IDENTIFICACIÓN PROYECTIVA: Es el mecanismo por el cual el sujeto puede depositar un aspecto de sí en un símbolo con el cual se
identifica. Definimos al símbolo como un modo de representación indirecto de una idea, conflicto o deseo inconsciente. Esto implica la
posibilidad de diferenciar entre el símbolo y lo simbolizado, es decir la capacidad de representación de algo sabiendo que esto no comprende
la posesión concreta de lo representado. En el test se lo observa cuando el sujeto puede hacer una elección simbólica. Las inferencias que
permite realizar que el sujeto tenga conservado este mecanismo es la posibilidad de pensar antes de actuar.
Posibles fallos:
1) Pérdida de distancia entre el símbolo y los aspectos representados: En este caso a elección del sujeto no es un símbolo sino que el
objeto elegido para la respuesta se confunde con el objeto originario a representar despertando en el sujeto la misma carga afectiva que
aquel. Es decir, que no hay mediación simbólica y la palabra es lo mismo a lo que refiere ( la cosa).
2) No poder elegir un único símbolo: En este caso, el sujeto, elige en una catexia, positiva o negativa, más de un símbolo de manera
espontánea.
3) Elección de Símbolos Disgregados, es decir, el sujeto realiza elecciones que no tienen estructura ni consistencia. Este tipo de
respuestas, nos muestra la estructura frágil y/o disgregada del yo. En este sentido, su presencia reiterada es indicador de patología.
4) Elección de Símbolos Estructurados pero de débil consistencia: Hay un límite claro entre sí y el afuera, pero la estructura del objeto es
frágil. Su aparición reiterada habla de una organización de la personalidad que se encuentra en precario equilibrio.
5) Perseveración en el Reino: En este fallo, el sujeto, una vez elegido el símbolo de un determinado reino para una catexia, le cuesta, a la
catexia siguiente, abandonar ese reino para elegir un símbolo dentro de los reinos faltantes.