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Introducción
En el Fascículo 1 se ha mencionado que una de las características de todos los seres vivos, sean éstos
heterótrofos o autótrofos, es la de ser sistemas obligatoriamente abiertos; la misma propiedad vale
también para cada una de las células que los conforman. Ser un sistema obligatoriamente abierto signica
que para mantener su estructura, llevar a cabo sus funciones vitales, crecer y eventualmente reproducirse,
deben intercambiar permanentemente materia y energía con el medio.
Los organismos heterótrofos (animales, hongos, muchas bacterias y protistas) toman la materia y
energía de otros seres vivos o sus desechos; incorporan, además de agua y sales, alimento sin el cual mo-
rirían en breve tiempo. ¿Qué es el alimento? En la vida cotidiana usamos el concepto de alimento como
sinónimo de comida, pero en Biología se le da un signicado más especíco. En este contexto, llamamos
alimento a los compuestos orgánicos que una vez ingresados a la célula –o las células si se trata de un
individuo pluricelular– pueden ser utilizados por ésta para obtener la energía y la materia prima que
necesita para fabricar sus componentes y los que, eventualmente, secreta al exterior. Dadas estas condi-
ciones, no todos los compuestos orgánicos son alimento para cualquier heterótrofo. A modo de ejemplo,
el petróleo que es producto de la descomposición de organismos que vivieron en tiempos remotos no es
alimento para la mayoría de los heterótrofos; sin embargo sí lo es para algunas bacterias que pueden utili-
zarlo para obtener la energía y la materia que sustentan su crecimiento y su reproducción.
Al provenir de otros seres vivos, el alimento de los heterótrofos está compuesto fundamentalmente
por grandes moléculas como proteínas, lípidos, polisacáridos y ácidos nucleicos. Estas moléculas no
ingresan directamente a las células debido a su gran tamaño y para poder llegar al citoplasma deben ser
previamente hidrolizadas en aminoácidos, ácidos grasos, glicerol, monosacáridos y nucleósidos respecti-
vamente; sólo así pueden atravesar la membrana celular por difusión simple o difusión facilitada depen-
diendo de sus características sicoquímicas (ver Fascículo 4).
La degradación de las macromoléculas a sus componentes más pequeños es un proceso catabólico
exergónico llamado digestión. En la mayoría de los heterótrofos -sean éstos uni o pluricelulares- la di-
gestión ocurre fuera de las células gracias a la actividad de enzimas sintetizadas en su interior y secretadas
al exterior por lo que recibe el nombre de digestión extracelular. Otros organismos unicelulares, como
por ejemplo las amebas y otros protozoos, hacen digestión intracelular ya que endocitan las moléculas
de gran tamaño y las digieren dentro del lisosoma secundario por acción de enzimas hidrolíticas (ver Fas-
cículo 4) Si bien la digestión es un proceso exergónico libera energía calórica no útil para sintetizar ATP.
Detengámonos un momento en el ser humano. Como todos los animales, es un organismo heterótrofo
pluricelular caracterizado por la división del trabajo entre sus sistemas de órganos y órganos. La tarea de
digerir el alimento ocurre especícamente en el sistema digestivo en cuya luz se degradan las biomolécu-
las ingeridas por la acción de enzimas fabricadas y secretadas por algunos de sus órganos como la boca
y el estómago y glándulas anexas, fundamentalmente el páncreas. No cualquier macromolécula puede
ser digerida por el ser humano; la celulosa, por ejemplo, no es degradada porque no poseemos ninguna
enzima capaz de romper los enlaces que existen entre sus moléculas de glucosa. En el caso de otras ma-
cromoléculas, una vez terminada la digestión, las moléculas resultantes ingresan a las células que tapizan
la luz del intestino delgado (absorción) y posteriormente son distribuidas por el sistema circulatorio a
todas y cada una de las células del cuerpo.
Los organismos autótrofos (bacterias fotosintéticas, algas y vegetales) también son sistemas abiertos,
pero a diferencia de los heterótrofos no incorporan alimento sino que captan energía lumínica y materia
inorgánica –CO
2
, H
2
O y sales minerales– del exterior. A partir de estos elementos sintetizan su alimento
a través de un proceso anabólico endergónico denominado fotosíntesis que analizaremos más adelante.