desarrollo industrial. Nuestras inmigraciones, como dije
antes, nos mandaron en cambio, a los inmigrantes
italianos, alemanes, polacos, rusos, etc., de los grupos
no integrados: portugueses; de los grupos no
integrados al proceso de revolución industrial; los
"rurales", digamos.
Aquí está: de este mestizaje o de las crías de
este mestizaje tenemos que reflejar un elemento clave.
nuestras crías son vulnerables a un sistema que aún
no comparten y lo que nosotros podemos hacer no son
diagnósticos de peligrosidad, sino diagnósticos de
vulnerabilidad.
Si decimos diagnóstico de peligrosidad
tenemos que establecer (¡ojo! que la metodología
puede ser la misma), hasta dónde llegó, qué grado de
educación, ¿cuáles son los beneficios sociales?, como
diría Mayorca, en su "Criminología desde el punto de
vista Latinoamericano" (que presentó en el año 1980,
en Naciones Unidas). Tenemos que ver cuáles son los
beneficios sociales que el sujeto ha adquirido, digamos
a los que ha accedido o ha tenido posibilidad de
acceder.
En función de éso, veremos la forma en que en
esos institutos son cerrados. Institutos que no
podemos todavía disolver porque no hay una
metodología uniforme, continente, aunque por distintas
razones y juego de poderes quedó luego en un rol
hegemónico.
Pero la composición poblacional de Estados
Unidos tiene las mismas características marginales y
mestizos (recuerden que hasta la guerra de la
Independencia, la persona podía ser libre). Las
poblaciones negras, con el mismo sentido y las otras
migraciones: italianas, irlandesas, etc., quedan dentro
de la misma connotación.
Esto nos muestra una contradicción. como
lograr que se identifiquen los chicos, si nosotros
mismos no estamos identificados. Y acá debemos
aproximarnos a las formas de tratamiento para tal
integración. Y ello es muy importante, porque otro de
los grandes factores de dominación son las técnicas
de modificación de conductas.
Las técnicas de modificación de conducta que
no son más que una cristalización del positivismo en el
plano de una de las disciplinas, que es la Psicología,
tienden a la modificación del síntoma, y una referencia
muy tangencial a la estructura.
Nosotros estamos viéndolo desde el otro lado;
nosotros si tenemos que modificar algo, es el aparato
productor de determinadas conductas, pero lo tenemos
que modificar para algo y con un sentido de
integración que reconocemos tiene algunas historias y
algunos métodos.
Dentro de ésto, nosotros acabamos de ver
todo un problema en nuestra América Latina, que
estuvo dado por la llamada "Doctrina de Seguridad
Nacional". Esta tiene una concepción del hombre muy
clara y muy respetable, sólo que no compartible. Su
base filosófica es el positivismo; su objetivo específico
(lo hace con los menores) es intimidar; y el chico que
está en un instituto, es un enemigo; y dentro de su
concepción es coherente. Sus programas de
admisión son uniformar, despersonalizar; llega el
chico, saquémosle los piojos, cortémosle el pelo,
démosle un baño, pongámosle la ropita.
¿Para qué despersonalizar? Para dominar,
porque el sujeto sometido al shock de admisión, viene
intimidado, aunque viene con la resistencia que tenía
"el Ernesto" que nos mostró el compañero Isaac el otro
día. ¿Ustedes vieron ese chico que hizo Isaac? El
chico de la mirada evasiva, palo, bronca, es el
enemigo. Pero él también está identificando al
enemigo; porque toda la condición va creando ese
carácter: metido en el instituto, despersonalizado,
dominado. Lo habitual de los programas de
diagnóstico indica que hay que ver la peligrosidad de
ese chico; y hablamos de peligrosidad.
Entonces, si no aceptamos la doctrina que
sostiene la peligrosidad ¿qué tenemos que ver? la
imputabilidad mental. No nos fijamos, por lo general,
en la imputabilidad social. Es decir, en determinar qué
beneficios sociales recibió ese chico para poder tener
otro desarrollo. No, no vemos la imputabilidad mental;
y lo psíquico lo poníamos en otro nivel.
Decíamos que en todo caso en un juego de
series complementarias: lo socio y lo bio vienen
mancomunados. De ahí va a depender la construcción
del psiquismo del chico.
Entonces, la imputabilidad mental, nos pone en
"como si" el chico fuera malo, porque la maldad viene
dada genéticamente; por más que después hagamos
referencia a que lo abandonó la madre, el padre, el
tatarabuelo, no importa. El chico es éste, y vamos a
ver si es un psicópata en vías de consolidación (la
psicopatía se consolida mucho más tarde, pero no
importa), o si tiene alguna malformación que
directamente lo transforma en un sujeto que está
violentando el orden social.
Fíjense que vende en un carrito por las calles y
además se robó un cassette, por ejemplo. Entonces
vamos a ver si el carácter esquizoide del chico, o la
dramatización que hizo ahí la compañera o el dibujo de
los proyectivos en el carrito, nos marcan hasta qué
punto ese chico puede ser lesivo para el orden social.
Si es lesivo para el orden social o si no tenemos otra
forma de controlar, tiene que ir a un instituto.
¿Qué vamos a hacer entonces, si vemos que
realmente en el diagnóstico no hay un grado de
imputabilidad o inimputabilidad mental que nos permita
llevarlo a otro de los depósitos? Porque tenemos
depósitos de diferenciados, es decir a un psiquiátrico;
vamos a hacer una programación de tareas:
"bueno querido, mirá, vos vení acá, éste es un
centro en el cual las reglas del juego son éstas, tal
hora a tal hora es ésto, tal hora a tal hora es esto,
no te hagas el loquito, porque el que se hace el
loquito acá va al bote, en otro lado va a aislamiento,
y querido, si no cumplís estas normas, vas a ir a
"reflexión" (éstos son unos calabozos horribles)"
Bueno, ésa es la tónica y entonces el chico
supuestamente ya medio despersonalizado tiene que
acomodarse a eso. Generalmente se acomoda; yo por
más que a veces reprimo, no le tengo miedo a las
palabras, o hay que reprimir, la verdad que digo: qué
suerte que todavía se revelan. ¿Pero qué hacemos?
Cuando los clasificamos para programas de
tratamiento nos encontramos que en los institutos
clásicos hay una sutil maniobra para terminar de
liquidar al chico en su rebeldía y dejar sólo unos
líderes, es mezclar, hacemos la mezcolanza, no
importa sea primario, reincidente, caraterística de
personalidad, grupos, etc., generalmente se hace un
revuelto que es la característica de la gran mayoría de
los Institutos Latinoamericanos. (Hay contadísimas
excepciones que son vidrieras para mostrar que se
puede de otro modo).
Cuando los mezclamos, va a ser el chico
sometido a los ritos de iniciación. Lo conocemos, ¿no
es cierto? Luego se va a decir que se está con su
sexualidad distorsionada de tales y cuales modos, y
vamos a lograr todo un condicionamiento.
El otro día hablábamos con una de las
compañeras, cuando preparábamos el trabajo con el
grupo que yo denominé "el grupo de los incas", y con
el grupo de los mayas, y comentábamos la forma en
que se opera con los chicos. Si nosotros los
"mezclamos", y además ponemos en vigencia todas
esas estigmatizaciones provenientes de las
modalidades sexuales, sabemos que se van a producir
una serie de fenómenos. Pero de ese modo, este chico
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