
del bebe durante un tiempo mayor a 6-8 meses es un indicador de una infección
congénita.
Como podemos apreciar en el grafico:
- La primera muestra (10 días después del nacimiento del bebe) se observa la IgG
materna (inmunidad pasiva).
- La segunda muestra (3 meses): el anticuerpo IgG pertenece al producido por el
niño (inmunidad activa).
- La tercera muestra (6 meses): la concentración de IgG que ha aumentado desde el
tercer mes, denota que hay una síntesis activa de anticuerpos específicos (infección
congénita).
A su vez la sola presencia de anticuerpos IgM en la sangre del cordón umbilical y/o suero
corresponde a una síntesis activa de anticuerpos específicos ocurrida en el feto y es otro
indicador de infección congénita, ya que los anticuerpos IgM no atraviesan la placenta.
LA HISTORIA SIN FIN
El herpes labial es una infección producida por un virus simple, tipo 1, que suele salir
principalmente en los labios aunque también puede salir en la nariz e incluso dentro de la
boca.
Los síntomas iniciales van desde una sensación de hormigueo, a picor o quemazón en la
zona. Los síntomas suelen salir de 7 a 15 días después del contagio (suele ser muy habitual
a través de un beso). Luego salen unas vesiculitas o ampollitas, agrupadas, que
especialmente la primera vez son muy molestas y pueden incluso producir fiebre. Tras una
semana empiezan a secarse y forman una costra que termina cayendo sin dejar,
normalmente, cicatriz.
Suele quedar "aletargado" y no dar molestias incluso durante años pero de repente puede
"activarse" ante momentos de mucho estrés, bajones de defensas (tras un proceso febril)
o padecer mucho frío o estar demasiadas horas al sol.
El diagnóstico se hace sobre la base de la apariencia de la lesión o un cultivo de la misma.
En el momento del examen físico también se puede encontrar agrandamiento de los
ganglios linfáticos del cuello o la ingle. El cultivo del virus o la prueba de Tzanck de la
lesión cutánea pueden revelar la presencia del virus del herpes simple.
Los síntomas normalmente se resuelven en 1 o 2 semanas cuando no hay tratamiento,
pero si se utilizan medicamentos antivirales por vía oral, se puede reducir el curso de los
síntomas y disminuir el dolor.
Las ampollas con frecuencia reaparecen, y los medicamentos antivirales funcionan mejor
si se toman cuando el virus está justo comenzando a resurgir, antes de que la persona vea
alguna ampolla. Si se observa que el virus retorna frecuentemente, el médico puede
recomendar que los medicamentos se tomen en todo momento.
Se recomienda lavar suavemente las ampollas con agua y jabón antiséptico para minimizar
la diseminación del virus a otras áreas y aplicar hielo o calor en la zona con el fin de
reducir el dolor. Tomar precauciones para no infectar a otras personas.