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el fin de impulsar un movimiento de educación popular y un movimiento
de educadoras y educadores populares en nuestra región latinoamericana y
caribeña.
La tarea, sin embargo, no fue fácil, pues superada la fase de gestiones
y trámites, tuvimos que desarrollar una cuidadosa revisión “freiriana” de
los textos, que implicaba ir más allá de su traducción, para posibilitar un
acercamiento a los giros, matices y expresiones propias de Paulo Freire,
esenciales manifestaciones de su filosofía educativa que le llevaron a
“reinventar” creativamente el lenguaje a lo largo de sus distintas obras. Esta
labor implicó el desafío maravilloso de realizar un diálogo crítico, tanto con
Paulo a través de las categorías escogidas y las citas de sus obras, como con
cada una y cada uno de las autoras y autores de los artículos, quienes habían
asumido con pasión y dedicación la realización de una lectura analítica y
propositiva de alguna de las más de cien palabras generadoras a las que hace
referencia este diccionario.
Y es que este Diccionario Paulo Freire es el producto de muchos diálogos
y su objeto es continuar proyectando ese quehacer dialógico, crítico, creativo
que sea coherente con aquel desafío que Paulo lanzó cuando, al crearse el
Instituto Paulo Freire en São Paulo, señaló: “No quiero que me repitan,
quiero que me reinventen”. Por eso, cada uno de los términos o conceptos
comentados por distintas personas en esta obra, es una palabra generadora
de nuevas reflexiones creativas, que nos permiten abrir nuevos espacios
de diálogo, de debate, de confrontación con nuestras propias realidades y
pensamientos de hoy. Cada aproximación a una de esas palabras generadoras
es, en realidad, una oportunidad para aproximarnos al pensamiento de
Freire, pero también para que el pensamiento freiriano penetre en nosotros
y nos inspire; es, sin duda, una oportunidad para dialogar con Paulo Freire.
Se trata, en definitiva, de contribuir a que realicemos una doble lectura
dialógica: la primera y más evidente, es la lectura de las frases y los textos de
Freire, para comprenderlos mejor, ubicar su contexto, descifrar la “lectura
del mundo” que ellos nos manifiestan, orientarnos en el panorama complejo
y rico de su pensamiento; la segunda, menos frecuente, es que hagamos una
lectura de nuestras realidades, desde una óptica y una actitud “freiriana”:
quiere decir, desde una mirada crítica, que sea epistemológicamente curiosa,
instigadora y problematizadora; historizada, político-pedagógica, teórico-
práctica, amorosa, liberadora y esperanzada, lo cual sólo es posible cuando
proviene del compromiso radical con la vida y con el pueblo como sujeto
de transformación de toda forma de opresión, exclusión, explotación o
discriminación.