Los mismos principios de los enlaces covalentes entre átomos del mismo elemento son
aplicables a los enlaces covalentes entre átomos de distintos elementos. El gas metano
(CH4) contiene enlaces covalentes formados entre átomos de diferentes elementos, un
carbono y cuatro hidrógenos. La capa de valencia del átomo de carbono puede contener
ocho electrones, pero sólo tiene cuatro propios. La única capa de electrones de un átomo
de hidrógeno puede contener dos electrones, pero cada átomo de hidrógeno tiene sólo
uno propio. Una molécula de metano contiene cuatro enlaces covalentes simples
independientes. Cada átomo de hidrógeno comparte un par de electrones con el átomo de
carbono. En algunos enlaces covalentes, dos átomos comparten por igual los electrones,
un átomo no atrae los electrones compartidos con mayor intensidad que el otro átomo.
Este tipo de enlace es un enlace covalente no polar. Los enlaces entre dos átomos
idénticos siempre son enlaces covalentes no polares. Los enlaces entre átomos de
carbono e hidrógeno también son no polares, como los cuatro enlaces C–H de una
molécula de metano . En un enlace covalente polar, los dos átomos comparten electrones
de manera desigual: el núcleo de un átomo atrae los electrones compartidos con mayor
intensidad que el núcleo del otro átomo. Cuando se forman enlaces covalentes polares, la
molécula resultante tiene una carga negativa parcial cerca del átomo que atrae con mayor
intensidad los electrones. Este átomo tiene mayor electronegatividad, el poder de atraer
electrones hacia sí mismo. Por lo menos otro átomo de la molécula tendrá una carga
positiva parcial. Las cargas parciales se indican con una letra delta griega minúscula, con
un signo menos o más: δ− o δ+ . En los sistemas vivos, un ejemplo muy importante de un
enlace covalente polar es el enlace entre el oxígeno y el hidrógeno en una molécula de
agua en esta molécula, el núcleo del átomo de oxígeno atrae los electrones con más
intensidad que los núcleos de los átomos de hidrógeno, por lo que se dice que el átomo
de oxígeno tiene mayor electronegatividad. Más adelante en este capítulo, veremos cómo
los enlaces covalentes polares permiten que el agua disuelva muchas moléculas que son
importantes para la vida. Los enlaces entre nitrógeno e hidrógeno y aquellos entre
oxígeno y carbono también son enlaces polares.
Enlaces (puentes) de hidrógeno
Los enlaces covalentes polares que se forman entre átomos de hidrógeno y otros átomos
pueden crear un tercer tipo de enlace químico, un enlace de hidrógeno. Se forma un
enlace (puente) de hidrógeno cuando un átomo de hidrógeno con una carga positiva
parcial (δ+ ) atrae la carga negativa parcial (δ− ) de átomos electronegativos adyacentes,
la mayoría de las veces átomos de oxígeno o nitrógeno más grandes. Así, los enlaces de
hidrógeno se deben a que partes de moléculas con cargas opuestas se atraen más que a
que compartan electrones, como en los enlaces covalentes, o a que ganen o pierdan
electrones, como en los enlaces iónicos. Los enlaces de hidrógeno son débiles en
comparación con los enlaces iónicos y covalentes. Por lo tanto, no pueden unir átomos
para formar moléculas. Sin embargo, los enlaces de hidrógeno sí establecen uniones