo de
crianza son determinantes para que se desarrollen las
condiciones biológicas del sujeto.
Por lo tanto, el eje de nuestro trabajo son las
condiciones en que se desarrolla ese grupo de
crianza, dentro del modelo que ese grupo social
establece como protovínculo; es decir, como un
vínculo que está antes del vínculo entre las personas,
del vínculo interpersonal.
¿Ustedes saben qué chicos tenemos en los
institutos? Cuando el otro día hicimos una tipología
vimos que el chico que tenemos en nuestros institutos
es generalmente, el chico que aparece como derivado
de todo el proceso de migraciones internas que
determinan una profunda inseguridad.
Se llega a una sociedad que es hostil, porque
la sociedad, o los grupos urbanos, son los menos
solidarios. El sentimiento de solidaridad, fundamental
para este tipo de fenómeno es muy difícilmente visto
en la urbe. Nuestro hijo, nuestro sobrino, puede ser
que hasta allí llegue nuestro nivel de protección; pero
en la urbe no absorbemos los hijos; en el campo sí.
En el campo, los entrenados o los criaditos, o
los arrimados, sí son absorbidos por la propia
población del campo. Ésto no es una vuelta al campo,
ni es un polpotismo trasnochado. En cambio, en las
ciudades, nos cuesta la absorsión de los hijos de
algunos amigos que están en contacto directo y,
pensemos si nosotros no hemos tenido amigos que
hayan fallecido y que teniendo hijos no han sido
absorbidos por nosotros. De algún modo nos
conformamos con una visita tangencial cada tanto,
como forma de "cumplir".
Ese tipo de fenómenos, hablo de la
generalidad, no permite que me digan "conozco tres
casos", porque somos una cantidad de millones de
habitantes. Lo descripto, es lo habitual, digamos. Lo
habitual es una sociedad expulsiva, sobre todo en la
urbe. Decimos readaptar, resocializar, integrar para
revertir esa expulsividad, pero cuando uno pregunta
qué tratamiento empleamos, nos dicen: educación.
VII- ¿Tratamiento o "miento el trato"?
Ahí sí voy a hacer una referencia política,
viene como una especie de prudmonismo lejano donde
la educación era (en teoría) una fuente de acceso a
todos los beneficios sociales. Lo que pasa es que la
desocupación creciente, a veces no convalida esa
esperanza. La educación, en un sentido formal , no es
elemento de reintegración; y además, quienes hemos
trabajado con chicos intensamente al lado de ellos,
sabemos que el modelo usual de educación es
rechazado. El rechazo puede ser activo o pasivo.
El chico puede hacerse el tonto; puede
aparecer como débil cuando no lo es; puede incurrir en
montones de trastornos de conducta, entorpeciendo la
gestión educativa; pero en general, se resiste.
Es que de algún modo hay una percepción de
que existe el "miento el trato"; nosotros mentimos el
trato educativo, porque no partimos de las
necesidades específicas del chico y de su propio
proyecto, sino que tratamos de hacer un efecto
colonizador, de meterle un proyecto al cual él de algún
modo, intuitivamente, no suscribe.
Algo similar nos pasa con la actividad laboral.
Educación y Trabajo, los grandes postulados. Al chico
lo queremos meter en un modelo en el que no nos
creemos nosotros mismos; porque nosotros le
enseñamos un modelo de trabajo industrial, muchas
veces, que sabemos positivamente que salvo
excepciones, no van a tener inserción debido a nuestro
nivel de desocupación industrial.
Cualquier empresario, por amable que sea
ante la duda y el prejuicio existente, va siempre a optar
por la imagen del desocupado ya capacitado que no
tiene antecedentes ni infracciones; y entonces es difícil
ubicar a los chicos laboralmente. Preferimos decir se
fue de acá y como si después mágicamente se vaya a
resolver el destino; después no nos explicamos por
qué la reincidencia.
La reincidencia puede ser una forma de
trabajo, rentable y para la cual está capacitado; el otro
tipo de trabajos que le ofrecemos, aunque muchas
veces nuestros trabajadores sociales hacen
verdaderos esfuerzos, algunas veces consiguen
alguna incorporación, algunas veces; a veces todas las
demás condiciones reafirman la inestabilidad y se
vuelve al problema.
Nosotros agregamos un tercer elemento que
es el que ustedes habrán visto mediante dos técnicas
fundamentales: que es la técnica grupal y la técnica
comunitaria, de lo que llamamos control personal. ¿A
qué apunta todo ésto? Control personal significa
adquirir la capacidad de diálogo, aunque después
manipule con ese diálogo, no nos interesa; porque de
ese modo podemos rescatar de él algo que para
nosotros fue bandera enemiga por mucho tiempo, que
es la clínica de la peligrosidad.
VIII- De la Clínica de la Peligrosidad a la
Clínica de la Vulnerabilidad
Como decía el primer día, ¿el chico es
peligroso?, ¿para quién? Para una sociedad que le fue
mucho más peligrosa antes. Decíamos que desde el
punto de vista de su ejercicio de violencia, su violencia
es reactiva, casi siempre, por lo menos en el 80 o el
90% de los casos que vemos en internados, y hablo
para la generalidad, no para los casos específicos.
Entonces, ¿qué fue la clínica de la
peligrosidad? Ahí tenemos que remontarnos hasta el
nacimiento de la criminología. Y bueno, todas las
disciplinas sociales: criminología, psicopatología,
antropología, sociología, nacen alrededor de los años
1850-1880. Marcaré 3 elementos: 1850
: invasión
anglo-francesa al Río de La Plata, Guerra del Opio en
China, principio de las expediciones a África.
Son disciplinas que nacen con un espíritu de
conquista. En la antropología, Frazer describía las
condiciones de los pueblos africanos en aquel
momento de conquista. Estudiaba su cultura, porque
de ese modo se facilitaba todo un proceso de supuesta
integración alrededor de un modelo muy clave, que era
el modelo que marcaba el norte y centro europeo en
Página 12
desarrollo industrial. Nuestras inmigraciones, como dije
antes, nos mandaron en cambio, a los inmigrantes
italianos, alemanes, polacos, rusos, etc., de los grupos
no integrados: portugueses; de los grupos no
integrados al proceso de revolución industrial; los
"rurales", digamos.
Aquí está: de este mestizaje o de las crías de
este mestizaje tenemos que reflejar un elemento clave.
nuestras crías son vulnerables a un sistema que aún
no comparten y lo que nosotros podemos hacer no son
diagnósticos de peligrosidad, sino diagnósticos de
vulnerabilidad.
Si decimos diagnóstico de peligrosidad
tenemos que establecer (¡ojo! que la metodología
puede ser la misma), hasta dónde llegó, qué grado de
educación, ¿cuáles son los beneficios sociales?, como
diría Mayorca, en su "Criminología desde el punto de
vista Latinoamericano" (que presentó en el año 1980,
en Naciones Unidas). Tenemos que ver cuáles son los
beneficios sociales que el sujeto ha adquirido, digamos
a los que ha accedido o ha tenido posibilidad de
acceder.
En función de éso, veremos la forma en que en
esos institutos son cerrados. Institutos que no
podemos todavía disolver porque no hay una
metodología uniforme, continente, aunque por distintas
razones y juego de poderes quedó luego en un rol
hegemónico.
Pero la composición poblacional de Estados
Unidos tiene las mismas características marginales y
mestizos (recuerden que hasta la guerra de la
Independencia, la persona podía ser libre). Las
poblaciones negras, con el mismo sentido y las otras
migraciones: italianas, irlandesas, etc., quedan dentro
de la misma connotación.
Esto nos muestra una contradicción. como
lograr que se identifiquen los chicos, si nosotros
mismos no estamos identificados. Y acá debemos
aproximarnos a las formas de tratamiento para tal
integración. Y ello es muy importante, porque otro de
los grandes factores de dominación son las técnicas
de modificación de conductas.
Las técnicas de modificación de conducta que
no son más que una cristalización del positivismo en el
plano de una de las disciplinas, que es la Psicología,
tienden a la modificación del síntoma, y una referencia
muy tangencial a la estructura.
Nosotros estamos viéndolo desde el otro lado;
nosotros si tenemos que modificar algo, es el aparato
productor de determinadas conductas, pero lo tenemos
que modificar para algo y con un sentido de
integración que reconocemos tiene algunas historias y
algunos métodos.
Dentro de ésto, nosotros acabamos de ver
todo un problema en nuestra América Latina, que
estuvo dado por la llamada "Doctrina de Seguridad
Nacional". Esta tiene una concepción del hombre muy
clara y muy respetable, sólo que no compartible. Su
base filosófica es el positivismo; su objetivo específico
(lo hace con los menores) es intimidar; y el chico que
está en un instituto, es un enemigo; y dentro de su
concepción es coherente. Sus programas de
admisión son uniformar, despersonalizar; llega el
chico, saquémosle los piojos, cortémosle el pelo,
démosle un baño, pongámosle la ropita.
¿Para qué despersonalizar? Para dominar,
porque el sujeto sometido al shock de admisión, viene
intimidado, aunque viene con la resistencia que tenía
"el Ernesto" que nos mostró el compañero Isaac el otro
día. ¿Ustedes vieron ese chico que hizo Isaac? El
chico de la mirada evasiva, palo, bronca, es el
enemigo. Pero él también está identificando al
enemigo; porque toda la condición va creando ese
carácter: metido en el instituto, despersonalizado,
dominado. Lo habitual de los programas de
diagnóstico indica que hay que ver la peligrosidad de
ese chico; y hablamos de peligrosidad.
Entonces, si no aceptamos la doctrina que
sostiene la peligrosidad ¿qué tenemos que ver? la
imputabilidad mental. No nos fijamos, por lo general,
en la imputabilidad social. Es decir, en determinar qué
beneficios sociales recibió ese chico para poder tener
otro desarrollo. No, no vemos la imputabilidad mental;
y lo psíquico lo poníamos en otro nivel.
Decíamos que en todo caso en un juego de
series complementarias: lo socio y lo bio vienen
mancomunados. De ahí va a depender la construcción
del psiquismo del chico.
Entonces, la imputabilidad mental, nos pone en
"como si" el chico fuera malo, porque la maldad viene
dada genéticamente; por más que después hagamos
referencia a que lo abandonó la madre, el padre, el
tatarabuelo, no importa. El chico es éste, y vamos a
ver si es un psicópata en vías de consolidación (la
psicopatía se consolida mucho más tarde, pero no
importa), o si tiene alguna malformación que
directamente lo transforma en un sujeto que está
violentando el orden social.
Fíjense que vende en un carrito por las calles y
además se robó un cassette, por ejemplo. Entonces
vamos a ver si el carácter esquizoide del chico, o la
dramatización que hizo ahí la compañera o el dibujo de
los proyectivos en el carrito, nos marcan hasta qué
punto ese chico puede ser lesivo para el orden social.
Si es lesivo para el orden social o si no tenemos otra
forma de controlar, tiene que ir a un instituto.
¿Qué vamos a hacer entonces, si vemos que
realmente en el diagnóstico no hay un grado de
imputabilidad o inimputabilidad mental que nos permita
llevarlo a otro de los depósitos? Porque tenemos
depósitos de diferenciados, es decir a un psiquiátrico;
vamos a hacer una programación de tareas:
"bueno querido, mirá, vos vení acá, éste es un
centro en el cual las reglas del juego son éstas, tal
hora a tal hora es ésto, tal hora a tal hora es esto,
no te hagas el loquito, porque el que se hace el
loquito acá va al bote, en otro lado va a aislamiento,
y querido, si no cumplís estas normas, vas a ir a
"reflexión" (éstos son unos calabozos horribles)"
Bueno, ésa es la tónica y entonces el chico
supuestamente ya medio despersonalizado tiene que
acomodarse a eso. Generalmente se acomoda; yo por
más que a veces reprimo, no le tengo miedo a las
palabras, o hay que reprimir, la verdad que digo: qué
suerte que todavía se revelan. ¿Pero qué hacemos?
Cuando los clasificamos para programas de
tratamiento nos encontramos que en los institutos
clásicos hay una sutil maniobra para terminar de
liquidar al chico en su rebeldía y dejar sólo unos
líderes, es mezclar, hacemos la mezcolanza, no
importa sea primario, reincidente, caraterística de
personalidad, grupos, etc., generalmente se hace un
revuelto que es la característica de la gran mayoría de
los Institutos Latinoamericanos. (Hay contadísimas
excepciones que son vidrieras para mostrar que se
puede de otro modo).
Cuando los mezclamos, va a ser el chico
sometido a los ritos de iniciación. Lo conocemos, ¿no
es cierto? Luego se va a decir que se está con su
sexualidad distorsionada de tales y cuales modos, y
vamos a lograr todo un condicionamiento.
El otro día hablábamos con una de las
compañeras, cuando preparábamos el trabajo con el
grupo que yo denominé "el grupo de los incas", y con
el grupo de los mayas, y comentábamos la forma en
que se opera con los chicos. Si nosotros los
"mezclamos", y además ponemos en vigencia todas
esas estigmatizaciones provenientes de las
modalidades sexuales, sabemos que se van a producir
una serie de fenómenos. Pero de ese modo, este chico
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que todavía tiene una cierta rebeldía va a estar
lesionado, reprimido, o va a ser un líder de la rebeldía.
Por suerte, como no todos son líderes, con este
método de intimidación y lesión, a 25 rebeldes vamos
a transformarlos en uno o dos. Después de la
indiscriminación y el estigma viene la intimidación.
IX- El Proyecto Positivista
La intimidación desgraciadamente no está
acá y prefiero hablar siempre de frente; la campaña
era de Venezuela. Y ví en los institutos de Venezuela
la comunidad terapéutica con la modalidad de trabajo
de tipo conductual y la verdad es que la imagen era
tremenda; ese método de los premios, los castigos, los
botoncitos y no se cuántas cosas más, un chico me
mostraba con una sumisión muy grande, los otros
estaban ahí mirando, con los trajecitos puestos y yo
pensaba "pero qué idiota que te volviste querido",
porque realmente lo preferimos rebelde a
domesticado, para comenzar la tarea de rehabilitación.
Preferimos al chico en otras condiciones y el estaba
"amansado".
Yo siempre pongo una analogía: en nuestro
continente tenemos dos formas de domar potros: una;
la doma de potros con espuelas; ésta se hace cruenta
cuando el potro se va, uno se afirma bien y pega en
las verijas del caballo con las espuelas, lo desangra y
le pega latigazos de un lado y de otro. De ese modo,
excepto los caballos más briosos, en dos o tres
sesiones quedarán domados. Pero si miramos a
nuestros antecesores pampas, vemos que ellos para
no quitarle briosidad al caballo, lo tienen durante casi
un mes "sobando con un guante de crin', dicen,
"sacándole las cosquillas". Este es el trabajo. Después
será difícil alcanzarlo. No está debilitado. Con los
chicos nos pasa un poco lo mismo. Hay dos
modalidades: o lo domamos a espuela o lo domamos a
lo pampa; pero: ¿domarlo para qué?
El tratamiento actual-positivista es
domesticar, quebrarlo, vulnerarlo. Voy a formular la
antípoda qué es lo que se propone en esta alternativa,
en un momento.
Pero continúo con el proyecto positivista
: el
trabajo tiene que darse en grandes grupos: llegan a
buscar los chicos y todos tienen que ir a un
determinado taller. Si no los juntamos en un
determinado taller, no los juntamos en ese taller
porque lo que tenemos que hacer es separarlos
porque "esos son muy peligrosos". El trabajo
positivista tiene que ser en serie. Ya que los
domesticamos el trabajo tiene que ser en serie, tiene
que ser un engranaje de la pieza para poder alcanzar
el proyecto del hombre que produce
. El hombre que
produce tiene poco tiempo para gozar (hago la
acotación, ¿eso es cierto?). La capacitación del
personal tiene un eje. El personal se capacita dentro
de la obediencia debida y es un poco la ley del
gallinero. El director, si tiene presencia, manda al jefe
de seguridad o al jefe de talleres; el jefe de talleres
manda a los otros chicos que llegan; y con ello la ley
del gallinero quedó establecida: "Todo en orden
señores". Ya está el proceso de "socialización" en
marcha.
Tenemos otro criterio general, que es
Institución y encierro
. Un poco como vimos ayer que
fue claro: digo ayer porque todavía tengo viva la
dramatización. Lo fundamental es demostrar la
inocencia. En la dramatización del otro día, el chico o
el personal no está esforzándose en probar la
culpabilidad, sino que el chico tiene que de algún
modo tratar de ver si puede demostrar su inocencia. El
principio de inocencia, eje de todas nuestras
constituciones, está tergiversado y eso sabemos que
es tanto para adultos, como para todo el mundo. Es
decir, en la realidad cotidiana el que fue acusado debe
mostrar su inocencia. Es un absurdo total.
X- El Proyecto Humanista
Otra doctrina, que es la que podríamos llamar
Doctrina del Humanismo o de los Derechos
Humanos, limitada, a veces confusa, a veces
imprecisa, busca en lugar de intimidar, GARANTIZAR
;
y afirmar que el que está interno no es un enemigo; es
un semejante vulnerable. Es un compañero de
existencia y entonces cambia fundamentalmente la
concepción.
Nosotros no buscamos, entonces,
despersonalizar sino PERSONALIZAR
. La cosa es
distinta. ¿Cómo hacerla efectiva? Podemos verlo
después. ¿Para qué?, para preservar los elementos de
fuerza y vigor que tenga, (como en el modelo del potro
que decíamos antes).
Nosotros no vamos a buscar la vulnerabilidad
en lo que hace a la imputabilidad mental, vamos a
buscarla en la co-culpabilidad social
; y entonces la
programación debe ser compartida, no tenemos otra
alternativa. El chico tiene que hacer su programación;
pero para eso, nosotros tenemos que estar
convencidos de lo que hacemos.
Acá viene otro elemento: nuestro personal, no
solamente no está convencido de lo que hace, sino
que se siente realmente utilizado para una actividad
tremendamente filicida. El análisis de los presupuestos
de los centros de menores en casi todos los países
nos muestran que, dentro del aparato del estado,
conforman los grupos peor pagos.
XI- El Estado y su rol: De la Gestión a la
Autogestión
Entonces, el objetivo declamado del rescate de
los recursos humanos de un país es un mito. Porque
yo defino esta parcela de realidad en hechos muy
concretos. Si directamente el rescate de los recursos
humanos de un país -en nuestros países que tienen
entre 40 y 60% de menores- no se hace como una
inversión (aún dentro de los magros recursos y de la
deuda externa, y de todos esos cuentos). Es decir, si
no hacemos una inversión en éso, estamos mostrando
un estado filicida.
Si el chico no puede comer o está en
condiciones totalmente deficitarias en cuanto a su
comida, o no puede inclusive recibir una atención
adecuada, y bueno, se corrobora esa intención.
Nuestros Estados tienen también otra
característica: les cuesta formar grupos homogéneos
para poder trabajar, para programas comunes y ¿por
qué?, porque vamos a nuestro profesional, que somos
nosotros, y a nuestros profesionales no les gusta el
trabajo con marginales. Cuando excede una cantidad
de horas del día, el estar con los chicos se hace difícil;
el estar con los locos lo mismo; el estar con los
ancianos o presos también. El estar en estos depósitos
de las instituciones totales se le hace difícil. Entonces
buscan el refugio del escritorio y se reproduce así el
modelo positivista que se refleja proyectivamente en la
arquitectura de los institutos.
Veamos la arquitectura positivista en el tema.
Tiene una característica: adelante están las oficinas
administrativas y los lugares de los técnicos, hacia
atrás están los pabellones de los chicos. Los chicos
son traídos hacia el lugar donde están los técnicos. Lo
trae un trabajador casi marginal que, a veces, tiene
uniforme y a veces no; que generalmente es de la
misma extracción social de los grupos de chicos.
Entonces al chico quien lo trae, es su verdadero amigo
y llega a ver al Psicólogo, o al Abogado, que le dice:
"que tal querido". Lo dice desde un lugar un tanto
lejano en que todo ese juego se torna en un juego muy
vicioso, muy perverso. Nosotros lo pudimos ver
funcionar, la arquitectura y el modelo, en un lugar, al
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que algunos compañeros del seminario fueron cerca
del volcán Irazú, donde estaba Tierra Blanca. Allá
arriba vivían los chicos, antes de venir al centro de San
Rafael, que fue hecho después de la experiencia
Patarrá.
¿Qué era allá Tierra Blanca? Era el hospital de
tuberculosos, y es ésta la misma concepción de la
enfermedad traspolada a los menores. Los
tuberculosos, hubo un tiempo que se los llevaba a
lugares altos con buena alimentación, preferentemente
en climas fríos-secos, y que se esperaba de algún
modo que -mágicamente se recuperaran o ahí
terminaran sus días: los institutos terminales. Nuestros
institutos de chicos también son institutos terminales.
Para nosotros la responsabilidad con el chico termina
a los 18 años. Después si fue, si le pegaron tres tiros a
los 18 años y tres días, afirmamos que
desgraciadamente no pudimos hacer nada: "a veces
se pierde". La mayor parte de las veces es cierto.
Si nosotros queremos anteponer a la doctrina
de la seguridad nacional (basada en el positivismo),
una forma coherente de cooperar, tenemos que
trabajar por la autonomía y un aprendizaje de la
autonomía del chico. Éste consiste en que el chico
aprenda a no regalarse, a no regalarse en un
enfrentamiento policial, a no regalarse en una actitud
de poner la cabeza. Nosotros sabemos cuántas veces
un chico pone la cabeza y esta experiencia parte de
nuestras propias experiencias. Cada vez que un chico
nos pidió no salir de los hogares, y nosotros le
insistimos respecto a la visita, el chico volvió con
problemas, o de inhalación o de droga, o alguna otra
infracción cometida por ahí; o con un conflicto familiar
de esos de espectáculo.
Para ésto, para enseñar la autonomía,
tenemos que enseñar también la co-gestión
. Pero en
la co-gestión nos tenemos que jugar nosotros, y
nuestros técnicos no están acostumbrados a jugarse.
El modelo de aprendizaje de nuestros técnicos es
liberal: el abogado se sueña y se piensa en su estudio,
el médico en su consultorio, el psicólogo con un diván
o con un modelo de trabajo de laboratorio conductual,
el trabajador social tiene las horas contadas que marcó
Roxana en su relato. Hay un momento en que está en
la vidriera de la miseria y después se vuelve. No
convive, observa.
Recuerdo leer a Niesztche diciendo respecto a
los psicólogos: "el psicólogo o es un voyeurista o es un
político, no tiene otra alternativa". Yo diría:
"en las ciencias sociales-humanas, o somos
voyeuristas o somos políticos. Nos dedicamos
a observar la miseria, la atendemos en nuestro
escritorio y la dejamos pasar, o somos
políticos y nos jugamos en la instancia de ver
cómo se enseña este difícil proceso de la
autonomía a través de la cogestión y la
autogestión".
Pero tenemos que meternos en una dinámica
que hemos llamado dinámica de convivencia
. Y ésta
no es hacer un programita que después venga con
sólo ejercicios físicos, así gasta su energía en
ejercicios físicos un rato, así los tengo bien cansados y
después a la noche les pongo el televisor un ratito.
Otro tema surgiría de ello, la influencia del televisor en
nuestro tratamiento, que es brutal para este juego de
trato.
El problema de la dinámica de convivencia es
que implica un "frente a frente" siempre y que no se
puede jugar en el escritorio; la convivencia se juega en
los lugares donde los chicos viven; porque hay un
hambre que nosotros hemos notado y que se observa
claro, que es el "hambre de identificación".
Cuando preparábamos la gente para empezar
esta experiencia (voy a decirlo con términos más
adecuados a las circunstancias), lo primero que decía
a los equipos de trabajo es:
"señores, vamos a trabajar en un sistema de
convivencia, así que el que todavía tiene una gran
dosis de narcisismo puede guardársela donde le
quepa"
Porque los chicos nos van a echar en cara la
circunstancia de haber sido distintos. Somos de los
mismos (igual grupo social, igual clase) que aquellos
que los estigmatizan. Yo pongo un caso de una
compañera que ahora está trabajando en Rosario
(Argentina) que acá era denominada por los chicos
con gran afecto "la bruja". "La bruja" nos enseñó
mucho con su trabajo. El primer día que llegó a Tierra
Blanca y cuando los chicos iban a comer dijo: "bueno
chicos, buen provecho". Uno de los chicos, todo sucio,
por la actividad (estaba más roñoso, con mocos y
todo); le dijo: "usted no se queda a comer con nosotros
porque le da asco". Y la bruja se quedó mirándole y le
dijo: "tenés razón, es por eso". Y desde entonces, se
quedó a comer con los chicos y obligaba a que todo el
mundo que trabajaba allí se quedara a comer con
ellos. Y les decía que eso era así porque forma parte
del trabajo. Porque esa es otra de las características.
Nosotros tenemos comedores que están
aparte; la comida que se come no es la misma que
comen los chicos. No controlamos ni eso y queremos
que los chicos nos tengan respeto. Absurdo. Absurdo!
Nuestros guardias, guardan el pacto secreto de las
noches. Ésto lo aprendí con un compañero cubano al
que le dieron la tarea de atender los institutos de
menores después de la revolución, que fue Francisco
Marchante. Dijo cuando estábamos en Alajuela, que
era donde teníamos nuestra unidad de admisión:
"Mirá Juan Carlos, yo no sabía nada, entonces
como no se me ocurrió qué hacer el primer día me
quedé a dormir con ellos".
Es un grandote Marchante, mide como dos
metros, dijo: "ustedes ven qué grandote que soy y no
me gusta que me molesten y me acosté; durmieron
todos los chicos. Y las sucesivas noches siguieron
durmiendo todos los chicos". El efecto organizador lo
dio la convivencia en ese momento. Nosotros
teníamos -somos alcahuetes en eso- un dormitorio que
está alejado del lugar de dormir de los chicos.
Tenemos que estar cerca. Aún en el centro donde
está, primero, el lugar del retiro y, después, el
dormitorio. Son ocho horas; un tercio de la vida en ese
dormitorio donde no ejerce generalmente ningún
control indirecto. Pasé noches y sigo pasándolas con
guardia. El guardia no está todo el día mirando. No
puede estar todo el día mirando, ya que la misma
situación lo desborda. Así que, o uno es el que pone
su responsabilidad y su dedicación; o esa modificación
no va.
La dinámica de convivencia
es sin embargo
la única solución, y la COOPERATIVIZACIÓN
en el
modelo de trabajo, es el otro modelo fundamental en
ésto. Nosotros no podemos seguir enseñando trabajo
en serie; porque el trabajo en serie no es trabajo en
serio. Porque para dos chicos que podamos incorporar
en el mercado a los demás los dejamos afuera. El
trabajo debe ser cooperativo. Debemos crear
pequeñas unidades de trabajo cooperativo, inclusive
subsidiarlas una vez que el chico salga, hasta que
tenga cierto nivel de autosubsistencia
: tarea
importante para los organismos de los Derechos
Humanos en defensa del menor, por seis meses, por
un año; no amamantarlo siempre, porque tampoco
sirve; porque ahí favorecemos la vulnerabilidad. Pero
sí la ayuda.
El proyecto de trabajo para nosotros en
América Latina tiene que ser en UNIDADES DE TIPO
ECOPRODUCTIVAS. Nosotros ya no podemos seguir
un juego que es fatal para nuestras grandes urbes; y a
veces para zonas rurales, como en Brasil con
programas de forestación sin reforestación; o
eventuales programas de colonización con menores,
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