
Control preconcepcional, prenatal y puerperal
Control preconcepcional, prenatal y puerperal
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Esta consejería tiene por objetivo lograr la comunicación y la reflexión necesarias para asumir
la responsabilidad de llevar adelante un embarazo y el proyecto de familia esperado. La de-
cisión final será de la pareja adecuadamente informada.
Los cuidados preconcepcionales también incluyen componentes basados en los principios de
las Maternidades Seguras y Centradas en la Familia, a saber:
• Respetar la diversidad y las experiencias de las personas.
• Respetar y transmitir los derechos sexuales y reproductivos.
• Tener en cuenta los aspectos: físicos, psicológicos, familiares y socio-económicos.
Hábitos y estilos de vida
1. Actividad física
La realización de ejercicio físico es adecuada y no está contraindicada. Por regla general,
el ejercicio y los deportes son saludables, ya que producen bienestar físico y psicológico. El
ejercicio aeróbico es conveniente durante la gestación para fortalecer los músculos y activar
la circulación venosa. Las actividades físicas recomendadas son: caminatas no extenuantes
y ejercicios para fortalecer la musculatura pélvica y dorso lumbar. Todas ellas deberán estar
acompañadas por una adecuada hidratación.
2. Nutrición
La futura madre debería conocer su peso habitual y llegar al embarazo con un peso adecuado
a su contextura. La desnutrición durante el embarazo se asocia a prematurez, restricción del
crecimiento intrauterino (RCIU), mortalidad perinatal y defectos del tubo neural.
Por otro lado, la obesidad se asocia con diabetes, hipertensión y macrosomía fetal, la cual
también aumenta el riesgo perinatal.
Durante la adolescencia, el problema del déficit de nutrientes adquiere especial importancia pues,
en caso de producirse un embarazo, los requerimientos son mayores a los de una mujer adulta.
Es oportuno realizar campañas informativas que prioricen el valor nutricional de la alimenta-
ción, previo y durante la gestación, reforzando el uso de alimentos ricos en nutrientes.
La evidencia actual demuestra que más de la mitad de los casos de defectos del tubo neural
podrían haber sido evitados si la madre hubiera consumido suficiente Ácido Fólico por lo
menos un mes y medio antes del embarazo y hasta cumplidos los primeros 28 días del em-
barazo, momento en que embriológicamente hay evidencia de que el tubo neural ha cerrado,
si bien la recomendación de ingesta de Ácido Fólico se extiende con un margen de seguridad
hasta las 12 semanas para prevención de este grupo de patologías neurológicas.
A nivel individual, se recomienda el uso preconcepcional de:
A) 0,4 mg/día de Acido Fólico, para prevenir la ocurrencia de defectos de tubo neural.
B) 4 mg/día de Acido Fólico, para prevenir la recurrencia en mujeres con antecedentes
de niños con malformaciones del tubo neural.
Tomar Ácido fólico cuando ya se conoce el embarazo,
no ayuda a prevenir el defecto del tubo neural.
Debido a la importancia que esta vitamina tiene para el correcto crecimiento del feto, se
recomienda la suplementación rutinaria de Ácido fólico oral durante todo el embarazo.
En términos poblacionales, la fortificación de alimentos de consumo masivo con Hierro y
folatos, como las harinas, ha demostrado ser una intervención nutricional altamente costo-
efectiva.
3. Tabaco
El consumo de tabaco materno así como también la exposición al humo de tabaco ambien-
tal, afectan tanto al feto como a la madre. Las mujeres fumadoras tienen mayor riesgo de
complicaciones obstétricas (placenta previa, aborto, espontáneo, parto prematuro) y compli-
caciones del feto y recién nacido (bajo peso al nacer, aumento de la mortalidad perinatal). La
buena noticia es que las mujeres que dejan de fumar antes o durante el embarazo, no solo
mejoran su salud en general sino que reducen su riesgo de ruptura prematura de membra-
nas, embarazo pretérmino y bajo peso del recién nacido. Por esto, dejar de fumar durante el
embarazo es una enorme oportunidad para mejorar la salud de la mujer fumadora.
Estudios en distintos países muestran que, en general, el consumo de tabaco en el embarazo
se asocia con algunos factores socio demográficos como: menor nivel socioeconómico, menor
educación, ser madre soltera y tener una pareja fumadora. También se observa que existe
un sub-registro ya que los médicos no preguntan correctamente (generalmente usan opción
sí/no en lugar de opción de respuestas múltiples), las madres “esconden” el consumo y
normalmente no se corrobora con laboratorio.
Los profesionales de la salud deben aprovechar cada consulta para averiguar si la mujer fuma
o está expuesta al humo de tabaco y para brindar el consejo consistente de que “dejar de
fumar es lo mejor que puede hacer por su salud y la de su recién nacido”. Evitar dar la opción
de “menos de 5 cigarrillos por día está bien” la meta es NINGUN cigarrillo. Si la mujer quiere
dejar de fumar, en la web del Programa Nacional de Control del Tabaco hay un listado de