
Mantras creativos: Definiendo la identidad de Pixar
A partir de Toy Story surgieron dos principios creativos. «Lo importante
es la historia» y «Confía en el proceso».
Era tarea de la dirección mirar a largo plazo para intervenir y proteger a la
gente de su predisposición a perseguir la excelencia a toda costa.
Como grupo, la gente de Pixar está orgullosa de su trabajo. Son grandes
perfeccionistas, consiguen los mejores resultados y desean dar lo mejor y
algo más. Desde el punto de vista de la dirección, aspiraban a que el próximo
producto sea mejor que el último, mientras que simultáneamente
necesitaban cumplir los requisitos del presupuesto y el calendario. Los
buenos jefes impulsan a su gente hacia la excelencia. Eso es lo que se espera
de ellos. Pero cuando las poderosas fuerzas que crean esta dinámica positiva
se vuelven negativas son difíciles de contrarrestar. Hay una delgada línea.
En cualquier película hay períodos inevitables de crisis y estrés profundos,
algunos de los cuales pueden ser saludables si no se prolongan demasiado.
Pero las ambiciones, tanto de los directivos como de los equipos, pueden
exacerbarse mutuamente y resultar perniciosas. Es responsabilidad del líder
ser consciente de ello y conducirlo, no explotarlo.
Visualizar el cambio como una necesidad más que obligación.
Sin el cambio ni se crece ni se consigue el éxito.Uno de los obstáculos que
toda empresa, independientemente del tipo que sea es la resistencia al
cambio. La gente se siente cómoda tratando con lo que ya conoce y haciendo
las cosas de la manera la en que siempre las ha hecho. Las ideas novedosas
pueden generar la necesidad de realizar cambios en los procesos para
conseguir un producto de alta calidad, y debemos de estar preparados para
lidiar con la resistencia natural que el cambio produce en las personas. En
ocasiones se ve el cambio continuo como símbolo de debilidad, pero el autor
ve más peligroso el no cambiar nunca de rumbo.
Equivocarse está permitido
Un fallo en una empresa creativa es el fallo de muchos, no de una sola
persona. Si usted es líder de una empresa que ha tenido un fallo, cualquier
problema que se produzca también es responsabilidad suya. Además, si
usted y sus colegas no aprovechan los errores para aprender, habrá echado a
perder una oportunidad. Un fallo se compone siempre de dos partes: está el
hecho en sí, con todo lo que entraña de decepción, confusión y vergüenza, y
luego está nuestra propia reacción. Esta segunda parte es la que podemos
controlar. El punto es, ¿Qué enseñanza nos deja ese error y como va influir
en nuestra próximo plan de acción?